YoonGi observó al niño frente él, JiMin tenía las mejillas regordetas mientras comía felizmente, una rebanada de tarta de fresa.

Aunque usaba lentes y gorro para ocultar quienes eran, YoonGi sabía que no era necesario, con su poder podía montar una ilusión sobre los humanos que les observarán.

Sin embargo, fingió y siguió el mismo ejemplo del humano. Era muy divertido hacer lo mismo que JiMin.

— ¿Hyung? ¡¿Hyung?! —Termino casi gritando JiMin, al ver que su mayor lo ignoraba, cuando él le hablaba.

YoonGi reaccióno y sólo pudo sonreír, disculpándose en voz baja. Para luego seguir pensando.

Las cosas no estaban yendo como él las había planeado, aún habían cinco demonios sueltos. Y tal parece que no eran tan débiles como se lo había afirmado Asazel.

La puerta del infierno, habrirla sería realmente un problema con esos demonios sueltos. Su tarea era ubicar las cinco puertas que se conectan, ya había descubierto cuatro, faltaba la última puerta.

No pudo evitar quejarse, tan problemático.

— Está todo bien hyung? Hoy ha estado algo... ¿Distraído? Alguien que le moleste o... —Pregunto el menor, sus mejillas estaban levemente tintadas de rosa, por la vergüenza.

— ¿Por qué? ¿Celoso Park? —Interrumpio las últimas palabras del menor, con una sonrisa de lado en su rostro.

— ¡Ah!, yo-yo no, que-que es lo que... Po-por qué debería... —JiMin comenzó a balbucear incoherencias, sus mejillas se tiñeron de un fuerte rojo, al igual que su cuello y orejas.

El demonio no contuvo la risa y comenzó a reírse fuertemente, atrayéndo unas que otras miradas a su mesa, JiMin se enfurruño por sentirse avergonzado.

A veces sus locos y vergonzosos pensamientos, eran una molestia.

— ¿Es aquí? —Una voz preguntó, desde las penumbras.

— Sí, mi señor. Es en este lugar.

Una siniestra carcajada se pudo escuchar desde la oscuridad, cualquiera que lo escuchara se le erizarán los pelos del cuerpo. Tan escalofriante.

— Lo ha descubierto? —El subordinado negó—. Bien, ahora sólo necesitamos la sangre del descendiente de luzbel y listo, podremos abrirla.

— Sí, mi señor. Hemos localizado al descendiente de luzbel, pero...

— ¿Qué? Por qué te detienes? —Indagó la voz.

— Está él a su lado, es un poco difícil actuar. —Informo el pequeño subordinado.

El sonido de 'je, je, je' sono roncamente.

— No importa, ya se despegara del humano, sólo es cuestión de tiempo.

— Bien, así lo haremos mi señor.

Mientras ellos hablaban, YoonGi y JiMin desconocían lo que sucedería a continuación.

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Maratón yupi 2/3

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MinMin🍯