Aquel 23 de marzo era una fecha especial para ellos. Cumplían cinco años como pareja y querían hacer algo especial. Así que, cuando se enteraron de la feria que se organizaba por la noche no dudaron en asistir.

— ¿A qué hora es? — preguntó Sebastian.

— A las nueve y media— contestó Ryan.

— ¿Sabes? Nunca he oído hablar de ellos— empezó a decir él— pero, por lo que he oído, son bastante famosos —. Aquella sería su oportunidad. Había estado esperando una señal y creía que aquel acontecimiento lo era. Estaba tan ensimismado que no se dio cuenta que Ryan estaba hablando con él.

— ¿Sebastian? ¿Estás bien? — preguntó su pareja. Estaba bastante preocupado. Hacía ya algunas semanas que actuaba de una forma bastante rara. A veces le preguntaba qué le pasaba, pero él decía que no era nada, que solo era cansancio. Él sabía que mentía.

Mientras estaba cavilando sobre lo que le podría pasar, no se dio cuenta de la mirada de felicidad de su novio. Aquella noche le pediría que se casara con él.