Extra II
*Nunca me arrepentiré del día en que te llame mía*
Call You Mine — The Chainsmokers, Bebe Rexha Call
Varios años atrás...
— ¡Elizabeth, cariño ya es hora de tu baño! —exclama Lorenza desde la puerta de la cocina que da al jardín.
Detengo mis movimientos y miro en su dirección.
— Pero aún no termino de entrenar nana Lorenza y hoy es el último sábado del mes, sabes que Padre no me deja salir al jardín ningún otro día —Observo mi florete nuevo.
Padre me lo regaló hace dos semanas y desde entonces no he dejado de entrenar. Las competencias comenzarán pronto y quiero que esté orgulloso de mí.
— Pero cara mía, el señor Marchetti ha dado órdenes claras, ya tienes que ir a tu habitación —Su voz se torna paciente y entiendo que tengo que obedecer o pagará ella los platos rotos.
Con los ánimos por los suelos atravieso el jardín lleno de rosas blancas y entro a casa por la puerta de la cocina pero el olor a comida recién hecha hace mi estómago gruñir.
— Nana, tengo hambre... —digo bajito pero es suficiente para que me escuche.
— A penas termine de servirle la cena a los señores y a sus invitados te llevaré la tuya a tu habitación.
— ¿Pero y sí Padre me deja de nuevo sin cenar?
Me observa con tristeza y toma dos dulces de una canasta.
— Come esto por ahora, estoy segura de que el señor Marchetti me enviará más tarde a tu habitación con la cena.
Muevo mi cabeza en afirmación y le entrego mi florete para tomar los dos dulces.
Padre nunca me deja el florete fuera de los entrenamientos.
Observo como unas personas vestidas con uniformes se mueven de un lado para otro con rapidez sacando la vajilla de plata y llenándola de comida.
— ¿Qué se celebra hoy? —cuestiono e intento recordar si hoy es una fecha importante pero nada viene a mi cabeza.
Aún falta mucho para el día de acción de gracias.
— El compromiso de tu hermana.
— ¿Fiorella se casa?
— Sí, el joven Leone viene para pedir su mano en matrimonio.
— ¿Y Fiorella va a usar un vestido de princesa en su boda?—La emoción me invade y no puedo evitarlo.
— Seguro que sí.
— ¿Y yo podré ir? ¿Y podré usar uno de esos vestidos bonitos y nuevos?
— No sé pero tal vez si ganas la competencia, el señor Marchetti te permita asistir.
Sonrío y salgo de la cocina dando saltitos de felicidad.
Podré usar un vestido de princesa si gano la competencia.
Al pasar por la sala veo a Fiorella bajar las escaleras con el cabello rubio suelto cayendo por su espalda y un bonito vestido con falda de volantes rosa. La acompaña Madre con una vestimenta similar y ambas lucen igual de contentas.
Sin duda hoy es un día importante para que Madre esté sonriendo sin beber de su copa.
Padre las alcanza al pie de las escaleras y tengo que esconderme detrás de uno de los enormes asientos para que no me vean o estaré en graves problemas.
A Padre no le gusta que ande merodeando por esta parte de la casa.
Mi vista viaja al ventanal que da a la fuente y observo como estacionan varios autos y bajan de ellos muchos hombres de negro.
Me asusto y llevo mis rodillas a mi pecho pero luego entiendo que esos hombres solo están protegiendo al señor de traje azul que baja de uno de los coches y al joven buen mozo que lo acompaña.
Una extraña sensación de calor inunda mis mejillas y algo en mi pecho se agita.
Se parece a los chicos guapos de las revistas que siempre ve Bianca.
Me oculto más detrás del mueble y escucho como Padre los recibe.
El Capo está en la casa con su hijo.
No hace falta escuchar más para caminar oculta detrás de los sofás sujetando mis dulces.
A Padre no le gusta que salga de mi habitación cuando ese señor viene a casa.
Rezando para que no me vean, intento salir de la sala de estar, pero apenas doy tres pasos cuando caigo de bruces delante de una zapatillas Nike negras.
Oh no, estoy en graves problemas.
Mi vista se queda en los dulces aplastados por mis propias manos y poco a poco voy levantando mi mirada hasta encontrarme con el chico con cara de príncipe.
— ¿Y esta niña quién es? —cuestiona mirándome desde su imponente altura así que me pongo pie aún con las manos llenas de azúcar y harina, sin embargo él me saca casi tres cabezas.
— Es la hija de la empleada —contesta Madre— ¡Elizabeth mira lo que has hecho! ¡Por dios, no te da vergüenza! —Grita— ¡Lárgate de aquí, que estamos esperando al resto de los invitados y dile a Lorenza que venga a limpiar el desastre que hiciste!
Padre se muestra de acuerdo con su esposa y con los ojos cristalizados camino despacio hacia la cocina.
Yo nunca perteneceré a esta familia.
— La chica solo se tropezó, no es para que formen tanto drama —escucho la voz del chico a mis espaldas y un extraño regocijo me invade.
— Tú eres el menos indicado para decirme como tratar a mis empleados, ni siquiera vienes vestido de etiqueta para tu fiesta de compromiso —expresa Madre dejando ver su desaprobación por el atuendo casual del joven y el mismo se carcajea.
— Eso es para que vea la gran merda que me importa casarme con su figlia.
— ¡Demon! —Alguien lo regaña y es lo último que escucho antes de adentrarme a la cocina.
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Con la mirada posada en el techo de mi habitación al final del pasillo, intento recordar donde he visto anteriormente al chico con rostro de modelo y aunque esa sensación está ahí no logro hacer memoria.
Desde mi ubicación escucho la música suave del jardín así como risas y conversaciones.
Al parecer ya llegaron el resto de los invitados.
Dejo de mirar el techo cuestionándome cosas sin importancia y tomo una silla para subirme en ella y mirar por la ventana hacia el jardín.
Al abrir la pequeña separación lo primero que veo es que las amigas de Fiorella y sus familias están aquí también, así como el resto de personas que visitan la casa en navidad.
Todas las damas llevan vestidos bonitos.
Me entretengo mirando las luces del jardín y la piscina hasta que noto a dos figuras acercarse a mi ventana.
Cierro un poco la misma para evitar ser descubierta pero dejo el espacio suficiente para observar.
El señor de traje azul está hablando con el chico que se parece al príncipe de Ariel. Lo regaña y le grita cosas y al joven parece importarle muy poco.
— ¡No me quiero casar con ella! ¡Ni siquiera me atrae!—protesta el chico.
— ¡Fiorella es perfecta para ti y si quieres ocupar mi puesto de aquí a unos años, tienes que casarte!
— Para ocupar su puesto tendría que usted estar muerto pero adivina qué, aún sigue vivo y si me caso con ella no me dejará otra opción que matarlo —suelta con burla aunque más que una broma eso parece una amenaza entre risas despreocupadas.
Una fuerte cachetada le borra la sonrisa y yo solo me quedo mirándolos atónita.
— Ten cuidado con lo que dices Demon, bien podría convencer al consejo de que no me retiren del cargo.
El chico lo mira con una ceja alzada.
— Hazlo, mientras tú intentas convencerlos yo estaré recuperando cada territorio que nos quitó la Bratva por tu irresponsabilidad y tus malas gestiones.
El Capo lo mira con los ojos hirviendo de ira pero a lo lejos escucho la voz de Padre llamarlo y se aleja escupiendo fuego por las orejas.
— ¡Solo acepta casarte y deja de darme dolores de cabeza!
El chico rueda los ojos y de repente posa su vista en mí.
Sabe que he estado aquí todo el tiempo.
— ¿Tus padres no te enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas? —cuestiona con sorna.
— ¿Acaso tengo yo la culpa de estuvieran discutiendo a lado de mi habitación? —Empleo su mismo tono.
— Creo haberte visto antes.
— Lastima que yo no a ti —miento.
— Niñata malcriada.
— No soy ninguna niñata, tengo diez años, ya me están creciendo los bubbies.
Sonríe con burla.
— ¿Diez años? Retiro lo de niñata.
Sonrío victoriosa.
— A penas eres una bebé —se burla y me dan ganas de emparejarle el rostro con otra cachetada.
— Imbécil.
— Niñata.
— ¡Púdrete! —le saco la lengua y eso solo hace reír.
Me da la espalda y comienza a caminar de vuelta a la fiesta
— ¡Adiós, Joya mía! —exclama y está claro que nos conocimos antes, aunque yo no recuerdo cuando.
Paso horas en mi habitación esperando la cena pero nunca llega y entiendo que ese fue el castigo de Padre por desobedecer una de sus órdenes.
Las horas se convierten en dos días... Y luego llega el momento al que más le temo... Sus castigos... Diez años... Diez golpes...
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Pues espero que les haya gustado este pequeño extra. Pronto regresaré con otro capítulo ya que ahora estoy de vacaciones y tengo muchas ideas y ganas de escribir. Gracias por leerme y dejar su voto 🥺♥️ los quiero mucho.
En próximos capítulos conocerán un poco del pasado de Demon y el por qué puede ser Capo sin Flavio haber muerto.
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