Capítulo 41
El 2 de enero del 2015, nevó intensamente en Busan. Fue igual a la tormenta de hace 14 años.
Yoongi salió del hospital y se sorprendió cuando bajó las escaleras. Seokjin estaba esperando por él. En sus manos, habían algunas listas hospitalarias arrugadas. Seokjin hizo un gran esfuerzo para encontrar y llevar a cabo la copia de seguridad del examen médico de Jungkook, y las frías palabras en blanco y negro destruyeron por completo la última esperanza de Yoongi.
Yoongi presionó las hojas de papel con fuerza contra su pecho, rompió en llanto y rompió también al propio Seokjin. Estaba en un estado deplorable y como era de esperar, se hundió directamente en un mar de infinita decepción, odio y melancolía. Seokjin no lograba elevarle los ánimos y pronto vio al hombre agazapado en la nieve. Arrodillado en el suelo, jadeando como si se estuviera ahogando con el aire.
Yoongi tenía los ojos rojos. No quería seguir llorando y se puso de pie tambaleante. Era como si estuviera luchando contra algo oscuro y malvado, pero que no podía ver. Yoongi miró los pedazos de papel pegados en sus dedos, su expresión mostraba fragilidad y tristeza una vez que observó a su amigo y dijo:
—Estoy soñando... Seokjin, estoy soñando. Ayúdame a ir a casa... Ayúdame a... Tengo que comprar albóndigas para Jungkook.
Seokjin no pudo evitar enojarse otra vez.
—Yoongi... No puedes seguir mintiéndote a ti mismo.
Una parte de Yoongi sabía que estaba despierto. ¡Tan despierto como nunca en los últimos años! Empezó a recordar las nevadas anteriores, recordó el timbre de su voz, la manera cuidadosa en la que le hablaba. Esa vez, llamó por teléfono y le dijo: «Está nevando hoy, es invierno. ¿Volverás por la noche? Me gustaría que comiéramos albóndigas juntos, podría conseguir una bolsa». Luego el tono cambió. «¿Dónde está tu anillo? Si se perdió se perdió... No es algo importante».
¿Cómo pudo atreverse a dejar al hombre que luchaba contra una terrible enfermedad solo en su casa? Pero luego, pensó que así era Jungkook. Una persona valiente, enamorada hasta los huesos. Un guerrero. Le tenía tanto miedo al dolor cuando estaban en la secundaria y ahora...
Levantó lentamente sus manos temblorosas que habían sido dañadas por el viento frío. Esas manos que estuvieron una vez entrelazadas con las otras manos, y abrazaron con cuidado a la persona que le gustaba. Los dedos que encendieron la pasión y los dedos que lo acariciaron.
Las manos que le dieron una fuerte bofetada en la cara, las manos que tocaron a otras personas, los dedos que no pudieron moverse para ayudarle.
Yoongi se lanzó a los brazos de Seokjin, llorando y gritando por su desafortunada vida.
—Ayúdame. ¡Ayúdame por favor!
—Deberías haber pensado en las consecuencias de tus actos. Incluso si él no hubiera tenido una enfermedad así. No creo que pudiera seguir soportándote.
Seokjin sabía que Jungkook no era una persona idiota. Nunca volvería su rostro a un lugar que le trae el recuerdo del daño y la traición pasada. Jungkook podía tolerar hasta el más brutal infierno una y otra vez, y podía aceptar ser herido constantemente, pero, una vez que estuviese cansado y tocara la tierra del fondo, Jungkook ni siquiera te daría la oportunidad de disculparte.
Yoongi comenzó a buscar a alguien por su cuenta. La compañía no lo tomó en serio, su asistente parecía tenerle lástima y su mejor amigo creía firmemente que se merecía su miseria... Pero quería recuperar a Jungkook como fuera posible.
Lo primero que descubrió Yoongi, fue la relación existente entre Kim Taehyung y el infeliz de Kim Namjoon.
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Taehyung era muy bueno con Jungkook. Mucho más afectuoso que Yoongi. Tampoco tenía problemas en mostrar su afecto y su infinito amor.
Le regaló a He Jungkook unas luces de bengala para que pudiera jugar en el jardín y le llevó a comprar materiales para los gatos. Compró palas y rastrillos y comenzaron a rascar pequeños surcos en la tierra para plantar semillas, porque Jungkook quería tener unos rosales frente a su ventana. Sumado a ello, estaba el hecho de que Taehyung logró convencerlo para que lo dejara ocupar la otra mitad de su cama. Aunque la colcha y las almohadas aún se quedaban de su lado, era obvio que la brecha entre los dos cada vez estaba volviéndose más pequeña.
Taehyung empujó suavemente la puerta para abrirla. El dormitorio tenía un pequeño grupo de cálidas luces de noche color naranja. Se acercó, Jungkook estaba recostado sobre la cama leyendo un libro.
—¿Qué estás viendo?
Taehyung se sentó a un lado en el colchón y giró su cabeza hacía Jungkook. El contrario sonrió y pasó la página del libro sin devolverle la mirada.
—Se llama: Los seis capítulos de la vida, de Shen Fu.
Taehyung se inclinó más hacia Jungkook y apoyó la cabeza en su suave hombro. Carraspeo la garganta antes de decir:
—Tuve una pesadilla anoche.
—No me sorprende que te despertaras entonces... Estabas sollozando en tus sueños.
Taehyung se quejó.
—¿Llorar me vuelve menos profesional?
No quería decirle que en realidad soñaba con Jungkook, caminando lejos de él por un campo lleno de jazmines. Observó que, mientras más intentaba alcanzarlo, más lejos había llegado... Y finalmente se convirtió en una nube y subió al cielo. Jungkook cerró la tapa de su libro y volteó el cuerpo.
—Los sueños nos muestran lo contrario a la realidad.
Taehyung se alejó un poco, elevando los hombros.
—¿Sabes? He tenido contacto con algunos de mis viejos compañeros de Daegu. Parece que la medicina aquí avanza mucho más rápido que en otras provincias.
Jungkook sabía que Taehyung había cambiado abruptamente de tema, pero quería creer que solo lo hacía porque estaba avergonzado de mostrarle que a veces, también tenía miedo.
—No quiero que intentemos más cosas para salvarme. —El tono que usó Jungkook se escuchó frío. Taehyung se quedó congelado y miró fijamente los ojos de Jungkook.
—¡No puedes quedarte aquí sin hacer nada!
—Eres médico. Si un paciente no tiene cura, ¿Qué es lo que le dices? ¿Continúas dándole un tratamiento que ya no funciona o respetas su última voluntad mientras todavía piensa correctamente?
Jungkook, ladeó la cabeza. Se negaba a mirar a Taehyung siempre que comenzaba a actuar así.
—No es seguro que no te puedas curar...
El corazón de Taehyung dolía, e incluso las palabras que quería lanzarle no estaban claras dentro de su mente. Jungkook extendió los dedos y frotó con suavidad la cara de Taehyung.
—Si realmente me amas, no me obligues. La quimioterapia es muy dolorosa, las drogas son corrosivas... Taehyung... ¡Los brazos me empiezan a picar! Taehyung, me duele... La aspiración de médula ósea también me lastimó, la hemodiálisis me lastimó. ¿Realmente quieres hacer de mis últimos días una tortura antes de morir en el hospital?
Taehyung entendía que sus sentimientos eran mucho más profundos que sus palabras. Su lenguaje era desgarrador, era terrible. Nunca podría saber realmente cuánto dolor tuvo que aguantar, y eso es algo que lo seguiría toda su vida.
—Y... ¿Cómo me voy a curar yo de ti?
Taehyung apretó los dientes y negó con la cabeza. Estaba soportando las lágrimas, intentaba controlar los temblores de su voz.
—Hey... Cuando fuimos a la montaña, cuando los dos perros me acompañaron a caminar en el lago del Oeste, cuando el gatito estaba roncando en mi regazo, no me sentí mal para nada. —Los brazos de Jungkook rodearon fuertemente a Taehyung— Cuando yo no esté, solo tienes que recordar que mientras estuve aquí contigo... Ya no lloré ni un solo día.
—No...
Taehyung se derrumbó en un terrible mar de lágrimas, pero Jungkook siguió hablando.
—¿Puedes obligarme a ir al hospital? ¿Puedes obligarme a recibir quimioterapia? ¿Puedes obligarme a tomar medicamentos? ¿Puedes quedarte durante la noche verificando que no me saque el tubo de la boca cuando esté convulsionando? ¿Vas a vigilarme para que no muera?
Las palabras que Jungkook podía escupir, eran hirientes y más crueles que cualquier otra cosa que haya podido experimentar en su vida. Lo sostuvo con ambas manos y gritó:
—¡Te amo!
Taehyung enterró su cabeza en la clavícula de Jungkook.
Un líquido caliente le ardía en la piel del cuello, le hacía doler su propio corazón.
—Si hay una próxima vida, quisiera reencarnar como mujer. Entonces, solo tendría que esperar por ti —Comenzó a jurar Jungkook.
Taehyung no levantó la vista y los pequeños espasmos de su cuerpo lo hacían jadear de una manera débil.
—Quiero amarte como un hombre.
Jungkook suspiró.
—Dos hombres juntos, es demasiado complicado.
Taehyung acomodó gentilmente a Jungkook contra su pecho y se acostó en la cama.
—Entonces, te haré mi esposa en la próxima vida. Y te llenaré de hijos y de besos por las mañanas...
Apagó las luces, cerró los ojos y dejó que sus lágrimas fluyeran. Su corazón estaba claramente perdido.
Yo les dije que este capítulo iba a estar fuerte, me duele la cabeza de tanto llorar y no solo por escribir esto. Hoy no iba a actualizar porque no dormí nada por andar viendo el Muster. Me tiraron como 3 links y me perdí Daechwita, lloré durante 20 minutos mientras buscaba otros links.
Agradezco haber conocido a BTS y haber podido pasar mi adolescencia disfrutando de su música, o simplemente viéndolos ser ellos mismos. Me siento afortunada.
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