✧Capítulo 39✧
Save your tears - The Weeknd
<<Elizabeth>>
Observo mi reflejo en el espejo y un recuerdo me embarga.
Meses atrás, la chica del espejo no sabía que le esperaba al salir de su habitación para celebrar un compromiso que no quería.
Hoy, tampoco sé lo que me espera al salir por esa puerta y acudir a una fiesta a la que claramente no fui invitada por razones que desconozco, lo que me causa aún más pavor.
- Luces, hermosa, principessa -la señora Zinerva termina de colocar unos adornos plateados en mi cabello trenzado y sonríe a mi reflejo en el espejo, envuelto en un vestido verde que cae a mí alrededor como una cascada.
Estaría más feliz, si el cuerpo no me temblara de solo escuchar la música proveniente de la planta inferior.
- Nessuno può negare che tu sia una principessa mafiosa, mia cara.
Intento darle una sonrisa, ya que nunca nadie me ha llamado así.
Padre solo lo dice para Fiorella.
Tomo el pequeño bolso donde llevo el teléfono que me dio Franco junior y salgo de la habitación de mano de la señora Zinerva.
- Usted sí que está guapísima.
Su vestido champagne no hace más que realzar su belleza aristocrática y es comprensible que un monstruo como Flavio lleve años, enamorado de ella.
- Cuando tenía tu edad, odiaba ir a este tipo de eventos -confiesa mientras bajamos las escaleras.- Detestaba ver a desconocidos opinando sobre mi vida y señalando cada cosa que estaba mal en mi comportamiento o mi vestimenta. Sin embargo pasar por ese mal rato valía la pena.
- Estoy segura de que eso tuvo que ver con el señor Franco Leone I -la miro de soslayo.
- Veo que me vas conociendo, principessa-suspira- Mi Franco nunca me regañó por fumarme un cigarrillo delante de tantos invitados, ni me pidió que bajará el volumen de mi risa, la cual sonaba alta por todo el salón y para nada discreta como debía ser la risa de una señorita.
- Era tu crush -Muevo las cejas con diversión y paso mi mano por el barandal.
- Esta generación y sus palabras raras -sonríe- Pero sí era mi amor imposible hasta que se hizo posible tras la muerte de la arpía, madre de Flavio.
- ¿Entonces te empezaron a gustar estas fiestas luego de tu matrimonio?
- Por supuesto -imita mi movimiento de cejas lo que me saca una sonrisa- No lo mal pienses, nos divertíamos bailando como un par de desinhibidos y adivinando que pensaba la gente de nuestra relación imperfectamente perfecta. Mientras estaba con Franco no importaba si nos encontrábamos en el lugar más soso, horrible, aterrador o aburrido del planeta, su simple presencia hacía de ese lugar mi hogar -su mirada verdosa se torna cristalina pero parpadea para evitar que las lágrimas caigan. -Espero que algún día vivas algo similar, mereces todo el amor que se te ha negado por años.
- Las personas enamoradas siempre quieren que el resto se enamore -trago para eliminar el nudo en en mi garganta.
- Porque al final de tus días te darás cuenta que enamorarse y ser correspondido de la misma forma, es la mayor euforia que puede sentir el ser humano. No hay alucinógenos que brinden tal sensación de felicidad descontrolada que no puedes disimularla; y tampoco los orgasmos -me guiña un ojo- Aunque si el causante es quien te tiene con la cabeza en las nubes, te aseguro que fumar hierba será nada en comparación con esa sensación.
Me sonrojo ante su comentario y desvío la mirada para darme cuenta de que ya estamos en el salón principal.
Nada más poner un pie dentro, el lujo, el brillo y la suntuosidad nos golpean.
En el aire se mezclan el aroma de los perfumes caros con el olor a tabaco y la música va acompañada del tintineo de las copas.
Una botella es descorchada y mi vista viaja hasta allí, donde está él.
Es el centro de atención de la fiesta. Todas las personas le sonríen e intentan hablar con él mientras, otros, hablan de él, desde sus lugares.
Los hombres desean ser él y las mujeres quieren estar debajo de él.
Una sonrisa ilumina su rostro haciéndolo más atractivo de lo que ya es; pero esta desaparece momentáneamente en el momento en que sus ojos se encuentran con los míos.
Sí, Demon, estoy en tu fiesta, tadan.
Su mirada recorre mi figura dejando una sensación abrasadora en mi piel que intento de ignorar y le da un trago a la bebida ámbar en su vaso antes de devolver su atención a la chica asiática junto a él, con la botella de champagne.
- Los genes de los D'Angelo sin duda son atractivos y fuertes -la señora Zinerva mira en la misma dirección que yo- No es sorpresa que la mayoría de las féminas aquí, quieran llevar sus bebés en el vientre.
Si conocieran su tendencia de manipulador, tal vez se lo pensarían un poco más antes de dejarse embarazar... o tal vez no.
Duele darle la razón a Flavio.
Intento ignorar como el esmoquin completamente negro se ajusta perfectamente en los lugares indicados, así que miro a la chica junto a él.
Su cabello negro hasta la cintura y su rostro perfectamente esculpido, con un cuerpo con curvas y planos en los lugares correctos envuelto en un vestido negro, hacen que parezca sacada de una película de anime.
¿Por qué parece una muñeca? Y peor aún por qué ambos se ven tan bien juntos.
Fiorella envuelta en un vestido rojo, intenta llamar la atención de Demon pero este parece más interesado en lo que sea que la asiática le dice, haciéndolo reír.
Y a mí me ignora.
Una voz interrumpe mis pensamientos.
- Cada día entiendo más por qué Giovanni te tenía escondida del mundo -Flavio me tiende su brazo, el cual me veo obligada aceptar porque todos nos están mirando- Eres todo un tesorito Eliza. -Sin embargo no me pasa de ser percibida la mirada de adoración que le da a la señora Zinerva.
Camino de su brazo saludando con una sonrisa forzada a cada persona que me presenta y no tardo en darme cuenta de algo.
No todos los presentes son de la Famiglia.
Hay demasiadas personas que nunca vi en nuestra fiesta de compromiso, ni en su cumpleaños, ni de las cuales he escuchado hablar.
Un hombre con rasgos asiáticos nos felicita por nuestro compromiso y hago todo lo posible para que mi sonrisa no se tambalee cuando Flavio le pone el sobrenombre que tiene cada uno de los presente.
Jefe de la Triada. El jefe de la maldita mafia china.
A él le siguen muchos más.
Esto no es simplemente la celebración de un cumpleaños o del ascenso de Demon en la pirámide, es más bien una reunión de bandas del crimen organizado.
Yakuzas, Triadas, Irlandeses, toda la Cosa Nostra, y la... ¿Camorra?
Me sorprendo cuando Julio, el asistente de Franco Leone II, se nos acerca.
- Es un gusto para nosotros que haya aceptado nuestra invitación. Mi hijo Demon tiene entre sus prioridades recuperar nuestras relaciones con la Camorra -Se dan un incómodo apretón de manos- Le presento a mi prometida, la señorita Marchetti; Eliza, este es Julio Carruso, el Capo de Las Vegas.
El mismo sonríe socarrón, dejando un beso en mi mano con el permiso de Flavio, y miles de preguntas me embargan, empezando: ¿Por qué rayos está él aquí?
¿Y si Franco junior vino con él?
¿Y si provoca otro incendio?
Flavio chasquea los dedos y una de los chicas del servicio nos entrega una copa de champagne.
Miro entre las personas tratando de localizar a Padre y Madre, y no tardo en verlos conversando con el hermano de Madre y su esposa.
A ellos nunca les he agradado.
La música se detiene repentinamente aumentado el murmullo de los invitados y Fiorella hace sonar un cuchillo y una copa para captar la atención de todos.
- Hoy no solo estamos celebrando que por fin mi prometido ocupa el lugar que le corresponde como Capo y líder que velará por los intereses de esta Famiglia y de todos los aquí presente -extiende su copa hacia Demon- También celebramos su cumpleaños número veintiocho, así que lo invito a abrir los regalos que todos los presentes quisimos obsequiarle en agradecimiento.
Vale, el discurso no estuvo nada mal.
Demon hace el intento de una sonrisa y todo los seguimos al jardín frontal.
Los claxon de autos resuenan en medio de la tranquila noche y las luces delanteras nos enfocan a todos mientras cada uno se va estacionado uno al lado de otro.
¡Guau!
Todos de distintas marcas y diseños, algunos últimos modelos y otros clásicos.
Cada hombre con un cargo importante en la Famiglia le va entregando las llaves de un juguetito a Demon, quien llegado el momento las deposita en una bandeja que sostiene un camarero porque son muchas.
Pasado el espectáculo de los autos vienen regalos cada vez más extravagantes y caros.
Caballos, obsequios limitados, anillos, relojes, armas, cuchillos.
- Aquí está el mío, amore -Fiorella se pone de puntillas y deja un beso rápido en sus labios que me obliga a apartar la mirada.
Ella es su prometida, no yo.
Demon abre la caja ya que todos lucen ansiosos por ver que hay dentro y ... zaz un viaje a Verona para parejas.
Luego es el turno de la chica asiática quien le regala una colección de unos cien pinceles que valen todos mis órganos juntos.
- Y bien, Elizabeth...-el tono de Fiorella es lo suficiente alto como para que todos la oigan.- ¿No compraste nada para tu hijastro?
- Ya han sido demasiados regalos para esta noche -Demon posa su vista en mí por segunda vez en la noche para apartarle a los cinco segundos.- Mejor volvamos a dentro...
- Por supuesto -lo interrumpo- que tengo un regalo para nuestro Capo -hago más énfasis en la palabra de lo que quería y sonrío.
Se hace un silencio ensordecedor y noto que todos están pendientes a nuestro intercambio como si fuera a saltarle encima a Fiorella en cualquier momento; pero hago todo lo contrario.
Me dirijo al chico que me entregó mi equipaje al llegar a la mansión y él le hace señas a otro camarero quien se nos acerca con un cuadro envuelto en papel de regalo rojo.
- No es un rolex, ni un auto, ni tampoco una colección de pinceles-miro directamente a los ojos enigmáticos de Demon y por primera vez en la noche no desvía la mirada.- Pero sé que te gusta el arte, así que espero que este cuadro te guste.
Demon toma el cuadro con una expresión ilegible y retira el papel de regalo con cierto cuidado.
Su máscara de indiferencia se quiebra en un segundo y su vista va directo a la firma en el cuadro.
Puedo jurar que veo sus ojos cristalizarse antes de parpadear y volver a colocarse la máscara que ha usado toda la noche.
- Gracias, Elizabeth -me mira al decirlo y mis latidos aumentan a un ritmo preocupante.
No puedo olvidar que me mintió y encerró.
- No sé quién hizo semejante obra de arte, pero sin duda captó la esencia de mi sobrina -un señor mayor se nos acerca y palmea el hombro de Demon antes de tenderme su mano- Soy Gian Greco, la madre de Demon era mi sobrina.
Me quedo de piedra al darme cuenta quien está tomando mi mano.
Es el tercer líder.
Son tres las familias fundadoras: Leone, D'Angelo y Greco.
El segundo líder es Antonello D'Angelo a quien he visto merodeando por la fiesta y bueno el primer líder ahora es Demon.
El señor Greco suelta mi mano y besa a la señora Zinerva en la mejilla.
- Mi otra sobrina favorita. Y la más rebelde.
Aquí todos están emparentados...
Una ráfaga de aire nos estremece a todos e inesperadamente, partículas blancas comienzan a caer sobre nosotros.
- ¡Está nevando! - Miro al cielo y veo como copos y copos comienzan a descender.
- Como si nunca hubieras visto la nieve -Chasquea la lengua Fiorella pero paso de ella.
Una sonrisa eleva las comisuras de mis labios y me permito cerrar los ojos por un momento para disfrutar del frío en el rostro.
Refrescante.
Cuando vuelvo abrirlos me encuentro con la mirada de Demon, el corazón me de otro vuelco. Sé qué está recordando todo lo que sucedió en la villa de sus abuelos.
✧✧✧
De regreso al salón la música vuelve a sonar por una banda que toca en vivo y algunas parejas caminan hacia la pista de baile improvisada.
Fiorella no pierde oportunidad para bailar con Demon y yo me limito a quedarme junto a Flavio.
- ¿Es verdad, eso que andan comentando? -cuestiona Santino Salvatore acercándose a nosotros con Isabella, su esposa.
Ambas nos damos una pequeña sonrisa para ocultar el malestar que nos causan los hombres a nuestro lado.
- Se comentan muchas cosas -Flavio le da un trago a su bebida y centra su atención en Santino.- ¿A cuál de ellas te refieres?
- Kobayashi quiere que Demon se case con su hija o no hay negocios.
Me tenso y siento como si me dieran un golpe en el estómago.
- Es cierto -responde Flavio.
- ¿Y qué pasará con Fiorella? -Santino parece hambriento de información y no es el único.
- Marchetti tendrá que encontrarle otro marido, a la Famiglia no le conviene perder esta alianza, incluso los tradicionalistas estuvieron de acuerdo.
Me quedo tan estática que siento los latidos de mi corazón en mis oídos y la música a mi alrededor pasa a un segundo plano.
- Después de todo decapitó a la mano derecha de Kobayashi por defender el honor de la chinita, no es nada que se case con ella. Además se conocen desde hace años, esto hubiera pasado tarde o temprano si Fiorella no estuviera en el medio.
Mi vista se dirige a Demon quien ya no está en la pista de baile sino que está hablando y riéndose con la asiática.
La bolsa de joyería, tenía su anillo de matrimonio.
No quería que viniera a la fiesta para tenerme una noche más calentando su cama, antes de que la bomba estallara.
- Al final logró su objetivo -agrega Santino.
- Demon siempre ha querido lo que yo tengo -Flavio me tiende otra copa con una sonrisa cómplice y la rechazo.
Siempre ha querido todo lo que Flavio tiene.... de eso se trató todo este tiempo, por eso se folló a su secretaria y luego seguí yo en la lista y como una maldita estúpida caí en sus juegos.
Sus palabras vienen a mi mente...
- No te saldrás con la tuya Elizabeth, en el juego de mentir y manipular, sabes que soy el rey.
Dejo escapar un suspiro y parpadeo para evitar que las lágrimas rabiosas corran por mis mejillas.
Soy tan patética.
Ni siquiera puedo reclamarle algo.
Lo que sea que había entre nosotros tenía fecha de caducidad.
Dejo a Flavio en su plática con Santino, sin importarme si está mal visto que abandone a mi prometido y camino hacia la cocina o cualquier lugar que esté lejos de este salón lleno de risas falsas.
✧✧✧
Entro al primer lugar que encuentro que resultó ser la cocina, para darme de bruces con una escena un poco vergonzosa.
- ¡Perdón! -me giro inmediatamente.
Álvaro, el chico estudiante de medicina que iba en el yate, tiene la camisa desabotonada; y la chica que nos sirvió la noche del ataque se encuentra en la misma situación.
- No es lo que parece -dicen al unísono; pero que vaya a un colegio de monjas no me hace tonta y si llego a entrar un minuto después hubiera pillado a Álvaro tocando sus pechos y no con las manos.
Sacudo la cabeza para borrar esa imagen.
La chica me da una mirada de disculpa y se va por otra puerta.
Me giro para enfrentarme a Álvaro.
- No te veo desde la noche del ataque -sonríe con timidez-. Supe que te lastimaron el brazo izquierdo -se intenta acomodar su cabello rizado.-¿Estás bien? ¿Quieres que lo cheque?
- Oh no te preocupes -quito una arruga inexistente de mi vestido- No fue nada grave ¿A ti cómo te fue?
- Me desmayé con el humo cuando entró a mi habitación. Cuando desperté, fui a verte y uno de los guardias me dijo que te habías marchado en uno de los helicópteros -su mirada me ofrece una disculpa silenciosa.- Me alegro mucho de verte hoy. Aunque por tu mirada ahora mismo puedo deducir que algo no va bien...
Antes de poder responder alguien más se une a nosotros y no es otro que Julio con su camisa manchada de vino.
Su mirada va de uno a otro con el ceño fruncido para terminar en mí.
- ¿No deberías estar en la fiesta con tu novio? O más bien tu hijastro.
- ¿Vas por ahí bañandote en vino? O de que forma terminaste con una botella encima -mi voz sale más mordaz de lo que pretendía.
- ¿Quién dijo que era vino? -sonríe socarrón y tanto Álvaro como yo nos ponemos tensos.
- Espero que si le hiciste algo a uno de los hombres de Demon, o de la Famiglia, estés listo para salir de aquí en un ataúd -doy un paso hacia él- Y si es de alguna otra banda, mejor ve entregando tu cabeza en bandeja de plata, porque lo que menos necesita la Famiglia es una guerra causada por alguien externo.
- Para querer tanto lárgate de aquí veo que defiendes mucho esta organización -comienza a quitarse la camisa- Ahora entiendo la obsesión de todos contigo; pero no te preocupes fiera, era solo vino y terminó en mi camisa ya que a la chica del servicio aún le temblaban las piernas -mira detrás de mí a Álvaro.
- Hermano, no es por meterme donde no me llaman; pero deberías dejar de molestar a la señorita Marchetti e ir a un baño a por toallas -Álvaro da un paso cerca de mí, mostrándose protector.
Julio da otro paso más cerca, dejándome prácticamente encerrada entre ambos, y susurra en mi oído.
- Él quiere hablar contigo, muy pronto tendrás noticias suyas.
Con él se refiere a Franco Leone II o Franco junior como ahora le digo.
- Pues si es para ayudarme a salir de este infierno mucho mejor -le contesto y en el momento que miro por encima de su hombro me da un mareo de los nervios.
Demon nos mira a los tres con algo que distingo como rabia; pero a mí principalmente con... ¿desilusión?
Entonces me percato que estoy entre dos tipos sin camisa a una distancia a menos de medio metro de cada uno.
- ¡Esto no es lo que parece! -me escucho decir y Julio sonríe triunfante.
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Hola, estoy de regreso, grrr, si les gustó el capítulo no olviden votar y comentar. Ya son 5.0K les agradezco mucho el apoyo y el amor que le dan a mi historia 🥹🥹🥹🥹❤️❤️❤️❤️
Nessuno può negare che tu sia una principessa mafiosa, mia cara: Nadie puede negar que eres una princesa de la mafia, querida.
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