Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22

  No escucho nada.

Todo es silencio a mi alrededor. No hay luz, todo es oscuro. Mi cuerpo entero me pesa. No tengo frio ni calor. Intento abrir los ojos, pero con tan solo ese movimiento hace que me duela toda la cara. Un aire frío me golpea haciendo que un escalofrío me recorra.

Es ahí cuando escucho el sonido de una puerta siendo abierta. Me tenso. Escucho pasos acercarse, me quedo sumamente quieta. Intento controlar mi respiración. Los pasos se escuchan ahora a mi lado y un segundo más tarde no los escucho.

Creo entender que está quieto, pero ese pensamiento se desvanece cuando siento que algo se mueve a mi lado y un leve dolor me recorre el brazo. Suelto un quejido y aprieto el puño porque de la nada todo me comienza a arder.

—Shhh... tranquila —dice Jared acariciándome el pelo—, es por tu bien.

Me tenso más de lo que estaba. Mi espalda se arquea por el ardor.

—Shhh... ya pasara.

  El sonido de mi alrededor se va volviendo cada vez más bajo, siento mis músculos relajarse poco a poco. Puedo sentir algunas gotas de sudor bajar por mi frente. Mi respiración vuelve a la normalidad y el ardor disminuye. De la nada es como si no hubiera dormido por años. Lo único que recuerdo antes de desmayarme en como su dedo recorre el contorno de mi cara.


  La claridad hace que arrugue las cejas e intenté taparme la cara con el brazo, error. Un dolor punzante me recorre el hombro hasta llegar a mi muñeca. Un quejido se me escapa de los labios. Muevo un poco las piernas, pero, igualmente, un dolor las recorre. Comienzo a abrir los ojos suavemente, pero la claridad me da directo. Giro la cabeza hacia mi derecha y los logro abrir un poco.

Lo primero que veo es una pared de madera. La claridad viene de una ventana en una de las paredes. Estoy acostada boca arriba en una cama individual. Hay cajas y mesas por todo el lugar. Como puedo quedo sentada en la cama. Un destello a mi izquierda hace que fije la mirada en ese lugar.

  Unas cadenas de metal me reciben. Son lo suficientemente anchas para aguantar a tres personas juntas. Las recorro con la mirada hasta llegar al otro extremo el cual está pegado a la pared y justo cuando muevo el brazo siento su peso. Me miro la muñeca izquierda y tengo un horrible y ancho aro de metal que se conecta con las cadenas. Me les quedo mirando unos segundos, analizando que estoy amarrada en un lugar que ni yo sé cuál es.

Miro a mi alrededor en busca de algo conocido, pero no encuentro nada. Me miro mis piernas y casi suelto un grito por como están. Mis muslos están repletos de moretones, mis rodillas están super hinchadas y los gemelos parecen un lienzo con los colores morado, verde y rojo. Creo que azul también. ¿Cuánto tiempo pasó? Me doy cuenta de que solo llevo una bata larga puesta. Mis brazos están casi iguales que mis piernas y ni hablar de mis costados... es ahí cuando recuerdo

... la puñalada.

Me alzo la bata y en el lugar de la puñalada hay una venda con cinta que la mantiene en su sitio. Me tenso y un pequeño dolor me recorre haciendo que haga una mueca.

  Estoy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que hay alguien en la habitación. No sé si ya estaba ahí, pero creo que sí porque está dormido en uno de los sillones. Es Jared. Por instinto me echo hacia atrás en la cama pegando mi espalda a la pared. Su pecho sube y baja lentamente. Se ve relajado durmiendo, pero no creo que lo esté por la posición en la que está. Su cuello esta de una manera en la cual apuesto que le dolerá por más de una semana.

Una sensación me invade cuando se mueve y abre los ojos, pero los vuelve a cerrar. O eso creo. Suelto un grito del susto cuando se levanta de golpe clavando sus ojos diferentes en mí. Mis manos comienzan a temblar a causa del miedo. Me pego más a la pared. Ahora su pecho sube y baja de forma más rápida que hace segundos atrás.

—Estas despierta —dice más para sí mismo.

Me quedo callada y miro alrededor en busca de algo con lo que pueda defenderme si intenta hacerme daño, pero no hay nada.

Los próximo que hace es sentarse lentamente en la esquina de la cama sin dejar de mirarme. Es como si hubiera perdido la esperanza de que despertada y lo deduzco por cómo me mira.

—Llevas mucho tiempo dormida —dice como si me leyera el pensamiento.

—¿Cuánto? —digo en apenas un susurro.

—Dos semanas.

Abro los ojos como platos al escuchar eso. ¿Dos semanas? ¿Dos semanas inconsciente en está cama?

—La puñalada se te infectó y tuve que curarla yo solo, no podía pedirle ayuda a Alison porque me delataría —lo último que dijo llamo me atención.

—¿Qué te delataría?

—Todos piensan que estás muerta, Tanit.

Iba a decir algo, pero las palabras se me atoran en la garganta al escuchar sus palabras. Muerta... todos piensan que estoy muerta.

—Bueno... no todos, las presas piensan que te fuiste de vacaciones con tu familia —dice y dirige sus ojos a mis piernas.

—¿Las... presas? —pregunto.

—Los que trabajan en la casa... así les llamamos —confiesa.

—¿Por qué?

—No quieres saber.

  Y tenía razón, no quería saber porque les llamaban así a los empleados, pero en el fondo ya lo sabía. Mi mente comienza a maquinar las cosas que he visto y escuchado en lo que llevo aquí. El cuchillo en el cuarto de André, las cajas de la cabaña llenas de cuchillos, la actitud de Jenifer, la desaparición de Mila, la actitud de Fabi cada que Jared se me acercaba. Todo tenía sentido ahora... o eso creo.

—Sí es lo que estás pensando

—Ni siquiera sabes que estoy...  —le digo en un tono distante, pero no me deja terminar

—Claro que lo sé, y pues déjame decirte que lo que viste hace dos semanas en el sótano es lo que pasa a diario en esta casa. Todas las noches, o casi todas, elegimos a alguien para que sea la víctima del día —dice tranquilamente—, pero hay veces en las que no podemos contenernos y tomamos a la primera o primero que se nos atraviesa.

—Gina...

—La teníamos en la mira hace casi un mes —confiesa.

Noto como mis ojos se van aguando.

—Y eso fue lo que le paso a Mila —dice haciendo que lo mire a la cara—, se cruzó con mi madre cuando tuvo un ataque de... — la frase se queda en el aire cuando para de hablar abruptamente.

—¿De qué?

—No te interesa —dice y se levanta—. Te salvé la vida, Tanit. Nunca lo había hecho antes con nadie. Siempre soy el que la quita —con esa frase se acerca demasiado a mí. Su cara está a centímetros de la mía y si me muevo mis labios chocaran con los de él.

—He intentado matarte muchas veces —sus palabras hacen que abra los ojos como platos y un escalofrió me atraviese. —. Pero siempre había algo que no me dejaba... justo aquí —dice poniendo su mano sobre su corazón.

  Me quedo callada al no saber que hacer ni que decir. Estuve conviviendo con asesinos todo este tiempo, pero una parte muy profunda de mí lo sabía solo que no quería admitirlo. Desvío la mirada hacia la pared a mi derecha y siento como la mano de Jared me toma la barbilla para girarla hacia él de nuevo.

—No te voy a decir que no me tengas miedo, te diré lo contrario. No soy el tipo que se ablanda por una chica. Seguiré siendo yo, no intestes cambiarme... nunca... ¿oíste?

Apenas y asiento con la cabeza.

—Dilo en voz alta, Tanit —dice apretando más el agarre en mi barbilla.

—S-sí —le contesto en apenas un susurro.

  Se me queda mirando fijamente hasta que noto como sus ojos bajan a mis labios y me estremezco. Empiezo a menear la cabeza de lado a lado, pero su agarre me lo impide. Intento alejarlo con el brazo, pero un dolor un poco fuerte lo recorre haciendo que lo deje en donde está. Sus ojos van de mis ojos a mis labios otra vez y cada vez me estreso más.

—Cálmate, supera eso.

Hago una mueca de confusión al escuchar sus palabras. ¿Supera eso?

—¿A-a que t-te refieres? —pregunto.

—A que superes tus miedos, a que dejes de pensar en el pasado y vivas el presente y el futuro... a eso —dice y, por fin, me suelta.

—No sé de qué estás hablando —le digo.

—Sé lo que te hizo tu padre.

Con esas palabras me paralizo. Lo sabe. Desvio la mirada a otro lado para no mirarlo a la cara y no tener que ver esos ojos que me causan miles de sensaciones diferentes.

—Y también sé que mataste a tu padre —dice con orgullo en la voz.

—Fue en defensa propia.

—Defensa propia es cuando la persona te está atacando a ti, no cuando la apuñalas por la espalda —aclara.

—Estaba matando a mi madre, no tenía opción... y ni siquiera sé porque te estoy explicando esto —digo con tono molesto intentando volver a soltarme de su agarre.

—Mataste a una persona, Tanit y eso... me gusta —lo dice como si se saboreara cada palabra.

  Un silencio abarca nuestro alrededor por los próximos segundos. Siento como sus ojos no se despegan de mí y yo solo puedo mirar para otro lado esperando a que se aleje, pero no lo hace. Hace todo lo contrario. Corta la poca distancia que separaba nuestros rostros y pega sus labios a los míos. Todo mi cuerpo se tensa ante el contacto. Sus labios comienzan a moverse lentamente y yo no le correspondo, pero al parecer eso a él no le importa porque no se detiene.

Lo próximo que hace es morderme el labio inferior levemente, pero mi único reflejo es apartar la cara hacia el lado. Siento su aliento en mi mejilla y un segundo después siento como roza su nariz contra esta.

—No importa que no me correspondas, lo que importa es que ya te besé —dice y se va alejando muy lentamente.

Yo me quedo mirando hacia el mismo lado mientras escucho como sus pasos se van alejando. Muevo la cabeza cuando el sonido de una puerta siendo cerrada con llave capta mi atención.

Y es como si algo en mí reaccionara.

No sé dónde estoy.

Estoy sola.

Estoy herida.

No puedo moverme.

Estoy encadenada.

Estoy secuestrada... por una familia de asesinos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro