•CA•
Otra vez amaneció y JiMin salia de la habitación ya vacía de YoonGi, al parecer lo habían dejado durmiendo, pero tampoco era tarde, hace a penas unos minutos que habían partido al trabajo.
—Buen día.
Oh bueno, al menos dos de sus queridos novios. Pues veía a Agust en la cocina haciendo algo de desayunar para ambos.
De los tres días de celo, ese sería sin dudas el más intenso, lo sabe, y es que el hermano de en medio no perdía tiempo, si quería hacerlo y JiMin estaba dispuesto entonces lo hacian.
—Buen día Auggie.
Se acercó a éste con una sonrisa mañanera y fue recibido por los brazos ajenos. ¿Cómo podría negarse a ese hombre si era tan cariñoso? Esa era la mejor parte de estar a solas con el trillizo de en medio, se volvía absurdamente meloso.
—Tu desayuno está listo y recuerda que debes tomar tu pastilla, Mejillas dulces.
JiMin asiente tomando una tostada y llevándola a su boca, faltaban unos minutos antes de tomar el anticonceptivo así que podría esperar.
—Te ves muy calmado, pero puedo olerte ¿No ha llegado tu celo aún?
El mayor enarcó una ceja cortando el espacio entre ambos para besar la frente del contrario.
—Es temprano, seguro llegará en poco tiempo, a penas he tenido unos pocos síntomas. Puedes desayunar tranquilo.
Suspiró con tranquilidad escuchando eso, sabe que en unos momentos todo podía explotar, así que disfrutaba de la tranquilidad de un desayuno relajado al lado de su pareja.
Al terminar sus alimentos, buscó de inmediato la pastilla y la tomó a la hora debida, ayudaba mucho en hecho de que sus novios siempre le tengan pendiente pues Aveces podía olvidarlo. Y no lo mal interpreten, ellos estarían maravillados de tener un bebé, pero hay algunos asuntos que no serían tan convenientes y además quieren casarse primero.
No por una tradición tonta, sino porque quieren que ese sea el punto de partida para una futura familia. Así que en el proceso, debían cuidarse.
No pasó demasiado, para cuando sintió que el alfa se acercaba y le besaba con delicadeza el cuello. En la parte de la nuca haciendo que se erice el bello en esa zona.
Podía percibir el aroma a menta y supo que su celo comenzaba cuando este se hizo fuerte y embriagador. Tan fresco y único, amaba los aromas de sus alfas.
—Siempre hueles tan bien.
Aquel halago vino con un fuerte agarre en su cuerpo y seguido de eso sintió cómo lo cargaban, con aquel chico no debía esperar demasiado para la acción, ambos querían y saben que sería intenso.
Así que JiMin simplemente se dejó hacer.
Fue dejado en la cama por Agust, no se quejó en absoluto, más bien estiró sus brazos para invitarlo a acercarse, cosa que el alfa inmediato aceptó.
Sus labios se encontraron en seguida, un gemido abandonó a ambos y por suerte para el menor, haber estado de cariñoso desde temprano con aquel trillizo le impregnó bastante su aroma, así que no tendría que lidiar con un enojado y posesivo lobo.
—Auggie, la ropa.
Demanda separando sus labios casi a la fuerza, también necesitaba respuesta, era algo básico para la vida.
El mayor se lo tomó muy a pecho y aquella camisa de YoonGi que reposaba en el cuerpo bien formado de su Omega, terminó en el suelo casi rota.
Para su maravillosa suerte, aquel hermoso ser no tenía ropa interior, así que era una cosa menor por la cual preocuparse.
—Oh, mi Omega, ¿Ya te has preparado para mí?
Inquiere cuando el dulce olor a durazno inundó su olfato haciendole agua la boca. JiMin solo jadeó en respuesta abriendo sus piernas para que vea el efecto que tenía en su ser, era instantáneo, su cuerpo se preparaba muy rápido pues tener a tres alfas seguidos no era un trabajo sencillo.
Pero mientras él se perdía en su mente, aquel hombre de cabello plateado se deshacía de las prendas de ropa propias mientras deleitaba sus ojos con la maravillosa vista de su pareja siendo sumiso solo para él. Y bueno, es que de los tres, con Agust es que JiMin debía ser más firme, no siempre le daba lo que quería, cosa que cambiaba en los celos.
Sus manos pálidas acariciaron los muslos fuertes de su Omega, de arriba hacia abajo sacándole suspiros al la boca ajena. Podía verlo, aquella entrada chorreante de lubricante solamente para él.
Quizás ahora era un deleite, pero su etapa favorita era en los celos de JiMin, dónde el cuerpo del más pequeño se ponía caliente y su resistencia aumentaba, era el sueño húmedo de cualquiera, lastima para los demás, solo los trillizos tenían la dicha de disfrutar de esa suerte.
—Tan bueno mi Omega, mira lo mojado que estás para mí. Mereces una recompensa.
Y si, Agust podía ser el más descarado a la hora del sexo, no como YoonGi o Suga que trataban de ser más conscientes y reservados.
El cuerpo del menor fue volteado de manera rápida, hubiese estado totalmente acostado boca abajo, de no ser porque unas fuertes manos en su cadera mantuvieron esa zona elevada, JiMin sabía lo que venía y lo ansiaba. Así como Suga amaba marcar su cuello y YoonGi su pecho, Agust, tenía una manía placentera con marcar sus muslos y muchas veces sus nalgas, no se quejaba, disfrutaba mucho el proceso.
—¡Agust! —Su voz se cortó antes de decir más, su alfa había pasado la lengua entre sus muslos quitando el lubricante y eso hizo temblar a JiMin quien solo abrió las piernas buscando más de eso, cosa que obtuvo, el mayor había mordido y lamido tan cerca de su pelvis, en la unión de su muslo derecho. —Alfa, por favor.
Chilló apretando entre sus manos la almohada que permanecía casi intacta en la cama.
El mayor hizo caso, sus oscuros y dilatados ojos recorrieron todo el hermoso camino que era el cuerpo esbelto del Omega, uno que amaba como ninguna otra cosa en el mundo.
Sus manos tomaron cada glúteo separandolo hasta escuchar un quejido del contrario, música para sus oídos.
Húmedos besos fueron dejados en toda la separación, hasta que llegó a su destino, aquel anillo de músculos que soltaba más y más lubricante ansiando ser devorado por su dueño.
Que considerado.
Cómo rapero, tenía una excelente reputación con su lengua bastante hábil, JiMin podía dar crédito de eso una y mil veces, porque cuando sintió aquel músculo brindarle una que otra lamida antes de adentrarse en él, no supo hacia donde mirar, solo atinó a echar atrás su cuerpo para tener más contacto, necesitaba más.
La lengua experta de su novio era un maldito orgasmo seguro. Se movía de manera hábil en su interior acompañado de succiones leves que lo llevaban a la locura.
—Ah-ahg Oh, Diosa, si, sí —Rogó sintiendo como ahora un dedo largo se adentrada también en él.—Mnhg!
Adoraba eso, pero sinceramente, deseaba algo más grande en su interior. Así que se apoyó solo en su pecho y su mejilla para llevar atrás sus manos y separar el rostro ajeno de su parte trasera.
—Alfa, mi alfa, quiero más.
Sabe que entendería, y sabe también que había hecho lo correcto al dirigirse a al lobo cuando notó los oscuros ojos que lo analizaban con aceptación.
El menor sabía lo que venía, así que se acomodó con sus codos y rodillas sobre la cama, abriendo sus piernas un poco más y esperando ansioso la intromisión mientras movía su cadera para llamar al mayor.
Cosa que funcionó, ya tenía a su pareja besándole el cuello mientras lo sostenía de la cintura de manera posesiva, Agust amaba experimentar diferentes poses, pero entre sus favoritas era esa, así que JiMin siempre era muy complaciente con él.
—Mnhg~
Gimió de placer cuando la glande fue abriéndose paso en su interior, no era molesto, solo placer, ya estaba preparado y aquellos dos días anteriores le habían servido.
Para cuándo la mitad estuvo dentro, fue el mismo peligris quien comenzó a moverse ganándose un gruñido por parte de su pareja, pero estaba muy entretenido como para prestar atención.
Eso, hasta que una nalgada se posó en su piel haciéndola ensojecer y haciéndolo gemir de sorpresa.
—Te daré lo que quieres —Susurró el contrario acariciando la parte afectada mientras JiMin asentía— Pero debes ser obediente, cariño.
Supo que asentir no sería suficiente, porque otra nalgada fue dejada en su piel pero esta vez acompañada de embestidas lentas, pero joder, profundas, Agust salía hasta solo tener su glande y luego entraba rápido llegando a lo más profundo de JiMin.
El menor solo pudo levantar más su parte baja, su cadera ansiaba aquel encuentro y sollozos salieron de sus labios cuando el ritmo se hizo más rápido. Ahora las manos pálidas tomaban su cintura con fuerza, lo hacían impactar una y otra vez abusando de aquel cúmulo de nervios en su interior.
JiMin llevó una mano a su propia erección acariciando de arriba hacia abajo tratando de que sea al mismo ritmo de las frenéticas embestidas que hacían chocar la cama una y otra vez, mientras su otra mano acariciaban uno de sus pezones haciéndolo soltar lágrimas de puro placer.
Sintió la respiración pesada de Agust en su cuello y ladeó la cabeza sumisamente rogándole por más a su novio quien lo estaba empotrando duro y tan delicioso.
—A-agust, Alfa, alfa, Tu nudo. —Gimió sintiendo la erección ajena hacerse más grande en su interior y unos colmillos filosos amenazar con hundirse en su piel.
El mayor lo volteó nuevamente, quedando ambos de frente, de inmediato el menor sostiene fuerte con sus piernas el cuerpo ajeno para que no se detenga, no cuando estaba tan cerca de llegar.
Sus labios se unieron en un torpe y húmedos beso, una pelea de lenguas y algunos choques de dientes. Solo fue cuestión de unas embestidas más antes de que el nudo de Agust se quedara inevitablemente dentro de JiMin, quien, al sentir como este se hinchó más apretando su punto dulce, Gritó soltando lágrimas y arañando los brazos ajenos mientras se corría fuertemente entre espasmos.
Sintió a su alfa justo después de él, escuchó un gruñido fuerte y el calor del semen ajeno llenar su interior, eso lo hizo estremecer nuevamente.
Para cuándo JiMin pudo abrir los ojos, observó a su pareja quien permanecía con sus dientes enterrados en la piel.
Pero no en la suya, a diferencia de YoonGi o Suga, para Agust era complicado solo mantener cerrada su mandíbula, así que frecuentemente se lastimaba la mano al morderla para evitar marcar al Omega.
Algo que Park apreciaba demasiado y justo por eso, cuando lo vió separarse de la herida, acercó la mano ajena a su rostro para besar sobre el lugar afectado. Tanto la saliva de alfas como omegas ayudaba a cicatrizar más rápido, así que de vez en cuando lamía un poco.
—Lo siento Auggie, te prometo que pronto no deberás morder tu mano.
Susurra algo apenado, sus alfas constantemente obedecían cada una de sus palabras, sin preguntar, solo porque él era feliz de esa manera.
—No seas bobo, haría lo que sea por ti, Mi Omega.
Murmura el mayor con una pequeña sonrisa, mientras separaba su mano de los labios ajenos y comenzaba a besar con cuidado y cariño todo el rostro del contrario.
Desde sus mejillas hasta su frente y nariz.
Eso amaba JiMin, que luego de lo bruto que era Agust, se volvía todo mimos al terminar cada ronda.
Por lo que ahora estaba siendo besado y acariciado como la cosa más valiosa del mundo.
—¿Estás bien, Príncipe? Lamento ser así.
Unas manos se posaron sobre las mejillas pálidas y unos labios sobre los porpios impidiendo que siga hablando.
—Suga es muy tímido al principio, soy yo quien debe darle un empujón —Comienza a hablar tratando de que el otro olvide lo demás— YoonGi, de los tres, es el más caballeroso en la cama, no puedo negarlo y tú, eres algo salvaje, sí, pero te juro que amo las tres maneras por igual. Amo tenerlos a ustedes y poder ser quien los cuide en sus celos.
Conmovido, Min besó el pecho ajeno con devoción y afecto puro.
Una vez el nudo acabó, acomodó sus dos cuerpos en la cama abrigando a ambos. Luego se puso a jugar con los mechones plateados de JiMin mientras dejaba que su olor a menta se impregne en el cuerpo más pequeño.
Al mismo tiempo, su nariz se perdía entre aquella cabellera, así dormían ellos, una vez que las manos paraban de jugar, solamente se abrazaban y dormían hasta la próxima ronda.
Así eran los celos con Agust.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro