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🔸Capítulo 22🔸

*No eres mi novio*

*Ni yo soy tu novia*

*Pero no quieres que vea a nadie más*

*Y yo no quiero que veas a nadie*


Boyfriend - Ariana Grande, Social House

«Elizabeth»

Demon termina aceptando la propuesta del Sr. D'angelo y una gran parte de mí se alegra porque Flavio no podrá encontrarnos tan rápido y Demon pasará algo de tiempo con su verdadero padre.

Tomo mi abrigo y los sigo fuera del restaurante pero la voz del camarero que nos atendió me detiene.

- Tranquila niña, a cualquiera se le abrirían las piernas por inercia al ver a esos hombres -suelta un enorme suspiro y yo solo sonrío para ocultar mi vergüenza.

Escuchó toda la conversación con Demon.

Echo un vistazo alrededor con los pelos algo de punta por el suceso ocurrido antes de que Demon colgara su teléfono.

Creo haber visto al mismo chico de ojos grises de la playa y esta vez sus labios se movieron como si dijera: Cuídate.

Bueno también creo haber visto a Romeo Golkov luego del casi accidente.

Creo que me estoy volviendo loca.

Subo a la camioneta junto a Demon y Rubí, mi loro quien va tarareando alguna canción.

Por suerte no le pasó nada en el casi accidente.

- Sabes que es algo ridículo ponerle un cinturón de seguridad a la jaula de esa cosa -señala el Underboss refiriéndose a mi loro.

- Es mi mascota no voy a ponerla en riesgo.

- Podrías haber adoptado a un perro o un gato, algo que no hable -comenta.

- Tú tienes un tigre que fácilmente podría comerte vivo -señalo.

- Venus está amaestrada y es una chica educada.

- Rubí también es una chica educada.

- Ni siquiera sabes si es chica o chico.

Vale, no me lo había preguntado, solo lo supuse.

- Bueno pues hasta que sepa su género se llamará Rubí.

El Sr. D'angelo estaciona junto a nosotros y nos hace seña para que sigamos su lujoso auto que fácilmente puede costar más que mis riñones.

Estos hombres no conocen un límite para sus lujos

- Extraño a mi bebé rojo -habla Demon mirando el coche de su padre.

- Ya tendrás otro.

¥

La casa del Sr. D'angelo está al mismo nivel que de su coche, con una vistas impresionantes de Sicilia, un jardín bien cuidado y las paredes blancas adornadas por mucho de sus cuadros.

Entrar aquí se siente como ir a una galería pero con un toque hogareño.

Una señora mayor sale a recibirnos y le indica a uno de los guardias que se encargue de nuestro equipaje.

La casa está protegida por un gran número de hombres.

El Sr. D'angelo me informa de que esto es una zona muy segura así que dejo que Rubí salga un rato a estirar sus alas.

¿Si es una zona tan segura por qué hay tantos hombres cuidando una propiedad?

Ignoro la vocecita en mi cabeza y disfruto del recorrido por la villa D'angelo.

- ¡Papá! -se escucha gritar y de pronto aparece corriendo un perro y seguido de él un niño de cabellos cobrizos y mirada azulada.

Tendrá diez años cuando más.

El Sr. D'angelo lo envuelve en un abrazo y mi vista viaja hasta Demon quien mira la escena con hastío y algo de escepticismo.

El cachorro se une a la escena lamiendo todo a su paso hasta que se percata de nosotros y su expresión corporal cambia a una de alerta.

- Calma Ares, ellos son amigos -le habla el Sr. D'angelo y entonces el cachorro se nos acerca moviendo la cola.

Es un bonito pastor alemán.

- ¿Papá quién es ella? -cuestiona el niño mirándome e ignorando por completo a Demon.

- Es la señorita Elizabeth, prometida del joven Demon.

Ninguno de los dos lo sacamos de su error y el niño se me acerca, toma mi mano y deja un beso en ella.

- È un piacere conoscerla, signorina -guiña un ojo- Tiene un nombre muy bonito Elizabeth.

Uff, que sensación de deja vu.

- Mi nombre es Angel D'angelo -se presenta y tengo que aguantar las ganas de reír por la ironía de que su nombre sea justo lo contrario al de su hermano mayor

- Un gusto conocerte Angel -observo sus rasgos y noto alguna similitudes con el Sr. D'angelo pero no son tan marcadas como las de Demon.

- Espero y su estadía en casa sea duradera -una sonrisa coqueta se extiende por su rostro.

Este niño cuando crezca será un Don Juan igual que su hermano.

- No nos quedaremos mucho tiempo -interviene Demon quien hasta ahora se había mantenido callado.

El teléfono del Sr. D'angelo suena y nos pide disculpas para alejarse a contestar la llamada.

- ¿Y tú eres...? -cuestiona el pequeño mirando a mi compañero, esperando recibir respuesta.

- Demon Leone.

- Extraño nombre -se burla.

- Lo mismo digo Angel.

- Tus ojos son de un color raro.

- Tu pelo también.

- No eres algo mayor para Elizabeth.

- No eres algo menor para meter las narices en asuntos de adultos.

- Tu prometida es guapa.

- Lo sé.

Mi mirada va de uno a otro preguntándome en qué momento comenzó esta ridícula discusión.

- ¿Cuántos años le sacas? -vuelve a cuestionar Angel.

- Los mismos que ella a ti así que deja de mirarla como si fuera la última Coca cola del desierto.

- Tengo doce.

- Vaya, pareces de nueve.

- Demon no crees que es algo inmaduro discutir de esta forma, con un chico que recién conoces -decido intervenir ya que parecen niños de institutos peleando a ver quién se queda con la chica.

- Tu novia cree que eres inmaduro y yo también.

Vale el niño no entiende que quiero llegar a una tregua.

- Lo que tengo de paciencia, lo tengo de inmadurez, así que mejor ve a ver porno o hacer algo productivo -le sugiere y el niño o más bien adolescente rueda los ojos y se marcha junto a su perro.

Observo su delgado cuerpo cubierto por una camiseta de fútbol subir las escaleras.

- Luego la niñata soy yo -señalo- pero tú acabas de discutir con un niño y encima le sugeriste ver contenido adulto.

- Número uno: A esa edad ya yo había perdido la virginidad. Y número dos: Te estaba coqueteando en mi cara.

- Que casualidad que sean igual de descarados -sonrío.

El Sr. D'angelo regresa y se ve pensativo pero cambia ese gesto al instante.

- Disculpen a Angel, ya saben cómo son los adolescentes. Siéntense como en su casa -esta última frase siento que va dirigida a Demon- A penas se instalen les enseñaré un poco más de mis colección de arte.

La misma señora que nos recibió regresa y nos guía a una bonita y enorme habitación.

¥

El Sr. D'angelo y Demon desde que terminamos de apreciar la gran colección de cuadros; no han dejado de hablar de diversos pintores y cosas de arte que no entiendo y tampoco me esfuerzo en preguntar ya que ambos parecen estar en su ambiente y aunque no lo digan sé que están disfrutando de este momento de padre e hijo.

Cosa que ninguno reconoce.

Me encuentro en el sofá disfrutando de una película de carreras de autos junto a Angel quien me cuenta cosas de su vida, como que vive en Nueva York y que solo viaja a Italia con su padre en vacaciones.

No menciona nada respecto a su madre y hasta ahora solo he notado una fotografía de una chica pelirroja en uno de los pasillos.

- Adopté a Ares, hace tres años, le puse ese nombre porque me atrae todo eso de la mitología griega -comenta.

Vaya, también conozco a alguien que le gusta la mitología griega.

- ¿Tienes mascotas?-cuestiona mientras me pasa el tazón de palomitas.

- Tengo un loro, se llama Rubí. Aunque justo ahora me pregunto dónde estará.

O si volverá

- Las aves son lindas, aunque prefiero los perros ¿Tu prometido tiene mascota?

- ¿Demon?

- ¿Tienes otro prometido?-me mira arqueando una ceja.

Pregunta difícil de responder o más bien de explicar.

- Tiene un... gato bueno una gata.

- De seguro que es igual de amargada que él -rueda los ojos.

- ¿Por qué te cae tan mal?-cuestiono ya que su repudio hacia Demon es palpable.

- Porque en los últimos años papá no ha dejado de hablar de él, lo menciona seguido e incluso tiene la obra que Demon envío al concurso en su despacho -me mira y guiña un ojo- Además tiene una novia muy guapa, digna de envidiar.

- Y tú eres muy coqueto para ser tan pequeño.

- No soy pequeño, ya tengo doce y puedo asegurar que estoy más cerca de tu edad que él.

- Lástima que me gusten los mayores -sonrío al recordar a Bianca cantando esa canción.

- Haz roto mi corazón -se acuesta en el sofá con dramatismo.


¥

-

¿Y bien les ha gustado la cena? -cuestiona el Sr. D'angelo con su vista yendo de uno a otro.

Ambos movemos la cabeza en afirmación y Angel alaba las cualidades culinarias de su padre.

- ¿Y la madre de Angel dónde está? -cuestiona Demon causando que en la mesa se forme un silencio sepulcral e incómodo.

- Murió hace siete años en un accidente de auto -responde Angel dejándonos a todos sorprendidos, bueno a Demon no.

¿Acaso él lo sabía?

- ¿En Italia o Nueva York? -vuelve a preguntar y creo que se está pasando un poco de curioso.

- Nueva York -responde Angel algo cabreado.

- Tengo un whisky añejo que seguro te gustará probar, iré por unos vasos -habla el Sr. D'angelo poniendo punto final al asunto y se aleja por uno de los pasillos, aunque veo como habla por teléfono a los lejos.

Es un hombre muy ocupado.

- Siento tu pérdida -dice de pronto Demon mirando a Angel.

- No puedes sentirlo, no la conociste.

- Pero pasé por lo mismo que tú, a la misma edad.

Mi vista va de uno a otro y creo que por el momento han hecho una tregua con su repudio mutuo.

El Sr. D'angelo vuelve con los tragos servidos y una botella con más de líquido ambarino que no pruebo porque ya bebí vino en la cena.

Aprendí que mezclar bebidas no es bueno.


¥


- ¿Por qué ese incómodo interrogatorio durante la cena? -termino de peinar mi cabello

- Solo quería comprobar algo -responde Demon sin despegarme la vista de encima desde su posición en la cama. Su pijama consiste en una ligera camiseta blanca sin mangas que deja mucho a la imaginación y unos pantalones de chándal grises.

Dios, que sexy es.

- Se puede saber qué -termino con mi cabello y le echo un vistazo a la jaula de Rubí.

No ha vuelto.

- El accidente donde murió la madre de Angel fue provocado por Flavio -expresa- y supongo que su verdadero objetivo era Massimo D'angelo

- ¿Crees que sepa que el Sr. D'angelo es tu padre biológico?

- Aunque así fuera no le encuentro ningún sentido intentar matarlo.

- Tal vez no quería que te apartaran de él.

Eso sonó ridículo.

- Ha intentado matarme cientos de veces, dudo que eso fuera su preocupación -se burla pero su ceño fruncido no desaparece.

Tomo lugar junto a él en la enorme cama matrimonial dejando un considerable espacio de medio metro entre nosotros.

Espacio que no tarda en reducir.

- Elizabeth no muerdo -se ríe y parece dejar el anterior tema de lado.

- Que casualidad, tengo un marca en el cuello que dice todo lo contrario.

Su mirada toma ese brillo de perversión que ya sé identificar y las comisura de sus labios no tardan en curvarse dándole paso a la sonrisa mojabragas.

Oh no...

- Juguemos al juego de las veinte preguntas -propongo casi en un chillido al sentir su mano colocarse sobre mi abdomen.

Por suerte esto logra desparecer la extraña tensión sin embargo su mano sigue en el mismo lugar.

¿La calefacción está un poco subida o yo tengo calor?

- Admite que tu método de sacarme información es algo antiguo.

- Pero no menos divertido -trato de alejarme de su toque pero solo causo que se acerque más a mí y a este paso si sigo apartándome caeré de la cama.

Fijo mi vista en el techo blanco y dejo que mi vista recorra todo el impoluto espacio.

- Anoche mencionaste que estuviste un tiempo lejos de Flavio o eso entendí cuando hablaste del abogado que fue a buscarte donde vivías en ese entonces.

- ¿Cuál es la pregunta?

- ¿Dónde estabas?

- En Las Vegas, recuerdo haberte mencionado a un amigo que fue como mi padre -asiento- Pues todo comenzó cuando me salvó la vida en el Río Hudson tras recibir una gran golpiza por varios de los hombres de Flavio.

Mi cuerpo se tensa por unos instantes tanto por el roce de su mano en mi vientre como por su confesión.

- Me llevó a Las Vegas junto a su hijo Donato y fui ahí donde recibí el entrenamiento militar y aprendí a pilotar aviones.

- ¿Era un soldado?

- Era un ex piloto militar de alto rango a quien el gobierno trató como una escoria, culpó de algo que no hizo y...-no termina la frase.

- ¿Y...?

Parece pensar si decirlo o no y creo que opta por lo segundo.

- Me toca ¿Cómo fue tu infancia?

La pregunta me deja descolocada.

- Pues estuve la mayor parte del tiempo encerrada -confieso- Aunque algunas veces me dejaban salir a ver el jardín y cuando tenía ocho años uno de los soldados me enseñó a montar bici.

- ¿Marchetti te compró una bici?

- Le daría cargo de consciencia luego dejarme la espalda llena de marcas - bromeo para que no capte mi incomodidad pero eso no funciona, siento como su cuerpo se tensa junto a mí - ¿A qué edad descubriste que te gustaba pintar?

- A los cinco -admite y una sonrisa se deja ver- pasaba la mayor parte del tiempo pintando y eso a Flavio le molestaba mucho -la sonrisa cambia drásticamente a algo que no sé identificar- Hubo momentos en que golpeaba a mi madre por ello así que me dediqué a hacerlo a escondidas. Incluso en su propia casa tengo mi taller y él no lo sabe.

- ¿Alguna vez me enseñarás una de tus obras?

- Tal vez ¿Qué lugar te gustaría visitar?

- Dubái -respondo sin dudar y su ceño se frunce.

¿En qué momento voltee a verlo?

- Esperaba algo así como París porque es la ciudad del amor y toda esa cháchara.

- Necesito la eterna tranquilidad del desierto y me gustaría pasar una noche en el único hotel de siete estrellas que existe en el mundo.

- Y luego me juzgas a mí por gastar millones de dólares en autos, al menos yo no quiero pasar una noche en el hotel más lujoso del mundo.

- Es que es verdad gastas enormes sumas en cochecitos y bueno lo de Dubái es solo un sueño.

- Un sueño caro -se burla.

- Dice Bianca que no nacimos para ser pobres ¿Qué hay de ti? ¿Alguna ciudad especial que te guste mucho?

- París, la he visitado numerosas veces y no deja de gustarme -ahora es mi turno de fruncir el ceño- Hay numerosos museos y galerías de artes, no tiene nada que ver con todo el tema del amor.

- Claaaaro -ambos sonreímos.

- Si pudieras escapar de todo esto, en un ejemplo hipotético de que salieras ilícita de este mundo ¿Qué planes tienes para tu vida? Y no me refiero solo a lanzarte en paracaídas sino qué planes futuros tienes.

Su pregunta me hace pensar.

Realmente nunca le había dado vueltas al asuntos solo hice una lista con casas banales que hacer, nada importante.

- Supongo que iría a la universidad, estudiaría derecho, viviría en un departamento compartido con Bianca y tendría un trabajo a medio tiempo.

- Eso suena a la típica vida de universitarios -la mano en mi vientre asciende un poco.

Ese gesto me da cosquillas.

- Saldría con un chico, con el tiempo llegaría el amor, nos casaríamos y formaríamos una familia -siento como su cuerpo se tensa y su mano detiene su andar.

- Tendrían que pagar un hipoteca, el colegio de los niños, cubrir los gastos básicos y el sueldo de ambos no les alcanzaría para viajar a Dubái -el cambio en su tono de voz me toma por sorpresa.

- Al menos tendremos paz y tranquilidad -expreso pero parece no escucharme.

- El estrés le daría paso a la falta de sexo y a la calvicie, a tu esposo le crecería una enorme panza y su pequeño pene sería mucho más pequeño -la mano en mi vientre vuelve a tomar el mismo rumbo hacia arriba.

- ¿Por qué afirmas que la tendrá pequeña? Además en la Famiglia mucho de los hombres tienen sobrepeso -jadeo esto último al sentir un leve tirón en uno de mis pechos.

Esto se está poniendo interesante.

- La falta de sexo, el estrés y la monotonía causará que uno de los dos sea infiel y estoy seguro que serás tú.

- ¿Por qué crees que seré yo la infiel? -su mano desciende rápidamente hasta colarse en mis pantalones de pijama.

- Porque mientras tu esposo se deja caer en el abandono -otro jadeo sale de mis labios al sentirlo rozar mi sexo levemente- Tú tendrás solo unos kilos demás debido al parto y tu libido sexual será mucho mayor a esa edad, está biológicamente demostrado...

- E igual eso no significa nada, puedo recurrir a los juguetes sexuales y así no arriesgaría la estabilidad de mi familia por un polvo -lo interrumpo pero su pulgar presiona mi clítoris causando que muerda mi labio inferior para no gritar.

- Es entonces es donde entraría yo desprendiendo esa lujuria y pasión desenfrenada que tanto te atrae y no quieres admitir -su cuerpo me cubre y dejo de respirar- Me colaría en el bufete donde trabajas, iría hasta tu oficina fingiendo ser un cliente más y te inclinaría sobre el escritorio follándote desde atrás, llenándote una y otra vez -susurra en mi oído- Mientras te doy unos buenos azotes en el trasero por haber escogido una vida monótona y ridícula antes que a mí -su boca impacta contra la mía y siento mis bragas adherirse a mi sexo como una segunda piel.

Nuestras lenguas juegan y se acarician entre ellas de una manera exquisita al mismo ritmo que su pulgar roza la perla entre mis piernas por encima de las bragas. Mis manos se enredan en su cabello y tiro de un poco de él sacándole un gruñido que solo causa que mi sexo se lubrique aún más.

Abandona la tarea entre mis piernas para deshacerse de la parte superior de mi pijama en instantes y sus labios bajan por todo mi cuello hasta detenerse en esos picos erectos que reclaman su atención.

Tengo que tapar mi boca con mi mano para no gemir al sentir la calidez de su boca en uno de mis pechos y aun así no es suficiente porque un gemido bastante sonoro se hace notar en toda la habitación.

- Alguien puede escucharnos -sugiero tratando de detenerlo aunque realmente quiero que siga.

- Que lástima que le arruine el sueño porque no pienso detenerme.

La parte inferior de mi pijama desaparece pero no mis bragas y no titubeo al sacarle la camiseta y derribarlo quedando yo arriba.

Comienzo a dejar leves besos en su abdomen tratando de ignorar las fuertes punzadas entre mis piernas, hasta llegar a su cuello donde hago justo lo mismo que él hizo la noche anterior, succiono y clavo mis dientes en su piel intentando dejar marca.

¿Por qué quiero marcarlo?

- ¿Qué te hace pensar que te dejaría follarme sobre mi escritorio? -cuestiono con voz jadeante y sus manos aprietan mis glúteos causando que nuestros cuerpos se rocen.

- El simple hecho de que acabas de decir la palabra follar mientras estás sobre mí -vuelve a derribarme pero está vez me coloca de espaldas a él con gran agilidad sintiendo su miembro erecto solo cubierto por el pantalón de su pijama - ¿Qué quieres de mi Joya mía?

¿Qué quiero?

Nada

Todo

- Una vida común y corriente llena de monotonía no es para ti, no lo soportarías -tira levemente de mi lóbulo izquierdo- Y sabes que tengo la razón aunque no quieras admitirlo -siento el frío golpearme cuando se separa de mi- Buenas noches Elizabeth -es lo último que dice antes de entrar al baño e instantes después escucho el agua de la ducha.

¿Qué rayos?

¿Se va y me deja así?

Recojo mi ropa tirada y me cambio las bragas con el mal humor quemándome las venas.

¿Qué sabrá él de mí para afirmar que no puedo tener una vida normal como el resto de humanos?

Que has matado a varias personas -responde mi subconsciente.

Mi mal humor no ayuda a contrarrestar la calentura así que abro un poco una de las ventanas pero la cierro rápidamente.

No quiero pescar un resfriado.

Pego mí frente al cristal y me pregunto que estaba a punto de hacer.

Casi cogemos.

El plan es seducir a Demon pero a este paso solo lograré meterme en su cama y luego seré otra más de esas chicas que ni siquiera recuerda.

¿Por qué no puedo dejar de pensar en su manera de tocarme?

Tal vez se deba a que nunca antes nadie me había tocado de esa forma.

Ya está, todo es culpa de mi inexperiencia no tengo por qué preocuparme solo debo pensar en una manera de escapar de todo esto de una buena vez.

Demon ingresa a la habitación y nuestras miradas se encuentran en el reflejo de la ventana pero pasa totalmente de mí.

Su indiferencia me causa un pequeño malestar.

¿Qué cree que le voy a rogar por sexo? Quien tiene que rogar es él.

Aunque tal vez si se invierten los papeles, logre mi objetivo.

La habitación se queda en penumbras y me acuesto a una distancia prudente de él aunque igual no logro pegar ojo.

Me quedo con la vista fija en algún punto y los pensamientos yendo a mil por hora.

¿Qué me estás haciendo Demon Leone?

¿Acaso aluciné esta mañana y a los dos chicos que vi fue parte de mi imaginación?

¿Quién será el chico de ojos grises?

¿En qué momento Demon pasó a formar parte de mi vida?

¿Por qué él es el único de la Famiglia con el que disfruto pasar el tiempo?

¿Por qué mi repudio hacia la Famiglia se ha reducido un diez por ciento?

¿Será que me estoy acostumbrando a esta vida?

¿O peor aún me está gustando?

¿Por qué la idea de tener una vida "normal" ya no me es tan atractiva?

¿La lujuria de Demon me está nublando la mente?

¿A qué se refería con eso de "haber escogido una vida monótona y ridícula antes que a mí"?

¿Él me escogería a mí ante todo?

¿Por qué la mayoría de mis pensamientos giran en torno a Demon?

No sé cuánto tiempo permanezco en la misma posición pero debe ser mucho porque la respiración del Underboss es pausada y tranquila, señal de que está dormido.

Pasó otra hora intentado dormir pero mi cabeza parece estar más centrada en aclarar sus dudas.

Al menos ya no estoy caliente

Llegado el momento solo cierro los ojos y trato de calmar mi mente pero unos pequeños golpes en la puerta me distraen.

Demon sigue durmiendo pacíficamente así que me pongo de pie y voy a abrir la puerta.

¿Qué hora será?

¿Y por qué el Sr D'angelo está tocando la puerta?

Un momento... ¿Será el Sr D'angelo?

En lo que me debato entre si abrir la puerta o no, ya mi mano a girado el picaporte y si... es el Sr D'angelo pero un arma apunta a su cabeza.

Franco Leone II está aquí.

Wiii toy de vuelta 🌚

El capítulo de hoy va dedicado a Ysik 🥺 xq ha decidido darse la oportunidad de hacer lo que le gusta🌚

Gracias por leerme y dejar tu voto 🥺

Hasta un próximo capítulo💙💙💙

Los quiero mucho desde el iglú🧊 de mi corazón 🌚💙.







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