✧Capítulo 53✧
♪Conversations in the dark♪- John Legend
<<Demon>>
El baile de recién casados da inicio y el señor Kobayashi con ayuda de su bastón intenta seguirle el ritmo a Carina. Como el matrimonio está compuesto por dos culturas diferentes, decidieron hacer una boda tradicional italiana pero con decoración japonesa, de ahí que tenga que sacudir los pétalos de cerezo de mi cabello cada veinte segundos.
Realizar la celebración en el jardín climatizado de uno de los hoteles Vitiello fue una gran idea ya que no sólo le darían promoción al lugar, sino también estaría en mi territorio en caso de que las aguas se tornaran turbias.
No es común que los hombres yakuzas se casen con extranjeras, pero como Kobayashi ya tiene cierta edad y ya le dio a su organización suficientes herederos, supongo que no está mal visto que se case con alguien de afuera para asegurar un trato beneficioso para ambas organizaciones.
Otro pétalo rosa desciende del maldito árbol artificial hasta el cabello de Elizabeth y me encuentro apartándolo antes de darme cuenta, sin embargo ella parece un poco perdida cuando mira hacia mi mano con el pétalo.
-No sabía que habían flores de cerezo en invierno -menciona como si recién se diera cuenta de que estamos rodeados de árboles lleno de flores. Ha estado distraída desde que Luca se le acercó.
Me pregunto qué le habrá dicho que tiene su mente a mil millas de aquí.
-Es artificial -aclaro y señalo a nuestro alrededor donde todo parece sacado de un anuncio de primavera-,
pero si tienes el dinero suficiente puedes incluso comprar una estación del año.
Elizabeth continúa mirando el pétalo en mi mano, hasta que lo toma y juega con él un poco.
-Nunca he visto un cerezo de verdad -menciona.
-Los pétalos simbolizan tanto la vida como la muerte -comenta Akiko sentada frente a nosotros, captando nuestra atención-, la llegada de la primavera trae como promesa una nueva vida, la floración de los cerezos trae un sentido de vitalidad.
-¿Y por qué simbolizan la muerte? -cuestiona Bianca a su lado.
-Porque su corta vida útil es un recordatorio de que la vida es fugaz -responde alzando la manga de su vestido para mostrarnos una flor del cerezo en su antebrazo con las palabras vida o muerte.
Ellas dos vuelven a su conversación con Enzo sobre lubricantes y Elizabeth sacude otro pétalo ahora de mi traje oscuro.
-¿Crees que algún día la primavera llegue para los que hemos pasado toda una vida en el invierno? -cuestiona con la vista fija en mis labios.
-Incluso en el polo norte sale el sol -expreso-, así que sí, nosotros también podemos dejar el invierno atrás en algún momento...
-Y florecer -termina por mí.
Los aplausos interrumpen nuestra conversación y Elizabeth toma mi mano como una invitación a bailar. Me sorprende la naturalidad de este simple gesto.
✧✧✧
-¿Entonces nunca fuiste a un baile de invierno o de graduación? -cuestiona en el momento justo que la hago dar un giro elegante. Las capas de su vestido lavanda giran con ella en cada movimiento para luego descender sobre su cuerpo con una delicadeza que la hace lucir como un hada de las flores. Y los mechones de cabello brillante cayendo sobre su rostro le dan un toque más sensual y divertido, rivalizando con la inocencia de su expresión.
Claramente prefiero verla desnuda, pero el vestido me agrada lo suficiente como para permitir que me prive de su cálida piel por al menos un par de horas más.
-No estaban permitidos ese tipo de bailes en un colegio de chicos -contesto y tiro de ella hacia mí-, y mi graduación de bachillerato fue en línea así que nunca asistí a ninguno de esos bailes.
-En nuestro colegio se permiten los bailes de invierno, es una forma de recolectar cheques, según el Padre, para obras benéficas -Su ceño se frunce como recordando algo-, pero Marchetti nunca me permitió asistir a ninguno, aunque tal vez pueda ir a mi baile de graduación ahora que él no está.
-No puedo creer que esté casado con una chica que ni siquiera ha terminado el bachillerato -Sonrío sobre sus labios.
-¿Acaso eso es culpa mía? -Me mira con el ceño fruncido y pechizca mi costado, aunque más bien se siente como la caricia de un gatito.
-Todos los días imagino la sonrisa de nuestros nietos cuando le contemos nuestra historia.
-Si no enveneno tu comida antes de siquiera tener hijos.
-Me quieres demasiado como para hacerlo -expreso y espero su réplica sin embargo sonríe de una forma distinta a cada sonrisa de esta noche, como si estuviera sonriendo de verdad por primera vez desde que llegamos al hotel.
Bien, eso sin duda ha sido una pequeña victoria.
Termino de acortar la distancia entre nuestras bocas y la beso, porque he querido hacerlo cada momento del día, porque puedo hacerlo incluso si todo a nuestro alrededor constituye una amenaza, porque si Elizabeth está entre mis brazos podré cuidarla de cualquiera que intente hacerle daño.
La canción culmina y bailamos otra, hasta que estamos lo suficientemente cansados como para regresar a nuestra mesa.
Sin embargo alguien decide interponerse en nuestro camino y me sorprende ver de quien se trata. Elizabeth la mira con recelo y me planteo dejarlas solas para que hablen, pero como siempre Fiorella ignora a la chica que creció junto a ella.
-Veo que siguen juntos -dice la rubia dirigiéndose a mí.
-Supongo que ese el objetivo la mayoría de las veces cuando dos personas se casan -aclaro-: Estar juntos.
-Sigo sin entender por qué prefieres a una chica tan dañada -suelta como si nada y Elizabeth junto a mí baja la mirada, avergonzada.
Últimamente nuestras noches juntos no terminan con ambos agotados y satisfechos, sino con lágrimas, cuerpos temblorosos de miedo y rabia.
-Porque estoy igual de dañado -respondo sin despegar la vista de mi esposa, esperando que me mire, mientras siento la calidez de su piel traspasar el vestido hacia mi mano en su espalda baja-, porque ambos estamos tan rotos que a la vez somos el oro que se necesita para reparar al otro.
-Como el kintsugi¹ -agrega Elizabeth a mi lado y sonríe con timidez, girando su rostro para mirarme.
Fiorella nos observa con confusión.
-Como sea -Hace un gesto de desdén y vuelve a dirigirse a mí-.Lo que menos puedes hacer por mí después de romper nuestro compromiso, es buscarme un esposo de la alta sociedad.
-¿Tengo cara de casamentero?
-No, pero de tu aprobación depende cada decisión que se toma en la Famiglia, y en este momento ningún hijo de la Cosa Nostra me quiere así que estoy dispuesta a casarme con quien necesites cerrar un trato -Sonríe satisfecha como si esa fuera la mejor idea que ha tenido en su vida, antes de bajar un poco la voz-: Mi padre se largó con todo nuestro dinero, apenas y nos dejó algunas joyas ¡Estoy repitiendo vestido!
Apenas habíamos reparado en su inútil presencia, pero lo que dice me toma por sorpresa.
Las últimas cámaras que captaron a Marchetti, eran de un aeropuerto, pero no esperé que le robara a su propia familia y las abandonara. O la Bratva lo tiene amenzado con hacerle daño a su esposa e hija, o realmente le importa una mierda dejarlas atrás.
-¿Dónde está Giovanni? -Elizabeth pone en palabras mis pensamientos.
-Solo Dios sabe donde estará -Fiorella rueda los ojos y nos mira exasperada-. Lo importante aquí, es que mi madre y yo estamos en la arruina, y nadie de nuestra familia quiere ayudarnos -Mira hacia ambos lados para ver si alguien más la está escuchando y agrega-: Tengo que sacrificarme para sacarnos de la miseria, ni siquiera tenemos dinero para pagarle a los empleados -Se ríe histérica como si ese fuera el fin del mundo.
-¿Y tu bebé? -le pregunta mi esposa mirando su vientre.
-Lo daré en adopción apenas nazca -responde, como si fuera obvio-, todo tiene un precio y mucha gente pagaría por un pequeño bastardo. Solo mira lo astuta que resultaste ser.
-Crecer entre víboras te enseña cosas -Elizabeth le sonríe y joder quiero volver a besarla.
Dejamos a Fiorella atrás quejándose sobre su falta de ingresos y volvemos a nuestra mesa, donde un chef hace todo un espectáculo con la comida y otro empleado nos ofrece una bebida extraña.
Sin embargo antes de oler tan siquiera el licor ámbar, Elizabeth me está arrebatando el vaso como si el mismo contuviera una enfermedad mortal.
-¿Qué sucede? -cuestiono mirando a nuestro alrededor como la gente bebe y nadie cae al suelo, convulsionando.
-Es un licor de almendras -me dice y se acerca lo suficiente como para que nadie excepto yo, la escuche-: Y tú eres alérgico a las almendras.
-Cierto pero... ¿Por qué susurras? -Sonrío cuando la veo alejar las copas lo más posible de nosotros.
-Porque ya sabes eres el Aquiles de la Famiglia, no tienes ninguna debilidad y bla bla bla... Supongo que tienes una imagen que mantener -continúa susurrando.
-¿Acabas de decir bla bla bla como el conde Drácula en Hotel Transylvania?
-¡¿Viste esa película?! -chilla en un susurro si es que eso es posible.
-No soy tan viejo -Ahora yo también susurro.
-Casi nada, solo tienes tropecientos años.
-Son solo veintiocho años -Me defiendo.
-A mí no me engañas, solo hay que ver tu color de ojos, y lo pálido que eres, para pensar que eres un vampiro.
-¿Te gustan los vampiros?
-Son bastante calientes, todo ese rollo de morder y chupar sangre, suena atractivo.
-Joya mía si lo que quieres es que te muerda, puedes pedírmelo, aunque chupar sangre no es lo mío, prefiero succionar otras...
Una tos cerca de nosotros interrumpe la loca conversación en que estábamos envueltos.
Alzo la vista molesto para encontrarme con Ferrara, uno de los lugartenientes tomando asiento en la otra silla junto a mí.
Bianca y Akiko arrastran a Elizabeth de regreso a la pista de baile, Enzo está intentando comerse tantos panecillos como sea posible y Luca y Donato están pendientes de la seguridad, así que no tengo otra opción que prestarle atención al idiota junto a mí.
Al parecer llegó tarde, ya que anteriormente hablé con los lugartenientes, todos dando sugerencias sobre que territorios de la Bratva están más vulnerables para atacar.
-¿La chica ya está embarazada cierto?-suelta de la nada, mirando a alguien como si tuviera visión de rayos X.
Sigo su mirada para notar que está observando a Elizabeth.
-¿Qué te hace pensar eso? -Mi tono es tan brusco como pretendía.
-Por cual otro motivo te casarías sin si siquiera hacer una boda tradicional.
-Eso no es de tu interés -le aclaro y trato de ignorarlo, viendo como el Chef corta un tomate en rebanadas con agilidad.
-Sabes que en la Famiglia, la vida privada del Capo es de interés de todos -continúa hablando Ferrara, como si mi vida y mis decisiones tuvieran que ser cuestionadas por todos-. En ti tenemos puestas nuestras esperanzas para seguir prosperando como llevamos haciéndolo más de un siglo. Y si ni siquiera has puesto un anillo en la mano de tu esposa que nos asegura que le pondrás un heredero en el vientre.
-Aún es demasiado joven para ser madre.
-Tu madre te tuvo con dieciséis años, que edad tiene esta chica ¿dieciocho? -Ignora la advertencia en mi mirada al escucharlo precisamente a él, mencionar a mi madre-. Su cuerpo está perfecto para ser fecundado, recuerda que las mujeres envejecen como las vacas y los hombres como el vino, así que deberías ir asegurando tu legado. No te preocupes por los cambios que tendrá su cuerpo, no es nada que el dinero no pueda arreglar -continúa con su cháchara causándome migraña-, o tal vez otra dama te pueda complacer.
-La Cosa Nostra no se toma muy bien la infidelidad -le recuerdo, aunque todos sabemos que la mayoría aparentan ser fieles y felices, sin embargo hablar tan abiertamente de la deslealtad en un evento donde estamos cerrando un trato, es muy idiota de su parte-. Ya sabes eso que dicen de si traicionas a la mujer que duerme contigo y confía plenamente en ti, porque le serías leal a una organización donde aparentemente todo tienen un precio, incluso la lealtad.
El viejo es un zoquete o es un suicida porque sigue hablando como si nada, mientras se reclina hacia atrás pasando una mano por los tres mechones de pelo en su cabeza.
-Pero tú sabes a que me refiero -continúa-, las señoritas virgininales y educadas que son nuestras hijas, se preparan desde la niñez para ser la esposa perfecta, esa que presentas en las fiestas de la alta sociedad y llevas a cenar a restaurantes caros -Ahora sonríe cómplice, como si fuéramos amigos de años-. Por otro lado están las chicas de la calle que son muy buenas en lo que hacen, pero no la presentarías a nadie, por su falta de clase y modales. Es como la comida, esta la cena y están los bocadillos que te comes entre comida y comida.
-¿Tiene una extraña comparación para todo?
-Deberías hacerle caso a este pobre viejo -Golpea su pecho-, aún eres joven y crees que esas curvas de tu esposa estarán siempre ahí, pero no.
Enzo al otro lado de la mesa nos mira a ambos con el ceño fruncido y por su mirada sé que está pensando.
-Otro consejo, cuando la dejes preñada envíala lejos -Palmea mi hombro con su mano grasienta-. Las mujeres embarazadas son insoportables y ni siquiera te dejan concentrarte en los negocios que es lo importante aquí.
Me mira como si hubiera hecho su tarea del día aconsejándome, cree que le voy a dar el puesto de Consigliere, no es el primer lugarteniente que se ha acercado a mí con las mismas intenciones.
-¿Ya terminaste? -Lo miro y asiente victorioso mientras Enzo procede a alejarse un poco de la mesa-. Bien -Me pongo de pie y en un ágil movimiento con el cuchillo del chef delante de nosotros, tomo su mano y le corto un dedo sin siquiera parpadear-. Esto es para que te lo pienses mejor la próxima vez a la hora de referirte a mi esposa como una vaca a la que dejar preñada. Elizabeth Leone debe ser tratada con respeto, no solo por ti, sino por cada miembro de esta maldita organización, ya que no sólo estamos casados, también es una mujer y en la Famiglia se respeta a las mujeres y a los niños, por más que Flavio haya intentado cambiar las cosas -No suelto su mano cuando vuelvo a dejar caer el cuchillo cortándole otro dedo y la sangre llega hasta el lugar donde estaba Enzo-: Y ese es por mencionar a mi madre.
Le devuelvo el cuchillo al Chef bajo la atenta mirada de todos, pero nadie se atreve a cuestionar mis acciones, todos vuelven a la plática como si nada hubiera sucedido, incluso la Yakuza, pues no somos muy diferentes.
Mi vista va a la pista de baile y noto que Elizabeth no está y en algún momento su amiga Bianca regresó a la mesa, porque ahora es la única persona que parece horrorizada viendo la sangre manchando el mantel.
Antes de preguntarle donde está mi esposa, mi teléfono vibra en el bolsillo de mi chaqueta y el número reflejado en la pantalla es el de ella.
Joya mía:
Estoy metida en un gran problema.
Yo:
¿Qué tan grande?
Joya mía:
Tan grande y pesado como Salvatore.
Leo el mensaje dos veces antes de maldecir.
Esta chica será mi muerte.
<<Elizabeth>>
-Demon mencionó que eres psiquiatra -le digo a Akiko mientras la observo retocar su labial frente al espejo del lujoso baño.
-Psiquiatra, psicoterapeuta, psicóloga,
médico del cerebro y sanador de mentes -menciona-. Soy de todo un poco cuando se trata de entender que pasa en nuestras cabezas ¿Quieres preguntarme algo? -Su atención se dirige a mí.
-¿Es posible recuperar recuerdos que tu cerebro se empeña en ocultar? -cuestiono, encontrarme con Fiorella y hablar de su padre, fue el empujón que necesitaba para por fin hacerle frente a mis miedos.
No puedo dejar que Marchetti siga teniendo el control de mi mente.
-Sí, es posible -responde mirándome con curiosidad-.Un psicoterapeuta te puede guiar para identificar los daños relacionados con tu pasado y también te puede brindar herramientas para lograr superar los traumas vinculados a esos recuerdos que tu inconsciente decidió bloquear.
-Quiero hacer exactamente eso -admito-, porque siento que nunca podré liberarme de mi agresor, hasta que no enfrente esos recuerdos. Mi cuerpo se paraliza o tiembla compulsivamente de solo pensar en estar a solas con él y por más que aprenda como defenderme sé que cuando venga a por mí, nada de eso funcionará.
Su mirada se vuelve más cálida y comprensiva.
-Demon me habló del ataque de Robert -menciona-, y de como usó la oscuridad para tratar de inmovilizarte, sin embargo corriste, eso ya es un primer paso.
-Desde ese día las pesadillas han regresado con más frecuencia, hay momentos donde no sé si son recuerdos -Bajo la mirada a mis manos-, o es el miedo y la ansiedad lo que me provocan esos sueños.
-Pueden ser ambas cosas, pero también puedes enfrentarlos -Saca una tarjeta de su cartera tejida con varios hilos de colores-.Aquí está mi número y la dirección de mi consultorio, aunque estemos en días de fiestas, puedo agendarte una cita cuando lo necesites.
-Muchas gracias -le digo leyendo la información en la tarjeta.
Palmea mi hombro.
-Ya estás dando dos pasos en la dirección correcta al asumir que necesitas ayuda y querer enfrentarte a los secretos que oculta tu subconsciente -Besa mis dos mejillas-. Paz y amor.
Pasa por mi lado directo hacia la puerta, dejando un olor frutal a su paso.
Guardo la tarjeta en mi pequeño bolso de mano y sonrío al espejo.
-Podras hacerlo Elizabeth -me digo a mí misma y camino hacia la puerta.
✧✧✧
De regreso al extenso y elegante pasillo, me permito admirar la decoración del interior del hotel, una mezcla de tonalidades de dorado, negro y cristales ligeramente transparentes donde puedes observar tu reflejo como si estuvieras a la orilla de un río.
Demon mencionó que este fue el primer hotel que su familia materna inauguró en Nueva York, y el motivo por el cual su abuelo le dio la mano de Alessia en matrimonio a Flavio. Los Leone querían invertir en cadenas hoteleras y todos sabemos como se cierran los negocios en la Famiglia.
Hace unos años, Flavio se endeudó gravemente con un cartel mexicano al ser confiscado por los autoridades varias toneladas de cocaína y por tal de no ir a una guerra o terminar muerto en una zanja, se vio obligado a vender sus acciones de la cadena de hoteles a Demon, quien ahora posee el 80%. El otro 20% está a nombre de Franco Leone II y permanecen intocables ya que para el mundo, este está desaparecido.
Giro en uno de los pasillos que va directo al jardín y un pequeño cuerpo impacta conmigo. Mis manos vuelan a sus hombros intentando estabilizarlo y me encuentro con los ojos azul marino de Ryan Salvatore.
-Señorita Elizabeth -Me mira con la respiración agitada y su vista va a una de las puertas casi al final del pasillo.
-¿Estás bien? -Cuestiono observando su cuerpo tembloroso y reconozco los síntomas, está a punto de tener un ataque de pánico.
-¡Él le está haciendo daño! -suelta en un grito tan desgarrador que me eriza la piel.
-¿Él quien? -Intento calmarlo colocándome a su altura, pero sus ojos brillantes parecen desorbitados.
-Santino... Santino quiere hacerle daño a mamá.
Santino es su padre.
-Iré a buscar ayuda, quédate aquí -Lo ayudo a sentarse en el suelo y le indico que respire, aunque es un niño pequeño, entiende bien lo que le digo-De acuerdo, sigue haciendo ese ejercicio, para cuando termines, todo habrá terminado.
Él vuelve a mirar hacia la misma puerta y antes de darme cuenta mis pies se dirigen allí. La voz de Santino Salvatore se filtra a través de la puerta entreabierta mientras grita incoherencias y vasta con echar un vistazo dentro para verlo con una mano enorme presionando fuertemente el cuello de Isabella, mientras su otra mano intenta subirle la falda del vestido.
Una de las reglas en la Famiglia es nunca involucrarse en las discusiones de un matrimonio, pero dudo que esto sea algún juego previo de una pareja enamorada cuando la diferencia de edad es enorme, la chica lo mira con el rostro enrojecido y en sus ojos llenos de lágrimas se ve un reflejo claro del terror, mientras sus uñas intentan arañarlo para que la suelte.
Todo sucede en dos segundos, en un instante estoy abriendo la puerta con sigilo y al siguiente estoy haciendo pedazos un jarrón enorme en la cabeza de Salvatore.
Su enorme cuerpo se queda un momento quieto y realmente creo que el golpe no le afectó, hasta que cae en un sonido sordo al suelo, y al instante un charco de sangre sale de su cabeza.
Vaya, creo que lo he matado.
Miro la escena llena de restos del jarrón, líquido carmesí y material cerebral, esperando sentir algo, pero lo único que siento es una inmensa apatía.
-Resultó ser útil el jarrón chino de más de diez mil dólares -Menciono y miro el resto del lugar, percatándome de que estamos en la habitación de regalos para los novios.
-¿Está muerto? -cuestiona Isabella aún asustada mientras recupera el aire con su cuerpo tembloroso.
Debido a su pregunta la miro con confusión pensando en que tal vez malinterpreté la situación.
-¿Lo amabas? -le pregunto, alejándome del cuerpo para evitar que la sangre manche mi vestido.
-Solo quiero asegurarme de que no se levantará jamás -responde con una mano en su cuello.
-Bien, deberías ir con tu hijo -le digo-,está allá fuera y aún debe estar muy asustado.
-¿Qué sucederá contigo? -me pregunta con la vista yendo del cuerpo de su esposo a mí y viceversa.
-No me puedo ir de aquí y hacer como si nada hubiera pasado -le digo-, porque estamos en una boda para celebrar una alianza y sería sospechoso que un lugarteniente de la Famiglia haya sido asesinado misteriosamente.
-Pero si descubren que lo asesinaste tú, sería traición y podrían hacerte lo mismo -expresa con un deje de preocupación en su voz.
-Lo que significa que tengo que deshacerme del cuerpo sin que la Famiglia se entere.
Me mira por un momento como si estuviera evaluando mi estabilidad mental, pero termina asintiendo.
-Gracias -Su voz sale entrecortada-. Muchas gracias, acabas de salvarnos a mí y a mi hijo. Estaré en deuda contigo para siempre.
-Es algo que hubiera hecho cualquiera en mi posición.
-Sabes bien que no -me dice y tiene razón, la mayoría mirarían hacia otro lado y seguirían su camino.
Isabella sale de la habitación aún temblorosa y yo miro el cuerpo grandullón de Salvatore a mis pies.
-Que irónica es la vida ¿No? -Clavo mi tacón en su entrepierna-. Abusaste de la madre de Demon, de tu esposa y solo Dios sabe de cuantas mujeres más, para terminar muriendo en mis manos.
Un pequeño quejido sale de sus labios y lejos de asustarme, sonrío.
-Estás vivo -Presiono más mi tacón, mientras saco mi teléfono celular del bolso de mano-. Esto solo hará las cosas más divertidas para algunos y mucho más dolorosas para ti.
Ninguna fiesta de la Famiglia puede terminar sin su dosis de sangre.
✧✧✧
-¿Qué tal estuvo la boda? -cuestiona Franco apenas pongo un pie dentro de la mansión.
El lugar parece un castillo gótico en el exterior, oculto en las profundidades de un bosque. Sin embargo en el interior todo tiene un toque más victoriano, pero impersonal como si no tuviera planeado quedarse por mucho tiempo.
-La boda fue interesante, como todos los eventos de la Famiglia -respondo a su pregunta dejándome caer en el sofá, junto a él.
Mira a mi espalda, esperando a que alguien más aparezca así que agrego:
-Demon tenía algunos asuntos que solucionar.
-Déjame adivinar -Sonríe-, alguien resultó herido o muerto.
-Tal vez ambas -expreso recordando la cara de Demon cuando llegó a la habitación de regalos, en su mirada se apreciaba la dicatomía de querer echarme la bronca tanto como besarme.
Aunque debería dar miedo la facilidad con la que saca un cuerpo de una habitación sin que nadie se entere.
Miro las cartas en las manos enguantadas de Franco y me debato en si preguntarle respecto a Gema Parker o no.
Él mezcla las cartas con facilidad y una agilidad asombrosa antes de comenzar a repartirlas.
Nuestras partidas de póker se han vuelto tradición desde que me mudé aquí. Aunque hasta ahora ninguno de los dos hemos logrado derrotar a la señora Zinerva, quien supongo por la hora debe estar haciendo yoga.
-Gema Parker -suelto sin más y sus movimientos se detienen bruscamente-. ¿Has escuchado ese nombre antes?
Su vista se posa en algún punto en la pared frente a él donde hay una enorme pantalla apagada y pasan los segundos dolorosamente lentos, llegando al punto donde creo que no va a responder, pero al final decide hablar.
-Sí, he escuchado ese nombre antes y no es que me apetezca volver a escucharlo -suelta y creo que quiere dejar ahí el tema, pero ahora mi curiosidad es aún mayor.
-Eso significa que la conoces.
-Creo que muchas personas la conocen -Sus ojos de colores distintos se encuentran con los míos.
-Sabes a lo que me refiero, la conoces más allá de la imagen que proyecta ante el mundo.
-¿Quieres saber si conozco su personalidad narcisista disimulada con una carrera profesional perfecta, una vida perfecta y la familia perfecta? Sí, la conozco lamentablemente.
El odio en sus palabras no me toma por sorpresa.
-¿Ella y Rubí son hermanas? -cuestiono a pesar de que claramente se muestra cerrado respecto al tema.
-Más bien gemelas idénticas -Por fin cede o se da cuenta que yo no voy a ceder hasta que me dé toda la información-. Pero tan diferentes como la luz y la oscuridad.
-¿Gemelas idénticas? ¿Por qué nunca lo mencionaste?
En todo el tiempo que hemos pasado juntos, ya sea entrenando para mejorar mis habilidades de denfesa personal o practicando un poco de esgrima, hemos hablado de Rubí y de cómo se dieron las cosas entre ellos. Como dos personas de mundos diferentes terminaron coexistiendo y enamorándose tan perdidamente el uno del otro, pero nunca dijo nada de una gemela.
-No se criaron juntas, ni siquiera llevan el mismo apellido.
-¿O sea cómo? ¿Descubrieron que eran gemelas luego de crecer?
-No -aclara-, crecieron juntas hasta los cinco años. Cuando sus padres se divorciaron cada uno tomó una niña, y por algún motivo cambiaron el apellido de Rubí al de su madre, aun así las gemelas se mantenían en contacto.
Pienso varias veces antes de hacer la siguiente pregunta:
-¿Gema acudió al funeral de Rubí?
Su expresión muestra un toque de desconsuelo antes de contestar:
-Lo hizo, y me culpó por la supuesta muerte de Rubí -responde y sus últimas palabras se escuchan tan crudas, que me hace pensar que Gema no fue la única persona que lo hizo, él también se culpa por ello.- Probablemente Rubí ha sido la única persona a la que Gema ha querido. Por eso se arrepintió de sus palabras meses después.
-¿A qué te refieres?
-Cuando Gema supo del embarazo de Rubí, no se lo tomó nada bien.
-¿Por qué?
-Por mí -Separa las cartas en pequeños montículos-. Para Gema, una chica que recién iniciaba su carrarera militar, sería una mancha en su historial y todo un escándalo que su hermana se hubiera embarazado del heredero de la Famiglia, sin importar que aparentemente ante los ojos de todos somos empresarios italianos.
-Pero entre la tierra y el cielo no hay nada oculto -susurro más para mí que para él.
-Exacto, tarde o temprano algo saldría a la luz y ella se vería muy perjudicada, así que hizo que Rubí eligiera entre ambos.
-Algo me dice que no le gustó la decisión que tomó Rubí.
-No, y se encargó de eliminar cualquier cosa que las relacionara.
-Suena como alguien que estaría dispuesta a hacer lo que sea para manetenerse intachable.
De pronto la conversación que tuve con Flavio viene a mi mente.
¿Y si era Gema y no Rubí en aquel club con el Boss de la Bratva?
-¿Como hacías para diferenciarlas si eran idénticas?
-Conocer a una de ellas lo bastante bien era la clave, mientras una era bondadosa, amable y justa, la otra parecía copiar sus emociones, como un espejo -Su ceño se frunce-: Era como tener un billete real y uno falso, por más que traten de hacerlos iguales siempre falta o sobra algo.
-¿Por qué Marchetti me tomó como una sustituta de Rubí si Gema y ella eran idénticas?
-Realmente no lo sé -me responde con pesar.
Franco se refirió a Rubí como una persona buena y a Gema como todo lo contrario.
Marchetti me adoptó siendo un bebé, lo cual hace imposible que su motivo fuera el parecido mío con Rubí.
No me adoptó por la similitud, si no para hacerme una copia de ella.
Por eso sus castigos exigiendo que fuera buena o queriendo limpiar mi alma. Supongo que clavarle un tenedor a Fiorella, con cinco años, le hizo ver que después de todo Rubí y yo no éramos tan similares.
-Quiero conocer a Gema -le digo mirando el bosque blanquecino que deja ver el ventanal detrás de él.
-¿Qué? -Me mira preocupado.
-Lo que oíste, después de todo somos familia.
Mi teléfono vibra captando nuestra atención y sonrío al ver las fotos que nos sacó Bianca esta tarde.
Se las muestro a Franco y ambos sonreímos.
-Álvaro parece un chico agradable -menciona al verlo en las fotos.
-Lo es -afirmo mientras continúo pasando las fotos.
_________
Kintsugi¹: En japonés kintsugi quiere decir «reparar con oro». Un método de reparación que celebra la historia de cada objeto haciendo énfasis en sus fracturas en lugar de ocultarlas o disimularlas. El kintsugi da una nueva vida a la pieza transformándola en un objeto incluso más bello que el original.
Holaaaaa, feliz navidad❤️🎄! Espero que estén teniendo unas felices fiestas rodeados de las personas que aman.
¡Aquí otro capítulo, gracias por llegar hasta aquí!
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