— Sigo insistiendo en que tu madre está loca. — Lisa

— ¿Entonces por qué vinimos? ¿Por qué viajamos?

— Por ti. Porque sé que no estarás bien si tu familia adoptiva no te acepta. Sinceramente creo que con la aprobación de tu madre... La verdadera madre y no tu tía que se hace llamar  madre y cuida a tu hermana porque...

— ¡Bueno ya! — Estalló Jennie y se giró

El hacer un volcán de chocolate era lo más complicado para Jennie y Lisa el que se esté quejando por su familia adoptiva no ayudaba en nada.

Lisa la miró con una mirada inocente.

— ¿O me lo vas a negar? — Preguntó la solte... Prometida.

— No, pero tampoco me gusta que la palabra adopción sea la correcta.

— Pero tampoco fue tu culpa que le quitaran a tu madre sus hijas por quedar soltera y con pocos recursos económicos para mantener a dos adolescentes.

Jennie frunció el ceño y se giró para descargar toda su ira en el volcán de chocolate.

Unos minutos pasaron antes de que sintiera el abrazo de Lisa desde atrás para besar su cuello.

— Lo siento bebé.

— Ahora recuerdo el pasado, las ganas inmensas de querer ahorcarte seriamente en las discusiones. Sabes todo lo que sucedió y no me parece correcto el hecho de que desentierres mi adopción... Nuestra adopción.

— Pero tu madre biológica vale la pena. No sé por qué te preocupas por las dos.

Jennie suspiró y negó con la cabeza antes de terminar y llevar el postre al último retoque.

— Solo... Tengo mis motivos.

Jennie besó su hombro y la abrazó.

— Llama a tu verdadera madre, yo me encargo del postre.

Y Jennie le hizo caso, habló veinte minutos con su madre biológica antes de cortar la llamada... Pero Lisa arruinó el volcán de chocolate.

Pero extrañamente eso la hizo reír. Se sentía liviana... Estaba en una buena relación con sus dos Madres y su padre adoptivo, muy pocos sabían sobre aquello. Jennie nunca lo solía hablar.

— ¿Mejor?

Jennie asintió sobre la pregunta de Lisa, la misma la acercó y la abrazó