Capítulo 36
Jungkook salió del hospital junto a Taehyung encontrándose con un tremendo revuelo. Taehyung abrió la puerta de su Ferrari para que Jungkook se sentara adelante.
Tomó su teléfono y tecleo en éste para luego acercarlo a su oído.
— Hermano, ya lo encontré. Haz que los autos y aquellas personas se vuelvan, solo préstame uno de los autos... Adiós, cuando regrese te invitaré a tomar.
Jungkook lo miró acomodándose en el asiento, no tuvo tiempo de decir nada cuando los dedos de Taehyung se estamparon contra sus labios.
— Cierra los ojos. — Le susurró.
El azabache decidió obedecer y cerrar los ojos, espero un rato sin moverse. De pronto sintió un toque suave y frío en sus labios. Se sorprendió y abrió los ojos encontrándose con un gato. La nariz fría y húmeda del gatito estaba posada en sus labios.
— ¿Qué piensas? — Sonrió, Taehyung.
Las mejillas de Jungkook se colorearon de un tono rosa intenso, miró al gatito y pensó: «¿No es este mi gato?».
Taehyung puso al gatito en el asiento trasero donde habían tres gatos pequeños que dormían pacíficamente.
— Cuando llegué a tu casa y vi que no había nadie, supe que ibas a hacer un largo viaje. Pero, ¿Y los gatos? ¿Pensabas dejar que se murieran de hambre?
— Gracias.— Respondió apenado el azabache.
— ¿A dónde vas? — Le preguntó, Taehyung.
El azabache lo pensó un poco antes de responderle — Quiero ir a Daegu.
— Muy bien. Mi hermano tiene una casa de verano allí. El ambiente es muy bueno. Te llevaré.
Jungkook lo miraba con los ojos bien abiertos. No sabía si estaba sorprendido, asustado o nervioso. ¿De verdad irían? La distancia era demasiado grande, miles de kilómetros. En cambio Taehyung se notaba muy emocionado.
— Iremos a mi casa, pasaremos por ropa y por mis dos perros. A ellos también les gusta el lugar, a los gatitos les gustará el lugar. Y tú me gustas mucho.
A Jungkook se le escapó una risa la cual calló rápidamente.
— Lo siento, todavía es muy incómodo. Tú lo sabes, no hay manera de que yo te corresponda.
— No tengo otras intenciones. Simplemente, también quisiera tomar un descanso. Además, ambos iremos por la misma ruta — Le respondió sin apartar la vista del camino — No me rechaces. Puedes verme como un amigo que te llevará a pasar el tiempo.
Jungkook miró hacia la ventana.
— No quisiera incomodar a nadie.
— Estará bien si dejas que te acompañe y que no seas tú el que se sienta incómodo.
Jungkook miró a los gatitos y sintió que el doctor los criaría mejor que él. Odiaba que Taehyung estuviese tan dispuesto a sufrir por su causa y no quería tratarlo mal. Pero estaba seguro de que no podía evitar herir a las personas que eran tan buenas con él. Taehyung era muy gentil, amable, considerado y meticuloso. Y Jungkook no tenía la fuerza suficiente como para aceptar a una segunda persona en su vida, y no tenía intenciones de ilusionarlo.
Todavía no sabía cómo podría vivir sin Yoongi por el resto de sus días y, por ello, no hay razón para retrasar el brillante futuro del doctor Kim. Pero parece que mientras más se niega a escuchar las palabras de amor de Taehyung, más suaves se sienten.
Cuando pasaron por la casa de Taehyung éste subió al asiento trasero a dos perros, a los que parecían gustarles mucho los gatitos. Los gatitos se asustaron al ver a los perros tan emocionados empapándolos de saliva, pero poco a poco se acostumbraron.
La cabeza dorada de un perro se deslizó adentro de la brecha entre los asientos delanteros y se lanzó contra Jungkook. El perro parecía estar muy feliz tratando de empapar de saliva el rostro de Jungkook.
— A ti no te conocía — Dijo Jungkook entre risas.
Taehyung reaccionó más rápido que Jungkook y empujó al segundo perro al asiento trasero.
— ¡Hey! Él es mío. No puedes besarlo así antes que yo.
El azabache sentía que estaba apunto de gritar internamente, sus orejas se pusieron de color rojo. No dijo ni una palabra. Taehyung notó que Jungkook estaba inquieto, se volteó a mirarlo y sonrió coqueto.
— ¿Estás sonrojado?
Jungkook volteó la cara en dirección a la puerta. No sabía que los médicos podían ser tan arrogantes y molestos. Taehyung solo rió. Jungkook era muy divertido. Solo pudo pensar que mientras más lo miraba, más le gustaba.
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Jungkook estuvo en el corazón de Yoongi durante todo el día. Fue a toda las reuniones, firmó documentos y terminó con un par de negocios que tenía pendientes rápidamente. Solo quería ir a casa y echarle un vistazo a Jungkook.
Se fue temprano, apenas se hizo de noche compró mucha comida rápida en un autoservicio. Le dijo a su asistente Hoseok que hiciera una reservación para la joyería más lujosa y exclusiva que estuviese disponible. Iría a pedir un nuevo anillo personalizado con las iniciales de los dos al día siguiente, y entonces los ánimos de Jungkook serían buenos otra vez. Después de eso podrían empezar de nuevo.
Pero Yoongi sintió que no podía respirar cuando abrió la puerta principal. La casa estaba oscura y silenciosa. Encendió la luz y se dio cuenta de que Jungkook no estaba por ningún lado. Incluso los gatos se habían ido.
En otras ocasiones, cuando no lo veía de inmediato, lo esperaba en la sala o en la cocina. Podía esperar por él e incluso imaginar de nuevo que Jungkook estaba saliendo y haciendo planes con sus amigos. Yoongi había llegado temprano otras veces y lo había estado esperando en innumerables oportunidades. Pero ahora los gatitos no están. Yoongi sabía que Jungkook no quería regalar, ni mucho menos tirar a los gatitos. También pensó en la actitud extraña del menor por la mañana, y su cuerpo se estremeció.
Él sabía que se había ido.
Después de muchas ocasiones de disputas y enojo, Jungkook no se marchó ni renunció a la relación ni una sola vez. Incluso después de saber que tenía un amante. Jungkook es una persona amable, pacífica y es un hombre que no se queja nunca. Si dices que no, él dice que no también. Entonces... ¿Por qué?
Yoongi corrió al dormitorio, luego a la habitación de invitados, luego al estudio y luego a todos los lugares de la casa. No habían muchas cosas en la habitación, su ropa no estaba y las tarjetas bancarias tampoco. Y uno de los abrigos favoritos que una vez tuvo Jungkook, había desaparecido también.
Desaparecida por un mes. Esta vez me pasé.
Debo advertirles que soy una escritora muy inestable y si me desaparezco por 2 meses, no se preocupen, solo estoy estresada. Les traigo fotitos de los chicos en concepto de Butter como agradecimiento por su paciencia:
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