Después de la cena todos se fueron a dormir, pero Erick se quedó en la sala

David: Bien, suéltalo

Se dejó caer pesadamente en el sillón al lado de Erick, éste suspiró cansado

Erick: Me estoy volviendo loco

David: ¿Por qué sigues dando tantas vueltas?

Erick: ¿De qué hablas?

David: ¿Por qué no le has dicho que te gusta?

Erick: Oh no, sé lo que intentas y no, no lo harás

David: ¿Que?

Erick:Estás tratando de tirarte al agua pero no lo permitiré, tú y yo estamos en el mismo barco

David: Bueno, explícate

Erick: Leticia te da tanto miedo como Lucía a mi.

David lo miraba desconcertado

Erick: No lo escondes tan bien como crees

Se levantó y sin decir nada se fue dejando a David con la cabeza sobre el respaldo del sillón

Jhonatan: En eso tiene razón

Ese comentario tomó a David por sorpresa, no sabía que su padre estaba ahí, hizo un poco más para atrás su cabeza viendo a Jonatan de cabeza.

David: ¿Cuánto tiempo llevas escuchándome?

Jhonatan: 18 años, tal vez más porque escuchaba tu corazón en los ultrasonidos, aunque no sé si eso cuente, digamos que oficialmente te comencé a escuchar hace 18 años y dos meses cuando naciste y no te callaste como en tres horas

David: No me refería a eso

Jhonatan caminó y se sentó al lado de su hijo

Jhonatan: Yo te escucho incluso cuando no hablas

David: ¿Me vas a decir lo mismo que Erick?

Jhonatan: No, te voy a decir lo mismo que tú le dijiste, Leticia sí te gusta, así que ¿por qué sigues dando tantas vueltas?

David guardó silencio y hasta después de un largo minuto por fin se decidió a hablar

David: Estoy asustado, tú sabes que siempre admiré a Santiago, pero, lo vi desplomarse cuando Laura se fue, siempre lo vi fuerte, feliz y, de repente, se desmoronó, todo eso se vino abajo, entonces fue cuando lo vi tan vulnerable, tan débil, y yo no quiero, no quiero darle a alguien el poder de destruirme de esa manera

Jhonatan: Es el mismo problema que tiene Erick

David: Además, creo que por ahora estoy bien asi

Jhonatan: El miedo a veces es bueno, ayuda a ser precavido, pero no dejes que te prive de vivir y ganar experiencia

David:¿Y eso para qué me sirve? Jhonatan:Para hacer colmillo y que nadie se aproveche de ti, y no puedes hace lograr eso si vives escondiéndote, piénsalo.

David se encontraba en un lugar lleno de árboles, a penas podía ver por dónde caminaba iluminado por la tenue luz de algunas lámparas que era opacada por la neblina, un fuerte trueno lo tomó por sorpresa, la tierra se movió y el cielo fue iluminado por un relampago, una suave brisa comenzó a golpear su piel, pero no estaba fría, era tibia cerró los ojos sintiendo el agua caer sobre él, cada vez la lluvia comenzó a hacerse más fuerte, abrió los ojos, vió escurrir de las hojas de los árboles un líquido rojo, sangre, intentó correr pero no pudo moverse, miró sus pies, debajo de el habían cuerpos, personas muertas que continuaban sangrando con sus ojos clavados en los de David y sujetando sus pies, impidiéndole moverse, cientos de cuerpos a su alrededor, más allá de ellos, de pie y mirándolo fijamente estaba su familia

Valeria:Pero David, mira lo hiciste 

Jhonatan: ¿Qué has hecho?

Erick: ¿Como pudiste?

Santiago: Eres un monstruo

Juan:Qué decepción

Oliver:Eres una verguenza

David: No, yo no...

Valeria:¡Eres un maldito asesino!

Un trueno volvió a resonar por todas partes a todos le gritaron al unísono

"¡Asesino!"