21:25 p. m.
—Parece que somos las últimas en llegar— dijo Kate. Vio la moto de Sylvia y el coche que John compartía con su hermano, Kyle.
—Me estoy haciendo pis— gritó Sam.
— ¿Sam? —gritó Mónica—. Bajaron los asientos traseros y allí se encontraba el niño. — ¿Se puede saber qué demonios haces aquí? Cuando mamá se entere, nos matará a los dos... Tenemos que regresar.
— ¡No! — exclamó el pequeño—. Por favor, déjame quedarme con vosotras... Sabes que mamá llega cansada de trabajar. No se dará ni cuenta.
—Venga Mónica, escucha a tu hermanito— dijo su amiga mientras guiñaba el ojo a Sam—. Hacemos un trato: nos quedamos hasta las diez y media, una hora. Y luego nos vamos. Además, mañana tengo que madrugar así que no puedo estar hasta las tantas. ¿Trato hecho? —los ojos de cachorrillo de Sam y Kate acabaron por convencer a Mónica.
—De acuerdo. Pero ni un minuto más—.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro