<<Álvaro>>

Montenegro, un apellido conocido por cualquier pandilla en el bajo mundo de las calles de Medellín. Mi padre comenzó desde abajo y formó todo un imperio haciéndose con el control total de toda la cocaína que cruza las fronteras. Un hombre respetado e intimidante, con una complexión corporal que le hace justicia a su fama. Para sus subordinados es la imagen clara de un líder, pero este líder tiene una enfermedad: Azooespermia.

La azooespermia es la ausencia de espermatozoides en el semen. Esa patología fue la que me llevó a su vida.

Crecí creyendo que era de su sangre, y para todos lo era, pero para el señor Montenegro no era más que un soldado con el cual compartió su apellido y al que su mujer crió como un hijo. Por más que su esposa, mi madre adoptiva intentó mantenerme alejado de las armas y la droga, nunca fui ajeno a ello y aunque lo quisiera, las palizas de mi padre me recordaban que solo era su sustituto, su heredero, no su hijo.

Tuve una madre, pero nunca un padre.

Cuando la vida comenzaba a sonreírme, tuve que regresar desde Inglaterra a la hacienda donde crecí. Siempre fui un chico demasiado aventajado para mi edad y aunque mi padre adoptivo solo me quería para meter plomo, mi madre le hizo ver que enviarme a la universidad sería de gran utilidad para el negocio. El detalle está en que lo engañamos diciendo que cursaría negociaciones y no medicina.

Leticia Montenegro, fue una médico conocida pero su peor error fue enamorarse del líder de un cartel de la droga. De ella aprendí todo lo que sé, ya que me educaron en casa, algunos niños preferían cuentos para dormir, yo eligiría en su lugar que mamá me hablara sobre el cuerpo humano. A mí yo de diez años le parecía asombroso como nuestros órganos trabajaban en conjunto al igual que las máquinas de una fábrica.

Pero las máquinas dentro de mi madre comenzaron a fallar.

Solo llevaba seis meses en Oxford cuando tuve que regresar porque la persona que más he amado, había enfermado y ya no había medicamento o tratamiento que aplazaran lo inevitable. Sin embargo no esperaba las que serían sus últimas palabras en su lecho de muerte.

-No naciste de mi vientre mi chiquito -Su mano pálida y temblorosa acarició mi rostro-. Debes buscar a tu verdadera familia, no dejes que tu padre apague tu luz.

Enterarme que era adoptado no significaba nada para mí, porque llevara o no su sangre ella era mi única familia.

-Estoy seguro de que ellos no me quisieron, no voy a perder el tiempo yendo detrás de una madre que nunca me amó, tú eres mi única mamá.

-No puedo responder a eso, pequeño, pero debes buscar a tu familia, principalmente a tu hermana -Me pidió con los ojos claros cristalizados por las lágrimas.

-¿Hermana? ¿A qué te refieres?

-Cuando te adoptamos había una niña, una bebé, yo quería traerla contigo a casa, pero tu padre me lo prohibió solo porque era una chica no le servía para su negocio.

-Misógeno de mierda.

-Sin embargo yo busqué información sobre ella, quería saber quién la había adoptado para que algún día os conocierais. La adoptó una familia italiana, y le dieron el nombre Elizabeth Marchetti.

Elizabeth Marchetti.

-Prometo que la buscaré.

-Júralo hijo.

-Lo juro mamá -Lleve mis labios a su frente y sellé mi promesa.

Buscando cumplir mis palabras, acepté interesarme por los negocios de mi padre adoptivo, ya que tras una búsqueda confirmé que él tenía negocios con los Marchetti o más bien con la Famiglia, una organización criminal a la que pertenecía la familia adoptiva de Elizabeth.

Pensé que ella había crecido como una princesa mafiosa mimada, adaptada a salirse con la suya, pero bastó con darle una mirada en aquel yate para saber que el hogar donde creció había sido más siniestro que el mío.

Ella era una princesa enjaulada, pero una princesa guerrera. Sin embargo tenía a alguien dispuesto a protegerla, ya que solo respiré cerca de ella un par de segundos y al otro lado de la habitación el recién comprometido de ojos rojos parecía querer cortarme la garganta.

Fingí no hablar bien inglés y menos entenderlo: hazle creer que no los entiendes y confesaran sus secretos delante de mí. A través de Fiorella, y su obsesión por ser el centro de atención y opacar a su hermana adoptiva, obtuve tanta información sobre la infancia y crianza de Elizabeth como pude.

Tomar una muestra del ADN de ella se hizo fácil una vez que me le acerqué, y los resultados confirmaron lo que mi madre me había confesado: Somos hermanos.

Desde entonces me propuse ganarme la confianza de mi hermana, la única persona que tenía en este mundo; y hacer hasta lo imposible por sacarla de aquella jaula.

Pero entonces recibí una visita inesperada: Romeo Golkov.

-¿Te suenan los nombres Franco y Rubí? -Fue lo primero que preguntó el de ojos azules, luego de que quedáramos en una cafetería con temática navideña.

El nombre Rubí lo había escuchado antes, algunas personas en el yate murmuraban sobre ella pero nunca les presté atención.

Entonces Romeo vació el contenido de un sobre en la mesa delante de mí: Decenas de fotografías donde aparecía un chico con ojos de colores distintos y una chica que bien podía haber sido la gemela de Elizabeth, solo que estaba embarazada.

-Esos son tus padres biológicos -confesó el chico de acento ruso.

Miré los rostros con más atención.

Ellos eran jóvenes, probablemente tenían la misma edad que yo.

¿Fui producto de un embarazo adolescente?

¿Eso tal vez explicaba el hecho de ser abandonado en un orfanato?

Las expresiones en su rostro eran felices y por su vestimenta no parecían chicos de escasos recursos ni que estuvieran atravesando una mala situación económica.

Sus sonrisas cómplices y la forma en que el chico abrazaba a la chica demostraba que la amaba a ella y a los bebés en su vientre.

Voltee una de las fotografías y leí las palabras escritas detrás con una perfecta caligrafía:

Hola, pequeños, si estáis viendo esta foto quiero deciros que aquí tenéis seis meses viviendo en el vientre de su maravillosa madre. Probablemente penséis que somos muy jóvenes para ser padres y es que lo somos, pero eso no significa que no estemos deseando conocerlos. Ya sabemos que sois una niña y un niño, pero aún no decidimos los nombres, hicimos una lista extensa, esperamos que les guste nuestra elección y por favor dejad que su madre coma algo más que no sea fresas.

Los esperamos con ansias: Sus padres.

-¿Y tú quién eres? -Me limpié las lágrimas que había escapado de mis ojos y miré al chico sentado frente a mí. Su parecido con la mujer de la foto y con Elizabeth era notable, sin embargo ese chico no era más que un extraño que me había citado en una cafetería afirmando tener información de mi verdera familia. Soy consciente de que podía haberse tratado de una trampa para intentar asustarme o apartarme de mi búsqueda, pero solo yo sabía mi secreto, no iba dejando huellas de mis investigaciones por ahí, siempre he sido cuidadoso y reservado.

-¿Yo? -Se carcajeó sin gracia y le dio un trago rápido a su vaso de vodka-. Un idiota que creía que era tú, el hijo de ellos, el heredero de la Famiglia, hasta que una prueba de ADN demostró que estaba equivocado.

-¿Qué quieres de mí? -Fui directo al grano-. Porque dudo que me brindes esta información por tu alma caritativa -Mi vista fue a la pelirroja armada detrás de él y los dos gorilas en la puerta, me hizo falta un vistazo más al local para dar con una bandera rusa en miniatura, lo que me daba una idea de quienes tenía delante.

Probablemente miembros de la Bratva.

-Quiero que me ayudes a encontrar a Rubí -respondió.

-¿Por qué crees que estoy interesado en buscar a la mujer que nos abandonó a mi hermana y a mí en un orfanato?

Las palabras que acababa de leer, bien podrían haber sido escritas por el chico frente a mí, no eran una prueba de nada.

-Porque no tienes ni idea de la mierda que hay detrás de todo esto, pero para que vayas haciéndote una... -Señaló al chico en la fotografía-. Tu padre biológico cree que estáis muertos y estuvo encerrado en un manicomio los últimos dieciocho años, por otro lado todos creen que Rubí murió también, pero resulta que su tumba está vacía.

-¿Estás insinuando que alguien decidió sobre el destino de todos nosotros, separando totalmente a mi familia?

-Exactamente.

-¿Y se puede saber por qué quieres encontrar a mi supuesta madre?

-Solo ella tiene la respuesta de mi procedencia -admitió pensativo-. ¿Tuvo dos embarazos en un año? ¿Fui producto de una infidelidad de ella? No lo sé, pero lo que está claro es que yo también soy su hijo.

Resultó que Romeo estaba equivocado en esto último, y quien lo había engañado toda su vida fue su propio padre, mientras yo crecí sin saber que era adoptado, a Romeo le recordaban día a día que no pertenecía a la familia Golkov y terminó siendo todo lo contrario, resultó que era el hijo bastardo de Mijaíl Golkov I con la gemela de Rubí, Gema, de quien no existía casi rastro hasta que Franco la mencionó.

-¿Por qué tu verdadero padre te hizo creer que no eras su hijo? -Pregunté en otra ocasión durante una de nuestras llamadas.

-Para que reclamara el liderazgo de la Famiglia, para que me hiciera con el poder sobre sus enemigos. Sus dos hijos, su sangre, cada uno, un rey de la mafia, resultó ser todo un hijo de puta avaricioso el señor Mijaíl Golkov I -Se carcajeó sin gracia como de costumbre-. Por eso fue tras Demon cuando supo que eventualmente este sería el Capo, quería eliminar a mi supuesta competencia, pero mordió más de lo que podía tragar y subestimó las capacidades del Aquiles de la Famiglia así que terminó muerto en sus manos y su cabeza en el Kremlin como un puto escarmiento.

-¿Qué vas a hacer ahora?

-Necesito respuestas de mi verdera madre, pero también tomaré lo que me corresponde. Moy otets¹ no tenía una maldita idea de lo avaricioso que puede ser su bastardo, supongo que en eso nos parecemos.

-Bien, yo cumplí con encontrar a tu madre, ahora quiero que me ayudes a encontrar a la mía.

-Tranquilo, apuesto mi polla a que Gema conoce el paradero de Rubí, me ganaré su confianza y conseguiré esa información.

Y Romeo lo logró, solo que Gema quería algo a cambio por esa información, una prueba de su lealtad, quería a Elizabeth pero no porque le interesara su sobrina en lo más mínimo sino porque la veía como el medio más directo para llegar hasta Demon. Fue ahí donde entró mi traición hacia mi propia hermana, y de lo cual me arrepentiré siempre, pero era la única forma de encontrar a nuestra madre.

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moy otets¹: mi padre (ruso)

Holaaaaaaaaaa, aquí un extra para que conocierais el punto de vista de Álvaro, fotito de él en multimedia.

Kisses en el siemprezucio😏❤️