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Extra 1: Taehyung


Cuando Taehyung pensó en Jungkook, recordó sus ojos, grandes y redondos. Ojos negros y muchas ocasiones, ojos empañados, húmedos y cubiertos con lágrimas. Ojos suaves y cariñosos que le observaban con atención. Luego, pensó en el sonido de su voz, ligero y lento...

Taehyung estuvo dispuesto a cuidar de Jungkook a lo largo de su enfermedad. Dispuesto a encontrar la médula ósea para él aún y cuando había descubierto que no se preocupaba por su propio cuerpo. No importa lo que pasara en ese momento, Taehyung no pudo nunca dejar de cuidar de él... Pese a que no había reprimido el instinto médico, que le hacía contar cuánto tiempo iba a durar. Realmente se sentía angustiado cada vez que miraba el rostro aturdido de Jungkook, cuando terminaba con la quimioterapia. No podía evitar el querer apresurarse a llevarlo en sus brazos, el desear guardarlo para si dentro de su bolsillo. Quería protegerlo, para que no tuviera una carga tan pesada sobre sus hombros.

Más tarde, ocurrió un beso cuando Taehyung perdió el control y rompió el delicado equilibrio entre los dos. No se arrepintió, ni siquiera le importó. Taehyung comprendió esa vez, a fondo, qué tan profundos habían llegado a ser sus sentimientos. Así que no podía dejarlo ir, sentía que debía bloquearle todas las posibles salidas y conseguir llevárselo en el futuro... Incluso si sabía que estaba destinado a acabar sumergido en un infinito dolor. Sí, siempre supo que caminaba rumbo a un proceso de amargura, pero se decía a sí mismo que también había alegría y felicidad.

Cada paso que dio no fue fácil. Taehyung sabía que había una persona enterrada fuertemente en el corazón de Jungkook, sabía que quería hacerle olvidar el tipo de cosas que no se pueden borrar. Catorce años de amor y secretos, y las inscripciones escritas en la carne de Jungkook parecían estar más bien tatuadas. Taehyung no se preocupó por el papel que estaba desempeñando, ni en lo doloroso que sería interponerse entre un juego de dos, ni en lo lastimado que quedaría, ni en lo destrozado que llegaría al final... Le tomó la mano y dijo: ¿No puedo aliviar algo de lo que tienes?

De hecho, Taehyung nunca fue capaz de darse cuenta de lo duro que había trabajado por Jungkook. No pensó en el regreso solitario, solo se enfocó en imaginar lo bueno que sería si Jungkook realmente lograba quererse más. Taehyung aprendió gradualmente que el corazón de Jungkook era en realidad más delicado y suave de lo que pensaba. Jungkook tenía que esforzarse mucho para aceptarse a sí mismo y le abrió su corazón cuando él le mostró las heridas del suyo.

Jungkook y Taehyung hicieron la promesa de: "Estar juntos después de...".

Pero nunca recibió algún te amo como respuesta a los suyos. Sin embargo, Taehyung estuvo tan determinado, que incluso si fue solo por unas cuantas semanas... Jungkook también lo amó. Y mucho.

Una vez, Jungkook se sentía incómodo por la noche y Taehyung decidió quedarse allí con él. A primera hora del día siguiente, no pudo evitar dormir en el sofá y tuvo un sueño inestable. Esos donde puedes escuchar el sonido, pero no puedes abrir los ojos. Taehyung sintió que alguien, suavemente, colocaba muchas mantas sobre él. Con mucho cuidado, con los labios pegados a su oído, un hombre de voz dulce mencionó con un sonido bajo similar a un suspiro:

—Señor necio...

Parecía preocupado al abrazarle y Taehyung, se durmió nuevamente gracias al calor... Cuando se despertó, ya estaba oscuro otra vez y Jungkook había preparado la cena. Había verduras y sopa, y Jungkook se encontraba sentado en la silla junto a él, utilizando una luz decorativa para leer silenciosamente... En ese momento, Taehyung de repente tuvo muchas ganas de llorar. Pensó que tal vez Dios era cruel, que no estaba dispuesto a aceptar los sentimientos profundos que le tenía... Porque entendía que la imagen frente a sus ojos se iba a disipar. Todo iba a terminar, era un hecho. De todas formas, Taehyung sintió momentáneamente que le estaban dando suficiente. Incluso si la relación no está determinada, sintió que no eran diferentes de una pareja real. Jungkook no se resistía a su cercanía, e incluso trata de aceptarla.

Taehyung se lamentaba más de lo que quería aceptar. Había sido médico durante más de una década, pero no podía salvar la vida de su persona favorita.

Taehyung nunca olvidaría la noche antes del cumpleaños de Jungkook. Ese momento íntimo en que sus dedos se enredaron y entraron en su cuerpo mientras lloraba, porque su corazón dolía como los mil infiernos. Besó sus cejas, sus labios y mojó la cara de Jungkook sin querer. En ese momento, solo quería sostenerlo con fuerza, para poder atrapar a esta persona y vivir a su lado durante mucho tiempo.
Su cumpleaños había sido muy feliz, se sentía muy tranquilo y hablaba sobre el anillo y los gatos y lo mucho que le gustó el pastel... Y entonces, Taehyung pensó: «Debería dejarlo ir ahora». Repentinamente, un débil presentimiento le cruzó la columna vertebral y le provocó pensar que estaban a punto de separarse.

El pánico en su corazón se parecía cada vez más a una gota de tinta dentro de agua clara. El sufrimiento futuro parecía haber comenzado a aparecer.

Al final, Jungkook no dejó nada, ni un testamento o una nota y su último deseo fue solo sobre cómo tratar con su cadáver. Se marchó en un día soleado, a penas había logrado levantarse por un momento cuando dijo que quería ir a las ventanas del segundo piso para ver las flores en el lago, y el jazmín en la distancia. Taehyung se sentó con él en una suave manta de felpa y le tocó delicadamente el cabello y la cara.

—Florecerá después de que termine el año. ¿Lo estás esperando?

Jungkook se fue haciendo diminuto en sus brazos. Al quedarse dormido, su expresión no era dolorosa, pero la frente se le comenzó a arrugar. Taehyung acarició sus cejas, y con una voz suave e indefensa murmuró:

—Dijiste que miráramos las flores, pero ya te quedaste dormido.

Taehyung lo sostuvo hasta la tarde, y el estado de Jungkook ya no era más el de un sueño, sino el de un coma. El doctor Taehyung en la sala de estar, solo pudo escuchar su propio latido, mientras iba revisando continuamente el del amor de su vida. En la noche, Taehyung vio repentinamente que Jungkook parecía murmurar alguna clase de oración, y Taehyung entonces, se aproximó a los labios de Jungkook y escuchó un proverbio:

—Después de la escuela... Vayamos a casa juntos...

Miró a Jungkook, miró su sonrisa clara y gentil en el rostro... Y entonces lo abrazó fuertemente, no lo soltó para nada.

¿Puedes entender ese sentimiento? La persona que más amas en tu vida, la persona con la que quieres vivir para siempre... Pierde la respiración y la temperatura corporal en tus brazos. La sensación es una mezcla entre frialdad y dolor desesperado. Lo que hacia que Taehyung se destrozara completamente, sin embargo, era el hecho de que no tenía memorias de él en su último momento. Pero si tenía a Yoongi.

Las cenizas de Jungkook se dispersaron donde el paisaje era hermoso y el lago estaba tranquilo y brillante. Las emociones de las personas generalmente se suprimen después de experimentar un gran impacto. Taehyung, por ejemplo, estaba en un estado indiferente que parecía no tener retorno... Pero, cuando regresó a la casa, vio zapatos de dos personas, un par de cepillos de dientes, una colcha ordenada apilada en el dormitorio, su pijama, su almohada y la ropa que había preparado para Jungkook en el armario... Finalmente, el corazón dolió tanto que comenzó a asfixiarse.
Después de la partida de Jungkook, todo en la casa perdió su significado. Taehyung lloraba sin previo aviso, sentado, parado, al momento de caminar... Para este punto, Taehyung ya no era un hombre de treinta y tantos años. Su tristeza era tan pura y real como la de un niño.

Más tarde, Taehyung regresó a Busan con dos cosas en su billetera que no había tenido antes: Una tarjeta de 150,000 que no podía tirar, y una foto borrosa de un hombre durmiendo. Namjoon había conseguido hacerse de dos pequeños hijos y, cuando Taehyung lo supo, fue a verlo de inmediato. Su hermano le llevó a un bebé pequeño y gordito a Taehyung esa tarde y le dijo:

—¿No se parece a ti cuando eras niño?

Taehyung sonrió y contestó:

—No sé cómo era cuando era joven.

Taehyung no quería quedarse más tiempo en Corea. Dijo que ya había tramitado una visa de trabajo para Rusia y que planeaba quedarse allí permanentemente. Namjoon suspiró.

—Lo haces por esa persona. ¿Verdad?

Taehyung asintió:

—Voy a estar bien.

—Vuelve a menudo para verme a mí y a mi mamá, así como a tu sobrino y a tu sobrina. —Namjoon suspiró—. Ten buena fortuna afuera... Porque no voy a estar allí cuidándote.

Taehyung no estaba bien, solo sonreía con suavidad.

Taehyung se llevó consigo dos perros, cuatro gatos y un recuerdo doloroso. No quería pensar en Jungkook, y esperaba —en secreto— que el mensaje de texto hubiera sido suficiente para que el hombre sufriera durante mucho, mucho tiempo. Taehyung estaba demasiado cansado, demasiado triste, demasiado herido.

Taehyung estuvo toda su vida solo. Nunca se enamoró de alguien más, y nunca, nunca, pudo olvidar a su jazmín.

El siguiente extra es de Yoongi. Preparense gente.

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