Audaces miradas femeninas a través de un par de ojos grandes
Objetivo: Presentar un análisis acerca de la heroicidad que forma parte del personaje femenino de la tía Chila Huerta, tomando como base teórica para sustentarlo las propuestas del nuevo humanismo y de la escisión heroica.
En este ensayo se estudia, en términos generales, el recorrido heroico de una mujer mexicana conocida como la tía Chila Huerta. El recorrido de esta valerosa dama se examina desde las perspectivas que brindan tanto el nuevo humanismo como la escisión heroica. El personaje femenino seleccionado forma parte de un compendio de treinta y siete relatos cortos sobre las vivencias cotidianas y los múltiples cambios que se van dando en varias féminas, los cuales son narrados en tercera persona. Cada una de estas historias le muestra al lector la manera en que estas mujeres, las tías de ojos grandes, se rebelan en contra de las expectativas para su género que la sociedad mexicana de su época trata de imponerles. La obra elegida fue escrita por la autora mexicana Ángeles Mastretta y se publicó en el año 1990.
El análisis de esta peculiar heroicidad se lleva a cabo con el propósito de mostrar una de las distintas maneras en que las mujeres latinoamericanas toman consciencia de sí mismas y de sus deseos, lo cual les da el valor para salirse de los típicos roles culturales y sociales que se esperan del sexo femenino, a saber: esposas, madres e hijas obedientes que sean también cristianas devotas. Ya sea de manera sutil o mediante acciones escandalosas a ojos de los vecinos, todas las llamadas tías rompen las cadenas del estereotipo de mujer sumisa y callada, para permitirse ser ellas mismas, sin llevar sobre sus hombros el gran peso de las expectativas de la sociedad conservadora y patriarcal en medio de la cual se desenvuelven.
La historia escogida incita al lector a presenciar de cerca y analizar, con mirada crítica, una manera de pensar y actuar que se atreve a ir en contra de la corriente, lo que se supone que es el orden natural y aceptable de los asuntos. La tía Chila tiene el valor suficiente para cuestionar las reglas de género que fueron establecidas desde mucho tiempo atrás. Ella se atreve a escapar de su matrimonio sin dar explicaciones y luego defiende a otra mujer de su marido abusivo. Sus experiencias son un aliciente para romper con los estereotipos de conducta opresivos, tanto los masculinos como los femeninos.
Análisis
Un día cualquiera, luego de siete años de matrimonio, la tía Chila deja a su marido. Se marcha de la casa con los cuatro hijos de la pareja y los traslada a vivir en la casa que le ha heredado su abuela. Esa clase de comportamiento es completamente inaceptable ante la vista de la sociedad. Por lo tanto, aquel acto se convierte en un escándalo público en todo el pueblo. Ninguno de los vecinos concibe la idea de que una mujer respetable y decente se atreva a abandonar a su esposo, y peor aún, a un hombre tan bueno como el que tiene por pareja. Ella se convierte en la comidilla de los chismes generales, en los cuales se la tacha de irresponsable y libertina. A pesar de todo eso, esta señora sigue adelante y llega a ser una empresaria exitosa con su propia fábrica de ropa. De hecho, llega a ser la proveedora de dos tiendas muy conocidas en su país.
Su momento de mayor heroicidad llega un día en que se encuentra en un salón de belleza junto a varias señoras del pueblo. Es allí en donde la valentía de la tía Chila sale a relucir para amparar a otra persona. En un momento dado, el marido de Consuelito Salazar, quien viene armado con una pistola, cruza la puerta del sitio y se va directo hacia su esposa, para comenzar a insultarla tanto a ella como a su familia, mientras tira de sus cabellos con fuerza. Todas las demás mujeres allí presentes la dejan sola y van a esconderse detrás de los secadores, excepto Chila. Tanto las acciones como las palabras que afloran de ella en esa situación son una muestra del gran cambio interior que se ha dado en su persona desde que se ha transformado en una mujer independiente, segura de sí misma y hasta subversiva, de acuerdo con las normas sociales tan restrictivas de ese tiempo. Todos estos importantes aspectos de su nueva personalidad se pueden notar en el extracto de la novela que se cita a continuación:
—Usted se larga de aquí [...] Usted no asusta a nadie con sus gritos. Cobarde, hijo de la chingada. Ya estamos hartas. Ya no tenemos miedo. Deme la pistola si es tan hombre. [...] Si tiene algo que arreglar con su señora diríjase a mí, que soy su representante. ¿Está usted celoso? ¿De quién está celoso? ¿De los tres niños que Consuelo se pasa contemplando?, ¿de las veinte cazuelas entre las que vive? ¿De sus agujas de tejer, de su bata de casa? Esta pobre Consuelito que no ve más allá de sus narices, que se dedica a consecuentar sus necedades, a esta le viene usted a hacer un escándalo aquí, donde todas vamos a chillar como ratones asustados. Ni lo sueñe, berrinches a otra parte. [...] Y si necesita comprensión vaya a buscar a mi marido. Con suerte hasta logra que también de usted se compadezca toda la ciudad. (Mastretta, 1990, pp.39-40)
Luego de pronunciar esas fuertes palabras, ella se lleva al tipo hacia la puerta, empujándolo, hasta que lo deja en una banqueta y, justo después de eso, cierra con triple llave. En ese instante, las demás mujeres le dan un aplauso por su coraje al defender a Consuelito. Y por fin Chila se atreve a confesar, aunque con cierta vergüenza, que su marido le había hecho eso mismo un tiempo atrás. Es así como las vecinas entienden a cabalidad las razones que tiene Chila para haber dejado a su esposo. Aquella noticia se propaga rápido por todo el pueblo y ninguna persona vuelve a decir cosas malas en contra de la tía Chila nunca más.
Es interesante destacar que la señora Huerta pasó por un proceso de escisión heroica antes de llegar a la metamorfosis que la consolidó como otra versión de sí misma nueva y mejorada. Al principio, no da muestras externas de que la drástica medida que toma le haya afectado de ninguna manera, dado que ignora todas las habladurías denigrantes de la gente que la rodea y continúa trabajando duro como de costumbre y cosecha mucho éxito en el campo laboral. No obstante, en su interior se da una batalla por la cual pasan muchas mujeres a lo largo de sus vidas, una especie de doble vida que las hace mantenerse en un constante conflicto mental. Se da un claro rompimiento interno entre la persona que quieren ser y la persona que deben ser. Calderón (2014) define este proceso de escisión de la siguiente manera:
El ser humano, en uno u otro aspecto, se divide con respecto a sí mismo [...] Frente a las exigencias pulsionales, la máquina sintética del yo se encuentra sometida a toda una serie de perturbaciones, con las cuales, al intentar la conciliación entre la satisfacción de las pasiones y el bienestar moral ligado al respeto de la prohibición, el yo ha alcanzado un cierto éxito al precio de una desgarradura que no curará jamás, sino que aumentará con el tiempo. (pp.1-2)
Aunque Chila maneja sus emociones y pensamientos contrapuestos con gran maestría, sabemos que tuvo que pasar por esta etapa de contradicciones entre lo que la sociedad le dice que es lo correcto y lo que ella en realidad desea hacer. En la última parte de su historia queda patente que alguna vez estuvo en la misma situación en la que ahora se encontraba Consuelito: una mujer asustada, sometida y violentada por un esposo maltratador que no la respeta. Probablemente la señora Huerta tuvo que enfrentarse a esta triste realidad en privado, y esa es la razón por la cual la gente no entiende sus motivos para abandonar a su marido. Este hombre, con toda seguridad, es mucho más cuidadoso que el esposo de la señora Salazar en cuanto a guardar las apariencias en frente de los vecinos. Este hecho queda patente en el siguiente extracto de la novela:
Nadie entendía cómo había sido capaz de abandonar a un hombre que en los puros ojos tenía la bondad reflejada. ¿En qué pudo haberla molestado aquel señor tan amable que besaba la mano de las mujeres y se inclinaba afectuoso frente a cualquier hombre de bien? (Mastretta, 1990, p.39)
Este señor proyecta una imagen pública de ser todo un caballero de excelentes modales que destila apacibilidad, cuando a puerta cerrada es un tirano con Chila. Es por eso que para ella seguramente es una decisión muy difícil la de irse de la casa y comenzar a vivir de manera independiente en medio de un contexto que señala y repudia su manera de proceder. Ante sus vecinos, la mala es ella y no existe una justificación válida para semejante desfachatez de su parte. Se espera que siga siendo la esposa ideal que no para de trabajar en el hogar y que se dedica a atender a su esposo con dulzura y prontitud sin cansarse o cuestionar nada de lo que él le pida. Chila puede tragarse sus penas y seguir aguantando el maltrato de su marido, así sea solo para mantener intacta su reputación de buena esposa ante la sociedad. Pero, luego de siete años, ella decide que ya no va a continuar soportando más dolor en silencio, por lo cual cesa de convivir con el agresor.
No obstante, el hecho de que se enfrente a la disyuntiva entre lo que se espera de ella como esposa y lo que quiere ser no hace que se deshumanice y se desentienda de sus demás responsabilidades. Si hubiese sido una persona egoísta, habría abandonado a sus hijos y probablemente hasta hubiese buscado aventuras amorosas con otros hombres para así entretenerse y borrar el mal recuerdo que le dejó su marido. Sin embargo, no solo se lleva a sus cuatro hijos con ella y los mantiene, sino que se centra en su crecimiento profesional. No necesita de ningún otro hombre para salir adelante en la vida y para darle lo mejor que le es posible a sus cuatro amados niños, los cuales no tienen culpa alguna de las desavenencias con el padre. La prueba de su gran esfuerzo y dedicación con respecto a su trabajo se puede notar en el párrafo que se cita a continuación.
Era una mujer trabajadora que llevaba suficientes años zurciendo calcetines y guisando fabada, de modo que poner una fábrica de ropa y venderla en grandes cantidades no le costó más esfuerzo que el que había hecho siempre. Llegó a ser proveedora de las dos tiendas más importantes del país. No se dejaba regatear, y viajaba una vez al año a Roma y París para buscar ideas y librarse de la rutina. (Mastretta, 1990, p.38-39)
El éxito en su trabajo como fabricante y proveedora, además de darle los medios económicos para sostenerse a sí misma y a su familia, le proporciona un buen grado de realización como persona. Esto se sabe porque ella no se amedrenta ante las duras críticas que otras personas hacen sin conocer el verdadero trasfondo de lo que le sucede. No regresa de rodillas pidiéndole perdón a su marido, sino que continúa trabajando de forma diligente para mejorar su presente y tener un buen futuro. No obstante, aunque tendría razones de sobra para no interesarse por los problemas que atraviesan sus vecinos, ya que son esas personas quienes mancillan su nombre sin miramientos, Chila manifiesta un alto nivel de solidaridad y valentía para ayudar a su prójimo, en este caso concreto, a Consuelito. Su proceder altruista coincide con uno de los principales postulados del nuevo humanismo, el cual es citado a continuación.
Las personas sólo pueden realizarse plenamente siendo miembros de una comunidad. Los humanistas postulan la existencia de una comunidad de seres humanos que vincula a los individuos entre sí. Los malentendidos y desacuerdos superficiales pueden generar conflictos, pero lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa. (Bokova, 2010, pp.2-3)
La tía Chila en realidad no necesita de las demás personas que viven en el pueblo para alcanzar sus metas y continuar con su vida sin mayores problemas. Pero decide intervenir a su favor, ignorando los chismes y calumnias que esta gente ha dicho en su contra y, además de eso, actúa con gran presteza. Comprende que, como ser humano y mujer, Consuelito necesita ayuda para escapar de las garras del maltrato que le da el marido. Logra ponerse con facilidad en los zapatos de la dama abusada porque ha vivido en carne propia el mismo tipo de atropello. Sin importar los malentendidos que la conducta anterior de Chila ha generado en las mentes de sus vecinas, la señora Huerta sabe que el vínculo que la une a otras mujeres que se enfrentan a la violencia doméstica es mucho más fuerte que las diferencias en sus maneras de pensar.
La indignación ante la injusticia, el interés por el prójimo y la empatía de la tía Chila le dan la fortaleza necesaria para encarar a un hombre armado y abusivo. Al quitarle al tirano su máscara de macho dominante que debe ser temido y respetado, llevándose a cabo estas sorprendentes acciones ante la mirada atenta de otras mujeres, la señora Huerta les da una muestra clara a todas ellas de que no deben permitir el abuso en sus relaciones de pareja. Pueden ver que no solo se debe sino que también se puede luchar en contra de la opresión de los maridos maltratadores y salir victoriosas. El proceder solidario de Chila rescata de manera temporal a Consuelito, pero le abre los ojos para que esté consciente de que en el futuro puede oponer resistencia y romper las cadenas que la atan a una vida que no merece solamente por guardar las apariencias ante los demás. El mismo mensaje queda en la memoria de las otras señoras, lo cual las impulsa a respetar a Chila y a defenderla de quienes quieran seguir manchando su reputación de ahí en adelante.
La tía Chila se presenta como una mujer llena de confianza, autoridad, inteligencia y coraje, quien a través de su ascenso en la esfera laboral rompe el estereotipo asignado a las mujeres de su época. No se conforma con ser una dama ingenua y silenciosa, una madre y esposa confinada a las cuatro paredes del hogar, soportándolo todo sin chistar. Ella alza la voz, tanto por sí misma como por las demás mujeres que se encuentran ante la misma disyuntiva. Fue la única que se atrevió a desafiar al hombre que venía a sembrar el miedo mediante la violencia. Las vecinas de la señora Huerta solo supieron esconderse y aceptar que abusaran de su amiga, ya que era socialmente aceptado que los hombres golpearan y ofendieran a las mujeres, las cuales eran consideradas seres inferiores. No obstante, la tía Chila rompe con este tipo de pensamiento tan dañino y actúa de una manera que resulta totalmente inesperada de parte alguien de su sexo. Al encarar al tipo abusador, ella no solo denuncia sus malas acciones y sus pensamientos equivocados, sino que también amonesta a Consuelito, con la clara intención de que esta abandone el letargo en el que la ha sumido la opresión constante y que tome las riendas de su vida.
Una vez más, la tía Chila hace gala de otra característica del nuevo humanismo, el cual "exige que logremos la igualdad entre hombres y mujeres, y que ambos sexos tengan el mismo acceso al conocimiento y el poder" (Bokova, 2010, p.4). Con su conducta decidida, la señora Huerta hace un gran aporte para que la sociedad en la cual vive cambie hacia algo mejor. Ella lucha por un entorno igualitario en donde no se les cierren las puertas a las damas que deseen llevar un destino distinto al doméstico, en donde los hombres no menosprecien ni maltraten a las mujeres por el simple hecho de serlo. Chila quiere que todos los seres humanos tengan las mismas oportunidades en cualquier faceta de la vida y que reciban el mismo trato respetuoso. La escisión de su espíritu y su posterior metamorfosis sirvieron para mejorar su calidad de vida y para guiar a otras mujeres hacia el despertar de la consciencia. Lo más probable es que la mayoría de ellas no se atreviera a hacer lo mismo que hizo Chila, pero con que una sola de las presentes lograra salir de las sombras gracias a la valentía de su vecina, eso ya hacía que valiera la pena arriesgarse para salvar a Consuelito. Cuando la señora Huerta intercedió por la agredida, ni siquiera estaba pensando en limpiar su reputación, pues esto se dio como consecuencia de aquella acción. Ella lo hizo como un acto de fraternidad, para que Consuelito viera que no estaba sola en su lucha y que podía romper las cadenas del patriarcado si se lo proponía con seriedad.
Chila se perfila como una heroína porque sus acciones no están circunscritas a su beneficio y disfrute personal. Ni siquiera se limita a sacar adelante solo a sus hijos, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de las otras personas que la rodean. Todas las mujeres que presenciaron su triunfo ante la amenaza del marido de la señora Salazar recibieron, como mínimo, un buen ejemplo. Ya sea que lo aplicasen en sus vidas o no, el haberlo visto con sus propios ojos les daba la oportunidad de dar testimonio fidedigno acerca del acontecimiento a otras damas que no estuvieron allí ese día. A veces, unas cuantas palabras dichas en el momento apropiado son suficientes para que algunas personas hagan cambios significativos en sus vidas. El ejemplo puesto por Chila podía servir para animar a las mujeres de todo el pueblo a salir adelante, aunque se enteraran solo de oídas. La señora Huerta no necesitó de ninguna característica ajena a los seres humanos ni de concesiones especiales para lograr sus metas. Ese hecho también podía resultar ser muy motivador para las vecinas, ya que les mostraba que cualquiera de ellas estaba en condiciones de superarse sin tener que depender de otras personas para lograrlo.
A pesar de ser relatada de manera bastante breve, la historia de vida de la tía Chila Huerta es un excelente ejemplo de literatura feminista, puesto que muestra a un personaje femenino fuerte y valeroso que lucha por la igualdad de derechos entre todos los seres humanos. Su recorrido heroico permite que los lectores desarrollen o fortalezcan, según sea el caso, una forma de pensar más abierta y considerada. Los estereotipos y los roles de género tradicionales no deben nublar nuestro juicio. Debemos respetar a todas las personas en función de su humanidad, y no en función de si cumplen o no con lo que la sociedad espera de ellas de acuerdo con su sexo. Todos haríamos bien en comenzar a mirar o seguir mirando el mundo a través de un par de ojos grandes, tal como lo hizo la tía Chila. La ampliación en nuestra capacidad de análisis de lo que dicta la sociedad contribuirá a que no lo aceptemos a ciegas. Los cambios se logran estando bien despiertos.
Consideraciones finales
1. La tía Chila mantiene posee una gran fuerza de voluntad que la ayuda a vencer los obstáculos impuestos por la sociedad en la cual se desenvuelve y salir adelante, tanto en el ámbito personal como laboral.
2. La escisión heroica que se produce en su interior resulta ser muy beneficiosa, dado que no solo le crea un conflicto de deseos, sino que le sirve para animarse a actuar y comenzar a mejorar su calidad de vida.
3. Ella no permite que las críticas de las personas que la rodean debiliten su voluntad y la hagan retroceder, sino que continúa luchando con la frente en alto, sin siquiera molestarse en darle explicaciones a nadie.
4. Se preocupa por el bienestar de sus hijos, ya que es ella quien se encarga de mantenerlos. No le da miedo quedarse sin un hombre al lado en el papel de proveedor, puesto que ella misma tiene herramientas suficientes para sostenerse tanto a sí misma como a sus cuatro niños.
5. No se pone a pensar en su reputación manchada por las habladurías de los vecinos cuando decide ayudar a Consuelito, lo cual demuestra que realmente está interesada en su bienestar.
6. La injusticia social es algo que le preocupa y hace todo lo que está en sus manos para combatirla, con su ejemplo de superación y con sus actos que desafían la supuesta superioridad masculina.
7. La sociedad actual no debe aceptar los estereotipos y los roles de género impuestos para separar y discriminar. Todos debemos esforzarnos por seguir abriendo puertas que nos lleven hacia la verdadera igualdad entre las personas, sin hacer distinción o mostrar preferencias de acuerdo con su sexo.
Referencias bibliográficas
Bokova, I. (2010). Un nuevo humanismo para el siglo XXI. Reflexión de la UNESCO sobre un nuevo humanismo.
http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001897/189775s.pdf
Calderón, E. (2014). La construcción heroica en la posguerra centroamericana: lectura de Siglo de o(g)ro, de Manlio Argueta. Tesis (Maestría Académica en Literatura Latinoamericana). Universidad de Costa Rica.
Mastretta, A. (1990). Mujeres de ojos grandes. [Archivo ePub]. Seix Barral. Disponible en: http://bajaepub2.com/Libro/mujeres-de-ojos-grandesc-1/
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro