20
La víspera de Navidad, por fin había llegado y con ella, el invierno. La ciudad se cubría de una capa blanca, en donde las familias disfrutaban de los paseos por el parques, los niños jugaban con la nieve y reían sin parar, felices por la época.
Namjoon hizo todo lo posible por terminar su trabajo anual, para que sus empleados puedan tomarse unos días para poder pasar Navidad junto a sus familias. Muchos de ellos viajaban fuera de la ciudad y para el presidente Kim, la familia siempre sería lo más importante. Y así como lo predijo, su equipo estaba completamente agradecido por el corazón del hombre y al terminar con sus labores, cada uno se dirigió a casa.
Mientras tanto Jimin parecía una pequeña hormiga trabajadora, había estado cocinando durante todo el día una gran cena de noche buena, pues lo visitarían los dos grandes amigos de Namjoon y deseaba dar una buena impresión, aún cuando su pareja le había dicho que no se preocupara tanto. Lo único que no había hecho a petición de Namjoon, era el pastel navideño. Según él, era una tradición familiar y quería que los dos compartieran del momento.
Supo por parte de un miembro del staff, que el drama iba a completar todas las transmisiones antes de que acabara el año, también se le informó que la demanda por acoso sexual había sido puesta y estarían realizando la audiencia para el siguiente año, luego de las fiestas. Era posible que Jeon Jungkook nunca más podría volver a pertenecer a ningún elenco y por ende, su carrera iría en picada tarde o temprano. Jimin tuvo un sentimiento de pena en su interior y a la vez un poco de alivio porque de algún modo, un doloroso capítulo de su vida cerraría y jamás volvería a pasar por esto.
Namjoon llegó por fin y toda la casa olía delicioso. Jimin saltó de alegría y fue directo a lanzarse sobre el hombre en el momento que entró por la puerta de la cocina, para besarlo y abrazarlo con todas sus fuerzas, Namjoon gozaba de las demostraciones de afecto y notó que tenía puesto un mandil de mezclilla, manchas por todo el rostro y detrás de él la cocina estaba hecha un desastre, no tomó importancia a aquello, pues los besos dulces se volvieron más demandantes y necesitados y terminaron de revolver la cocina en el momento que Namjoon lo sentó sobre el mesón para comenzar una serie de caricias y mordiscos por todo su cuello, torso y brazos.
A Jimin le fascinaba cuando daban rienda suelta a sus impulsos y podían conquistar cualquier rincón de la casa sin importarles lo que sucediera, cada beso lo embriagaba, cada caricia le nublaba la razón, perdían todo el sentido del tiempo y espacio cuando sus pieles rozaban entre sí, gemía de placer y reía de felicidad, cada embestida era el descubrimiento de nuevas sensaciones y emociones nunca antes experimentadas, pues hacer el amor con Namjoon era vivir una aventura nueva todos los días.
Cuando terminaron, ambos tomaron un baño de tina juntos, disfrutando las tiernas caricias que se brindaban mutuamente, reían como dos pequeños y levemente Namjoon, recordó aquellos hermosos tiempos de su niñez cuando su madre los dejaba largas horas en el baño, jugar con Jimin.
El hombre se encuentra frotando la espalda de su novio dibujando formas con la espuma y haciéndole dar cosquillas por la acción. Jimin, con los ojos cerrados y el corazón lleno de amor, se sentía tan seguro y sobretodo amado. Namjoon lo cuidaba de todas las maneras posibles y aquello le encantaba. En el fondo de su corazón, quisiera devolverle todo lo que hace su pareja por él, pero Namjoon es tan sencillo que siempre le dice que sólo quiere su amor.
Ya frescos y con un atuendo apropiado, ambos se dirigieron a la cocina para ordenar y despejar el área de trabajo donde Namjoon mostraría una vez más sus dotes culinarios.
Jimin lavaba los platos y junto a él, Namjoon distraído por la belleza de su novio quien lo miraba intentando capturar cada segundo, le hacía sonrojar y este, golpeaba levemente su hombro para que volviera a concentrarse.
Cuando por fin terminaron, Jimin ayudó a Namjoon a colocar todos los utensilios necesarios para realizar el pastel, se empinaba para alcanzar el bowl de vidrio sin obtener éxito ante la mirada del hombre que sonreía enamorado.
- Déjame ayudarte - dijo Namjoon y para él fue algo de pocos segundos cuando estiró el brazo sin problema y alcanzó el bowl de la alacena, Jimin sonrió con los ojos y Namjoon le robó un beso. Al chico le fascina que sea tan grande y no le molesta ser tan diminuto, se siente consentido y mimado y a ambos les encanta.
- Gracias mi príncipe grandulón - responde Jimin con coquetería, Namjoon deja el recipiente sobre el mesón y su novio lo abraza esperando un beso en la nariz.
- Te amo, te amo tanto - soltó Jimin mientras afianzaba su agarre y el mayor sintió como su corazón se detuvo una vez más. Namjoon no puede describir lo que en su interior, en sus sentidos y emociones le causa cuando Jimin dice con sus labios que lo ama. Podría acabarse el mundo en ese preciso instante y estuviera feliz porque se siente pleno y agradecido.
Por fin luego de una sesión de besos, caricias y hermosas palabras de amor se pusieron manos a la obra. Con delicadeza Namjoon medía los ingredientes en la balanza y Jimin como todo un alumno estrella observaba cada movimiento. El mayor le indicaba que colocara cada cosa en el bowl para mezclar vigorosamente la masa y luego colocarlo en una bandeja rectangular y llevarla por fin al horno.
- ¿Te imaginas si tuviéramos hijos? Seguramente les encantaría cocinar contigo, eres un excelente maestro - comentó Jimin y Namjoon se atragantó con su propia saliva. Es cierto que ama a los niños pero jamás imaginó que a Jimin también.
- ¿Te gustaría tener hijos?
- Sólo si tu eres el padre.
- ¡Oh Dios, eso me haría tan feliz! - exclamó Namjoon con los ojos cristalizados, se acercó a Jimin y lo abrazó como nunca antes. La ilusión de formar una familia con él era tan grande que su corazón se hizo pequeñito y pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas.
Jimin conoce la magnitud de aquel deseo. Y está dispuesto a afrontarlo porque le encantaría adoptar un bebé y criarlo con Namjoon.
- ¡Tenemos que casarnos!
- ¡¿Qué?!
La cena ya estaba lista y Yoongi y Hoseok llegaron también, Jimin los recibió con una gran sonrisa y Namjoon les regaló un cálido abrazo a cada uno. Era ya una tradición el cenar los tres juntos cada Navidad y ahora los hombres ven a su gran amigo mucho más contento que el último año. Todo gracias a Jimin.
- Huele delicioso - comenta Yoongi tocándose la barriga de forma graciosa.
- Siempre el gran Yoongi pensando con la panza - bromea Hoseok haciendo reír a los demás.
Se acomodaron directamente en la mesa para disfrutar de los alimentos, no sin antes agradecer a Dios por todo lo bueno que ha sido con ellos.
Comieron con tanta alegría y placer que parecía que un tornado había arrasado con todo. Vaya hombres, con gran apetito. Conversaban de cosas triviales y contaban anécdotas recordando los buenos tiempos de la Universidad haciendo sentir cómodo a Jimin que escuchaba con atención y mucha curiosidad, riendo mucho por las ocurrencias de sus ahora amigos y dándose cuenta de que realmente eran unos excelentes seres humanos.
Hubo un momento en el que Namjoon se sentó junto a Yoongi a beber café y una porción de pastel y Jimin observaba desde el gran balcón de su departamento el panorama, sonreía para sí mismo pues el ambiente hogareño de la Navidad se sentía a pesar del frío del invierno.
Nota que Hoseok se acerca con una pequeña sonrisa y le ofrece una copa de vino mientras se para junto a él para observar una parte de la ciudad.
- ¿Cómo ha estado todo? Supe lo que pasó durante el rodaje. ¿Estás bien?
- Si, si no fuera por Namjoon, todo hubiera sido fatal.
- Mmm, claro... Se repetiría la historia, ¿No es cierto Jimin?
El chico escuchó su nombre y se paralizó en su sitio. Miró a Hoseok que tranquilamente bebía un sorbo de su copa y cuando tragó todo su contenido le devolvió la mirada.
- ¿Cómo es que sabes mi verdadero nombre?
- No te asustes, es mi trabajo saberlo todo. Es sólo que me preocupa Nam. ¿Ya le has dicho la verdad acerca de ti?
Jimin muerde levemente su labio y agacha la cabeza para negarlo. Una mezcla de sentimientos se posan en su interior, se siente un vil mentiroso por ocultarle todo a su pareja.
- Veo que no... Jimin, Namjoon te ama demasiado y sé que tú lo amas también pero creo que deberías soltar esa gran carga sobre tus hombros y decirle la verdad. Todo lo que pasaste ya ha quedado en el pasado. Ya nadie va a venir a hacerte daño, nadie va a volver a lastimarte. Eres libre Jimin.
- ¿Y si...?
- Pequeño, no tienes idea de cuánto Namjoon ha esperado por ti. No te preocupes por lo que vaya a pasar en el futuro. Sólo dícelo. Pero no dejes pasar mucho tiempo.
Jimin esbozó una media sonrisa y Hoseok volvió a entrar, pues la nieve comenzó a caer. El chico se mantuvo quieto por varios minutos y en parte se sintió terriblemente, pues le había estado mintiendo y ocultando muchas cosas al hombre que lo ama como a nadie en el mundo. Sabe que debe cerrar completamente ese capítulo doloroso de su vida. ¿Pero cómo hacerlo?
No tiene las agallas suficientes para afrontar el problema y tampoco tiene idea de lo que podría causar en Namjon toda esa información que guarda Hoseok y Jimin desconoce. Simplemente no puede describir lo que puede pasar, pues aunque no lo sepa ni lo recuerde, Namjoon ha estado esperando por la verdad durante veinte años y parece que más tiempo, ya no puede seguir haciéndolo. Tiene el tiempo en su contra y quizá su corazón no pueda soportarlo.
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