Jungkook despertó desorientado y aturdido, las cortinas de la habitación estaban abiertas y el sol alumbraba la habitación. Se incorporó de la cama sintiendo un dolor en su cuerpo.

Pudo escuchar el televisor prendido en la sala de estar, estaban pasando las noticias de la mañana y podía oler el aroma de que algo se estaba preparando en la cocina.

— ¿Despierto? — Yoongi entró a la habitación.— ¿Por qué no me llamaste?

Jungkook no lo miró, ni tampoco habló porque le dolía la garganta por haber gritado tanto el día anterior.

— ¿Aún te duele la boca? — Se acercó preocupado al ver la expresión de dolor en el rostro del azabache.— Deja que te revise. Ayer Seokjin dejó medicina. Espera un poco para que te levantes y comas algo.

El menor negó desconcertado por la repentina actitud de su esposo, el día anterior lo había golpeado y violado, y ahora lo trataba de una manera gentil y considerada.

— ¿Sigues enojado? — Extendió su mano acariciando los cabellos azabaches de su pareja sentándose en la orilla de la cama.— No estés molesto, ¿Ok? Estaba celoso, temo que te dejes engañar por otros, viéndote con alguien más en un día tan frío, incluso se te ha olvidado el abrigo, ¿Crees que no me preocuparía por ti?

Jungkook no se sentía conmovido por lo que acababa de decir su pareja, ¿En qué mundo la preocupación y la posesividad significaban violación?

Miró con indiferencia al pálido. La actitud del azabache fue demasiado inusual. Normalmente siempre estaba sonriendo y sus ojos siempre estaban iluminados de aquel brillo distintivo suyo. Sin embargo, ahora sus ojos estaban apagados y en su rostro no había ninguna sonrisa.

En ese momento Yoongi sintió la necesidad de darle una explicación y disculparse.

— No pude rechazar un poco de entretenimiento afuera. Esos años que saliste conmigo han demostrado que a veces el dinero y el sexo son inseparables. Incluso si a ti no te gusta, tienes que respetarme — Trató de justificarse. No sabía dónde se enteró Jungkook se sus infidelidad y tampoco de cuánto sabía sobre aquel asunto. — Estos dos años, el negocio a continuado expandiéndose. Así que estoy cada vez más ocupado. Lo siento, sé que estás enfermo, pero no tengo otra opción. El mercado es como un campo de batalla y si no me esfuerzo por lograrlo a toda costa, seré totalmente derrotado. Sabes que no quiero que te sientas agraviado. Aunque este cansado, no importa. Solo espero poder llevarte al extranjero cuando ahorre suficiente dinero.— Mezcló la verdad y la mentira.

El menor recordó cuando fue al hospital para aceptar el examen físico y obtener el certificado médico, o le dolía demasiado para levantarse después de la quimioterapia, o estaba solo en casa y tenía fiebre durante todo un día, ¿Qué grado había alcanzado su dolor? No sabía cómo describirlo, pero lo que sí sabía era que no se podía resumir con la palabra "agravio". El "agravio" era sólo para alguien que fue profundamente amado y podía actuar como un niño consentido y quejarse ante la persona que lo cuidaba, mientras que éste lo recibiría con una culpa llena de cariño, voluntad propia y autoconfianza. No era un tipo patético como Jungkook, que debió de acostumbrarse a consolarse por su cuenta.

Si no había nadie que se preocupara por él, entonces, ¿Tenía alguna calificación para sentirse agraviado?

No quería escuchar las dulces palabras llenas de mentiras de Yoongi, que sólo quería obtener paz mental después de que lastimó a otros. Pidiendo perdón con la esperanza de que Jungkook fuera tan amable y cariñoso como antes, mientras que él todavía sería aquella persona que no podía rechazar "invitaciones" de sus jefes.

Se soltó de los brazos de Yoongi y se levantó de la cama.

— Jungkook, no peleemos.— Le pidió sosteniendo su muñeca.

Miró hacia atrás y se quedó observando los ojos de su pareja. ¿Ya no peleemos? ¿Qué ha hecho para que lo perdonara?

— Yo sé que anoche fui impulsivo, puedes golpearme e insultarme si lo deseas. Cualquier explicación que quieras escuchar, estoy dispuesto a dártela.

— Con el estado en el que se encuentra mi cuerpo incluso me cuesta ponerme de pie. ¿Golpearte? — Le costó hablar ya que aún le dolía la boca a horrores.— Con una lengua como la mía, ni siquiera mis palabras salen con vomitarlas. ¿Insultarte? ¿Pedirte explicaciones?

Luego de un corto tiempo Yoongi lo soltó quedándose solo en la habitación.

Bien Jungkook, estoy orgullosa de ti.

Yo estoy esperando el beso.