Maratón 4/4

Jungkook se despertó tan pronto como la luz iluminó el cuarto. Taehyung estaba sentado a su lado, parecía cansado, pero cuando lo vio despierto, su rostro se tornó en algo absolutamente fresco.

—Despertaste. —Taehyung se puso de pie y colocó su frente sobre la de Jungkook—. Todavía me quemas, sé que te sientes mal.

Justo en ese momento, el médico de guardia llegó con Jungkook para administrarle un cóctel de medicamentos. Taehyung, que ya estaba lo suficientemente consciente de lo que iba a pasar, no le permitió que se acercara. Lo llevó fuera y comenzaron a hablar. Jungkook observó a Taehyung abrir la boca, pero no pudo enterarse de nada. Frunció el ceño e intentó frotarse los dedos.

Cuando Taehyung regresó, sonrió, le tomó la mano y dijo:

—No te preocupes, no van a hacerte nada. —Pudo ver que Jungkook tenía algo que decirle, así que se inclinó y estampó los labios sobre los suyos—: Te escucho.

Jungkook sonrió. Se sentía todavía muy tonto, el sonido de su voz era ligero y también era difícil de escuchar, pero no podía ocultar su alegría cuando le contó:

—Soñé con mis padres... Nunca había soñado con ellos en todos estos años, pensé... Pensé que ya no me querían.

Taehyung miró directamente a los ojos de Jungkook, y el marrón claro de sus pupilas estaban absolutamente llenos de un amor tierno.

—Estoy avergonzado... Tus padres me vieron cuando estaba menos presentable.

Jungkook se rio, Taehyung acarició gentilmente sus mejillas pálidas y preguntó:

—Dime, ¿Cuándo quieres ir conmigo a Seúl?

Jungkook inclinó la cabeza y sonrió:

—¿Eso significa que no me voy a quedar aquí?

—El doctor me dijo que te sacara de aquí, porque eres insoportable.

Taehyung besó la nariz de Jungkook y sonrió para encubrir la absurda desesperación de sus ojos. Él sabía hasta qué punto había avanzado la enfermedad de Jungkook y tenía miedo del futuro... Parecía que solo habían dos opciones: ver que Jungkook sufriera torturado en la sala estéril durante el resto de sus días, o dejar que viviera cómodamente el tiempo que le quedaba.

Taehyung eligió este último.

Tenía muchas cosas que quería mostrarle a Jungkook... Quería que viera que el jazmín silvestre en la casa de té se volviera absolutamente fragante y próspero. También había estado esperando su cumpleaños para ofrecerle su propio diseño de un anillo, con una rama de flor doblada y un diamante pequeño en el centro... Pero miró la cara de Jungkook, y no dijo nada, solo alcanzó a sorber su nariz.

—¿Entonces vamos a ir hoy? Pero... Tenemos que pasar por los perros y por los gatitos.

La fortaleza de Jungkook no era suficiente. Se sentía frío, temblaba y tosía constantemente. Taehyung se mordió el labio y, al segundo siguiente, un dedo largo y delgado se deslizó suavemente por la mejilla de Jungkook... Taehyung suspiró:

—No importa si te ríes o me das una sonrisa... Ya no tienes tu hoyuelo.

Era demasiado pronto para que el rostro de Jungkook perdiera peso. Su expresión ya no era igual y sus pómulos estaban exageradamente marcados.

—¿Te gustaba? Doctor, que hombre tan dulce es usted. —Se rio Jungkook.

Taehyung no tuvo tiempo de analizar sus palabras porque en ese momento, un médico acababa de abrir la puerta de la habitación, y entraba para administrarle una infusión de sangre.

Taehyung vio que el doctor estaba colgando la bolsa a un lado de la cama, y se sintió honestamente agradecido por esto. También era un doctor, sabía lo ocupados que debían estar todos. Si no se hubiera tratado de algo importante, nunca acudiría a ningún miembro del personal para que solucionaran los problemas que él podía manejar.

—Gracias.

—No importa, somos amigos.

El doctor sonrió, se dio la vuelta y salió. Antes de irse, miró a Jungkook con simpatía y finalmente se fijó en Taehyung. Cerró la puerta, y Taehyung permaneció con la sensación incómoda de sus ojos cuando cayeron en su cara y le observaron como si le tuviera toda la lástima del mundo. Es una sensación difícil de eliminar.

≫────°❅•❄︎•❅°────≪

Por la tarde, Taehyung sacó a Jungkook del hospital y le compró una taza de leche de soja caliente.

—No comiste nada en un día, tu estómago debe sentirse mal.

Taehyung pensó en Seúl y en que todo lo que había en ese apartamento debía ser funcional todavía. Cuando llegara, podría licuar un poco de leche de soja con plátano para Jungkook.

Desde que lo sacó del hospital, habían más y más pequeños refrigerios acumulándose en el auto de Taehyung, pero la mayoría de ellos eran gelatinas de agua o frascos pequeños de yogurt. Tampoco había parado de comprarle flores.

—Si tus pretendientes vieran esto, se pondrían tristes. De seguro pensarían que tienes novia y saldrían huyendo... Lo siento por eso.

Taehyung sonrió y dijo:

—¿No lo eres tú?

Jungkook se sintió incómodo por un momento. Además de eso, se sintió demasiado perezoso como para volver a hablar e incluso estaba un poco deprimido. Repentinamente tosió, se lamió la comisura de la boca y luego se dirigió al asiento trasero para sacar papel y escupir una gran cantidad de sangre en sus manos.

La expresión de Taehyung era incomprensible.

—Estoy sangrando otra vez. —Jungkook se metió un buen montón de toallas de papel en el bolsillo—:Está bien, no pongas esa cara. Solía escupir mucho en casa, pero ahora me siento mejor.

—Qué tranquilizador. —Taehyung tenía una sonrisa encantadora, pero su tono era tembloroso. No parecía estar dispuesto a echarle un vistazo a Jungkook—. En casa te daré algunos complementos para restaurar la sangre.

Bienvenidos, días finales.

Aquí terminó la maratón. Prometo hacer otra antes de Navidad. Para ese entonces, esta adaptación habrá terminado.

💜