Años atrás...

 «Demon»

Estrellita dónde estás...

me pregunto qué serás...

en el cielo y en el mar...

un diamante de verdad...

La sangre brota de mi boca en un intento por evitar ahogarme.

Vamos solo muérete ya...

Observo el cielo lleno de estrellas y me pregunto si ya ha llegado el momento de ser una de ellas.

Mamá decía que cuando las personas mueren van al cielo y se convierten en estrellas, pero el padre Gerónimo dice que van al paraíso si han sido buenas personas.

Seguro mamá está en el paraíso de las estrellas.

Ella era buena.

Yo también quiero ir al paraíso de las estrellas para estar junto a ella, pero no he sido bueno.

No merezco ir al cielo después de lo que pasó hoy.

Me pongo de pie con dificultad e intento respirar despacio ya que es el más mínimo movimiento envía punzadas de dolor a todo mi cuerpo .

Todo me da vueltas pero ignoro esa sensación de mareo mientras me acerco al único lugar donde sé que podré encontrar algo de ayuda.

La puerta color marrón se abre cuando creo que estoy a punto de desmayarme, dejando a la vista a una señora morena quien corre rápido a socorrerme.

— ¡Dios mío! —Por su repentina palidez determino que estoy peor de lo que pensé—. El señor Leone está yendo muy lejos con sus métodos de aprendizaje —Toma mi brazo derecho y lo coloca alrededor de su hombro, como apoyo.

— ¿Aún crees que sean métodos de aprendizaje? —Cuestiono casi sin habla.

Todos sabemos que no es la primera vez que intenta matarme disfrazando sus golpizas con métodos de enseñanza o castigos.

Entramos al hogareño espacio con olor a galletas recién horneadas y visualizo a lo lejos a Enzo y otro chico viendo caricaturas.

Lo que debería estar haciendo un niño de 11 años en lugar de matar personas.

— ¿Cuál fue el motivo, esta vez? —cuestiona Noona.

— Maté a Filipo —respondo y Noona Francesca me mira con preocupación.

Filipo era el mejor hombre de Padre, su ejecutor o mano negra. Hace unos meses abusó de Carol, una de las empleadas y hoy me pidió que la asesinara porque la chica espera un hijo suyo, Padre lo tomó como una prueba de mi lealtad hacia él.

Mi iniciación.

En el momento que Filipo me dio el arma para que le disparara a la chica me giré tomándolo por sorpresa y le disparé al hombre de cabeza rapada justo en la frente.

Muerte instantánea.

Cómo era de esperarse Padre no dejaría pasar la oportunidad de castigarme así que le pidió a diez de sus hombres golpearme hasta el cansancio.

Seis yacen heridos y cuatro muertos.

Todos han llegado a pensar que soy inmortal después de que Padre me lanzó a la alberca con dos años y estuve tres minutos intentando no ahogarme sin flotadores.

Tal vez si sea un demonio, después de todo.

— Hola Demon —saluda Enzo.

Es un niño de diez años con rizos desordenados, y mi único amigo.

— ¿Te duele mucho? —Observa mi cuerpo magullado.

— No tanto —Miento, no me gusta mostrarme débil

— Te presento a Luca —señala al chico detrás de él.

El chico aparenta tener mi misma edad, su cabello es rubio y sus ojos son azules casi grises. Su rostro se me hace familiar pero no recuerdo haberlo visto antes.

— Hola —saluda.— ¿Quieres jugar en la consola con nosotros?

Lo miro sorprendido y acepto a
pesar de no poder casi moverme.

Es la primera vez que un niño desconocido no me mira con temor.

El rumor de lo que pasó cuando tenía dos años llegó hasta el colegio así que todos me ven como el matón de la clase.

Noona limpia y cura mis heridas, aplica algunas pomadas en los pequeños moretones que mañana serán enormes y me da una pastilla para aliviar el dolor.

Enzo me contó que su bisabuelo era médico.

Noona me permite quedarme en su casa esta noche sin importarle meterse en problemas con Padre, así juego con Enzo y Luca, sintiendo algo de euforia sin la necesidad de derramar sangre.

Platicamos, bromeamos y hablamos de nuestros mayores miedos y secretos.

Resultó que todos teníamos algo en común... lo cual nos uniría como una familia...

Años después se nos unió Donato... Desde entonces somos hermanos por elección... Más leales que cualquier familia con lazos sanguíneos.

«Actualidad»

Me marcho de la fiesta de compromiso y conduzco hasta uno de los edificios en el sur de El Bronx.

Aún tengo el pantalón y la camisa empapados por culpa de la Joya Marchetti. La niñata resultó ser cero tolerante al alcohol y terminó en la piscina.

Sin embargo callarle la boca a Giovanni Marchetti alegró mi noche.

Elizabeth es resultó ser todo lo que no esperaba, tan delgada que podría pasar por una modelo anoréxica fácilmente, lo que la hace parecer más frágil y me recuerda que es una niña.

Su mirada carecía de brillo y por su lenguaje corporal, está claro que el matrimonio con Padre no es lo peor que le ha pasado en la vida, pero tampoco hay mucha diferencia.

Su reacción al verme me causó gracia.

Por otro lado Fiorella no se me despegó en toda la noche. La chica es peor que una sanguijuela y no capta la idea de que si he retrasado nuestro compromiso por ocho años es porque no me voy a casar con ella.

En las últimas semanas ha intentado meterse en mi cama y aunque no me desagrada a la vista sé que planea embarazarse o fingirlo y por un polvo no voy a arriesgar mis planes.

También pude notar algo en la fiesta de hoy, el motivo por el cual Fiorella cambió su cabello rubio y lacio a negro y rizado y hace dietas extremas. El por qué usa lentes de contacto y se broncea.

Quiere parecerse a su hermana menor... o ser exactamente una copia de esta.

A penas sea el Capo romperé ese compromiso, aunque la tradición diga que tengo que tener una esposa, no necesito una desquiciada en mi vida.

(✧✧)

Entro al elevador del pequeño edificio  que aparenta estar en ruinas y voy al subsuelo.

Ingreso al pequeño departamento y tomo el control remoto de la televisión. Apenas marco el código, el estante con licores se separa y bajo las pequeñas escaleras. Dos pasos más y dejo que el extraño láser escaneé mi iris derecho dándome entrada al espacio detrás de las puertas de metal.

— ¿Que tal la fiesta de compromiso? —cuestiona Luca desde su extraña silla gamer.

Luego de mi regreso a la Famiglia, a Luca se le ocurrió la genial idea que tuviéramos una guarida como si fuésemos una pandilla de superhéroes o criminales —Esto último no está muy alejado de la realidad— Y así fue como terminé comprando este edificio y condicionándolo para todas nuestras fechorías.

— Fiorella no se despegó de mí en toda la noche, así que fue un fiasco de fiesta —Observo los diez monitores con el escenario de un videojuego pausado.— Y me duele la cara de dar tantas sonrisas hipócritas.

— Uno de los tantos sacrificio para ser Capo: ser un poco lame botas — Enzo está en el sofá con un libro de romance en sus manos.

No deja de ser un romántico empedernido y el único que ha tenido novia.

Yo salté directo al compromiso.

— ¿Dónde está Donato? —Me saco la camisa y la lanzo por una cesta de básquet directo al cesto de la ropa sucia que por algún motivo nadie nunca ha llevado a una lavandería.

— Está en tu laboratorio, jugando con la rata que capturó para que pruebes la O.R.O. 2.0—responde Luca—. Se puede saber por qué vienes empapado. Acaso te estabas tirando a alguna dama de la alta sociedad y apreció su esposo por lo que tuviste que lanzarte por la ventana y terminaste en la alberca.

— Podrías escribir una novela con esa imaginación —se burla Enzo— Aunque lo más posible es que tu teoría sea cierta.

Ruedo lo ojos camino a la ducha escuchando sus carcajadas.

— Más bien fue culpa de una niñata borracha a punto de ahogarse en una piscina.

Las carcajadas se detienen para luego comenzar más alto.

— Demon Leone haciendo algo por una dama sin querer llevársela a la cama, la apocalipsis está cerca —grita Enzo y paso de él.

Si salvé la mocosa es porque ahora es mi maldita responsabilidad hasta el día de su boda.

(✧✧)

Tomo una camiseta negra de uno de los cajones  y me la coloco junto con una bata blanca y las gafas de protección.

— ¿Tienes el informe que te pedí?

Luca me entrega un simple hoja.

— No es que exista mucha información sobre Elizabeth Marchetti —Se rasca la nuca— Ahí tienes lo básico y la única información que hay de ella en fuentes oficiales. La chica ni siquiera usa redes sociales pero si quieres más información puedo acceder a la red oscura.

Niego con la cabeza ya que lo que menos quiero ahora es atraer la atención de alguien, para entrar a la red oscura tiene que dar alguna información relevante y no quiero ir por ahí revelando secretos de la Famiglia.

Camino hacia la otra puerta de metal, inserto mi huella dactilar y adentro me encuentro a un Donato con vestimenta similar a la mía, mirando con diversión al roedor.

— ¿Fue difícil de capturar? — cuestiono.

El pelirrojo sonríe y sé que fue pan comido.

— Capturar ratas es lo mío. —responde.

Tomo la cápsula dorada de la pequeña nevera  y camino hacia la jaula del animal a quien obligo a probarla.

Observamos por un momento la escena delante de nosotros y minutos después somos testigos de los estragos que causa la droga al roedor.

Comienza a convulsionar y a los 10 minutos se desmaya.

Volvió a fallar... Tendré que trabajar en ello otra vez.

Dejo que Donato se encargue del animalillo mientras paso dos horas revisando las fórmulas y cambiando la cantidad de cada sustancia así como los métodos a emplear.

Seis años en Harvard estudiando las distintas ramas de la Química tienen que dar resultado.

Sí, aunque parezca raro, fui a la universidad.

Dicen por ahí que no hay mejor arma que el cerebro humano.

Además, durante mi época de universitario, conocí a Akiko Kobayashi, una psiquiatra japonesa y la mismísima hija de líder del jefe de la Yakuza.

Ella descubrió que sufría de Trastorno de Personalidad Antisocial y confirmó los traumas que ya me imaginaba que sufría, por lo que pasamos de la zona de amigos a la zona de doctor y paciente.

Sería raro vivir en este mundo y no sufrir de alguna patología psíquica.

(✧✧)

Alredor de las dos de la mañana llego a la mansión Leone.

El enorme lugar en penumbras me recibe alumbrado solo por la luz que se filtra por los ventanales.

A veces me pregunto por qué siempre termino regresando aquí pero entonces recuerdo que los últimos recuerdos de mamá que tengo son de ella en estos pasillos intentando siempre sonreír a pesar de que se estaba muriendo lentamente.

Las sonrisas no siempre son el reflejo de la felicidad, a veces son una máscara para ocultar lo roto que estás realmente.

Paso de ir a mi habitación así que camino hacia el lugar donde encuentro algo de paz.

Abro la puerta del pequeño espacio y prendo la luz.

Los recipientes de pinturas yacen esparcidos por el suelo algunos cerrados y otros abiertos goteando como prueba de que la última vez que estuve aquí no estaba precisamente bien.

El enorme lienzo que se extiende delante de mis ojos capta toda mi atención, como si fuera la primera vez que lo viera. Camino hacia la barra, me sirvo dos dedos de whisky y tomo asiento en el sofá delante de mi más majestuosa obra.

Innocenza

Leo el pequeño informe de Elizabeth Marchetti dónde apenas viene su nombre, apellidos y algunas cosas sobre su adopción realizada en Italia— hecho que me sorprende— La mayoría de los hijos de la Famiglia han nacido en Nueva York aunque sus padres sean italianos.

En el informe no dice nada sobre su verdadera familia y lo otro es un informe médico de hace pocos año.
Algo extraño ya que solo acudimos a un hospital cuando es muy grave.

Entonces recuerdo las marcas en sus muñecas.

Intentó quitarse a vida.

Dejo el documento en el sofá y me acerco al lienzo sujetando el vaso de whisky.

Tomo un sorbo y siento la bebida bajar quemando mi garganta.

Bella... bella.

Media hora después subo a mi habitación y recibo una llamada de Roxy o Rocío como sea que se llame la chica castaña que me saludó un momento en la fiesta de compromiso.

Tomo mis llaves y conduzco hasta el hotel más cercano...

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En multimedia: Mansión Leone