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Ágape

Amor más puro e incondicional que existe. Se caracteriza por ser universal, que nutre, generoso, consciente de sus deberes, amor espiritual y profundo, cuya prioridad es el bienestar del contrario. No es necesariamente pasional, incluso, quienes aman de esta manera están dispuestos a apartarse de la relación por el bien del ser amado, y se rinde si es necesario.

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Era 19 de junio, el cumpleaños de Dazai Osamu. Hoy, se hacía mayor, dejaba de ser un adolescente mañoso, a ser un adulto, o eso le gustaba decir. Hoy cumplía sus 18 años.

Dazai sentía un amor-odio por esa fecha, por un lado, cumplía un año más de vida lo que implicaba varios intentos de suicidio fallidos. Por otro lado, tenía fiesta y regalos en su honor, y le gustaba ser mimado.

Hoy había habido fiesta, sí, pero esa fiesta pasó lentamente para Dazai, quien esperaba impaciente por el ocaso, pues era la alarma para la cena, cena que compartiría con su querido, y mejor amigo, Oda, u Odasaku, cómo le gustaba decirle.

Chuuya le había ofrecido festejar su cumpleaños de otra forma, Morí le había invitado a cenar también, "padre e hijo" por llamarle de alguna forma; pero rechazó ambas propuestas, él ya tenía un compromiso.

El invitado era Oda, a pesar que el cumpleañero fuera otro.
Ahora que tenía departamento propio podría hacer lo que quisiera.
Dazai quería cocinarle algo especial, quería demostrarle como podía hacer otra cosa a demás de matar, e intentar matarse, aunque no era muy bueno en esa última.
Por la cabeza se le pasaron algunos platillos, pero Dazai no era un experto, suficiente tenía con saber hacer ramen casero, que ya es de por sí, difícil.
Tenía preparado un vino de precio medio, sabía que llegaría la ocasión de beber, y ahora nadie podía decirle nada acerca de la edad.

El timbre de la puerta sonó, era Oda.
Venía vestido con una camisa roja carmesí, pantalones negros, zapatos de cuero vintage, y su usual abrigo.

Odasaku! Que bueno que llegaste. Pasa pasa, siéntete como en casa- el departamento era nuevo, ni Dazai se sentía en casa del todo, pero son detalles.

-¿Así que cocinas? No sabía eso- comentó con media sonrisa, mientras olía. Era un olor extraño, no sabía si el mejor en realidad.

-hay muchas cosas que no sabes de mi, Odasaku- guiñeó un ojo- es cangrejo!- comentó con una cara de felicidad.

-¿Y tú REALMENTE sabes hacer cangrejo...?- preguntó desconfiado, mientras que colgaba su abrigo en el perchero, y se sentaba en una silla.

-Sí, es una historia larga...- se rascó la mejilla- de hecho, es la primera vez que lo preparo, ¡Tendrás el privilegio de probar éste bebé desde su nacimiento!- definitivamente las palabras escogidas no eran ni cercanas a las correctas.

Mientras en la olla se cocina el crustáceo, Oda y Dazai Hablaban de tantas cosas. Algunas de suma importancia, otras de la más mínima, pero solo hablaban, como solo ellos sabían y disfrutaban.

-Odazaku, si tu pudieras hacer un deseo realidad, ¿Cuál sería?- preguntó Osamu apoyándose sobre la palma de su mano, con una pequeña sonrisa.

- mmm- pensó por unos segundos- hay tantas cosas que pediría - rió levemente.

-¿Cómo cuales?

- Pues... Me gustaría que los niños puedieran ir a una buena escuela en un futuro, escribir mi propia novela... También me gustaría dejar la mafia...- se pasó la mano por el cuello mirando al techo agotado- no es un lugar seguro para crecer mentalmente, Dazai.

-¿Tú crees? Tú sabes, Odasaku, que yo te seguiré, no importa donde, siempre contarás conmigo- afirmó tomando la mano ajena entre las suyas.

- Soy demasiado cobarde para poder irme de aquí.

-Entonces yo me quedaré aquí también.

A Dazai siempre le había gustado la idea de tener una radio, podían pasar cualquier canción, y tú no sabías cual, podías amarla, u odiarla, o incluso conocer una nueva, era ligeramente parecido a una ruleta rusa, pensaba Dazai.

Mientras conversaban de ésto y de aquello, Dazai escuchó de fondo, una canción que realmente le gustaba.

Osamu se paró repentinamente de su asiento, y comenzó a cantar, sorprendiendo a Oda en el acto.

-"¡Te juro que a nadie le he vuelto a decir, que tenemos el récord del mundo en querernos!" - y en aquella pausa donde solo se oía el ritmo, tomó las manos de Sakunosuke levantandolo de la silla, e insitandolo a bailar junto a él.

- "¡Por eso esperaba con la carita empapada - cantaba nuevamente entre risas y movimientos que levemente se le podrían llamar baile - que llevarás con rosas, y mil rosas para mí!"

Oda, fuera de las espectativas de Dazai, se unió a su canto en tonos más bajos- "Por qué ya sabes que me encantan esas cosas- cantó sorprendiéndo a Osamu.

- "que no importa si es muy tonto, ¡Soy así!"- mientras cantaba y reían al unísono, se movían de forma que acompañase los cantos.

Oda amaba poder ver la felicidad genuina del chico, y el chico amaba poder demostrarle y hacerle sentir una felicidad genuina a Oda.

No era una canción especial para ninguno de los dos, solo era una con que conocían y les gustaba, más el poder compartir una experiencia tan distinta, y única entre los dos, arreglaba esos pequeños corazones rotos.

-¡Oh, Dios! - gritó Dazai exaltado viendo la olla revalsar- ¡El cangrejo!

Finalmente, la cena no había estado tan mal como Sakunosuke hubiese esperado, no podía decir que era un manjar, bueno, no podía decirse eso a él mismo, pero si a Dazai, mentirilla piadosa.

Más tarde, estaban en el balcón, de tan solo 2x5, viendo desde lo alto del edificio, aquella ciudad que tanto amaban, y que protegerían cueste lo que cueste.

El pelirrojo, sacó una cajetilla de cigarros, y se llevó uno a la boca, cuando quiso buscar, habia olvidado el encendedor.

-Toma- El menor extendió su mano con un encendedor en la misma, haciéndome el favor a Odasaku - tranquilo, es fuego amigo - río tranquilamente.

Una noche despejada, llena de mil y una estrellas, cada una más hermosa y singular que la anterior. La ciudad estaba iluminada gracias a la fuerte luna que hacía, parece un queso bromeó Dazai, sacándole una leve risa a su compañero.

Luego de un rato,

- "Put your head on my shoulder" - comenzó a cantar nuevamente, otra canción había comenzado, pero ahora su tono era mucho más sereno.

Oda lo miró curioso por aquella canción desconocida para él.

- "Hold me in your arms - sus ojos apuntaban a la gran y redonda luna en cielo, quien les hacía compañía gustosa - baby"- los mismos pasaron a los del pelirrojo.

Lo tomó de ambas manos, y con pasos tranquilos, fueron hasta enfrente del reproductor. Primero se tambaleaba de un lado a otro, simulando un pequeño baile.

- " squeeze me oh, so tight- tomó la mano del mayor, y apoyó la cabeza sobre su pecho - show me - un lento, lento baile había comenzado - that you love me too..."

Sakunosuke apoyó su mentón sobre el cabello de su compañero, y empezó a tararear como se imaginaba que el ritmo seguía.

- "put your lips next to my, dear - entre aquellas tonadas, y el lento movimiento de ambos, la cabeza de Dazai comenzaba a perderse entre el espacio- won't you kiss me once... Baby

- dejemos la mafia, Dazai- se escuchó en el medio de la habitación- acompáñame.

"Just a kiss goodnight, maybe"

Dazai abrió los ojos sorprendido, y haciendo su cabeza para atrás, lo miró a los ojos. No sabía que decir.

"You and I will fall in love"

-quizás...- volvió a apoyarse, pero está vez con la cara apoyada en el cuello moreno- ... "People say - comenzó a seguir la letra nuevamente- that love's a game...- tomo un respiro- a game you just, can't win..."

Se acurrucó en su cuello, ese momento no lo olvidaría nunca.

- "if there's a way- cantó recostado - I'll find, someday - miró al cielo con una sonrisa- and then this fool will rush in"...

- "put you head on my shoulder" - cantó Odasaku, era fácil de recordar.

-"whisper in my ear... Baby" - apretó más su cintura entre sus brazos, y comenzó a lagrimear - "words I want to hear ...

-tell me"

- ... "Tell me that you love me too".

-"Put your head on my shoulder..." - susurró con cariño - hah... Claro - de dijo a sí mismo, era el único cantando- "whisper in my ear... Baby..." - tomó un respiro, realmente quería llorar - "words I want to hear... Baby" - acarició la cama del contrario, y por última vez, volvió a susurrar - "put your head on my... shoulder..."




Era 19 de junio, el cumpleaños de Dazai Osamu. Hoy se cumplían 22 años de vida para él, y 4 de muerte para Oda Sakunosuke.
Dazai no era el tipo de personas que disfrutan de festejar un año más de vida, más siempre que cumplía esas fechas, iba a rezarle un año más de muerte, a su amigo del alma, Odasaku, a quien puede decir, amó con todo su  corazón.






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Bueno, ¡Llegamos al final de ésta historia!
Si llegaste hasta aquí, toma, tu estrellita dorada ⭐

Sinceramente, lloré escribiendo esto uff
Entonces, si te ha gustado, se agradecería que dejaras una estrellita, y si quieres comentar, estás invitado 💞


La Señorita Yo se despide 💐.

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