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Piernas/Muslos

Las miradas de JongIn siempre solían variar al igual que sus besos, algunas veces mostraban precaución, otras veces eran suaves y algunas otras, como esa, eran definitivamente ardientes.

JongIn se irguió entre sus piernas y KyungSoo se ruborizó al instante, las mejillas se le colorearon de un precioso carmesí, mientras los dedos largos de su novio recorrían con parsimonia los costados de su estómago, descendiendo peligrosamente por la base de sus caderas perfectas.

El muchacho moreno siempre le decía cuánto le gustaban sus caderas, su manera peculiar de contonearlas al andar y también la manera en que se alzaban gloriosas mientras sus manos las tocaban cuando tenían intimidad.

Pese a tener tiempo en su relación y ser activos sexuales desde hacía un buen periodo, las cosas para KyungSoo algunas veces seguían siendo como al principio, le gustaba la sensación en el pecho cuando su novio se esmeraba por hacerlo parecer como si fuera la primera vez, como si fuese esa la primera vez que le desnudaba con tal convicción que KyungSoo se deshacía entre sus manos. Como si esa fuese la primera vez que lo veía desnudo y lo acariciaba de tal manera.

KyungSoo siempre había creído que las manos de JongIn eran mágicas, lo hacían olvidarse del nerviosismo que le inundaba cuando se quedaban a solas, pero su boca era simplemente hechizante.

No había nada más sensual que los labios pomposos de JongIn esbozando una cálida sonrisa para él, lo hacía lucir extremadamente sexy, sobre la cama, entre sus piernas, levantando su pierna derecha hasta colocarla sobre su hombro desnudo mientras él permanecía de rodillas y acariciaba constantemente sus piernas lampiñas.

JongIn las amaba justo así, se sentía extraordinario verlo cerrar los ojos y abrir ligeramente los labios, con cierta excitación cuando su boca dejaba un pequeño beso sobre su tobillo, cuando su boca descendía por su pantorrilla y comenzaba a seguir pequeños caminillos invisibles. Escucharlo soltar pequeños quejidos mientras se aferraba a las sábanas, definitivamente era una de las visiones más extraordinarias que Kim JongIn pudiera ver.

ㅡ Estoy ansioso ㅡ JongIn proclamó con la voz ronca y KyungSoo jadeó, cuando sus besos ligeros llegaron a su rodilla y comenzaba a adentrarse en la parte interior de su pierna. ㅡ Te ves... precioso así.

ㅡ JongIn... estás jugando conmigo ㅡ KyungSoo se quejó, haciendo un puchero con sus labios acorazonados, haciéndolo lucir dulce y a la vez sensual, al menos JongIn así lo veía.

El moreno le sonrió y le regaló una de esas miradas que lo ponían a temblar y el bajito cerró los ojos, respirando profundamente y dejándose llevar, sintiendo cada pequeño movimiento de los labios de su novio sobre su pierna, llenándolo de besos y torturándolo lentamente mientras él se contenía.

JongIn sabía cómo amar a KyungSoo, en muchas maneras, con besos suaves y otros apresurados, con besos candentes, con suaves miradas y con roces sobre su cuerpo en lugares estratégicos, para complacerlo y hacerle sentir amado; y KyungSoo lo amaba de regreso en todos los sentidos.

ㅡ Bueno Jagi, debemos aprovechar cuando la casa está sola.

Sí, JongIn era un amor, uno muy travieso y a KyungSoo le encantaba.

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