20. Mónica-hermana contra hermana
Aquella tarde, un viento soplaba levemente y provocaba una fría sensación que hacía que el cuerpo se estremeciera y eso no fue excepción para con Mónica, quien, se encontraba caminando por las calles nubladas del pueblo ya que, como casi siempre, el ambiente en su casa fue muy tenso por una discusión que había tenido con su madre hace casi ya una hora
"¿por qué se comporta como si me odiara?". Se preguntaba mentalmente Mónica mientras caminaba cabizbaja y sin siquiera fijarse que había chocado con un hombre que estaba caminando
-lo siento mucho- le dijo Mónica disculpándose ante el señor, el cual, trabajaba en el Euskal lorea y que la joven llegó a ver en unas cuantas ocasiones, pero que desconocía su nombre
-no te preocupes- le dijo el hombre -a la otra camina con mucho cuidado- le dijo de forma normal y tras decirle aquello, ese hombre se fue y Mónica continuó con su camino
posteriormente, Mónica no se percató que ya se había alejado bastante de su casa y que ahora se encontraba en las periferias del pueblo, pero en ese momento, un auto que estaba pasando se detuvo a un lado suyo
-¿que haces por estos lados?- le cuestiono Abraham a Mónica cuando este empezó a bajar la ventana de la puerta del auto
-estaba caminando y creo que camine bastante- le respondió Mónica a Abraham y este abrió la puerta de la camioneta color verde oscuro
-entra y te llevo a tu casa- le ofreció Abraham al instante
-muchas gracias, pero sé regresar a mi casa- replicó Mónica en un intento de no tener ningún contacto con Abraham
-está haciendo frío y creo que con ese suéter no te ayudará a soportar el frío que se está aproximando- le respondió Abraham, y, para desilusión de Mónica, tuvo que darle la razón al joven, ya que la joven mujer tenía puesto un suéter de color guinda, el cual, al no tenerlo abrochado, el viento penetraba el cuerpo de Mónica
ante esto, Mónica no tuvo otra opción y subió a la camioneta de Abraham y cuando ella cerró la puerta del copiloto, Abraham procedió a continuar el trayecto por las calles del pueblo
mientras manejaban, Abraham se detuvo en una cafetería y Mónica le cuestiono el por qué se detuvo, a lo que Abraham le respondió en decirle que solo iba a comprar algo de comer y que si se le ofrecía algo
-no, gracias- le dijo Mónica al joven y este se limitó a bajar de la camioneta y entrar a la pequeña cafetería que estaba habilitada en la cochera de la casa
Mónica permaneció en silencio en el interior del auto mientras contemplaba cómo el cielo se empezaba a poner en una tonalidad grisácea y el aire se hacía cada vez más fuerte, pero fue en ese momento que Abraham entró a la camioneta y con él traía un croissant artesanal de chocolate junto con dos cafés y tanto el croissant como uno de los cafés se los entregó a Mónica
-te dije que no me compraras nada- le dijo Mónica a Abraham después de que este le entregara la comida
-si, creo que no te escuche muy bien- le respondió Abraham de forma irónica para después darle un sorbo a su café
-¿por qué haces esto?- le preguntó Mónica al respecto
-lo hago porque lo quiero hacer y, francamente, no le veo nada de malo que quiera comprarte algo- le indico Abraham a la joven mujer
-¿si sabes que estás saliendo con mi hermana?- le volvió a cuestionar Mónica a Abraham
-sobre eso, quiero decirle algo que he estado pensando seriamente en los últimos días- le dijo Abraham
"por favor. Que no sea lo que estoy pensando". Pensó Mónica y los recuerdos de su hermana Teresa pidiéndole consejos sobre qué hacer ante el distanciamiento entre ella y Abraham
-creo que voy a terminar con tu hermana- le dijo Abraham y Mónica pudo sentir una fuerte inquietud dentro de ella como también un sentimiento de culpabilidad
-estás consciente que la vas a lastimar- reaccionó Mónica, pero sin mostrar algún sentimiento ante el hombre
-lo estoy, pero creo que es mejor decirle antes que ilusionarla- le dijo -no me malinterpretes, tu hermana es una de las mejores mujeres que he conocido y la más alegre del pueblo y creo que puede tener a cualquier chaval mejor que yo; sin embargo, creo que mi atención recae en otra persona
-se puede saber quien es esa otra persona- le cuestiono Mónica de manera tranquila y también un poco nerviosa por la respuesta que le daría Abraham
-enserio quieres saberlo- le cuestiono esta vez Abraham a Mónica y esta, empezó a sentir como el joven hombre acercaba tímidamente su mano a la de Mónica como forma de respuesta
la joven no supo qué sentimientos sentir o qué palabras decir, estaba claro que aquel leve acercamiento era la respuesta de Abraham que la persona que se refería era ella, pero lo único que pudo sentir fue alegría de que Abraham sintiera lo mismo que ella sentía y también mucha tristeza por cómo se sentiría su hermana Teresa
-¿vas a decir algo?- le preguntó Abraham a la joven al no tener ninguna respuesta por parte de Mónica
pero la respuesta de Mónica impresionó al joven hombre ya que la joven mujer, en un arranque de impulsividad, empezó a besar apasionadamente a Abraham y este, en un principio sorprendido, se empezó a dejar llevar por el beso de la joven al mismo tiempo que Mónica acariciaba por debajo de la camisa la espalda de Abraham y este, hizo pasar sus manos por la espalda y piernas de la joven
cuando terminaron, ambos se separaron ante la falta de aire al mismo tiempo que Mónica se disculpaba por la forma de haber reaccionado de esa forma con Abraham
-no te preocupes- le dijo Abraham -¿quieres que te lleve a tu casa?- le pregunto y Mónica solamente asintió por lo que Abraham encendió la camioneta y continuó con el trayecto al mismo tiempo que las primeras gotas de agua empezaban a caer del cielo sobre el parabrisas del auto y, por ende, en todo el pueblo
cuando estaban por llegar y por petición de Mónica, Abraham detuvo la marcha de la camioneta un poco alejado de la casa de la joven mujer y tras despedirse, la joven se bajó y de manera apresurada se dirigió a su casa, aunque eso no evitó el que Mónica se mojara por la lluvia que estaba cayendo y cuando entro, en vez de sentir una atmósfera fría y tensa, sintió una tranquilidad que la hizo alegrarse
sin embargo, bajando rápidamente las escaleras, Teresa apareció y antes de que Mónica la saludara recibió por parte de su hermana una fuerte bofetada que hizo que la mejilla de Mónica quedase la marca roja de la mano de Teresa
-¡¿cómo pudiste hacerme eso?! Eres mi hermana, joder- le reclamó Teresa y Mónica se percató de que su hermana había llorado y ahora parecía estar poseída por la rabia
-¿de qué hablas?- le cuestionaba Mónica mientras miraba muy impresionada a su hermana, al mismo tiempo que se tocaba su mejilla adolorida
-¡te vi besandote a Abraham! ¿por qué lo hiciste?- le seguía cuestionando Teresa a su hermana
pero Mónica no sabía qué responderle a las reclamaciones de su hermana, ya que, sencillamente, no podía encontrar las palabras adecuadas para decirle los sentimientos que ella tenía hacía con Abraham y porque también entendía el dolor que estaba sintiendo Teresa en ese momento
Mónica entonces, quiso hablar, pero Teresa decidió darle la espalda y subir a su cuarto por lo que lo único que pudo escuchar la joven fue el portazo que hizo Teresa al momento de cerrar la puerta de su cuarto, por lo que Mónica, antes alegre y ahora consumida en la más absoluta incredulidad y arrepentimiento, no tuvo otra opción que encerrarse en su cuarto y darse cuenta que le había hecho daño a la única persona que la quería de su familia y apenas llegó a su cuarto, Mónica se acostó en su cama y quedo profundamente dormida
Mónica no supo cuántas horas había dormido hasta que fue despertada abruptamente por el estruendo de la puerta de su cuarto golpeándose en la pared y lo primero que vio fue a su madre, Ainara, molesta y que procedió a agarrarla de las muñecas de las manos
-eres una maldita zorra- le dijo Ainara a Mónica -¿cómo pudiste hacerle eso a tu hermana, maldita zorra?
-por favor mamá. Me estas lastimando- le dijo Mónica muy asustada por el comportamiento de su madre
-¡acaso crees que eso me importa!- le grito Ainara -ya sabía yo que eras una zorrita que se la pasa coqueteando al primero que se le pone enfrente y sin importar que ese hombre esté relacionado con su hermana
-¡ya cállate, joder!- le gritó Mónica bastante fastidiada por la forma que su madre le estaba hablando, pero entonces, Ainara soltó de inmediato a su hija y le propino una fuerte bofetada a su hija, aún más fuerte que la que recibió por parte de su hermana y que la hizo perder brevemente el equilibrio, por lo que Mónica no pudo soportar el sollozar por aquel golpe
-a mi no vuelvas a hablar de esa forma pequeña puta idiota- le dijo Ainara y después la mujer agarró a Mónica del pelo sin siquiera importarle que la lastimara -y ni pienses que con tus lágrimas de estúpida sufrida hará que yo, tu hermana y padre te perdonemos por lo que hiciste
tras decirle eso, Ainara soltó a su hija y salió del cuarto al mismo tiempo que la joven podía ya encontrar un momento para llorar con más tranquilidad luego de haber sufrido aquel maltrato por parte de su madre
"¿por qué me odia? ¿por qué me trata como si no fuese su hija?". Pensó amargamente Mónica mientras se levantaba para cerrar la puerta de su cuarto, y después, volvía a acostarse sobre su cama mientras ocultaba su rostro lloroso y con marcas de bofetadas en su almohada
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AVISO
La canción se llama Way Down We Go de Kaleo y será el tema principal de Mónica Andueza y Abraham Urquiza
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