El azabache se sorprendió por el beso abriendo los ojos como platos, sintiendo el suave tacto de los labios ajenos.

Empujó a Taehyung abofeteando su mejilla antes de caminar aceleradamente fuera de la habitación.

— Jungkook, Jungkook — Lo siguió fuera del consultorio tratando de detenerlo.— ¡Jungkook! Hice mal, no estás bien de salud acuéstate un rato antes de irte, ¿Está bien?

El azabache ni siquiera la miró caminando sin detenerse.

— Tú en verdad me gustas, ¡¿Tanto te desagrado!?

Jungkook detuvo sus pasos soltando un suspiro aún sin encarar a Taehyung .— Doctor Kim, yo tan solo, no quisiera verte seguir cometiendo este error.

«Su abrigo... su abrigo está en la habitación de enfermería». Pensó Taehyung.

— No es que no seas bueno, al contrario, eres demasiado bueno. — Prosiguió Jungkook.

«El clima está tan frío, y sus defensas están tan bajas»>

— Sé que no debo interferir en el futuro de alguien más...

«¿Qué pasa si se resfría? ¿Qué pasa si le da fiebre?»

No lo pensó mucho más y se quitó la bata blanca para ponérsela a Jungkook sobre los hombros.

— Ya no hables, está haciendo frío, ¡Te llevaré primero a casa! — Podía ver que la nariz del azabache estaba levemente rojiza por el frío, al igual que la propia.— No te presionaré, si quieres rechazarme, entonces hablemos después de que nos subamos al carro, ¿Está bien?

Jungkook accedió con un simple «Sí».

[...]

— Lo siento.— Habló el doctor sin apartar la vista de la autopista, llamando la atención del azabache sentado en el asiento de copiloto.— Sin embargo, pienso que no está mal en que me guste alguien, lo que hice mal fue haberte besado sin tu consentimiento.

— Fue por mi culpa. Recibí la amabilidad que me diste, también anhelé tu calidez, pero nunca fui capaz de corresponder — Bajó la mirada hacia su mano acariciando el anillo que decoraba su dedo anular.— No importa con que intenciones te quedas a mi lado, la realidad es que me tratas bien.

— Que te trate bien no tiene nada que ver con ese tipo de intenciones.

— No solo eso — Una suave sonrisa se asomó por sus labios, mientras miraba el espejo retrovisor. — Mira, si no fuera porque estoy de esta manera y que soy demasiado repugnante, como si fuera un cadáver, ni siquiera puedo hacerte sentir bien.

Taehyung frunció el ceño y sintió un nudo en su garganta.

— Yo... En realidad nunca supe que podrías llegar a ser tan despiadado.— Contestó apretando el volante.

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Jungkook dejó sus zapatos en la entrada poniéndose sus cómodas pantuflas.

El crujido de una puerta abrirse hizo que voltera en dirección al ruido.

Yoongi se asomó por la puerta, llevaba unos lentes redondos y sostenía unos documentos entre sus manos.

— Cuéntame a dónde fuiste y qué hiciste.

Cuando escribo esto, siempre comienzo feliz de la vida y después termino así: