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✧Capítulo 45✧


Mockingbird - Eminem

<<Demon>>

Nuestra primera noche como casados comienza con ambos en la misma cama, pero con tres almohadas de por medio.

-Aún no me puedo creer que tengas una hermana.-Elizabeth acomoda cada almohada como si no hubiésemos dormido juntos antes-. ¿No que Flavio era estéril y por eso se casó con tu mamá?

-Nunca vio a un médico ni antes ni después de casarse con mi madre, solo lo asumió -Seco mi cabello húmedo tras la ducha-, es por ello que cuando ella quedó embarazada él pensó que le había sido infiel.

Intento suprimir los recuerdos del infierno que vivió mi madre casada con Flavio. Lo único que evitó que se quitara la vida, era el hecho de que yo existía.

Massimo pudo haber evitado todo esto, pero estaba más interesado en largarse de la Famiglia, que ocuparse de la niña a la que había embarazado.

-¿Por qué no hacerle una prueba de ADN al bebé? -cuestiona Elizabeth.

-Supongo que en algún momento la hizo, pero para él no cambió nada, ya que el bebé era una niña -Cubro mi torso con una camiseta negra con mangas-. Un mujer no podría ocupar su cargo, así que crió al primogénito de otro y no a su propia hija.

-Debe haber quedado como un mediocre porque te pareces mucho a tu verdadero padre.

-Eso le jode mucho la existencia -Sonrío-, por eso odia que pinte y bueno digamos que en mi adolescencia uno de mis pasatiempos era llevarle la contraria.

-¿Qué hiciste? -Me mira con curiosidad.

-Comencemos por el pendiente en mi oreja y lo llevar el cabello largo -Sonrío ante el recuerdo-. Él dijo que eso era cosa de maricas en una reunión con los tradicionalistas y pues en la próxima reunión llegué luciendo un bonito diamante.

-¡Oh dios, debe haberse cabreado mucho!

-Y sí que lo hizo, recuerdo que Parisi pensó que era gay hasta que bueno nos encontró a su hija mayor y a mí en una situación desagradable.

Se hace un silencio incómodo en la habitación.

Creo que no debí haber mencionado eso último.

De pronto estalla una risa en la habitación y respiro aliviado.

- ¿Te acostaste con esa señora? -cuestiona aún riendo.

- No precisamente, digamos que le gustaba arrodillarse delante de los chicos jóvenes.

-Podrías crear un asilo privado con todas las señoras que han pasado por tu cama -señala, con su vista fija en algún punto detrás de mí.

-Sin embargo podrías ser tú con quien estrene esta cama -Palmeo el colchón.

-La vamos a estrenar -Me mira-,durmiendo.

La veo caminar hacia el lado izquierdo aún con ese bendito camisón puesto y realmente creo que tengo una voluntad de hierro, porque mis manos pican por quitárselo sin embargo logro disimularlo.

-Mejor duerme en este lado -sugiero.

-Las almohadas están el medio por algo -Me mira con el ceño fruncido como si no se fiara de mí para compartir la misma cama sin tocarla.

Yo tampoco me fiaría.

-Me refiero a que yo voy a dormir en el lado izquierdo -aclaro-, tu ven para el derecho.

- ¿Por qué...? -Su vista va de la puerta a mí-. ¿Es por si hay un incendio, salir corriendo primero?

-Si hay un incendio se activa la alarma de humo, es por si alguien burla la red de seguridad y nos ataca mientras estamos durmiendo.

- Oh... pero y el ventanal -señala el enorme cristal detrás de sí, cubierto por una cortina negra.

-Es blindado.

-Impresionante...

Cambiamos de lado de la cama, pero Elizabeth no sólo coloca almohadas entre nosotros sino también que se acuesta al revés, con la cabeza donde deberían estar los pies.

-Si esto es un indirecta para hacer el sesenta y nueve solo dímelo.

Un almohada vuela hasta mi pecho y sonrío cuando la veo cambiar de posición.

-Deberías invitarme a una cita -sugiero cuando su rostro entra en mi ángulo de visión.

-¿Qué?

-Fuimos directo a casarnos, no saltamos los primeros pasos.

- ¿Nos saltamos? -Su tono destila sarcasmo-. ¿Acaso fui yo quién te engañó para que firmaras un acta de matrimonio?

- Será una historia graciosa para contarles a nuestros nietos -Sonrío con descaro.

-¿De qué nietos hablas? -Casi chilla.

-Los que tendremos en algún futuro lejano, volviendo al tema, deberías llevarme a una cita, no soy un tipo fácil de conquistar.

-Ajá -Me sigue el juego-, y qué más se le ofrece a su majestad.

-Bueno ya que insistes, tal vez algún regalo, no estaría mal.

-Te regalé un cuadro.

-Pero eso fue por mi cumpleaños, deberíamos celebrar el tiempo que llevamos casados.

-¡Recién me enteré hoy de que estamos casados!

-Pues tendremos que comprar los regalos de boda.

-¿Qué tal un recipiente de arsénico?

-Sé que seremos un gran matrimonio -sonrío con burla solo para cabrearla.

-No si te mato antes -Rueda los ojos.

-A nuestros nietos le encantarán estas historias -Me estiro sobre ella para apagar la lámpara de su mesita de noche y percibo como su respiración se detiene, al acercarme a su rostro.

-Estás violando nuestra barrera -señala, pero no despega su vista de mis labios.

-Pronto tú misma la cruzarás.

-Eso ya lo veremos. -Nuestros ojos se encuentran y me fascinan como se reflejan en lo suyos todas sus emociones.

-¿Me estás retando? -susurro a pocos centímetros de sus labios.

-Lo estoy haciendo -responde con seguridad-, me apuesto lo que quieras a que dejarás ir tu autocontrol en cualquier momento.

-Tengo la ligera sospecha de que eso es lo que quieres, que te arranque la ropa y me hunda tan profundamente en ti, que estés recordando como se siente incluso semanas después.

Su respiración se acelera y veo el momento exacto en que sus pupilas se dilatan.

-Pero acepto el desafío -Apago la luz dejándonos en la penumbra.

Vuelvo a mi lado de la cama, pero no dejo sonreír al notar que su respiración sigue siendo irregular.

-La próxima vez no habrá delicadeza, Elizabeth -añado-, tomaré de tu cuerpo todo lo que estés dispuesta a darme y dejaré que tomes de mí todo lo que quieras.

-Será mejor que te duermas -Prácticamente gruñe.

-Lo haré y soñaré contigo sobre mí, porque sé que quieres hacerlo. Perderás esta apuesta Joya mía, serán tus manos las que no tendrán autocontrol.


<< Elizabeth >>

-Entonces estás casada con Demon -cuestiona Bianca por enésima vez luego de contarle los últimos acontecimientos.

Asistir al colegio solo hace que piense en que Marchetti atravesará algunas de esas puertas en cualquier momento y me arrastrará de vuelta con él. Pero por primera vez creo que puedo enfrentarlo.

-Sí, desde hace semanas y no lo sabía -respondo a su pregunta.

Bia sorbe la pajita de su zumo aún con la mirada perdida.

-¿Cómo haces para no pensar en montarlo cada segundo de tu día? -Suelta a la ligera e intento parecer ofendida.

-Tal vez porque no pienso en sexo todo el día.

-Pero sí cuando lo ves -Me guiña un ojo u eso intenta-. ¿Hiciste lo que te dije?

-Me has dicho muchas cosas, cuál de todas ellas.

-Los ejercicios de Kegel -Arquea su ceja pelirroja.

-¡Oh por dios, no!

-Son muy buenos para fortalecer el suelo pélvico y alargar el orgasmo.

-Por favor, cambiemos de tema, lo que menos necesito es pensar en sexo con Demon ahora mismo.

Porque eso hará que pierda la apuesta.

-Deberíamos salir y celebrar todo esto -sugiere y sus ojos verdes adquieren un brillo diferente-. No sólo te libraste de un matrimonio con ese viejo rabo verde, sino que hiciste estallar tu cereza con el tipo más sexy de la Famiglia y ahora están casados -Alza sus brazos captando la atención de todos-. Fue como un jódete escrito en un cartel neón para la familia Marchetti. Fiorella debe estar muy ardida.

-Ella sola cavó su propia tumba, al no tener cuidado con las decisiones que tomaba.

-El karma le dio una cachetada por arpía.

Una voz proveniente de los altavoces interrumpe nuestra conversación, es la madre superiora informando que mañana haremos un tour por las universidades de la zona, todas las alumnas de último año.

-¿Ya sabes qué vas a estudiar? -le pregunto.

-Planeaba tomarme un año sabático para reunir dinero y montar mi propia cafetería...

-Hace dos meses querías crear una marca de ropa.

-Ya sabes como soy -Sonríe-. La estabilidad no fue hecha para mí, hasta hace dos días quería esa cafetería ahora quiero estudiar fotografía -dice con una emoción contagiosa.

-¡Eso sería maravilloso!

Si hay alguien que puede captar la esencia tanto de un objeto como de una persona esa es Bianca.

-¿Y qué te gustaría captar con tu lente?

-La belleza masculina -Sonríe con malicia-. Desnudos principalmente.

No puedo evitar reírme.

-No deberías entrar a la capilla del colegio o harás que arda en llamas.

-Todos deberíamos ser un poco más libre sobre nuestros deseos siempre que no le haga daño a nadie y no dejar que nada nos reprima, ni la sociedad ni la religión -expresa.

-Eso sonó muy profundo.

-Acabo de agotar mi neurona del día -Se ríe-. Cambiando de tema ya viste el bombón que está haciendo prácticas en la enfermería.

-¿Una enfermera nueva?

-No, es un chico, de cabello rizado y ojos bonitos, se llama Álvaro.

-¿Álvaro está haciendo prácticas aquí?

-¿Lo conoces?

-Su padre tiene negocios con la Famiglia o algo así.

-Bueno, pues ese bombón está haciendo una estadía aquí para ganar puntos y poder entrar a la universidad o ese el chisme que corre por los pasillos -Juega con la pajita de su zumo-. No he tenido la oportunidad de hablar con él, ya que la madre superiora nos prohibió ir a la enfermería a no ser que estemos ardiendo en fiebre, y créeme muchas aquí tienen calentura, pero no del tipo que se calma con medicina.

-Vaya, no podré saludarlo y darle las gracias por no dejar que me deshidratara -digo con pesar, ya que no he vuelto a ver a Álvaro desde que me desmayé en sus brazos.

-¿Casi te deshidratas? -pregunta con preocupación.

-Eso es otra larga historia.

Se escucha la campana sonar, así que dejamos las cafetería para ir a nuestra próxima clase.

✧✧✧

A la salida de la escuela me sorprende no ver el auto de Demon, ni de alguna cara conocida esperando por mí, lo cual hace que me preocupe.

¿Y si le pasó algo a Demon?

Ahora que sé que la Bratva está detrás de mí por motivos que desconozco, no dejo de pensar en que tal vez sea a Demon al que quieran y yo solo sea un peón en este juego malvado.

- ¡Oh dios mío, Elizabeth! -chilla Bianca junto a mí, captando mi atención-.¡Pellizcame! -La pellizco-. ¡Auch!

-Me dijiste que te pellizcara.

-Pero no tan fuerte -se queja-, bueno da igual, es una señal de que no estoy soñando y que ese hombre de metro noventa y nueve que nos está mirando es el Príncipe de Sicilia.

-¿El Príncipe de ...? -intento girarme, pero me detiene.

-Shhh, que viene para acá -dice en un susurro casi grito- ¡Oh dios mío está más guapo que antes!

-¿De quién hablas? -pregunto con curiosidad.

-De un chico guapísimo del cual se perdió la pista hace casi dos décadas, por ese entonces tenía nuestra edad.

-¿Y tú por qué lo sabes?

-Porque me gusta apreciar la belleza masculina de todos los tiempos -sonríe de lado, pero su rostro lleno de diversión pasa a uno completamente lleno de admiración cuando el misterioso hombre por fin nos habla.

-Buenas tardes señoritas -Franco Leone II nos tiende su mano enguatada señal de saludo y por un momento creo que Bianca se va a desmayar ya que su mano está temblando.

-Buenas tarde señor Leone -le devuelvo el saludo y Bia a mi lado parece salir de su estado de transición al escuchar el apellido.- Esta es Bianca Marino, mi mejor amiga.

-Y una súper fan suya -declara y Franco le sonríe con incomodidad, al parecer no esperaba que alguien lo reconociera.

-Me alegra escuchar eso -Su vista va de una a otra, como buscando las palabras precisas para decir lo que sea que vaya a decir.

-¿Me regala un autógrafo? -Bianca saca su cuaderno de su mochila en velocidad récord y le tiende un boli.

-Oh, por supuesto -Deja su firma en el cuaderno de mi amiga y esta se marcha sin dejar de mirarlo como si fuera una aparición y antes de darse la vuelta pega un grito de alegría.-Vaya eso fue...

-¿Un poco raro? -Termino por él-. Bianca es así de directa, pero hace que la quiera más.

-Me alegra que tengas amigos -expresa y me deja un poco confundida-.¿Te importaría si pido prestada una hora de tu tiempo?

Miro alrededor y veo que aún no ha venido nadie por mí, él parece darse cuenta así que agrega:

-Demon sabe que me reuniría contigo hoy, por eso no está aquí.

-¿Le dijiste de nuestro trato?-cuestiono.

-No, pero es un chico listo, seguro lo sospecha.

Se me hace raro que Demon confíe en él para que me lleve de vuelta a casa, así que dudo un poco antes de subir a su auto.

De lejos veo a Álvaro quien alza su mano en señal de saludo y le respondo, al menos si me están secuestrando, él y Bianca saben quién me llevó.

-Te juro que nunca te haría daño -expresa Franco, como si pudiera leer mis pensamientos.

-Teniendo en cuenta como nos conocimos, no me puedes culpar por sospechar.

-Créeme que si hubiera sabido que tú estabas dentro de ese palacio, no lo hubiera incendiado, no hasta verte llevado muy lejos de allí.

Su confesión y la sinceridad en sus ojos de colores distintos me deja atónita, pero igual termino yendo con él a donde sea que haya planeado.

✧✧✧

De todos los escenarios que pasaron por mi cabeza durante nuestro trayecto silencioso en auto, el que menos esperé fue estar tomando helado con Franco en un centro comercial.

Muevo la cucharita en el recipiente de helado jugando con las chispas de chocolate e intentando disimular que me quiero terminar el contenido en un segundo para pedir que me compre otro.

-Llevamos diez minutos en silencio -hablo yo, ya que él parece no sabe por dónde empezar-. Ahora que Marchetti se ha ido de la mansión y yo me he quedado, no he podido reunir ninguna información útil respecto al paradero de Rubí, pero al menos tengo la certeza de que él sabe donde está.

-Te pareces mucho a ella -expresa y veo que su mente está en otro lado.

-No eres el primero que se da cuenta -digo con incomodidad, debido a su escrutinio.

-¿Tienes alguna teoría al respecto?-Va directo al grano.

-¿Que tal vez soy su hermana pequeña perdida?

-La madre de Rubí murió mucho antes de que nacieras.

Bien, eso solo deja la teoría que más miedo me da, ya que confirmarla haría que muchas cosas cambien.

-La otra me da miedo incluso decirla en voz alta -Fijo mi vista en las chispas de chocolate de mi helado-. ¿Yo podría ser hija de Rubí?

-Tú eres nuestra hija, Elizabeth -confirma y mis ojos se encuentran con lo suyos.

Y ahí está, todas las cartas han sido lanzadas sobre la mesa.

-¿Como estás tan seguro? -mi voz sale un poco quebrada debido al nudo que se forma en mi garganta.

Saca un sobre de un bolsillo de su abrigo y me lo tiende.

Lo abro con las manos un poco temblorosa y leo el contenido del papel.

Es una prueba de paternidad en donde dice que nuestro ADN es un 99,9% compatible.

Soy su hija.

-¿La señora Zinerva lo sabe? -pregunto un minuto después luego de leer el papel por segunda vez, sin poder creer algo que ya venía sospechando.

-Aún no se lo digo, pero creo que siempre lo supo.

-Vaya...-Sonrío ya que no tengo ni idea de que decir.

¿Qué se supone que hagamos?

Creo que ambos estamos igual de desorientados.

- Tengo una familia -Más que una afirmación suena como una cuestión.

-La tienes -Sonríe por fin, aligerando un poco mis nervios-. Eres una Leone.

Oh mierda.

Por primera vez siento lo que significa el peso de ese apellido.

Toda mi vida pensando en escapar de la Famiglia sin saber que era parte de ella mucho antes de que naciera.

Giovanni Marchetti pagará por arrebatarme mi vida, mi familia y por haber destruido todo lo que alguna vez pude tener. No me detendré hasta verlo rogar por clemencia y aún entonces no tendré piedad de él.

________

¡Estoy de regreso!

¡Hola! ¿Cómo han estado este último mes? Espero que bien, yo acabo de finalizar mis exámenes para ingresar a la universidad, se viene una nueva etapa para mi vida😏.

Por ahora estén listo porque muchas dudas y teorías serán aclaradas y confirmadas pronto, o tal vez tengan aún más, jajajaja.

Gracias por su apoyo a mi historia, si les gustó el capítulo no dejen de votar, para así seguir creciendo.

❤️✨️✨️✨️✨️✨️❤️❤️✨️❤️❤️❤️

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