Se encontraba parado en el baño viendo a la persona pálida de ojeras oscuras bajo sus párpados que estaba en el espejo.

Escuchó el timbre de la puerta y unos cuantos golpes chocar contra ella. Cerró el grifo del lavabo para abrir la puerta.

Al abrir la puerta no se esperaba encontrar a un chico realmente apuesto. El chico parecía bastante joven, de mejillas regordetas y sonrojadas por el frío, piel blanca, nariz achatada que combinaba perfectamente con sus ojos rasgados y labios abultados.

— Disculpa, ¿Tú eres Jungkook? Me llamo Park Jimin, quisiera hablar contigo por un momento.— Se adelantó a decir el muchacho.

El amante de Yoongi, la persona a la que había estado odiando durante tanto tiempo, por fin estaba frente a él. No esperaba que Jimin fuese tan joven, pero no había comprendido algo, ¿No se supone que el amante y el esposo de un hombre no deberían cruzarse por ningún motivo?

— ¿Me dejas pasar para tomar asiento? — Jungkook estaba realmente sorprendido, sin embargo, no se permitió perder el control.

Jimin también estuvo analizando a Jungkook detalladamente desde que abrió la puerta.

Jungkook aceptó que el chico entre e incluso le ofreció una taza de agua caliente.— Hace frío, seguro quieres algo para entrar en calor.— Dejó la taza frente a Jimin.

Jimin miró con sorpresa al azabache, no esperaba que éste lo dejase entrar, ni mucho menos le ofreciese beber agua caliente.

En realidad, Jimin no era una mala persona, solo quería permanecer al lado del amor de su vida. Quería que lo mire solo a él, quería dormir entre sus brazos y que al despertar aún estuviese a su lado.

«Él ya debe saber quién soy, por qué aún está tan tranquilo...». Pensó Jimin.

— Yoongi y yo hemos estado juntos por un largo tiempo — Habló primero.— Ya no lo sigas amarrando.

Jungkook se encontraba sentado a su lado.— Esto se lo tienes que decir directamente a él. No se puede retener a ese tipo de hombres — Suspiró y decidió buscar las respuestas a algunas preguntas que tenía en mente.— ¿Hace cuánto tiempo que están juntos?

— Antes de que me graduara de la universidad, ya estaba con él. Tres años ya.— Su expresión y voz mostraban alegría.

— ¿Tres años? Tres años...

— Pienso en eso siempre, en lo maravilloso que es que este sea nuestro tercer año juntos.

La mente de Jungkook vagó por algunos recuerdos recitandolos en voz alta:

— Año 2003, neumonía. Yoongi y yo estuvimos juntos todo el tiempo porque se desató una terrible plaga de SARS. ¿Qué edad tenías en ese entonces? Es bueno ser joven y no tener preocupaciones... Todo debió parecerte genial a ti, pero... en ese año, Min Yoongi aún no era el Director Min. Todavía hacía turnos en una pequeña compañía de tecnología y electrónica. Cuando el SARS se extendió por completo, Busan fue puesto en cuarentena y los hospitales estaban repletos. Durante esa época, las personas morían todos los días. Los enfermos y médicos estaban por todas partes. El hospital era un lugar inaccesible— El tono de Jungkook era levemente aburrido.— Y en ese tiempo, yo estaba hospitalizado. Su jefe y su familia que estaba conformada por tres personas, se enfermaron también. Su jefe era muy bueno, la mayor parte del tiempo me cuidaba... pero fue el primero en morir. Tuve que cuidar de mi cuñada y la niña. Así que les hice compañía en el hospital.

Los ojos de Jungkook comenzaron a arden inevitablemente.

— En ese tiempo, había planeado en escribir una carta de suicidio. Solo para no lastimar a Yoongi y para que me olvidara. Pero no pensé que aquella noches, Yoongi llegaría a hurtadillas a llevarme a casa. Esa fue la vez en la que Yoongi se enojó más. Al mismo tiempo, estando enojado, es la vez que menos me dio miedo. Él levantó su mano con la intención de pegarme. Pero a último momento, se derrumbó. No dijo ni una palabra, pero sí lloró, él dijo: «Si tú quisieras marchaste, cómo podría vivir» Él dijo: «Si algo te hubiese ocurrido, cómo podría vivir...». Más tarde, cuando vino el abogado, me di cuenta de que el jefe le había dejado su compañía. — Sonrió.— Es esa la compañía en donde Yoongi está siendo exitoso ahora.

— Si en ese tiempo, yo hubiera sido quien estuviese a su lado, yo también lo hubiese aguantado...

Un gatito de tonos grises y blancos en su pelaje llegó a los pies de Jungkook apareciendo de repente, intentó escalar hundiendo sus garras en la tela de su ropa.

Jimin palideció al ver al gatito para luego mirar a Jungkook.

— ¿Te asustan los gatos? — Cuestionó al ver la notable palidez en Jimin.

— Él... ¿él no detesta a los animales?

Con una ligera sonrisa en su rostro, subió al gatito a su regazo y le acarició la cabeza.

— Yoongi es más suave de lo que crees. Si quieres tener un gato en la casa, solo tienes que razonar con él. Muéstrale que son tiernos y también que son suaves. Yoongi ama las cosas que se sienten esponjosas, aunque tenga la cara de un atemorizante empresario.

Jungkook habló como si le estuviese enseñando a Jimin, cómo ganarse a su esposo. Como si lo estuviese entrenando para sustituirlo.

Sin embargo, la cara de Jimin poco a poco se oscurecía. No hay duda, de que Yoongi ni en un millón de años sería tan dulce como parecía haberlo sido con Jungkook.

«Él me obligó a vender a mi perro, por un tiempo le rogué para que me diera una semana. Sin importar qué haya intentado, pero ¿Crees que funcionó?» —  Apretó los puños.— «Al principio pensé que se debía a su personalidad fría, ¡resulta que él solo no merece que lo trate con amabilidad!»

Al salir de sus pensamientos con la poca cordura que le quedaba, se levantó del mueble y sonrió.

— ¿Anoche discutieron? Realmente, cada vez que se enoja contigo, corre hacia mí. Su genio se calma solo cuando me toma.— Jungkook lo miró perplejo por su repentino cambio de actitud.— Le aconsejé que dejara de sufrir solo. Pero él insistió en decir que no podía dejar ir su antigua relación. Todos somos hombres, yo lo entiendo, la relación entre él y tú, se ha convertido en una relación familiar.

Lentamente se inclinó hacía Jungkook y le mostró su mano.

¿Cuánto tiempo tuvo el anillo de Yoongi en su dedo?

— Yoongi me lo arrojó una vez. No es valioso, me dijo, voy a tirarlo — Suspiró.— ¿Todavía quieres darme consejos? ¿No crees que yo debo decirte un par a ti?

La angustia se acumuló en el pecho de Jungkook haciendo que éste comience a doler. Se levantó y apuntó hacia la puerta gritando:

— ¡Largo!

Cuando Jimin salió y la puerta se cerró, Jungkook se derrumbó estrellándose contra el suelo. Presionó su espalda contra la pared y una gran cantidad de sangre brotó de su boca, manchando sus manos y ropa.

Es mejor morir, es mejor morir pronto.

No Jungkook, tienes que vivir para que te separes de Yoongi, te cases con Taehyung, críes a los gatitos, compres una casa y empieces a ser feliz.