13. Mónica-reencuentro inesperado
Mónica estaba regresando a su casa luego de haber ido a comprar unas cosas que su hermana Teresa le había pedido de forma apresurada, ya que Teresa le había dicho que tenía que terminar la tarea de Biologia porque tendría una cita con un muchacho y no quería hacer la tarea ya tarde
cuando Mónica regresó a su casa, escuchó cómo su madre Ainara platicaba con su padre Adiran en la cocina y no dudó en escuchar sobre lo que estuvieran hablando
-te juro que ví como la beso- le decía Ainara a su marido
-y estás segura que eran esos dos idiotas- le cuestionó Adiran, quien se encontraba sentado mientras que su mujer estaba de pie
-completamente- le confirmó Ainara -y cuando los ví me dieron ganas de hacer algo muy divertido que, al final, terminaré haciendo- le dijo la mujer para después, esta soltara una leve risa mientras que Adiran sonreía levemente
pero cuando la mujer se dio la vuelta, Mónica trató de ocultarse, pero no lo logró porque empezó a escuchar los pasos apresurados de su mamá y esta le agarró fuertemente del brazo
-¿qué hacías espiandonos?- le cuestiono Ainara bastante molesta mientras agarraba el brazo de su hija
-nada mamá- le dijo Mónica tratando de liberarse del amarre que su madre le producía sin mucho éxito
-lárgate a tu cuarto- le dijo Ainara soltándola bruscamente -que sea la última vez que escuchas lo que no te incumbe- le contestó y mientras Mónica se apresuraba en subir las escaleras, Ainara se volvía a sumergir en sus chismes e intrigas
cuando llegó, vio que su hermana estaba haciendo rápidamente la tarea de alguna materia casi de forma apresurada
-aquí tienes las imágenes que me pediste- le dijo Mónica mientras le entregaba las imágenes a su hermana
-anda, muchas gracias- le agradeció Teresa
Mónica decidió no interrumpir a su hermana con su tarea por lo que se dirigió a su cuarto para ver cómo se entretenía ya que no tenía nada importante que hacer
las horas pasaron y cuando dieron las siete de la noche, Mónica salió y bajó hacia la planta baja de su casa y vio que su madre no se encontraba mientras que su padre se encontraba viendo la televisión
-voy a tomar un refresco- le dijo Mónica a su papá, pero este solamente ignoraba a su hija, por lo que esta se dirigió directamente al refrigerador, sacó una lata de refresco y volvió a dirigirse a su habitación
pero antes de que entrara a su cuarto, Teresa salió de su habitación y le pidió a su hermana que entrara a su cuarto, por lo que entró a la habitación y cuando lo hizo, se dio cuenta que su hermana tenía puesta una bata de color rosado y sobre su cama se encontraba un vestido blanco y al lado de aquel vestido estaba un pantalón de mezclilla azul fuerte y una blusa de color negro
-¿qué ocurre?- le preguntó Mónica a su hermana
-ya sé que esto no es común, pero me podrías ayudar a elegir que ropa ponerme- le pidió Teresa a su hermana
-no te lo tomes a mal, pero esta cita te está dejando un poco alterada- le respondió Mónica
-lo siento, pero es que en serio quiero dar una buena impresión
-pues de quién se trata para que pienses de esa forma- le cuestiono Mónica mientras esta se sentaba en una de las sillas del dormitorio
-es un chaval que un amigo de la escuela me presento y he estado hablando con él hasta que por fín acepto salir conmigo
-te deseo mucha suerte entonces- le dijo Mónica mientras se ponía de pie -por cierto, te queda mejor el vestido blanco- le respondió la joven adolescente para después dedicarle una sonrisa de complicidad a su hermana y salir del cuarto de su hermana
pasaron unos veinticinco minutos hasta que sonó el timbre de la puerta y Mónica fue a abrir la puerta ya que su padre Adiran acababa de salir de la casa, pero al momento de abrir la puerta se llevo una sorpresa que la dejo sin palabras como también sorprendida
fuera de la casa, se encontraba Abraham, vestido de manera casual, aunque también denotaba elegancia, mientras que este, se mostraba también sorprendido por volverse a encontrar a Mónica
-¿aquí vive Teresa?- pregunto Abraham sin retirar su expresión de sorpresa en su rostro
-¿que haces aquí?- le preguntó Mónica sin responder a la pregunta que aquel joven le estaba realizando
-vengo a buscar a Teresa. Acordamos en que vendría a buscarla aquí a su casa
-Teresa es mi hermana- le contestó Mónica aún sorprendida
-vaya, esto sí que es una enorme casualidad- bromeo Abraham y aquello molestó bastante a Mónica, pero prefirió no externarlo
luego, Mónica trató de reaccionar o de decir algo, pero la voz de su hermana Teresa, preguntando que si se trataba de Abraham, a lo que su hermana le contesto que si y después, los pasos descendentes tranquilos pero apresurados de Teresa se hicieron escuchar
-veo que ya se conocieron- dijo Teresa con una sonrisa en el rostro cuando bajó por fin las escaleras -él es Abraham y ella es mi hermana Mónica- les dijo la joven presentando a su cita y a su hermana, respectivamente
-mucho gusto- dijo Mónica de manera indiferente y tratando de no mostrar emoción alguna
-bueno, nos vemos más tarde. No me esperes hasta tarde- le dijo Teresa a su hermana
-cuídate mucho- le respondió la joven
-gracias. Te quiero- le contestó Teresa para después retirarse con Abraham
luego de cerrar la puerta, Mónica sentía como su corazón latía con mucha más fuerza tras volver a encontrarse con aquel joven, aunque después se tranquilizó cuando recordó que ese joven que tenía por nombre Abraham estaba ya enamorado de su hermana y que no podía entrometerse en una relación que, posiblemente, estaba en proceso de crearse
"entonces porque sigo sintiendo algo por él". Se preguntó Mónica mientras seguía pensando en Abraham cuando se encerró en su dormitorio y la imagen del joven la seguía atormentando
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