Seong
En una tarde como cualquier otra, regresabas de la escuela no tenias ninguna prisa por llegar a diferencia de algunos de tus amigos tú te tomabas tu tiempo; algunas veces dabas un paseo o pasabas rápidamente a alguna tienda a curiosear. Ese día no fue la excepción.
—Me pregunto si en la cafetería ya sacaron alguna bebida de temporada, tal vez debería pasar puede que en el local pusieran algún letrero o puedo entrar y ver el menú.
Divagabas contigo misma, sin esperar ninguna respuesta solo una pregunta al aire. Mientras te debatías en ir o no, escuchaste unos sonidos provenientes de un callejón, era el quejido de alguien.
Por supuesto que querías saber que pasaba, aunque podías hacerte una idea probablemente alguien estaba herido, un estruendo interrumpió tus pensamientos al voltear observaste como unos chicos salían del callejón tranquilamente. Seguramente la persona que estaban golpeando sigue adentro ya que ninguno mostraba rasgos de alguna pelea.
—Ahg ¿Qué hago? –tenías miedo de ir no estabas segura de acercarte, pero tal vez alguien necesitaba ayuda–. De acuerdo aquí voy...
Cautelosamente te acercaste al callejón mirando a tu alrededor asegurándote de que esos tipos de antes no estuvieran cerca, antes de entrar por completo tomaste una bocanada de aire. Al estar dentro analizaste el lugar fue cuando notaste la presencia de un chico que estaba tirado en el piso junto a unos botes de basura.
—Ay no... –dijiste con una voz tan suave que él no se percató de que estabas ahí.
El joven era de cabello castaño, tez muy clara y rasgos estilizados parecía tan frágil y mas en ese estado, te acercaste lentamente pues no querías asustarlo además no sabías como podría reaccionar.
Él miraba el suelo con pesar, se sentía como un perdedor, se sentía totalmente abatido y perdido, de pronto frente a él diviso la mano de alguien extendiéndole un pañuelo.
—¿Estas bien? Toma usa esto.
Su mirada era tan cálida reflejaba preocupación ¿Por que esa chica lo miraba de esa forma? ¿por qué lo ayudaba? Por inercia y sin darse cuenta tomo el pañuelo que la chica le ofrecía.
—Gracias.
—¿Cómo te llamas?
—Johan –respondió él.
—Johan, no dejes que te golpeen tienes que decírselo a tus profesores o tus padres.
No sabías si tus palabras eran las correctas para ayudarlo, avisarle a alguien de confianza o a alguna autoridad te hacía sentido, aunque como no estabas en su lugar te preocupaba el como tomaría tu consejo; no estabas segura de que decir o que mas hacer por él.
Johan te miro intrigado, no tanto por tu consejo sino por tus actos fuiste la primer persona que se acercaba a ayudarlo, tu sinceridad y buenas intenciones eran tan transparentes, no podía creerlo alguien a parte de sus amigos Zack y Mira lo respetaba.
Aquel simple, pero bondadoso acto quedaría grabado por un tiempo para Johan.
Bajaste hasta estar a su altura, lo miraste con mas cuidado analizando sus golpes y heridas, afortunadamente no eran graves, te levantaste de golpe y saliste rápidamente del callejón tomando por sorpresa a Johan, dejándolo un poco desconcertado.
Una sensación de desilusión se apoderaba de él, no pudo evitar pensar que era demasiado bueno para ser cierto, soltó un suspiro de resignación.
—Lo siento me fui de manera repentina ¿verdad? –venias corriendo hacia él con diversas cosas en manos.
—¿Eh? –fue lo único que pudo pronunciar.
—Traje esto para ti... Para que puedas curar tus heridas es poco, pero espero te sirva – decías entregándole lo que tenías, al mismo tiempo que él las recibía confundido.
—Espero volver a verte si necesitas mi declaración como testigo o algo dime se que vamos en escuelas distintas lo digo por el uniforme... Pero no importa puedo ir a señalarlos si lo necesitas.
Definitivamente estaba perplejo y atónito, a penas pudo reaccionar para agradecerte antes de que te marcharas dedicándole una sonrisa.
Solo que se te había pasado un detalle no le dijiste tu nombre, ¿cómo se comunicaría contigo? Al regresar a casa fue cuando caíste en cuenta de ello. Afortunadamente un par de días después te transferiste a otra escuela por temas de costo era algo que estaba ya planeado y curiosamente es la misma a la que asistía Johan.
Al entrar a tu nuevo salón para presentarte ante tus nuevos compañeros pudiste ver a Johan sentado hasta el final de una fila aislado del grupo, al dirigir su mirada al frente la sorpresa lo invadió, por otro lado tú solo le dedicaste una sonrisa divertida por su reacción; te daba mucho gusto verlo y parecía que a él también le daba gusto verte.
Durante el receso aprovechaste para acercarte a él; Johan se veía distraído en sus pensamientos, aprovechaste para llegar desde atrás al parecer sorprenderlo se había vuelto una de tus cosas favoritas pues salto del susto y la sorpresa al momento de que lo abrazaste.
—Johan, que misteriosos son los caminos de la vida ¿No, crees? -sonreías aun con tu brazo sobre sus hombros, sujetándolo como si de un viejo amigo se tratara.
—Ah ___, yo si supongo que si –se encogía de hombros sin retirar su mirada del suelo totalmente nervioso.
—¿Hmm? –imitaste su acción, para ver que era lo que atraía su mirada–. ¿Qué es tan interesante ahí en el suelo? No veo nada...
—¡¿Que?! ¡no! yo no... quiero decir n-no... no hay nada -respondía apresuradamente avergonzado.
Los gestos y respuestas de Johan te divertían mucho, ahora querías ver mas expresiones en su rostro, sus reacciones, sus gustos básicamente saber mas sobre él. A raíz de su primer encuentro y el tiempo en clases te percataste que es alguien muy reservado e inexpresivo.
Curiosa lo observaste, pensando "¿Cómo es cuando se enoja? ¿Cómo se ve al reír?" mientras caías en cuenta de lo melancólico que lucía.
"No puedo evitar pensar que esa mirada seca y triste no le queda bien y tampoco le hace bien, quiero saber que mas hay en ti"
Tras pensarlo un poco parecía que tomarlo desprevenido hacia relucir mas facetas de él convirtiéndose en tu nueva meta.
—Johan espero que podamos ser grandes compañeros, estoy muy curiosa por lo que vendrá...
—¡¿Eh?!
Su confusión era notable.
—Ah eso me refiero –contestaste alegremente.
Sonreías cálidamente, en tanto Johan se encontraba confundido con tus palabras y actuar.
Las clases transcurrieron, ese día por suerte nadie lo había molestado ni en el tiempo que restaba ni en la salida.
En el camino a casa Johan caminaba a paso lento pensando en todo lo que le dijiste tratando de analizar tus palabras para encontrarles sentido.
—¿Por qué es amable conmigo? –dijo con duda en su voz no acertaba a comprender que clase de persona era ella y mucho menos sus intenciones–. __, bueno quiero pensar que...
No pudo terminar su idea pues ya había llegado a casa encontrándose con su cruda y dura realidad. La mirada perdida de su madre que pronto cambiaba a una de furia como si repeliera la luz del exterior; recordó que esa es su vida y no podía pensar en ninguna otra cosa más.
A la mañana siguiente.
—Hoy es un nuevo día... –sonrió para darse consuelo emprendiendo marcha hacia la escuela.
Por otro lado la joven repetía lo mismo que él al salir de su hogar, pero con un entusiasmo distinto.
—¡Buenos días mundo, hoy es un nuevo día! –la confianza era notoria en su sonrisa– ¡prepárate que ahí voy!
Misma frase, pero emociones distintas.
—Te ves fuerte __ –repetías para ti misma mirándote al espejo–. Soy deslumbrante lo se, bien dejando eso de lado misión de hoy hacer reír o sonreír a Johan, si señor.
Miraste el reloj ya estaba cerca de que se te hiciera tarde tomaste rápidamente tus cosas saliendo apresuradamente.
—Ah Dios tal vez tarde mucho preparándome, juraba que tenía buen tiempo –caminabas a un paso apresurado intercalando tu caminata con un trote que se convirtió en una carrera– Corre... corre CORRE si llego...
Johan ya había llegado desde hace un rato, aburrido en su asiento decidió ver por la ventana del salón, diviso como una persona corría desesperada por la entrada de la escuela cuando repentinamente paró su paso para tomar aire.
—¿Acaso? ¿___?
Al prestar atención se percató que era ella.
Cuando estabas al pie de las escaleras bajaste la velocidad, necesitabas tomar aire era imposible seguir con esa marcha y como ya estabas dentro de la escuela para ti era ya como zona segura.
—Creo que necesito... ah... se me va el aire.
Ya en el salón de clases te dejaste caer sobre tu asiento aprovechando que muchos de los alumnos aún permanecían fuera del aula con excepción de Johan, sin darte cuenta se acerco a ti ahora era él quien te tomaba por sorpresa.
—Con que llegando tarde...
—¿Eh? ¿Por que lo dices?
—Bueno te vi por la ventana en una persecución y tu cabello también te delata –dijo señalando como estaba desordenado.
—Ay no puede ser... –exclamabas al tiempo que tratabas de peinar tu cabello, miraste a Johan y con una seña dijiste–. ¿Qué sea nuestro secreto si Johan?
Perdido en la imagen que tenía frente a él apenas pudo responder, cuando despertó de sus pensamientos.
—Si...
En ese momento le parecías tan tierna y graciosa.
—¡Oye Johan! ¿se nota mucho?
—Calma te ves bien –contestaba tranquilamente con una sonrisa.
—Que alivio.
Fue en ese instante cuando te fijaste que él estaba sonriendo "¿Por que?" no habías hecho nada. El propio Johan tampoco era consciente de ello, ni se había percatado de su propia sonrisa.
Las clases iniciaron regresando todos a sus lugares.
Un par de días después saliste en busca de un encargo de tu madre aprovechaste para comprarte algunas frituras. Durante el regreso por casualidad a lo lejos pudiste ver a Johan, cargaba bolsas con lo que parecía un mandado y algunos útiles que imaginabas eran para un trabajo que hace poco un profesor había asignado.
De pronto una idea cruzo por tu mente, tomaste una de las cosas que habías elegido para ti y corriste sigilosamente hacía él.
—Seong ¿Cómo te va?
Giro para ver de quien se trataba, aunque de alguna forma ya suponía que eras tú pues reconocía tu voz.
—Oh ___, hola.
—Dime ¿qué sabor te gusta? ¿fresa? ¿chocolate? ¿plátano? Bueno este es de fresa espero que te guste.
Divertida pusiste el pequeño envase sobre su cabeza ante los ojos atónitos de Johan.
—¿Qué haces?
—Tienes que comer para crecer fuerte Johan, que lo disfrutes.
—Oye no te vayas quítame eso de la cabeza, tengo las manos ocupadas no puedo quitarlo yo...
—Esta bien esta bien, pero solo quiero que quede claro que es tuyo, solo lo llevare por ti
—¿Por qué?
—Estaba pensando en que estas chiquito, te hacen falta nutrientes jajaja, solo bromeo bueno en parte...
No recibiste respuesta de su parte, preocupada de que estuviera molesto tomaste nuevamente la palabra.
—Perdón si me sobrepase...
—No, esta bien entiendo que no lo hiciste con mala intención solo me sorprendió –explico sereno.
—¿Lo dices en serio?
—Si, tranquila.
—Uff que bueno, en cuanto a la leche de fresa puedo llevarla por ti, supongo que ahora tengo que acompañarte hasta tu destino.
—¡No! –exclamo rápidamente asustado.
—Okey okey, entonces puedo ponerlo dentro de la bolsa que llevas o... de nuevo sobre tu cabeza, –sugeriste de manera socarrona– bromeo déjame echarla en tu mandado... Listo.
El soltó un suspiro, cuando de pronto escuchaste el sonido de tu celular pensando que probablemente se trataba de tu madre.
—El deber llama nos vemos en clase...
—Si nos vemos.
Acostada en tu cuarto, mirando hacia la nada hiciste un conteo de las veces que veías una expresión distinta en Johan.
—Muy bien sorprendido, nervioso, avergonzado, impactado también ya lo vi sonreír aunque no entiendo muy bien la razón, pero no importa. Vamos bien todo es mejor que esa mirada vacía y triste que lleva.
Satisfecha de tu trabajo, te elogiaste y decidiste continuar con tu misión, sin embargo había algo que te intrigaba, juraste que cuando mencionaste el acompañarlo a su casa se notaba temeroso, la forma en que te respondió te resultaba extraña.
—Parecía casi como si estuviera asustado, ¿por que? tal vez me vi demasiado confianzuda... no no es eso ¿qué será?
Esa reacción en él no te gustaba.
—Espero no verla de nuevo... ojala no se nada malo —repetías para ti misma.
Los días continuaron, pasar tiempo con Johan era algo que disfrutabas, por esa razón muchas veces propiciabas situaciones donde pudieran pasar tiempo, por ejemplo cuando había aseo en el salón siempre tratabas de que te tocara con Johan, aquello era algo que a él no le molestaba de hecho le hacía feliz, podía sentirse como si tuviera una vida estudiantil normal como otros; para él pasar tiempo contigo se volvió algo que quería hacer.
—___, yo limpio la parte de adelante del salón y tú la de atrás ¿Qué opinas?
—Si me parece bien.
Desde que llegaste los ataques hacía él habían disminuido, sin embargo aún lo molestaban algunos estudiantes, cuando sucedía trataba de ocultártelo para no preocuparte y causar problemas.
—Oye Johan... ¿todavía te molestan? entiendo si no quieres hablar de eso, pero quiero saber si estas bien.
Guardo silencio unos segundos para pensar su respuesta.
—Lo estoy –fue lo único que se limito a decir.
—Esto... ¿Qué te parece si vamos a comer algo? podemos ir a alguna cafetería conozco muchas o igual compramos algo en alguna tienda te invito a mi casa.
A Johan le alegraba tener a alguien con quien pudiera sentirse a gusto, tu invitación era algo que lo emocionaba mucho no imaginaba que un día alguien quisiera pasar tiempo con él ¿Cuándo había sido la ultima vez que salía con alguien?
Si por él fuera quería terminar rápido para salir corriendo de la escuela, pero no podía ignorar el pendiente que tenía con aquel padre.
—Si me encantaría, pero hoy no puedo... ¿Qué tal dentro de dos días?
—Si, entonces tenemos un trato –extendiste tu mano a lo que él la tomo.
—Claro –dijo sonriendo.
De camino a casa Johan divaga en sus pensamientos sobre todo lo que estaba pasando.
—Quiero que los días pasen rápido para poder salir con ella, para eso... tengo que ir primero a ese retiro, espero que todo salga bien...
╭ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ╮
Hasta acá el cap de hoy lamento la ausencia, espero lo disfruten y...
Gracias por tu apoyo @zamiraseong
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