La tela blanca y transparente con brillos delicados del velo, cayó delicadamente, deslizándose por el aire.

La novia estaba encantada, con una sonrisa de cuentos que contagió a Jennie.

— ¿Es lo que buscabas Cariño? — Jennie la miró a través del espejo y la joven asintió.

— Si, si. Es justo lo que buscaba. ¿Tú que opinas mamá?

Las lágrimas de la mujer más grande lo dijieron todo. Ambas mujeres se abrazaron y Jennie dejo a su asistente para que terminara su trabajo. A cambio ella atendió la llamada que tenía esperando hace minutos atrás.

— Ya estoy aquí.

— Al fin respondes.

— Vamos Lili. — Jennie sonrió y tomó un alfiler para marcar la línea del busto de un vestido corte trompeta. — Me has esperado en peores momentos.

— Necesito verte.

— Entonces deja a Suzy.

— ¡Jennie no seas caprichosa! — La irritación se podía escuchar a través de la bocina del celular.

— No soy caprichosa Lalisa — Jennie tragó saliva — Pero si quieres tenerme, entonces lo hagamos de una manera limpia.

— ¿Y si todo acaba en menos de un mes? ¿De dos meses?

— Entonces podrás buscar a Suzy sin cargo de consiencia.

— No te hagas la difícil.

Jennie frunció el ceño y dejo el vestido.

— ¿Difícil? ¿Yo la difícil? ¿Qué te sucede a ti, Lalisa? Me dices que olvide lo que pasó entre nosotras en Los Angeles, lo hago sin problemas y ahora quieres rebajarme a ser... ¿Amante? No estoy para eso Lalisa, yo soy digna de ser la primera, no para estar escondida así que vete a la mierda — Y Jennie cortó la llamada.

Estaba tan desesperada, pero tan desesperada, que invito a Iu por unos tragos

— ¿Que hay de Nayeon? — Iu bebió de su wisky— Ella está ansiosa por tener una cita contigo.

Jennie negó con la cabeza y suspiró.

— Olvídalo, ver a Nayeon es como ver a tu esposa. Sería traumante.

Ambas rieron bajo antes de que la puerta del pintoresco bar de abriera, dejando ver al futuro matrimonio Manobal.

“Entonces deja a Suzy”

Y ahora que la veía, se preguntaba por qué había dicho aquello. En eso momentos estaba siendo más que consiente que se había acostado con la mujer a la cuál tomaba la mano y atraía la vista de varias mujeres ahí.

¿Cómo la miraría a la cara? No sabía y por eso se levantó de su asiento y salió hacia el patio casi vacío del local, dejando a Iu con una duda picando de su cabeza.

Jennie se afirmó de la pared y tragó saliva. De pronto todo lo que hizo la llenó la cabeza de recuerdos, preguntas, sonidos obscenos, gemidos... ¡Qué error que cometió, por dios!

Cerró los ojos por unos minutos antes de abrirlos y ver a una joven sonreírle.

— Hola tu debes ser Jennie, la diseñadora de vestidos.

— Am... Sí, si. — La joven Kim se reincorporó y sonrió al nuevo — Tu eres...

— Soy la hermana mayor de Rosé, Park Soojin. ¿Has venido sola?

— No, ella vino conmigo, nos íbamos a encontrar aquí.

La voz grave de Lisa erizó la piel de Jennie, Soojin suspiró e hizo una mueca.

— Nos vemos luego Jennie.

— Reza por ello. — Canturreó Lisa al verla irse. Solo que no espero que Jennie la empujara.

— ¿Qué te pasa? ¿Acaso vas a alejar a cualquiera que quiera hablar conmigo?

— Adentro está Iu, está esperándote.

— Y también está Suzy. — Jennie frunció el ceño. — No voy a matar la amistad que he construido con ella por ti. Y déjame, por dios déjame, olvidar lo que a pasado entre nosotras ¿Bien? aléjate Lalisa.

— Vas a volver a mi Jennie, somos amigas después de todo cariño... — Susurró Lisa mientras veía a la contraria negar con la cabeza y retirarse.

— Perfecto, entonces esperarás toda una vida. No seré tu amante, no seré la que se quede llorando porque no me elegiste.

Jennie camino hacia dentro del bar, saludando a Suzy antes de excusarse diciendo que se sentía mal para irse de allí.

Iu la siguió directamente hacia afuera, hacia la parada en donde estaba el coche de la mayor.

Un choque de impotencia e irá causaron que los ojos de Jennie se aguasen y fueron secados rápidamente.

— ¿Jenndeukie? — La voz de Iu la hizo girarse.

— ¿Si?

— Pasa esta noche con nosotras.

— Si. — Jennie ni siquiera lo pensó