-022-
A veces las esperanzas logran perderse con el paso del tiempo, y las personas dejan de buscar algo que saben jamás van a obtener ni aunque pasen los años, ni aunque lo intenten, pero hay pocas personas que no se rinden tan fácilmente, Taehyung es alguien que no se rinde tan fácilmente en cuanto a su pequeño problema con la sociedad se trata, para algunos era fácil hacerse de amigos, socializar es un proceso que para algunas personas no consiste en mucho esfuerzo, pero para Kim Taehyung, era distinto, las personas se acercaban a él, pero ninguna se quedaba, todas se iban como si fueran sopladas por el viento, y los pocos que se quedaban, siempre era solamente para ser parte de los amigos del chico popular, pero no eran amigos, solamente eran más del montón.
A pesar de ello, Taehyung siempre mostraba una sonrisa, la más resplandeciente de todas, y siempre se animaba a él mismo, diciéndose que quizás, en alguna parte del mundo, exista esa persona que le gustará estar con él, y que lo apoyará siempre.
—¡Vamos, Kim! —y el balón volvió a caer en sus manos, los pensamientos volvieron a ser borrados por completo de su cabeza, solamente le importaba una cosa, y era encestar, por supuesto lo hizo, y el balón lamentablemente reboto en el aro.
—Mierda —mascullo por lo bajo, y vio como claramente el balón era tomado por un integrante del equipo contrario.
El juego había comenzado, apenas habían pasado diez minutos, pero Taehyung no podía evitar que su mirada fuera hacia las gradas, había muchos estudiantes, estaba repleto, podría tratarse de un partido amistoso, pero eso no quitaba el hecho de que a muchos les gustase verlo, y más si estaba Taehyung presente, verlo jugar era lo mejor que podían hacer los alumnos, lo admiraban, lo adoraban cuando jugaba, era de los mejores, pero ahora mismo Taehyung parecía estar menos concentrado que en un principio, y es que no dejaba de mirar a las gradas, observando a cada persona que estuviera allí, pero no encontraba a quien buscaba.
"Bueno, te veo en el partido..." las palabras de Yoongi resonaban una y otra vez en su cabeza, ¿acaso le mintió?
—¡El balón! —Taehyung volvió a dejar de mirar a las gradas en cuanto escucho a uno de sus compañeros gritar.
No dudo en correr hacia el jugador del equipo contrario para poder bloquearle el paso e impedir que pasase el balón a otro de sus compañeros, pero a pesar de hacerlo, el otro chico logro pasar el balón, y cuando menos lo espero aquel otro que tenía el balón, logró encestar, dándole a su equipo dos puntos, los vitoreos se escucharon en gran parte, y las malas miradas fueron a dar a Taehyung, él se limito a relamer sus labios e ignorar a sus compañeros de equipo y por supuesto a las malas miradas de parte de los espectadores.
De nueva cuenta se estaba distrayendo, pero ¿por qué? Jamás se había sentido tan abrumado por alguien, y aunque invitaba a sus amigos a sus partidos y ellos no asistían, jamás se distraía, entonces, ¿qué es lo que le estaba pasando? ¿Por qué su juego estaba siendo afectado por no ver a Yoongi entre el público? Quizás inclusive estaba tomándolo demasiado personal, debía concentrarse, porque también el entrenador estaba mirando el partido, y si veía que él fallaba, entonces no lo volvería a llamar para que entrenase con el equipo.
Debía mantenerse concentrado en el juego, pero...
"Te veo en el partido..."
Apretó los dientes con fuerza, no debía de seguir de ese modo, debía concentrarse, dejar de lado a los demás, así como ellos lo dejaron de lado, a pesar de sus pensamientos, todavía la imagen de Yoongi seguía presente, sonriéndole y diciéndole que estaría presente en el partido, pero no, él no estaba allí, era un mentiroso, igual que los otros.
—¡Kim! —y el balón por fin estuvo en sus manos, lo apretó levemente antes de comenzar a botarlo, corrió hacia la canasta contraria.
Su ceño estaba levemente fruncido, estaba molesto, demasiado molesto, porque de nueva cuenta, había confiado demasiado, había logrado confiar en que alguien vendría a verlo jugar, había imaginado que Yoongi estaría allí desde un principio, pero no, sus palabras eran vacías, igual que las de los demás, lo sabía ahora, y por primera vez, estaba perdiendo las esperanzas, habían pasado años, demasiados años, y esa persona que tanto anhelaba que apareciera en su vida no estaba, quizás jamás la encontraría, quizás tendría que vivir sin esa persona, quizás esa persona era más una ilusión suya que una realidad, quizás...
—¡Tira, Kim, hazlo ya! —menciono uno de sus compañeros en cuanto él llegó hacia la canasta contraria, pero Taehyung prefería seguir botando el balón en el suelo, mordió su lengua en el interior de su boca con algo de fuerza, miro la canasta, pero no tenía la intención de anotar.
No ahora, y quizás jamás, pronto la idea de salir del partido en ese momento era más tentadora que nunca, y definitivamente lo era, no le importaba si empezaban a maldecirlo por ello, pero si así podía librarse de la idea de ver a Yoongi en las gradas, entonces se iría, fue cuando dejo de botar el balón, y lo sostuvo con ambas manos, su intención no era anotar, su intención era lanzar el balón lejos, fuera de la zona de juego y largarse de allí, y casi estuvo a punto de hacerlo.
Pero una voz impidió sus planes.
—¡Vamos, Tae! —Taehyung abrió los ojos en grande al escuchar esa voz, no, no podía ser él, definitivamente no—. ¡Tú puedes, Taehyung! —el mencionado no dudo en mirar a las gradas, cerca de la entrada a la cancha de baloncesto, sus labios se entreabrieron levemente al ver de quien se trataba.
Yoongi apenas había logrado llegar al partido, no lo olvido, sino que se había entretenido un buen rato haciendo parte de sus tareas, que cuando menos lo espero, la hora del partido había pasado, pero él sabía que apenas había comenzado, así que no dudo ni un solo minuto en salir corriendo hacia las canchas de baloncesto para ir a ver a Taehyung, por eso había llegado con algunos cuadernos abrazados contra su pecho, con su respiración levemente agitada y con las correas de la mochila sobre sus hombros, no le había dado tiempo de guardar las cosas, pero allí estaba él, para ver a Kim Taehyung jugar, tal y como había dicho.
—¡Tira, Tae! —volvió a gritar Yoongi, esperando a que el chico por fin reaccionará, porque definitivamente Yoongi no entendía la razón por la que Taehyung había dejado sus acciones solamente para mirarlo.
Ese grito fue suficiente para que Taehyung volviera a poner atención al juego, y entonces en lugar de planear irse de allí y recibir abucheos, lanzo el balón hacia la canasta, y obtuvo dos puntos para su equipo, y por supuesto los gritos de emoción, el silbato sonó, dando fin al primer cuarto del partido, y a pesar de que tenían que seguir jugando, Taehyung no dudo en ir hacia Yoongi para poder hablar.
—En verdad eres muy bueno —menciono Yoongi mientras le regalaba una radiante sonrisa a Taehyung—, anotaste ¡eso es grandioso!
—Pensé que no vendrías —dijo Taehyung en voz baja, Yoongi frunció levemente el ceño.
—¿Y por qué no lo haría? —volvió a sonreírle.
El corazón de Taehyung dio un vuelco, uno que le provoco una enorme sensación de calidez que poco a poco fue invadiendo su cuerpo, ¿qué era esa increíble e inexplicable sensación tan extraña y fascinante? No lo entendía, y quizás jamás lograría comprenderla del todo, pero lo que si comprendía era una cosa, y era que quería abrazar a Min Yoongi.
—¿Tae? —Yoongi hablo, pues aquel chico se había quedado mirándolo como si fuera lo más preciado del mundo—. ¿Estás bien?
Pero Taehyung no le dijo nada, se limito a acercarse los pocos centímetros que le faltaban para estar cerca de Yoongi y lo atrapo entre sus brazos para darle un abrazo, la mejilla izquierda de Yoongi choco con el pecho de Taehyung, el chico de piel pálida no entendía la razón de las acciones de Taehyung, aquel abrazo era tan inesperado que simplemente sus mejillas comenzaron a calentarse debido a que sabía perfectamente que algunos los estarían mirando.
—Gracias —dijo Taehyung, en verdad estaba agradecido, demasiado agradecido.
—¡Kim, vuelve a la cancha o haré que te saquen! —la voz del entrenador se hizo escuchar, y entonces tanto Taehyung como Yoongi lo miraron, el mencionado dejo de estrechar a Yoongi contra su cuerpo.
—Sí, señor —menciono Taehyung más animado y miro a Yoongi—, ¿me esperarás después del juego?
—Por supuesto que lo haré, Tae —Yoongi le regalo una sonrisa.
—Bien —Taehyung comenzó a caminar de nuevo hacia la zona de juego—, ¡la próxima vez que tire una canasta, estará dedicada a ti!
Yoongi sintió sus mejillas arder.
—¡N-no tienes porque hacer eso! —pero Taehyung no lo escucho.
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