
AVARICIA
Cómo pude logré desatar los nudos y vestirme, sobre el vestíbulo había una botella de agua y una nota que decía:
"LAS HORAS PASAN Y EN MENOS DE 24 HS DEBES LIBERAR LOS 7 PECADOS".
No tenía noción del tiempo y el espacio. Tomé el agua, su sabor era extraño, pero el arrepentimiento ya no servía, había perdido toda la cordura que tenía.
Mi lado oscuro estaba presente, arreglé mi pelo y me até con una coleta color púrpura que tenía.
Caminé sobre el sendero que ya empezaba a oscurecer y me topé con 2 puertas seguidas:
Una decía EXIT Y la otra AVARICIA.
Sabía que me había metido en problemas, pero también mi cuerpo me pasaba factura, estaba demasiado cansada y me costaba caminar. La falta de alimento me hacía mal.
Por un momento me senté en el suelo y comencé a llorar, había entendido lo que una vez me dijeron. No debía jugar este juego y lo hice.
Por un lado, mi lado oscuro me aplaudía, pero por otro mi lado sano me hacía dar cuenta del error. —"Pasé por lujuria, gula y soberbia, que más puede pasar?" —ingenua yo y mis pensamientos.
Puse mi atención en la puerta, era de estilo Victoriano, muy diferente a las demás que había pasado. Me armé de valor y me puse de pie y entré a la habitación.
Lo que captó mi atención fue la música que se oía de fondo Era John legend lo reconocí enseguida. La luz estaba apagada, mis sentidos agudizaron al tacto.
Di unos pasos y me quedé quieta. Una voz se oyó diciéndome:
— Qué interesante criatura decidió jugar, no tengas miedo, aquí tu papi, si te portas bien no te va a maltratar"— su voz era cautivadora.
Acto seguido se prendió la luz y pude verme reflejada en todas direcciones Si algo sumaba es que me encontraba ahora en un laberinto de espejos.
— Me gusta eres sensual.— Susurró él.
—"No te veo" — le dije.
— NO TE APURES— Marcó él
—QUIERO QUE TE TOQUES CON LA ROPA PUESTA— dijo de una sola vez.
La música seguía sonando y yo comencé a tocar mis pechos.
— ya estás cansada? — subió dos octavas su tono de voz.
Esto hizo que me asustará, Se apagó la luz nuevamente y el humo empezó a salir por debajo de los espejos.
Cuando se encendió la luz ahí estaba frente a mí, Su mirada me intimidaba.
—HOLA CRIATURA, VAMOS A JUGAR? — Me TOMÓ de la mano y cruzamos los espejos.
Cuando crucé el espejo me topé con una mesa de billar, Un sofá donde él se sentó y yo quedé parada viendo todo.
—Sabes cómo son las reglas no?— PREGUNTÓ ENSEGUIDA.
—Por qué directamente no vamos al grano y lo hacemos?— repliqué entre cansada y enojada.
— Qué gracia tiene hacerlo sin un interés?—dijo él.
— sabes jugar al billar?— Prosiguió él.
—No y no quiero jugar— me cruce de brazos y quede en el suelo haciendo un berrinche.
—LA CRIATURA BUSCA QUE LA CASTIGUE, YO NO SOY BUENO CASTIGANDO— Dijo él mientras sacaba un látigo de cuero que tenía escondido en el sillón.
— Vamos a jugar, no pongas las cosas más difíciles— dijo tomando los palos.
— Por cada bola que meta, tú te quitas una prenda— dijo el pelinegro.
—Y si yo ganó?— Pregunté esperanzada.
—Te puedes ir de aquí sin hacer nada— dijo haciendo un leve puchero.
—En serio?— Dije sorprendida Mientras el juego avanzaba, él jamás se había quitado su antifaz, sus ojos lograban ponerme nerviosa.
—Juegas con trampa criatura?— cortó él silenció. Él solo hecho de verlo morder sus labios hizo que yo perdiera, era mi última bola y en vez de meter esa, metí la bola negra.
— Eso fue un Juego sucio, por tu culpa perdí — reclamé.
—Todavía ni te toqué — Sonrió él.
Se acercó hacia mí y me acostó sobre la mesa de billar. Quitó mi ropa y se volteó a mirarme:
— Mmmm interesante conjunto sexi— celebró él.
En su mano portaba un látigo Jugaba a golpear suave en sus manos Y a mirarme. Hasta que golpeo la mesa de billar asustándome.
— Eres un conejito asustadizo, no voy a tener pena de ti— me dijo socarronamente.
Comenzó besando mis muslos para luego ir por mi vagina, la lubricación de mi vagina era escasa debido a lo anteriormente ocurrido. Él rozaba mis labios vaginales con sus dientes, a lo que mi cuerpo respondía ante el dolor.
Él los tomaba entre sus dientes y los mordía con vehemencia. Su lengua era larga que recorría cada centímetro dentro mío, acompañaba su accionar tomándome de los senos pellizcando. Mi cuerpo respondía a cada estímulo de dolor, el saco su boca y comenzó a introducir sus dedos alternando uno, dos y tres hasta meter los 5 dedos dentro de mí.
— GRITA, quiero que grites — Me exigió.
Mi voz sonaba ronca y sin fuerza a lo que hizo que él se enojara peor, Me dio vuelta y me dio unos diez latigazos en el glúteo. Luego me apretaba y decía:
— pídeme perdón por no complacerme— reclamaba enojado.
—"Perdón no puedo gritar, no tengo fuerza"— le decía yo.
Me levanto y me llevo al sofá. Me recostó y por un instante ese hombre que me había azotado había cambiado por completo. Empezó a besarme con pasión, a tocarme lentamente con cariño Bajaba por mi cuello dando pequeños mordiscos para terminar en mis senos, tomándolos ambos y colocando su enorme pene en el medio de mis pechos.
— Esto esperabas criatura, que te traten bien— dijo riéndose malvadamente.—Arrodíllate— exigió.
Bajo a mi glúteo e introdujo su pene dentro mío, el éxtasis que él traía por dejarme sin respiro era tremendo. Me jalaba del cabello y con sus fuertes embestidas hacía resonar el lugar. Él gritaba de placer mientras yo no respondía. Se levantó y me pidió que lo montará. Introdujo su pene duro y grueso y me pedía que yo haga todo el trabajo.
Puse mis puños al costado de él y le susurré —así mi señor—.
—MÁS RÁPIDO QUIERO TERMINAR EN TU CARA— pidió él.
Su cuello me tentaba a morder todo su estrecho lado, fui acercándome y recorría gustosa. Mojando mi lengua dejaba pequeños lados húmedos que hacía que él se retorciera del gusto.
— ya me voy a correr y como fuiste una criatura mala, vas a tragarte toda mi leche— avisó con soberbia.
Me bajo de su regazo y me puso de rodillas y sin darme aliento introdujo su pene en mi boca, como no entraba todo seguí masturbando su tronco. Mientras toda su semilla terminaba en mi garganta.
— BUENA NIÑA— dijo Y se retiró del lugar sin decir nada.
Yo estaba más que cansada y sin fuerza, me recosté en el sillón La misma carta que había encontrado en las otras habitaciones me decía que solo restaban 3 pecados. Pero esta vez encontré la carta con unos bocadillos.
<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>
Hasta yo me cansé al leerlo de vuelta ja, ja, ja
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro