Capítulo 40
Taehyung descubrió que la casa de su hermano tenía más de 10 acres. El ambiente era bueno, había un templo religioso cruzando el camino principal y pensó que le tomaría unos 20 minutos llegar hasta el lago del Oeste.
Los dos perros se echaron a correr apenas bajaron del automóvil, se sacudieron y estiraron sus patas antes de aventarse directamente al nacimiento de agua que fluía del borde del jardín de té. La risa de Taehyung era tan cálida como el poblado de Daegu.
Jungkook todavía estaba durmiendo en el auto.
Taehyung caminó hacia el automóvil, se inclinó y tomó cuidadosamente a Jungkook entre sus brazos. Aunque el movimiento fue muy ligero, Jungkook se despertó casi de inmediato.
—No te muevas. —Taehyung apretó su agarre y sonrió—. De lo contrario, te caerás.
Jungkook se estremeció. Los dos estaban demasiado cerca y en realidad, seguía siendo un poco incómodo.
—Puedo caminar por mi cuenta.
Taehyung entrecerró los ojos, miró hacía un lado y observó a uno de los perros. Mojado y tan eufórico que posiblemente no notaría por dónde estaba corriendo. Además de enorme, era un poco tosco.
—Si te bajo, definitivamente alguno de esos dos te golpeará. —Los pasos de Taehyung siguieron sin detenerse— Te llevaré adentro para que descanses, fueron muchas horas... Iré a despertar a los gatitos también.
Taehyung seguramente también estaba muy cansado, había conducido por más de 20 horas de manera intermitente. A Jungkook le daba vergüenza hacerle el día más pesado, por lo que no se negó.
El clima era húmedo, el aire se sentía casi demasiado pesado y Taehyung, espera el tiempo necesario antes de decirle:
—Mañana te despertaré al mediodía y entonces podremos ir a comer al lugar que tú quieras. Donde te parezca más bonito.
En las horas siguientes, Taehyung evitaba que Jungkook cargara cosas pesadas, se negaba a verle realizar algún tipo de trabajo excesivo y, por consiguiente, se sentía extremadamente cansado de bloquear tantas ideas nuevas cuando cruzaban por la mente hiperactiva de Jungkook. Es común que un médico trabaje de forma continua durante más de diez horas, por ejemplo, cuando se realiza una cirugía de urgencia de alta intensidad. El espíritu y la condición física de Taehyung seguían siendo tan buenos como en sus días de universidad por lo que no se preocupaba en tomarse un respiro.
Taehyung llamó a sus compañeros de clase en Daegu cuando se aseguró de que Jungkook estuviese dormido. Todos ellos se organizaron mediante una práctica video-llamada mal establecida. No le importaba el nivel médico de Daegu o la atención técnica que sus hospitales podían ofrecerle, no era peor ni mejor que en Busan. Básicamente, Taehyung estaba utilizando todos los recursos disponibles solo en continuar buscando la médula ósea que coincidiera perfectamente con el cuerpo bastante herido de Jungkook. Aunque ya era un poco tarde.
Taehyung, se quedó observando a los dos perros durante unas cinco o seis horas fuera de la puerta de la casa. No esperaba quedarse dormido instantáneamente y, después de permanecer en la intemperie por un largo tiempo, finalmente fue capaz de sentir el frío de la madrugada. Se levantó, entró y se lavó la cara. Arregló su cabello, arregló el lavabo y se percató de que no hubiese algo que pudiera interrumpir las caminatas lentas de Jungkook. Después de todo, Taehyung era un doctor. Era más meticuloso que la gente común... Y tenía una persona que quería proteger desde lo más profundo de su corazón. Ese era un pensamiento continuo que lo atacaba de inmediato últimamente... Y le encantaba.
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Jungkook despertó tarde, aunque había dormido mucho en la carretera. Salió del dormitorio dispuesto a ayudar al doctor a limpiar la casa que parecía no haber estado habitada desde hace mucho tiempo, pero la pequeña cabaña estaba ya sorprendentemente limpia.
Decidió entonces, salir y caminar aprovechando que el paisaje era verdaderamente hermoso. El aire olía dulce y era cálido, exactamente igual a como lo había soñado mientras iban de camino. Aunque claro, era más nítido y brillante.
Cuando Taehyung comenzó a buscarlo, se percató de que Jungkook estaba mojándose con los dos perros y al salir del agua, inmediatamente se convirtió en un monstruo de barro y hierbas. Había un poco de espuma en su cara, su ropa estaba mojada y su estado de ánimo era muy bueno. La curvatura de sus cejas y su risa animada es lo mejor que Taehyung había visto nunca.
—Bien, es suficiente, tienes que tomar una ducha y cambiarte de ropa para que salgamos a comer.
Taehyung temía que Jungkook estuviera tan empapado en agua fría. Se aproximó, se quitó el abrigo y lo colocó cuidadosamente sobre los hombros de Jungkook. Él prometió ir de inmediato al baño, pero no se había movido, aunque ya habían pasado unos minutos. Estaba muy ocupado viendo a Taehyung bañar al perro grande. Taehyung parecía batallar mucho, e incluso se había permitido subirse encima del pelaje del perro con la intención de lavarle bajo el hocico.
—No seas tan pesado —dijo Jungkook— El jabón les está cayendo en los ojos. —Extendió la mano y les limpió la cara.
Taehyung se encargó pronto de los perros, los enjuagó, los secó y los metió dentro de la casa. Si volvían a ensuciarse, esta vez no estaría dispuesto a trabajar en ellos. Estaba en su límite, lamentablemente.
—¡Ah! ¡Que cansancio! Tienes mucha más energía que yo, Jungkook.
Taehyung se acomodó al lado de los dos perros, y comenzó a ver detenidamente como Jungkook jugaba de nuevo con el perro mayor. Le lamía la cara, sacudiendo la cola, sus ojos eran leales y cuando Jungkook volteó para lanzar un comentario sobre ellos... Se dio cuenta de que los ojos de Taehyung no se habían apartado de sus labios.
«Dios, ¿por qué hace eso?»
Jungkook no quería darle demasiadas expectativas a Taehyung porque iba a tener que irse. Un dolor a corto plazo es mejor que el dolor a largo plazo. No esperaba mejorar, ni esperaba escribir una nueva historia. Fue allí a morir, no ha revivirse. Jungkook sintió que eso es lo más inteligente que podía hacer.
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Había un restaurante que preparaba buenos camarones. Taehyung había tenido buena suerte, hizo una reservación antes y la mesa que estaba junto a la terraza era toda suya para disfrutar. Podían ver el tranquilo paisaje del lago. El clima era bueno en el exterior y habían muchas personas caminando en el puente viejo que iba de un extremo a otro. Jungkook no podía comer demasiado, solo se concentraba en mirar la escena y su corazón pronto empezó a llenarse de una profunda nostalgia.
En la escuela secundaria Yoongi y él a menudo iban al Lago del Oeste. Cuando llovía, pasaban corriendo sobre el puente y se abrazaban durante horas mientras compartían secretos silenciosos. Yoongi lo llevaba en bicicleta, sacaba su cámara y encontraba siempre el mejor escenario para tomarse fotos con el menor. Jungkook lo amaba, más de lo que amaba el clima cálido, las flores y los libros. Pensaba y suspiraba, Taehyung sintió los sutiles cambios de ánimos en Jungkook. Estaba sentado frente a él, estaba sujetando su mano, pero no era lo suficientemente fuerte como para interrumpir sus recuerdos.
Sus recuerdos con alguien más.
El sol le daba a sus pestañas un brillo dorado, y Taehyung no tenía dudas de que el Jungkook de este momento, pese a la tristeza en sus pupilas... estaba más satisfecho y más feliz que en Busan. Taehyung no interrumpió al Jungkook que imaginaba cosas, y pensó que sería bueno hacerlo tan feliz como parecía que lo fue hace ya mucho tiempo...
Este capítulo me hizo sentir bien. Jungkook no está super feliz, pero está mucho mejor que antes.
En el próximo capítulo lloraremos en grupo porque se vienen cosas fuertes.
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