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Final

"Dato de color, por si no se acordaban de los pecados restantes"

El Final:

Todo mi centro palpitaba al solo recordar cómo la lengua de Jungkook engullia mis senos o como la verga de Tae entraba y golpeteaba sin parar mi vagina.

Habían Sido los únicos y mejores recuerdos que quería y debía mantener, en mi mente...

La videollamada con los tres restantes pecados me puso más que ansiosa, era como un maldito vídeo juego donde el platillo fuerte me esperaba en Japón.

Se me salio la baba de solo pensar estar en el mismo momento con esos tres hombres, acaso trabajaban de eso?, acaso se prostituían?, era imposible, porque jamás había visto a ninguno de ellos recorrer las calles de Seúl.

Le pedí a mi amiga que me sacará un pasaje enseguida para irme a Japón, luego de irme del departamento de Jungkook y Taehyung.

Ella me decía que estaba loca por irme, desesperada a coger con extraños y lo que ella no sabía, era que yo si lo necesitaba , es más lo deseaba, pero solo la verga de ellos, dentro de mí.

Recuerdo que fui al lugar donde estaba el puto laberinto y las puertas, que por obra y magia de alguien, no había nada ahí y los que cuidaban del lugar, me insistían que nunca hubo un tal laberinto con puertas en ese lugar.

Que se vayan todos a la mierda, esta es mi verdad y mi centro no está equivocado, porque esos 7 miembros los sentí bien adentro mío, no había ningún error.

Empaque una maleta ligera, no pensaba quedarme más que unos dos o tres días en Japón, todo dependía de como me hiria con ellos, estaba ansiosa y mi cerebro no dejaba de maquinar uno y mil escenarios posibles.

Llegué en la madrugada al aeropuerto de Hanseda en Tokio. Pase por migración y me registre en el servicio de Taxis, necesitaba encontrar un hostel donde quedarme.

Textie con mi amiga para avisarle que estaba en camino al host dónde me quedaría estos días. Gracias a dios solo era un viaje de 3 horas, por lo que no me sentia para nada cansada, cuando llegue me di una ducha y me fui a conocer un poco de la noche del lugar, aunque Japon no queda lejos de seul, no es un viaje que programes todos los dias.

Mientras esperaba mi comida, me llegaron unaa notificaciones...


Estúpido y Sexy Namjoon que seguramente les dio mi número, me tiembla el cuerpo, está mal ahogar un orgasmo por anticipar este encuentro?. Volví al hotel a descansar un poco, mañana seguiría con mi expedición.

Era el mediodía de una caliente primavera japonesa, me encontraba parada en medio de las concurridas calles de Tokio, con los ojos abiertos de par en par y el corazón lleno de emoción. Había soñado con pisar está ciudad durante mi adolescencia y finalmente pero por otros motivos, me encontraba aquí, lista para sumergirme en la vibrante energía de la metrópolis japonesa.

Decidida a explorar los rincones de la ciudad, me adentre en las estrechas calles del barrio de Shinjuku, donde los neones brillaban intensamente y los carteles publicitarios competían por captar la atención de los transeúntes. El bullicio de la gente, el aroma a deliciosos platillos callejeros y la mezcla de tradición y modernidad me envolvieron de inmediato.

Caminando sin un rumbo fijo, me dejé llevar por la curiosidad, deteniéndome de vez en cuando para contemplar los templos antiguos que se escondían entre los rascacielos modernos, o para deleitarme con un bol de ramen caliente en un acogedor local tradicional.

A lo largo de mi recorrido, descubrí, que si quería ir con los otros pecados, Debía tener mucha tranquilidad y armonía, para que la situación no me sobrepase.

Al caer la noche, con las luces de la ciudad brillando aún más intensamente, me di cuenta de que Tokio era mucho más que una simple ciudad: era un mundo lleno de contrastes, colores y sorpresas esperando a ser descubiertos.
Ahora entendí porque me citaron aquí.

Desde el momento en que mi dispositivo móvil sonó y cogí la llamada, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. La voz al otro lado de la línea me era profunda y familiar, mi corazón comenzó a palpitar con fuerza, creando una sinfonía de emociones que parecían salírse de control. Cada paso que daba hacia el lugar acordado, sentía una mezcla de anticipación y nerviosismo que me hacían temblar.

Al llegar al café, lo vi de pie, esperándome con esa sonrisa enigmática en su rostro. Sus ojos se encontraron con los mios y en ese instante, mi cuerpo pareció ser invadido por una ráfaga de electricidad que recorrió cada centímetro de mi piel.

Cada mirada, cada gesto, cada palabra intercambiada entre ellos era como una danza de conexión profunda que parecía trascender lo tangible.

Conforme la conversación avanzaba, ella podía sentir cómo su cuerpo respondía a cada palabra, a cada mirada, a cada roce accidental. Su piel se erizaba con cada sonrisa, sus manos temblaban ligeramente al rozar las suyas, y su respiración se entrecortaba ante la proximidad de su presencia.

En medio de aquella atmósfera cargada de tensión y complicidad, su cuerpo parecía haberse convertido en un instrumento musical, vibrando al compás de una melodía desconocida pero cautivadora. Cada sensación, cada señal que su cuerpo transmitía parecía ser un lenguaje silencioso que solo ellos dos podían comprender.

Ella se dio cuenta de que aquella llamada había sido el inicio de un encuentro que había despertado en su interior un torbellino de emociones y sensaciones que la acompañarían por mucho tiempo.

- Si está claro todo y estás de acuerdo, mañana pasarán por tí y te llevarán con nosotros, bebé.- Aún no salía del shock, de tener frente a mi a Lujuria.

- No voy a mentir que me sorprendió tu llamado, Pero gracias por no plantarme.

Allí, bajo la tenue luz de una farola, Lujuria se acercó lentamente a Mi, y con la respiración entrecortada, rozó sus labios con los mios en un beso robado que pareció detener el tiempo. Mi corazón latía con fuerza mientras se fundía en ese instante Candente con este hombre.

Mientras nos besabamos, pude sentir la calidez del aliento de lujuria en mi piel, el susurro suave de sus labios rozándome con ternura. Cosa que me fue muy extraño, porque no recordaba que el fuese así, Pero no me importaba lo estaba disfrutando demasiado.

Lujuria acarició suavemente mi mejilla con sus dedos, mientras yo le respondía al gesto inclinando sutilmente la cabeza para profundizar el beso. Cada instante era como una obra de arte erotica , un lienzo en blanco pintado con la pasión y el deseo que fluía entre ambos.

Las luces de neón parpadeaban en el horizonte, creando un halo de misterio en el callejón donde nos encontrabamos. Cuando finalmente nos separamos , Lujuria me miró fijamente a los ojos con una mezcla de Ternura y complicidad.

- Espero que ahora entiendas que no estamos jugando, no te confundas, no te enamores, porque lo único que queremos es cogerte, cruel y salvajemente. Podrás seguirnos el ritmo?.— asentí mientras mis mejillas se tornaban de un rojo candente.— Adiós preciosa, me voy antes de arrepentirme y tomarte en mi auto.

Ver cómo Lujuria se subió a su auto, el sabía que estaba en la cima del mundo. Su mirada penetrante y su cabello oscuro al viento harían que las mujeres se voltearan a su paso.

Sin dudas, sabía que esa noche sería inolvidable. Con una sonrisa pícara en los labios, aceleré mi paso por las calles de Tokio, dispuesta a disfrutar de todo lo que la noche tenía reservada para mí.

Una vez que regrese a la habitación y tras una sesión de aromaterapia y relajación, me dispuse a descansar, aunque la ansiedad estaba al tope, los necesitaba y lo que más ansiosa me tenía, era lo que tenían preparado para mí.

Al otro día me preparé ya que recibí una llamada de parte de ellos, diciéndome que un chófer me pasaría a buscar, me pidieron que llevará ropa ligera y no le de a nadie señales de a dónde me iba a ir. Además que me retendrían el móvil una vez que ingresé a dónde me habían citado.

Hay algo en este momento que me hipnotiza, cuando estoy entrando
al lugar acordado y  sus ojos se centran en mi figura.

Camina seguro hacia mí, ahora imponiéndose sobre mi pequeño cuerpo. Mide por lo menos 1,74 metros, y aunque la tela oscura de su traje oculta su cuerpo, es obvio que está tallado como un Dios Griego.

Toma mi mano y me conduce por el restaurante totalmente vacío, me conduce hasta una puerta cristalina que apenas se nota, Al abrirla puedo ver una hermosa cama de plumas y sábanas negras de seda, es lo unico que puedo retener ya que, Pereza me atrapa y me acerca a su pecho. Es tan firme, tan Masculino. Lo miro fijamente a través de mis pestañas y contemplo con deseo sus hermosos ojos.
 
Lujuria cierra la puerta detrás de nosotros. Entonces me doy cuenta que me encuentro sola con Pereza y Lujuria, dos personas ajenas a mi vida diaria, y sin embargo nunca me había sentido tan segura.
 
Hay una tensión sexual al rojo vivo, una corriente eléctrica en el aire, y el interior de mis muslos esta resbaladizo.
 
Me encuentro fascinada, en las nubes. O mejor dicho en el punto de partida de la batalla final del juego.
 
Tal vez sea porque Pereza casi me aplasta contra su cuerpo y su colonia huele tan malditamente seductora que me hace girar la cabeza.
 
De repente, el subidón de adrenalina me hace sentir mal y rompo el silencio.

—¿Porque Yo? —Pregunto.
 
Da un paso adelante, cerrando el pequeño espacio que nos
separa.
 
—¿Dónde está la diversión en responderte eso bebé?— sonríe dejándome ver su hermosa hilera de dientes casi perfectos.
 
—No deje un momento de pensar en ustedes 7 —suelto.
 
Con eso, se gira hacia su amigo.
 
La presencia que tiene Lujuria es inquietante y misteriosa que me excita por completo.
 
Es un poco más alto que Pereza, su complexión es igual de marcada que el otro pecado. Aunque lleva una camisa holgada, que deja mi mente a volar.
 
—Pequeña Zorra, no te basto en tener un encuentro individual con nosotros, que fuiste por mas—Se ríe Lujuria.

Que me van a hacer?—Pregunto finalmente, sin apenas sonido en mi voz.
 
—Bebe, bebé ya te dije que solo te vamos a coger duro y cruelmente—replica con suficiencia.

— Tienes 10 segundos para irte por propia voluntad.— Me avisa pereza.

— Y que hay si no quiero?— rebato su pregunta.

— Daremos por entendido, que es de mutuo consenso lo que te haremos.
 
Se acerca a mi cabello, lo pasa por encima de mi hombro y sus guantes negros de cuero me rozan ligeramente el cuello. Me siento tan expuesta cuando se coloca sobre mí.
 
—Hazme tuya —le insto, recogiendo con mis manos , la cadena sobre su
pecho—. No soporto mas la espera.
 
—Joder —respira—. Eres una cosita muy Ardiente , cuando súplicas. ¿No es verdad Lujuria?

Sin previo aviso, la puerta se abre por completo contra la pared dando un fuerte golpe. La música del salón entra a raudales en la habitación, arruinando por completo el momento.
 
Soberbia se encuentra en el marco de la puerta. ¿Cómo es que olvide lo alto que miden estos hombres?, desde que los había encontrado en el laberinto, He estado leyendo demasiados libros obscenos, y claramente no he salido lo suficiente con otros hombres.
 
—Me iban a dejar fuera del banquete —dice Soberbia, revelando un tono algo molesto.
 
—No podrías haber  llegado en mejor momento gatito, ya se está preparando todo? —murmura secamente Pereza.
 
En cuanto la puerta se cierra tras él , Pereza me mira en silencio. Casi puedo distinguir el contorno de sus ojos en la penumbra del otro lado de la habitación. De repente, mi corazón empieza a latir con fuerza al pensar que por fin estamos a solas.
 
¿Qué estoy haciendo? ¿En qué estoy pensando? ¿ Esto está bien?
 
Esto no es propio de mí, Ya soy adulta.
 
Aunque, esa es la cuestión. Esta noche, puedo ser quien quiera ser y quiero ser destruida por estos 3 hombres.
 
Y por una vez en mi vida, elijo ser más que  imprudente.

—Cierra los ojos —me ordena.
 
Obedezco, sintiendo la suave tela de una corbata, cuando se posa sobre mis
párpados, cortando la tenue luz.
 
Desliza su mano entre mis muslos, masajeando mi clítoris
sobre el fino encaje, haciéndome retorcer.
 
—Qué buena chica.— me dice .— Quiero follarte hasta el cansancio hasta que grites en éxtasis mientras te corres alrededor de mi polla.— me dice usandome a su antojo.
 
Un gemido silencioso se escapa de mis labios temblorosos cuando él enciende un deseo ardiente en mi interior. Nunca me había sentido así. Tan caliente e innegablemente molesta. Un dolor se instala entre mis piernas, y un calor se extiende por mi piel. Siento literalmente que mi clítoris palpita, suplicando su lengua, y parece que no puedo luchar contra el deseo de desgarrar su traje.
 
—Quiero explorar cada centímetro de ese cuerpecito sexy que tienes ahí —dice con descaro—. Qué pedazo de culo tan rico tienes bebé, quiero destruirte.
 
Otro silencioso gemido sale de mis labios sin mi permiso.
 
—Te gusta que te llame así, ¿verdad, cariño?
 
—Pequeña bebé —me hago eco de sus palabras, fascinada.
 
—Ahí está —me arrulla, sujetando mi mandíbula con la mano, asegurándose de que lo miro directamente a los ojos—. Ahora dime. Si deslizara mi mano entre tus muslos, ahora mismo, ¿Cuan mojada estarías para mí?
 
Mi abdomen se aprieta al pensarlo.
 
La verdad es que ahora estoy más mojada que nunca en mi vida.

El silencioso desgarro de mis bragas en mi entrepierna me pone nerviosa. No puedo ni imaginar lo caliente que es verlo arrodillado ante mí. Mis piernas empiezan a temblar y me aplaudo mentalmente por haber decidido  llevar bragas de encaje rojo hoy.
 
El aire frío me produce un escalofrío al rozar el interior de mis muslos húmedos, mientras Pereza abre más mis piernas, dejándome al descubierto.
 
—Por favor —gimoteo, tomando mi labio inferior entre los dientes.
 
—Así es —dice mordisqueando—. Maldita sea bebe, suplica.
 
Mi corazón late a través de mi caja torácica. —Por favor — ruego, desesperada por liberar toda esta tensión sexual acumulada.
 
Su cálido aliento roza mi clítoris, cada terminación nerviosa en
tensión.
 
—Sí —gime, empujando sus dedos entre mi carne sensible—.
Eres una puta necesitada, ¿verdad?, una maldita zorra que necesita que la cojan.
 
Mi cuerpo se estremece y me retuerzo sin poder evitarlo contra la pared, tratando de alcanzarlo. Metiendo los dedos en su espesa y frondosa cabellera, abro más las piernas de una patada.
 
—Por favor, por favor, por favor —gimoteo. Él me devuelve el
grito, burlándose de mí—. Por favor, te lo ruego.
 
—Joder —gime bruscamente, frotando mi clítoris en lentos y tortuosos círculos, mientras yo gimo de satisfacción—. Estás tan jodidamente mojada.

Introduce la punta de su dedo en mi interior, a duras penas, y la anticipación es más que agonizante. Al empujar más profundamente, mis paredes internas se tensan alrededor de él y mi estómago se contrae. Sin previo aviso, acelera el ritmo, metiendo el dedo una y otra vez, antes de añadir otro.
 
Enroscando sus dedos en todos los lugares correctos, se
ralentiza, acariciando mis paredes.
 
—Qué coño tan apretado —dice.
 
—Dime tu nombre por favor—gimo impacientemente.
 
Sin perder un segundo, me levanta en brazos y me baja a la cama. Me agarra firmemente por los tobillos y me lleva hasta el borde, abriendo de nuevo mis piernas. Presiona sus labios sobre la sensible piel de la cara interna de mi muslo, burlonamente.
 
Y finalmente, me lleva a su boca. Pasa su lengua por mi clítoris, dando ligeros golpecitos a un ritmo perfecto, y luego sube y baja por la húmeda hendidura de mi sexo.
 
Oh, diablos, él sabe lo que está haciendo.
 
Nunca nadie me había hecho sentir tan bien.
 
Me pasa las manos por los pechos y yo le agarro las muñecas, sujetándolas. Me baja el vestido ligeramente y me pellizca los pezones, haciéndolos girar entre sus dedos. Esto sólo parece provocarme más placer, ya que introduce su lengua en mi interior.
 
—Oh, Dios mío —gimo, retorciéndome contra su cara—. Sí.
 
Recorre con sus manos mi pecho, mi caja torácica y mis caderas, acariciando cada parte de mi cuerpo mientras las desliza cada vez más hacia mi lugar más sensible. Me separa más las piernas con una mano y con la otra me mete dos dedos.

Empuje tras empuje, continúa este hermoso toque de chupar, mordisquear, saborear. Comiéndome, como si estuviera literalmente hambriento.
 
Mi estómago se revuelve, mi respiración se acelera y muevo las caderas, siguiendo el ritmo de sus dedos. Envolviendo sus musculosos brazos bajo mis piernas, me sujeta por los brazos, inmovilizándome de repente en la cama, sin darme opción a escapar.
 
Aprieto las sábanas con mis manos temblorosas y sudorosas, un sentimiento se acumula en mi interior y estalla en pedazos. Me deshago, me olvido de respirar y se me encogen los dedos de los pies. Aguantando mi orgasmo, me aprieto contra su cara, hasta que físicamente no puedo más.
 
—Joder —gime, con su cara aún enterrada contra mi humedad
— Sabes demasiado bien, nena quiero más.
 
Me sujeta con fuerza los brazos, inmovilizándome, y entierra su cara contra mi vagina. Justo cuando creo que no es posible correrme de nuevo, me demuestra lo contrario, follándome hasta el olvido con sus dedos y su lengua, cuando estallo de placer nuevamente, incluso más que antes, hasta el punto de ver una galaxia entera a través de mis párpados.
 
—No puedo más —gimoteo, intentando zafarme de su agarre.
 
En cuestión de segundos, la música irrumpe en la habitación y el corazón casi se me sube a la garganta. La puerta debe haberse abierto. Excepto que Pereza no se detiene.
 
Se oye la puerta al cerrarse, y el hermoso tormento continúa.
 
—No puedo aguantar más —jadeo, callada, con pequeños
gemidos escapando de mis labios—. Oh, sí. Sí.

El clímax me consume, se apodera de mí por completo. Lo único que importa son las sensaciones que me hacen temblar, mientras me dejo llevar por una ola tras otra de esta euforia eterna. Mis paredes internas sufren espasmos, mis piernas empiezan a temblar y estoy segura de haber olvidado hasta como me llamo.
 
Pereza me deja por fin y yo permanezco inmóvil en la cama, intentando recuperar las fuerzas que pueda encontrar en mi cuerpo. siento sus guantes de cuero acariciando mi cara.
 
—Mía —me reclama—. Tú eres mía.
 
Abro lentamente los ojos, que se adaptan a la luz, y mi corazón se desploma en el momento en que veo a Soberbia y Lujuria en la esquina de la habitación.
 
—Espera —me apresuro a decir, sentándome rápidamente y
cerrando las piernas, tratando de cubrirme—. ¿Estaban mirando? —Pereza  se gira hacia mí.
 
Asiente con la cabeza. Parpadeo hacia él en silencio, sorprendida.
 
Después de girarse hacia sus amigos, Soberbia y Lujuria, me mira una vez más.
 
—Estás molesta — me observa—. ¿Qué parte de fantasías oscuras no implica tener a los otros pecados mirando mientras te comía ese dulce coñito tuyo eh?.

— Jimin, se llama Jimin. — me dice soberbia con un claro deseo.
 
Mis labios se separan y mi estómago se agita. No encuentro las palabras adecuadas.

—Sé lo que estás pensando pequeña putita, quieres nuestras pollas encima tuyo, pero sabes que?,  me encanta oírte suplicar.— me dice Pereza
 
Rozando ligeramente con sus manos la parte posterior de mis piernas, y luego arrastrando las puntas de sus dedos hacia el interior de mis muslos.
 
—Por favor —gimo, sintiendo sus anchos y varoniles hombros
bajo mis manos—. Por favor, sus nombres?.
 
—¿Llamas a eso suplicar?— se ríe Lujuria.

—Por favor —suplico, mientras Jimin frota mi clítoris sobre la fina
tela—. Por favor, Lujuria, por favor.
 
—Joder, nena —exhala bruscamente—. Verte así de jodida me encanta, Soy Hoseok, que más quieres?.
 
—Jimin.— Jadee.
 
—¿Estás tomando anticonceptivos?.
 
—Sí, estoy limpia —respondo, negando con la cabeza una vez que veo el paquete de papel de aluminio que ha sacado de su bolsillo.
 
Asiente con la cabeza y lo arroja sobre el mostrador.
 
—Ahora follame de vuelta—le pido.

— Primero lo primero bebé, ve a limpiarte, en lo que ultimamos unos detalles.— me avisa Jimin, acomodándose su ropa.

Me acomodé el vestido como pude y salí directo a lo que creía que era el baño, cuando estaba por cerrar la puerta, soberbia entro sin darme tiempo a nada, empujándome a la pared y jadeando en mi lóbulo.

— PUTA Y SUMISA, COMO ME GUSTAN A MI.

Vendería mi alma al diablo, solamente para volver a escuchar a Soberbia gemir de esa manera tan descarada, mientras se  levantaba la camisa de su traje, se bajaba los pantalones de un tirón, dejándolos justo debajo de su hermoso culo. Su gruesa y dura polla está ya resbaladiza por el deseo de metermela, y es impresionantemente grande.
 
Mierda, No hay manera de que pueda aguantar eso dentro mío. Mientras me da vuelta, pongo mis brazos en sus hombros, y me lleva hasta el borde del lavabo, frotando la punta de su polla a lo largo de mi húmeda entrada. Arriba y abajo, una y otra vez, jugando con mi poca cordura, como Burlándose de mí.
 
—Por favor —ruego ansiosamente, desesperada por sentirlo.
 
Sin previo aviso, Soberbia me penetra de un solo y fuerte empujón. Estirándome a lo ancho, enterradose hasta la empuñadura.
 
—Joder —suelta, consiguiendo un mejor agarre sobre mí mientras asegura sus brazos alrededor de mi espalda.
 
Las paredes internas de mi cuerpo se tensan y se agarran a su polla con cada golpe, y mi cuerpo se estremece por la fuerza. Una y otra vez, me folla sin un gramo de delicadeza. Se sumerge más profundamente, más rápido, empujando su camino dentro de mí repetidamente.
 
Le rodeo el cuello con los brazos y me aferro a él con todas mis fuerzas, abriendo más las piernas para sentirlo mejor. Y es casi demasiado.
 
Es demasiado grande.
 
Se oye un sonido de amortiguación y de piel que golpea cuando acelera su ritmo y me penetra sin descanso. Gritando, gimiendo y jadeando para llenar mis pulmones, deslizo las manos bajo la sudadera que tiene y recorro los músculos de su espalda, le entierro las
uñas en su carne, lo raspo hasta el fondo, antes de tomar su firme culo entre mis manos.

—Sí —grito, echando la cabeza hacia atrás, igualando sus despiadados empujones con mis caderas—. Oh, joder, sí. Sí. Sí.
 
Mis ojos comienzan a cerrarse mientras mi clímax crece y crece, acercándose rápidamente.
 
—Mírame —me ordena salvajemente soberbia, golpeando contra mí.
 
Obedezco, mirando desesperadamente a los ojos oscuros de sus iris. Algo de esto es tan erótico, tan retorcido. Aquí estoy, en el cuarto de baño de unos desconocidos, recibiendo las embestidas
de Soberbia.
 
Y lo que es mejor, me está follando como me gusta.El apreta bruscamente mi culo y tinta mi piel de un rojo furioso, me levanta del lavabo. De pie, fuerte y alto, me hace rebotar sobre su grueso y duro eje. Al adaptarme a su tamaño en esta nueva posición, mis brazos encuentran el camino alrededor de su cuello. Grito de éxtasis, y mi clítoris se restriega contra su pelvis, creando la fricción perfecta.
 
—Sí —gimoteo, frotándome contra él.
 
Cada vez me hace bajar con más fuerza, moviendo sus caderas con cada empuje deliberado, acercándome cada vez más al límite.

—Joder —gime, pegando mi espalda a la pared. —Sí, bebé. Quiero oírte gritar.
 
Sin poder contenerme más, grito de placer, dejándome llevar
por el completo éxtasis que mi cuerpo está sintiendo.
 
—Buena chica —elogia, apretando mi culo mientras se abalanza sobre mí con urgencia—. Eres una jodida buena chica.
 
—Sí ?—gimoteo, mientras él acurruca su cara en el pliegue de mi cuello, ajustando el ángulo, y hundiéndose en mí más profundamente—. ¡Dios, sí!
—Agust-D, pero para ti puedo ser Yoongi.
 
— Gracias
 
—Buena chica, date una ducha, la noche es larga aún.

Dijo sin más, saliendo del baño y dejándome aturdida del placer que había tenido en el tiempo que estuve aquí, la noche es larga dijo y yo no creo poder aguantar una ronda más.

Un conjunto de baby doll, está sobre una percha, luego que salgo de la ducha y unas pastillas con un vaso de agua.

Un deja vu me recorre, como si por un momento hubiese vuelto al laberinto.

En la habitación no hay nadie, hasta que la puerta se abre y trato de ocultar mi desnudez, ante la señora que se presenta delante de mí.

— Disculpe la intromisión , los Señores la esperan para abordar el yate.

Un Yate?, es una locura, el solo hecho de terminar la noche en un barco de lujo con ellos tres, creo que es imposible.
Camíno por un pasillo que me lleva a los canales del lago sumida.

De pronto los veo a los tres esperándome, cuando me voy acercando, Hoseok me toma de la mano y me lleva a la parte trasera del yate, dónde un Sillón de cuero de dos cuerpos, y un velador le dan un toque a la vista nocturna de Tokio.

Toma asiento dejándome ver su polla goteando presemen y a mi las ganas de darle una tremenda mamada. Me quita las bragas y me sienta a hojarcadas sobre el, sin pensarlo me refriego contra su polla.
 
—Destruime por favor —gimo sin aliento, moviendo mis caderas para
acompañar sus empujones.
 
—Eso haré, Qué buena zorrita eres. Rebota en la polla de tu daddy.
 
Agarro con fuerza sus hombros y cabalgo sobre su polla palpitante, respirando el embriagador aroma de su colonia. El seductor aroma me inunda y mis sentidos se agudizan, llevándome a un estado de pura euforia. Me separa un poco y me hace subir y bajar sobre su grosor, instándome a mover las caderas.
 
—Joder —gruñe, haciéndome caer más fuerte—. Así de jodida eres
 
—Hoseok —gimo perdiendome en mis sentidos.
 
—Córrete por mí —me insta.

 
Mi orgasmo me reclama, me desgarra, me atrapa completamente desprevenida. La intensidad es inimaginable. Nunca he llegado a tener un orgasmo sin mi vibrador, solo haciéndolo yo misma, pero hoseok llega a todos los lugares adecuados.
 
Mi espalda se arquea, el placer consume mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Mis niveles de serotonina se disparan y, en este momento, nada más importa. Mientras se mueve dentro de mí, con lentas y profundas embestidas, me agarra con más fuerza, recuperando el control total.
 
La felicidad pura se apodera de mí, con sensaciones que me sacuden la tierra como nunca había sentido en mi vida.

 
—Bebé —respira, encontrando su liberación.

Me hace poner el culo en el brazo del sillón y se apoya en mí. Agarrando con las yemas de los dedos la curva de sus caderas, lo acerco más, mientras su semen se filtra por mi muslo.
 
— Así es como mereces que te follen, Siempre mi pequeña Zorra.

En cuestión de segundos, me acerca y presiona su boca contra la mía. Me besa con fuerza, sujetándome agresivamente contra él. Mi cuerpo se disuelve contra el suyo, saltando chispas. La punta de su lengua recorre la costura de mis labios, pidiendo la entrada, y se la concedo ansiosamente.
 
Nuestras lenguas se rozan, impacientes, y él toma el control total. Me hace caer de espaldas al sillón y pega  su cuerpo al mio, rozando con sus manos cada curva de mi cuerpo. Al escuchar su gemido en mi boca, mi respiración se acelera y el aire fresco de Tokio me hace sentir un escalofrío.
 
Hoseok me acaricia los brazos desnudos, calentándome con la fricción de sus manos. Se inclina hacia mí y me toma el labio inferior entre los dientes.

Gimo con total satisfacción y me estiro para rodear su cuello con los brazos. Nunca me habían besado así en mi vida.
 
—Pensamos follarte violenta, y apasionadamente, durante toda la noche —me advierte fríamente.

Vamos a la parte superior del yate, dónde Jimin y Yoongi estaban cogiendo a gusto entre ellos, jamás pensé que ser  voyerista me gustaría, pero ver cómo Jimin entierra su verga en el culo de yoongi, me hace gemir involuntariamente, oír como el climax arrasa con Yoongi, hizo que Jimin posará sus ojos en mi.

Hoseok me quita la copa de champagne que estaba bebiendo de la mano, me besa en los labios, antes de dejarla sobre la mesa.

Camina a la cama improvisada donde los otros dos pecados estaban desnudos, la mirada de los tres mientras hoseok se sentaba, hizo que la tensión vuelva a incrementarse.

Jimin Vuelve a centrar su atención en mí, baja de la cama y camina hacia mi lado, me agarra por el cuello y, cuando inclino la cabeza hacia atrás en señal de sumisión, sonríe tortuosamente.

Acercándome a él, me marca en el cuello, mientras dejo que mis ojos se cierren, asimilando el erotismo de este momento.
 
Siento a alguien detrás de mi, Ambos hombres me acarician de arriba a abajo las piernas. Hay una corriente eléctrica en el aire, y no sólo me siento atraída por Jimin, sino también por qué se que quien está detrás mío es Yoongi.
 
Sus labios son suaves y cálidos, y la piel se me pone de gallina. Me lame, chupa y muerde hasta la clavícula. Arqueando la espalda, la humedad se acumula entre mis muslos. Estoy empapada por ellos.
 
Colocando mi mano sobre la de yoongi, lo guío entre mis piernas. Su gemido es profundo y provoca un cosquilleo en todo mi cuerpo. Me quedo con la boca abierta, extasiada, mientras me rindo a las increíbles sensaciones de los labios rellenos de Jimin, subiendo por mi cuello, con su cálido aliento abanicando la delicada piel de mi oreja.

Yoongi se arrodilla en el suelo justo delante de mí, me abre las piernas y me acerca al borde de la cama, entierra su cara entre mis muslos y me lleva a un camino de placer inigualable.
 
Dejando escapar un suave gemido, ya estoy tan cerca de conseguirlo sólo por la excitación. Jimin me sujeta la garganta, apretando su agarre, mientras yoongi pasa rápidamente su lengua por mi clítoris con el movimiento y el ritmo más que perfecto.
 
Introduce su dedo en mi interior, aplana su lengua y gira en círculos precisos, haciendo que cada terminación nerviosa se dispare. Mis paredes internas se tensan, con espasmos, antes de que introduzca otro. Me folla salvajemente con sus dedos largos y resbaladizos.
 
—Los envidio ahora mismo —dice Hoseok mirando toda la escena desde lejos masturbándose , mientras que Jimin sigue aplicando más presión en mi garganta, dificultándome la respiración — Ese dulce coño y ese culo es nuestra comida favorita.— réplica él.
 
Mi clímax me reclama sin previo aviso. Yoongi me chupa el clítoris, rozando ligeramente con sus dientes mi carne sensible. Agarrando su cabeza, lo acerco más, apretándome contra su cara. Retira sus dedos de mi humedad y pasa los brazos por debajo de mis piernas, agarrando mis muslos.
 
Acercándome, me devora, haciendo que me corra tan intensamente que casi pierdo la estabilidad. Gritando con fuerza, mi cuerpo se retuerce contra su boca, Arqueando aún más la espalda. Disfrutando aún más del placer abrumador con cada segundo que pasa.
 
—Joder —gruñe Yoongi.
 
Se levanta del suelo y me levanta en sus brazos al estilo nupcial. Mis brazos le rodean el cuello. Me acomoda en la cama, Su respiración se vuelve entrecortada mientras me penetra nuevamente, y un gemido estrangulado se escapa de mi boca abierta. Me agarra de la mandíbula y me gira la cabeza hacia un lado, donde veo a Jimin de pie, Mirándome fijamente, Observándonos.
 
Yoongi se acomoda entre mis piernas, frotando su pulgar sobre mi clítoris en lentos y tortuosos círculos. Mis piernas empiezan a temblar, antes de rodear con fuerza su cintura. Pasa su brazo por debajo de mi espalda y nos gira hasta que me pongo a horcajadas sobre él.
 
Jimin se sube a la cama detrás de mí, me agarra por la nuca y
me empuja hacia delante, levantando más el culo.
 
—No puedo —le digo—. Me va a doler.
 
— Si vas a poder, te va a doler, nena—gruñe, lubricando mi entrada trasera con gel frío—. Nos ocuparemos de ti. Respira profundamente, confía en nosotros.
 
Inhalo un pequeño suspiro, mis ojos se cierran, mientras empiezo a montar a Yoongi. Movimientos lentos y constantes, mientras Jimin introduce sus dedos en mi culo. Me estira, me hace trabajar, enrosca sus dedos en el punto justo antes de retirarlos del todo.
 
La punta de su polla da vueltas sobre mi entrada trasera, mientras Yoongi se acurruca en mi coño. Tomándose su tiempo, Jimin se introduce en mi culo, y siento como si me partiera por la mitad. Pulgada a pulgada, se hunde más en mí, hasta que está enterrado hasta el fondo.
 
Jimin y Yoongi me llenan, a la vez, y estoy más que satisfecha, aún pasando por alto el dolor de mi culo.

Apoyando mi cara en el hombro de Yoongi, me rodea la cintura con los brazos y levanta las caderas para penetrarme. Jimin se hunde en mi culo repetidamente, golpeando firmemente mis mejillas con cada empuje. Nunca he sentido nada tan poderoso, y nunca me he sentido tan consumida.
 
Mi orgasmo me atraviesa, invadiendo todo mi cuerpo, oleada
tras oleada.

—No hay escapatoria, nena —dice Jimin, golpeando mi culo,
una y otra vez.
 
—Caíste en nuestra trampa —gime Yoongi junto a mi oído, rozando con sus dientes mi hombro— Nunca te dejaremos ir.
 
—Gime para nosotros pequeña puta—me ordena Jimin.
 
—Ohhhh, sí —gimoteo, convulsionando contra sus sólidos cuerpos, gritando—. ¡Oh, Dios, sí!, ¡Maaaas!.
 
—Tu culito apretado se siente tan bien alrededor de mi polla —
gruñe jimin, hundiéndose más.
 
Más duro.
 
Más rápido.
 
—Ahógame —pido, suplicante.
 
—Eso, buena chica —elogia Yoongi, rodeando mi garganta con sus dedos, aplicando la presión justa para hacerme ver pequeños puntos de luz blanca—. ¿No lo piensas así Jimin?
 
—Es una buena zorra—gime Jimin, con la respiración entrecortada mientras me penetra en el culo sin piedad, tirando con fuerza de mi cabello—. Joder. Tan apretada. Estás haciendo un buen trabajo tomándonos.

—Sí, putita—gruñe Yoongi, dándome una cachetada, que hace excitarme aún más, mientras sacude sus caderas en el
colchón más rápido, taladrándome—. Voy a llenarte.
 
Me aprieta la garganta y otro orgasmo me atraviesa. Durante esta euforia eterna, de repente veo estrellas a través de los párpados. La presión sobre mi cuello, que me corta el suministro de aire, sólo parece hacer que llegue al clímax con más fuerza. Los dos me llenan con su semen.

Hoseok tiene su liberación, mientras le brindabamos un show sexual tan erótico, lo se porque se oye a lo lejos, una puerta cerrarse.
 
Justo cuando estoy a punto de desvanecerme, Yoongi toma mi cara entre sus manos, trayéndome de vuelta. Mis ojos se abren de golpe y sus ojos son como dagas que me atraviesan.
 
—¿Estás bien? —Pregunta, acariciando mi pómulo con el pulgar.
 
—Sí —susurro, con la voz ronca—. Mejor que bien.
 
Los dos salen de mí y su semen gotea por el interior de mis muslos. Cuando me doy la vuelta y me tumbo de espaldas entre ellos, mi respiración se entrecorta.
 
Jimin se levanta, completamente desnudo y veo que está cubierto de algunos tatuajes. Toma una toalla doblada de la esquina de la habitación y me seca, limpiando el desastre que han hecho entre mis piernas. Tirándola al suelo de madera, se pone los pantalones, yoongi hace lo mismo, dejándome sola por un momento allí.
 

Luego de darme un ducha y dormitar un poco, no había rastro de ninguno de ellos, me puse una bata de seda que encontré y no había necesidad de ponerme más que eso, ya que estábamos solos los tres, caminando a la popa del yate, me encuentro con hoseok de espaldas a mi, pensaba que no se había dado cuenta de mi presencia, hasta que hablo.

—Me pones la Verga tan jodidamente dura, bebe, que me duele — Me acerco a el y jadeo en su oído, cuando estoy apoyándome en su espalda.
 
—Necesito follar contigo de nuevo —respira, echando la cabeza hacia atrás mientras se desabrocha los pantalones—. Ahora mismo.

Pov Hoseok
 
Se voltea, veo como se arrodilla y me termina de bajar los pantalones y no pierde tiempo en rodear mi polla con sus labios. Empujando hacia delante, se atraganta mientras yo entro y salgo de su cálida boca. Sujetándome firmemente en la base con el índice y el pulgar, guío su mano hacia mis pelotas.
 
—Oh bebé, así mghh —gruño con cada empujón.
 
Vuelve a tener arcadas con mi polla, con las mejillas enrojecidas y las lágrimas brotando de las comisuras de sus ojos. Intenta complacerme con todo lo que logra llevarse dentro de su cavidad bucal.
 
Me inclino, la rodeo con el brazo y la levanto, poniéndola de espaldas a mi y sujeta a la baranda del yate. Después de abrir con mi pierna su entrepierna, escupo en mi mano y la meto entre sus muslos para prepararla para mi.
Pero ella ya está tan empapada de sus propios jugos.
 
No pierdo tiempo en penetrarla, mientras su coño chupa mi verga con cada empujón. Se siente tan bien. Demasiado bien.
 
—Sí —gime ella, apretando las manos sobre la baranda—. ¡Sí,
daddy, sí!
 
En cuanto daddy se escapa de sus labios, la penetro más rápido, encerrando mis dedos alrededor de su garganta. Dejándola sin aliento. Follándola sin emoción. Sin remordimientos.
 
Sólo caricias profundas y contundentes mientras su cuerpo se pone rígido debajo de mí.
 
Metiendo la mano en ella, una y otra vez, la follo violentamente, tal y como le había prometido. Ella jadea y se retuerce debajo de mí.
 
—Me voy —me avisa, y eso es todo lo que necesito saber cuándo el orgasmo la lleva hasta el borde de la inconsciencia— Por favor.
 
—Oh, Dios —grita de nuevo moviendo sus caderas, igualando mis golpes—. Oh, Dios.
 
—Dios no está aquí en este momento —le confirmo, volviendo a tirar de su cabello.

Siento como apretan mi mandíbula y me meten una pastilla en la boca.

— Traga.— La voz de Yoongi, me da un escalofríos que me recorre toda la columna de lado a lado.
 

Yoongi se mete entre Hoseok y yo apretándome contra él, subo mi mano a su nuca, guiándolo hacia mí. Se inclina hacia delante, tomándome con sus labios firmé haciéndome jadear en su boca.Gime en voz baja. Me pasa las manos por el cabello, tirando con fuerza de mi pelo, la parte posterior de mi cráneo palpitando de dolor.
 
Parece que no es suficiente todo lo que hicimos, pienso hacía mis adentros.
 
Tras romper el beso, me vuelvo hacia Jimin, y el ni siquiera duda, tomándome de la mandíbula y me besa con fuerza, con mucha lujuria y Pasión.
 
Hoseok me hace girar, agarrando mi mandíbula con firmeza. Aprieta sus labios contra los míos, agarrando agresivamente mis caderas, mientras me lleva contra él. Deslizando su lengua en mi boca, lucha por el control, y gana.
 
Derritiéndome en su interior, me levanta del suelo y me echa por encima de su hombro. Volvemos a la habitación, con Yoongi y Jimin siguiéndonos de cerca, y luego me baja a la cama. Me agarra por los tobillos y me pone boca abajo.

Aprieto las sábanas con mis manos, mi cuerpo pide tregua, pero un subidon de adrenalina se apodera de mi, siento el peso de su cuerpo desnudo apoyándose en mi trasero y frota la suave punta de su pene por mi húmeda raya. Hoseok me penetra con fuerza, y yo ahogó un grito en el colchón.
 
Apenas me da la oportunidad de adaptarme a su invasión, se abalanza sobre mí con agresividad. Me agarra por la nuca y me inmoviliza. Me estira, y se hunde todo lo que puede, respirando entrecortadamente con cada empuje.
 
—Joder —gruñe, enredando mi cabello en su muñeca y tirando con fuerza.

Sigo de espaldas y siento como me tiran  al borde de la cama, donde mis piernas se abren para él por sí solas. Me penetra lentamente, antes de hacerlo con fuerza. Una y otra vez. Sin piedad. Me agarra de los muslos y me clava los dedos en la piel.
 
Jimin se sube a la cama, trabajando su grosor con la mano, antes de rozar la sonrosada cabeza de su polla contra mis labios. Me abre la boca con el pulgar y se introduce en ella, mientras mis labios se abren a su alrededor.
 
Acunando su eje con mi lengua, me folla la boca, con los dedos apretados alrededor de mi garganta.
 
Un rugido sale de su pecho y su polla se agita. Lamiendo la punta de su corona, saboreo su sabor, hasta que se sumerge en el fondo de mi garganta. Una y otra vez. Con náuseas por su grosor, muevo la cabeza para responder a sus empujones, mientras hoseok continúa con sus despiadadas caricias, haciendo rechinar sus caderas contra mí.
 
—¿Qué vamos a hacer contigo ahora? — Pregunta sádicamente Yoongi, lanzando una cuerda a la cama junto a nosotros—. Atarte.
 
Jimin se retira de mi boca y asegura la cuerda alrededor de mis muñecas, atándome con fuerza. Hoseok me levanta, me coloca en una nueva posición y me ata las muñecas por encima de la cabeza. Una vez que asegura la cuerda en un gancho integrado en el cabecero, sé que me va a tocar.
 
Nunca me he sentido tan indefensa, aunque esto es mejor que cualquier cosa que pudiera haber pedido. Esta noche, elegí ser su puta, y aquí estoy, siendo utilizada y zarandeada como una muñeca de trapo por tres hombres al mismo tiempo.
 

—Ingenua, pequeña Zorra. Vendería mi alma por ti, para que me dejen quedarme — dice Hoseok Agarrando mis caderas, me acerca, mientras su gran y gruesa erección se estremece contra mi estómago por su liberación—. Si tuviera una sola oportunidad, nunca tuviste que venir a buscarnos.

Se inclina y roza sus labios con los míos, tomando mi cara entre sus ásperas manos. Suelta las cuerdas, El calor de su cuerpo me produce un escalofrío y me inclino hacia él, rozando su pecho con las yemas de los dedos. Apoyando mis brazos sobre sus hombros, mis dedos se deslizan por su cabello mojado, mientras sus manos exploran las curvas de mis costillas, caderas y espalda baja.

 Podría acostumbrarme a esto con ellos tres, pero esto es sólo por una noche. Sólo una noche. Al amanecer, se acabó. Y eso es lo que realmente me asusta.

Cómo volver a mi vida diaria sin saber de ellos.

— No paras de pensar mujer.

La mujer hermosa entra a la habitación con una elegancia sobrenatural, su presencia emana un aura de misterio y seducción. Sin embargo, a medida que se acerca, su belleza se transforma sutilmente, revelando rasgos más oscuros y amenazantes. Las sombras parecen danzar a su alrededor mientras sus ojos brillan con un fuego infernal.

Estoy sorprendida por la repentina transformación, retrocedo instintivamente, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda. Antes de que pueda articular una palabra, la recién revelada demonio la mira fijamente con una sonrisa malévola.

"El juego se acabó", susurra con una voz seductora pero llena de promesas de tormento y malevolencia. La habitación parece cargarse con una energía oscura y opresiva, mientras la demonio despliega sus alas negras y despliega su verdadero poder.

— Tuviste demasiado de mis juguetes.— me dice con su risa malévola.

Estoy petrificada, sin saber qué hacer frente a esta criatura supernatural que se ha revelado ante mis ojos.

La demonio se acerca lentamente a mí, su mirada ardiente penetra en lo más profundo de mi ser, sembrando el miedo y la incertidumbre en su corazón. Cada paso que da resuena en la habitación como un eco siniestro, mientras las sombras la rodean como si fueran sus aliadas en la oscuridad.

No puedo entender porque me encuentro paralizada ante la presencia imponente de la demonio.Mis pensamientos se agitan en medio de la confusión y el temor, sin poder comprender cómo una figura tan seductora puede ser tan aterradora.

Con un gesto elegante pero amenazante, la demonio levanta una de sus manos, donde unas llamas purpúreas comienzan a danzar con una intensidad malévola.

"Ya no puedes escapar", susurra con una voz que hace temblar la habitación.

"Tu tiempo ha llegado a su fin, ahora es momento de enfrentar las consecuencias de tus decisiones".

La mujer siente un nudo en la garganta, comprendiendo que ha caído en las garras de algo mucho más poderoso de lo que jamás imaginó. Una tensa calma llena la habitación. mientras mi destino  pende en un delicado equilibrio entre la sombra y la luz, entre la belleza y la monstruosidad.

— Que quieres?.— pregunto con un miedo latente.

— Jefa ya está por favor.— Veo como Hoseok hace de intermediario entre ella y yo.

— Son míos y es hora de que me los llevé.— me gruñe.

Me despierto con el corazón latiendo rápidamente, tratando de entender lo que acabo de experimentar. Mis pensamientos están confusos, tratando de separar la realidad de lo que mi cuerpo acaba de vivir. La habitación del hospital está tranquila, con la luz parpadeante de la máquina que monitorea mis signos vitales.

Una enfermera entra en la habitación y me sonríe con ternura al ver que he despertado. Le pregunto qué ha sucedido, cómo he llegado aquí, pero ella solo me mira con una expresión compasiva y me dice que he estado en coma durante dos años después de un accidente en la carretera.

Mis pensamientos vuelven a la imagen de la demonio y los tres pecados que se transformaron ante mis ojos. ¿Fue todo una alucinación causada por el coma, o algo más? A medida que la enfermera me explica mi estado de salud y los procedimientos médicos que he pasado, trato de ahuyentar las imágenes que siguen apareciendo mi mente.

A pesar de la confusión que aún siento por lo que vi, no sé si estar agradecida de estar despierta y de tener una segunda oportunidad en la vida. ¿Qué significaba aquello? ¿Era solo un producto de mi mente confundida, o acaso había algo más profundo y oscuro en juego? Solo el tiempo y mis propias indagaciones podrán revelar la verdad detrás de ese desconcertante episodio.

Mientras trato de asimilar mi regreso a la conciencia y a la realidad, una sensación de inquietud se apodera de mí. Las imágenes del sueño, o visión, o lo que sea que haya sido aquello, siguen frescas en mi mente, cada detalle grabado como si fuera real. Los demonios, las transformaciones, los tres hombres.

La enfermera me informa que mi recuperación ha sido sorprendentemente rápida y que pronto podré recibir el alta del hospital.

Mientras tanto, hago todo lo posible por descartar lo sucedido como una simple alucinación inducida por el coma. Pero por más que intento convencerme de que no fue producto de mi estado inconsciente, una parte de mí no puede ignorar la sensación de que algo más profundo estuvo en juego.

Decido investigar. Investigo en línea sobre mitos y leyendas de demonios, sobre transformaciones sobrenaturales y sobre entidades desconocidas que podrían haberse entrelazado en mi experiencia. Cada descubrimiento me sumerge más en un mundo de lo desconocido, en un territorio de sombras y misterios que despiertan tanto fascinación como temor en mí.

Finalmente, llega el día de mi alta. Mientras dejo atrás la habitación del hospital y me adentro nuevamente en el mundo exterior, sé que mi búsqueda de respuestas apenas ha comenzado. La verdad detrás de aquella experiencia sigue escurriéndose entre mis dedos, desafiándome a descubrir su significado y a enfrentar la posibilidad de que hay fuerzas sobrenaturales más allá de nuestra comprensión que podrían haber intervenido en mi vida de una forma que no puedo ignorar. ¿Qué me deparará este nuevo capítulo en mi camino hacia la verdad? Solo el tiempo lo dirá.

Solo se que Jin, Namjoon, Taehyung, Jungkook, Jimin, Yoongi y Hoseok dejaron una huella en mi cuerpo y eso no lo borrará nadie.

Fin.

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Woooow, no puedo creer que le di un final a esta historia, este capítulo, lo pensé y re pense mil veces, espero que haya Sido de su agrado, tengo sensaciones encontradas con este fic.

Quiero darle las gracias a cada una de las personitas maravillosas que me aguantaron en mis bajones anímicos y sin dudarlo siguen ahí para mí.

Más de 8000 palabras para un gran final.

Por lo menos yo estoy conforme.

Gracias, gracias y mil gracias, pronto actualizo hasta que dejes de correr y Sessaw.

Ahhhh me olvidaba, la demonio que los vino a buscar es mi única diosa

Jessi, quien mejor que ella para adiestrar los 7 pecados.

Prometo que si hay algún error, lo corrijo pronto.

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