Desición
Durante el desayuno Álvaro pensaba en lo que le había sugerido Estefanía
—¿Qué opinas de las carreras ilegales?— preguntó
—¿De coches?— Preguntó Valeria, él asintió —Deben ser divertidas, siempre quise ver algunas, pero, la situación no me lo permitía—
—Yo puedo llevarte a una, y nos ayudará a ganar dinero—
Y ahí estaban, Valeria estaba maravillada por la cantidad de gente que había, vio a Álvaro correr y ganar, dos veces, después se acercó a ella
—¿Quieres intentar?—Le preguntó
—Primero tengo que aprender a manejar, pero te aseguro que lo haré—Ya había tomado la decisión
Después de unos meses, las drogas ya no eran un problema y Valeria cumplió los dieciocho años así que comenzó a buscar trabajo, pero había un inconveniente: no tenía certificado de bachillerato.
—¿De qué quieres trabajar?— le pregunto Álvaro durante la cena
—Realmente no espero nada en especial-—
—No, me refiero a qué querías, antes de todo, ¿Cuál era tu objetivo en la vida?—
—Quería ser maestra— dijo, era la primera vez que se lo confesaba a alguien
—Tienes la opción de presentar un examen para recibir el certificado y con eso ya puedes ser maestra, claro, no de niños, pero si para adultos—
Fue a presentar ese examen y lo consiguió, de esa manera, logró cumplir su objetivo y comenzó a ayudar con dinero a la casa, aún así cada quince días iban a las carreras de autos.
Dos años después, Álvaro por fin había terminado de reponer las horas de trabajo así que salió a las seis de la tarde, planeaba ir directo a casa, pero Mario, uno de sus compañeros de trabajo lo alcanzó en la calle
—Oye, vamos a ir a beber unas cervezas, ¿Vienes?—
Álvaro lo pensó un momento
—¿Qué? ¿Te pega tu mujer?— preguntó Mario riendo.
Ya todos sabían que estaba viviendo con Valeria
Finalmente, después de analizar sus opciones Álvaro decidió ir con ellos.
Cuando llegó a su casa eran ya las once de la noche, entró y buscó a Valeria, esa había sido su rutina los últimos dos años.
La encontró en la mesa de la cocina haciendo apuntes en un cuaderno
—¿Qué haces?—Preguntó sentándose a un lado
—Preparo la clase de mañana—Respondió sin mirarlo —¿Quieres cenar?— preguntó
—No, ya cené—Respondió él ojeando un libro que estaba en la mesa
Valeria lo miró extrañada.
—¿Qué?— preguntó al notar que lo miraba muy fijamente
—Hay algo raro, ¿Qué tienes?—Preguntó cerrando su cuaderno
—Ya terminé de pagar las horas extra que debía—
—Que bueno, ya podrás llegar más temprano— Dijo ella guardando sus cosas
Se fue a la habitación a ordenar sus cosas para el siguiente día, al final recordó que tenía unas tareas que revisar, se sentó en la cama y comenzó a leer las oraciones mientras marcaba de color rojo las palabras mal escritas.
Minutos después entró Álvaro con el cabello mojado por haberse bañado.
—Creí que ya habías terminado—
—Ya casi, ésta es la última— Estaba concentrada en revisar las faltas ortográficas
Álvaro suspiró y puso la toalla en la cesta de la ropa sucia, después caminó y se sentó en la cama, detrás de ella, la vio encerrar en un círculo rojo un "vonita" y poner su firma debajo.
No se contuvo y besó su cuello, Valeria se tensó
—¿Qué estás...?-—
—Shhh, calma, respira—habló aún en su cuello
—pero...—
—Llevamos de novios seis meses, viviendo juntos y no lo hemos hecho, ¿Me dirás que no quieres?— su respiración se aceleraba poco a poco
—No...no lo había pensado— Admitió ella
—Solo...déjame intentarlo, si en algún momento quieres que me detenga, solo pídemelo y lo haré, ¿Si?-—
—Si—
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