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•CY•

Para cuando JiMin había logrado salir de la habitación de Suga, sus otros dos alfas lo esperaban impacientes.

Siempre se aseguraban de que nada malo le haya pasado y él aprovechaba esa hora para tomar el anticonceptivo oral que tenía siempre a su lado.

Aunque su nariz captó algo rápidamente. Miró en dirección a sus mayores y enarcó una ceja acercándose.

-¿Estás usando supresores?

Pregunta directamente a YoonGi quien muerde su labio porque no iba a admitirlo pero tampoco quería mentir.

La verdad es que el alfa sabía que su celo era el siguiente, había despertado sintiendo un calor horrible, pero JiMin no aparecía y no quería ser un imprudente así que decidió tomar un supresor.

-Agust no es el siguiente, puedo olerlo y está normal, pero tú no hueles mucho, así que si, lo estás usando. -Su tono era algo enojado. Bien, era un Omega pero le parecía exagerado Aveces el cuidado que querían tenerle sus novios- Yoon, Suga no me lastimó, estoy bien y puedo ayudarte también.

Se acercó al hermano de en medio dándole un suave beso en la nariz, dejándolo desconcertado.

-Ve a buscar a Suga y vayan a trabajar, me quedaré con Gigi aquí y mañana contigo.

Cómo si fuese un muñeco a control remoto, Agust caminó rápido al cuarto de su hermano menor y comenzó a preparar también las cosas que necesitarían.

Mientras ellos se iban, JiMin tomó la mano de YoonGi para guiarlo hasta otra habitación. Abrió la puerta dejando también a su novio entre y rodeó con sus brazos aquel cuello pálido.

-Mi alfa, estoy aquí para ayudarte. Cuando ese inhibidor deje de hacer efecto vendré de nuevo hacia tí. Pero primero quiero comer algo.

Un casto beso fue dejado sobre los labios del pálido, este asiente como bobo observando a su pareja retirarse del lugar. JiMin tenía ese encanto que los había vuelto locos desde que apareció en su vida. No había uno más y uno menos, los tres Min podrían volverse idiotas solo con mirar fijamente a su pareja.

Y mientras el ser hermoso se abastecía de alimentos para poder tener energía, su pareja sentía que poco a poco el calor volvía a consumirlo.

No fue sino hasta que el olor a café se hizo tan intenso que JiMin pudo olerlo cuando se dirigió a la habitación de su novio mayor.

Algunas personas les preguntaban porqué tenían tantos cuartos si todos dormían en uno solo.

Sucede que usando la lógica, ninguno de los tres hermanos querría pasar su celo en una cama que huele a otro alfa. Así que se encargaban de tener su privacidad en ese sentido.

-Yoon~

Canturra meloso acercándose y cerrando la puerta a sus espaldas.

Notó que el mayor estaba sentado en la cama, así que fue hasta ese lugar y tomó asiento sobre sus piernas, si lo pensaba bien, solía sentarse más sobre YoonGi que sobre los dos restantes.

Eso le sacó una pequeña risa.

-Yo sé que te controlas mejor que Agust y Suga. No vas a lastimame, así que sé un buen alfa y déjate querer de tu Omega.

Supo que había ganado cuando las manos grandes y frías se posaron en la piel de su cintura, le gustaba, aunque los tres tengan maneras distintas en la cama, lo hacian alcanzar el cielo de igual forma.

Con cuidado comenzaron un beso algo demandante, en esta ocasión no tenía que tomar todo el control, YoonGi tenía mejor manejo de su lobo que Suga, así que él se dejaba llevar más fácil, en el caso de Agust... No es que se controle demasiado. De los tres era el más rudo, pero también el más cariñoso y cuidadoso cuando terminaban. Así que eso lo compensa.

-Eres hermoso... -Escuchaba con devoción cómo era apremiado físicamente por su novio- Tan perfecto.

El suéter que tenía Park rápidamente fue sacado hasta dejar su pecho desnudo, el alfa notó rápido las marcas en el cuello, esas siempre eran dejadas por el menor de los trillizos, también notó como las mordidas temporales que le habían hecho a JiMin seguían ahí.

Ya ansiaba poder hacer la permanente, pero respetaba la idea de esperar al matrimonio.

Cada uno de los hermanos tenía una parte favorita del cuerpo para marcar, la de YoonGi era el pecho.

Le parecía un lienzo en blanco sumamente perfecto. Se puso de pie dejando al contrario acostado, poco a poco pero de manera desesperada retiró cada prenda en el cuerpo del Omega, dejándolo hermosamente expuesto ante sus ojos.

El siguiente fue él, quien retiró ya más rápido todo lo que pudiera cubrir su cuerpo.

El de cabello gris no esperó antes de ponerse igualmente de pie, rodeó con sus brazos el cuello ajeno y unió sus labios suspirando por lo bien que se sentía. Antes estaba lleno del olor a canela, ahora era café puro lo que cubría su cuerpo.

Siempre se sentía tan necesitado cuando uno de sus novios entraba en celo.

-Yoonie~

Sabe que el mayor de a poco podía ir cegando sus sentidos, dejando libre a su lado más salvaje que por cierto, no tardó en aparecer, lo supo en el momento en que fue empujado contra una de las paredes de la habitación.

Gimió en protesta por el frío que recorría su espalda, pero luego dió un pequeño salto hasta que sus piernas aprisionaron la cadera fuerte de su alfa.

Quería más y sabe que YoonGi igual a juzgar por aquella poderosa erección que sentía entre sus piernas.

-Es tan molesto no ser el primero que te marque.

Gruñó Min dejando helada la sangre de su pareja, JiMin echó atrás su cabeza dejando expuesto su cuello y pecho al escuchar aquella voz. No era precisamente la de su dulce YoonGi, era más bien la de su lobo, uno demandante y posesivo.

-Alfa, soy tuyo también.

Mordió su labio al momento de sentir movimientos contra su cuerpo, YoonGi estaba simulando embestidas pero no entraba, eso desesperaba a un ya muy mojado y desesperado JiMin.

-Lo sé, eres nuestro. Solo nuestro.

Su cuerpo fue levantado un poco más, y mientras la grande se adentraba en el menor que se aferraba con desesperación a la espalda ajena, los labios finos del pálido tomaban uno de los lindos pezones efectos del contrario.

A eso se refería JiMin cuando decía que cada uno tomaba la osadía de marcar un Territorio de su cuerpo.

-Tan bueno, tan grande.

No paraba de halagar al pelinegro mientras entraba en él, los tres estaban bien dotados ¿Quien era Park para quejarse de ello?

Y bueno, sabe que honrar la hombría de sus novios hace que a aquellos posesivos lobos alfa se les hinche el pecho de orgullo.

Aunque no podía concentrarse realmente en sus pensamientos cuando se sentía totalmente estimulado, su erección estaba siendo frotada contra los cuerpos calientes de los dos, su interior abusado entre embestidas que lo pegaban a la pared constantemente y sus sensibles pezones pasaron a ser el entretenimiento de la hábil lengua de su chico.

Estaba perdido en una burbuja de placer, de su boca salían palabras rogando algo que ni él sabía que era, solo necesitaba más y más.

Así que usó la poca fuerza que tenía en esos momentos para moverse al encuentro de la cadera pálida, y joder, lo sentía tan profundo, tan caliente y duro.

-YoonGi! M-más -¿Quien dice que rogar no funciona? Su pezón derecho fue dejado para tomar el otro, su alfa mordía y succionaba con fervor haciéndolo delirar, era eso o el hecho de que lo empotraban más fuerte contra la pared, una y otra vez YoonGi entraba abriéndose paso con facilidad, pero su novio tembló realmente entre sus brazos cuando dió fuertemente contra su próstata.- ¡Diosa!

Apretó sus dientes recibiendo todo lo que el azabache le daba, había dejado en paz sus estimuladas tetillas para marcar su pecho por completo mientras él arañaba su espalda ante el éxtasis de la liberación.

Sus manos subieron hasta el cabello oscuro, buscó soporte en las hebras y el resto de sus brazos usaban de ahínco el cuello del alfa.

Faltaba poco, lo podía sentir y más que todo, podía notarlo pues los colmillos de Min habían crecido buscando marcar a su pareja.

Pero JiMin no se preocupaba, solo sintió sus piernas temblar cuando el nudo entró en él, un grito salió de sus labios y su espalda se arqueó mientras dejaba salir su semen en el pecho de ambos. YoonGi lo estaba llenando, lo había anudado y mierda, se sentía tan bien, dos de sus novios ya lo habían tomado por lo que cada vez se sentía más completo.

Abrió sus llorosos ojos observando que Min tenía tensa la mandíbula para no morderlo, por eso no se asustaba, sabe que de los tres, YoonGi es quien más rápido recobra la consciencia.

Cómo recompensa, JiMin besó cariñosamente todo el rostro del mayor hasta que ambos se calmaron.

-Vamos a la cama...

Susurra cansado ya que estar pegado a una pared fría y algo sudada no era su cosa favorita en el mundo.

Y Min obedeció, pero primero esperó hasta que el nudo baje. Una vez que estuvieron libres, los llevó hasta la cama y los cubrió con una sábana, abrazando al menor como forma de mimo, era una forma de agradecerle. Antes era horrible pasar su celo solo, pero con ayuda de JiMin, hasta ese acto tan carnal y salvaje se volvía maravilloso.

-Duerme bien, Mochi.

Escuchó una respuesta risueña y sonrió dejándose caer dormido al lado de su novio.

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