
011
—Hola—saludé entrando a la cocina.
—Cariño—me abrazó mi madre—. Feliz cumpleaños cielo.
—Gracias mamá.
—Tu desayuno está listo—sonrió acariciando mi mejilla—, y ya tengo las cosas del almuerzo, llegarán todos más tarde. Los chicos están preparando todo.
George apareció detrás mío pasando su mano por mi cintura.
—Mamá...habíamos acordado que iba a ser algo, tranquilo.
—Lo es.
La miré enarcando una ceja y se rió.
—Lo siento, pero creí que querías que estuvieran acá.
—¿A qué te refieres?
—Ya verás—besó mi frente—. Yo tengo que irme a la empresa, pero prometo que esta noche saldremos a cenar las dos.
—Está bien.
Volví a abrazarla y después de salir del departamento gire para ver a George.
—¿Sabes a quién invitó?
Asintió y me besó.
—Lo sé.
—Dime.
—No.
—Maldito.
—No decías lo mismo hace unos minutos atrás.
—No lo recuerdo.
—¿Quieres que te lo recuerde?
—Quizás—me encogí de hombros.
Me tomó por las piernas sentándome en la mesada de la isla. Acercó sus labios a mi cuello y lo besó despacio.
—George...
—Oh Dios—protestaron—. Realmente no quería ver esto. Es decir...mis ojos, ¡Tienen cáncer! ¡Voy a morir ciego!
—Hola—se rió George bajándome.
—¡Nath!
Corrí a abrazarlo mientras el reía y me levantó del suelo. Enrede mis piernas en su cintura y me reí.
—¡Feliz cumpleaños enana!
—Te extrañé.
—Y yo. Por Dios, ya tienes 19. Estoy hecho todo un viejo—me bajó y miró a George—. Bueno no tanto como George.
—Ahí vamos de nuevo. ¿Alguien más que quiera recordarme que soy el mayor?
—En realidad, creo que no. ¿Todavía no desayunaste?
—Nop.
—Entonces vamos a desayunar—llevándome hasta la isla.
Contemplé la isla de la cocina llena de diversas cosas. Muffins, hot cakes, jugo de naranja, té, café, galletas, tostadas, cereales y una pequeña torta de chocolate en el centro.
—¿Mamá preparó todo esto?
—Sí—sonrió George—. Voy a buscar al resto para que desayunemos. Después nosotros vamos a terminar de preparar las cosas para el almuerzo, y tú y Emily saldrán a comprar tu ropa.
—Pero...
—Nada—interrumpió Nath—. Está todo organizado, no cambiarás nuestros planes.
—Lou, vamos. Tenemos que irnos.
—No quiero.
—Oh vamos. No te pongas caprichosa.
—No quiero Emily. Quería algo tranquilo.
—Está bien. ¿Sabes? Aquí están Nath, George y Dylan. ¿Crees que no puedo ir y decirles que te saquen de la cama?
—Emily—supliqué.
—Louise—imitó mi tono de voz—. No seas así. Egoísta. Hace mucho tiempo que no te veo y quiero salir con mi amiga antes de que todos vengan para el almuerzo. Por favor cariño. Si quieres no compramos nada, pero salgamos las dos.
Suspiré y sonreí.
—Me convenciste con tu discurso.
—Lo sé.
—Yo también te extrañé.
—Yo nunca dije que te extrañará.
—Lo diste a entender.
—Estás confundida cariño.
—Ah, como sea. Vámonos de una vez antes de que me arrepienta.
Se rió y después de ayudarme a levantarme de la cama salimos del edificio.
—¿Dónde están los chicos?—pregunté entrando a su auto.
—El edificio tiene un parque trasero, Elizabeth pidió permiso para usarlo para el almuerzo.
—Oh, no sabía eso.
Se rió y negó.
—Se suponía que no tenías que saber, tampoco.
Le sonreí y negué.
—Nunca pudiste contenerte ante las sorpresas.
—Lo sé. Soy un desastre. Hace días que vengo soportando la idea de no decirte nada.
—¿Y no puedes adelantarme nada?
—No—negó—. Me niego Lou, por favor.
—Está bien, está bien. No voy a presionarte.
—Lo agradezco.
Anduvimos unos pocos minutos en su auto hasta que llegamos al centro comercial. Cuando llegamos, estacionó y entramos por las grandes puertas de cristal.
—Hacía tanto tiempo que no venía aquí.
—Lo sé. Desde que nos fuimos que no volví.
—Yo igual. Viejos recuerdos.
Después de caminar como por unas dos horas, decidimos volver. Y como mis ojos se debilitaron por muchas prendas, no me resistí y termine comprando. Cuando Emily recibió un mensaje de George me dijo que era hora de volver al edificio. Y mis nervios aparecieron.
—Sabía que ibas a terminar comprando.
—Me mandaste al paraíso amor, ¿Qué esperabas?
Se rió y me abrazó.
—Ve a cambiarte, te espero y bajamos.
Lo besé y asentí.
—Te quiero.
—Y yo.
Sonrió y me empujó hasta el cuarto.
—No te tardes o vendrán a buscarte.
Le saqué la lengua y me reí. Busqué unos de mis pantalones, Vans y una remera ligera para soportar el calor. Até mi pelo en un rodete con un pañuelo y salí del cuarto.
—Lista.
—Y hermosa.
—George...—susurré sonrojada.
—Es increíble que aún te sonrojes.
—Basta.
—En serio, hace 5 meses que estamos juntos y te sigues sonrojando.
—¿Prefieres que no me sonroje?
—No, me encanta que lo hagas.
Lo besé y me reí.
—Idiota.
—Vamos. Bajemos.
Salimos del departamento de mi mamá y bajamos en el ascensor hasta llegar al lobby. Caminamos por el pasillo hacia el fondo y cruzando una simple puerta estábamos en el patio trasero, donde todos al verme gritaron.
—¡Feliz cumpleaños!
No pude evitar reírme.
El jardín estaba lleno de pequeñas mesas, con cosas dulces, saladas y bebidas. Un pequeño equipo de música. Y varias sillas en diferentes lugares con globos sueltos por el piso.
—Me siento mucho mejor sin ocultar nada—sonrió Emily abrazándome—. Espero y te guste.
—Me encanta.
—¡Hola!
—¡Chicas!
Tory, Anne y Skyler se acercaron para saludarme.
—Feliz cumpleaños—sonrió Anne—. Ya eres grande.
Rodeé los ojos y suspiré.
—Me están haciendo sentir como una vieja.
—Lo eres—se rió Tory y fruncí el ceño—. Está bien, todavía eres una jodida adolescente con una vida de mujer de 25 años.
—Eso sonó...mejor. Creo.
Se rió y me volvió a abrazar. Nos separaron y pude ver a alguien esperando por saludarme.
—¡Luke!
—¡Lou! Feliz cumpleaños bonita. Perdón que te trate cortante el otro día, tenía miedo de meter la pata en todo esto.
—O sea que, ¿Sabías de esto desde las fiestas?
Mordió el aro en su labio y asintió.
—Lo siento, estaba bajo varias amenazas.
—Te odio—susurré sorprendida.
Se rió y me volvió a abrazar.
—Perdón, perdón, perdón. Tenía que salvar mi pellejo.
Me reí y lo abracé.
—Gracias Lukey.
—Aw, hacía tanto que no me llamabas así. Me harás llorar—se rió y dio paso al resto de los chicos.
—¡Lou!
—¡Mikey!
—Tengo que mostrarte tu canción.
—Uf, me da miedo.
Rodeó los ojos y se rió abrazándome.
—Feliz cumpleaños, good girl.
Lo mire confundida y me guiñó el ojo alejándose.
—¡Mi turno!—me abrazó y me reí—. Feliz cumpleaños Lou.
—Gracias Cal.
—Se te extraña por aquí—susurró en mi oído y besó mi frente sonriendo.
—Hey—susurró acercándose.
Pude ver por el rabillo del ojo como todos se fueron dejándonos solos. ¿Sería eso bueno?
—Hey—sonreí.
—Feliz cumpleaños Lou—sonrió y acomodando un mechón de pelo detrás de mi oreja acarició mi mejilla.
—Gracias Ashy.
Mordió su labio sonriendo.
—No tienes idea de cuánto extrañaba que me llamaras así.
Me reí negando.
—Entonces...¿Qué es de tu vida Ash?
Sonrió y desacomodó su pelo, el cual estaba un poco largo. Pude notar sus brazos, tonificados. No pude evitar reírme.
—¿Qué?—preguntó confundido.
—Estás...diferente.
—¿Diferente?
—Diferente—asentí—. Físicamente, más que nada. Quiero decir...tus brazos. Es decir, bueno...la batería hizo su trabajo en ti.
Y se rió. Bastante fuerte. Y su risa de pito no había cambiado. Ni tampoco su efecto sobre mí. Porque sentí esa extraña sensación de calidez desparramarse por todo mi cuerpo. Mis mejillas debían parecer semáforos, porque el calor que sentía allí era insoportable.
—Bueno, supongo que gracias. Aunque las chicas no paran de insistir con que tengo que cortarme el pelo.
—Quizás un corte. Aunque siempre fuiste de tenerlo un poco más largo.
—Es verdad—sonrió y besó mi mejilla—. Entonces...mi vida. Bueno, terminé con Gemma.
—Oh, ¿Cómo...cómo estás?
—Bien. Fue algo mutuo. La relación no iba a funcionar si ella no tenía tiempo para mí pero sí para tener sexo conmigo así que...me cansé y decidí terminarlo de una vez.
—Wow, eso es...impresionante. Supongo que tomaste una buena decisión Ashton. Digo, si parecía que no le importabas para qué seguir con ella.
—Eso mismo pienso yo. Y...¿Cómo te va con George?
Me sonrojé recordando su 'regalo' de esta mañana.
—Bien. Nos...está yendo, bien.
—Me alegro por ti Lou. Mereces a alguien que este ahí para ti en todo momento.
—¿A qué te refieres?
—A que yo no podría darte una relación estable. No justamente ahora. Es decir, si hubieras elegido Londres hubiéramos terminado peor Lou.
Lo miré sorprendida y sonrió acercándose.
—Viajó de un lado a otro, todos los días tengo alguna entrevista o sesión de fotos. Apenas tengo tiempo y para hablar con mi madre y hermanos. Eres demasiado importante como para no darte la atención que mereces.
—Ashton—mi voz se quebró y carraspeé—. ¿A qué viene esto?
Se rió confundido.
—Realmente no lo sé. No me estoy dando por vencido. Creo que todavía nos queda una oportunidad para lograrlo. No ahora, pero estoy seguro que la tenemos. Solo...quería decirlo.
—Gracias.
—¿Por qué?
—Porque, quizás no quiero que te rindas. Pero, tampoco quiero dejar de intentarlo con George.
—No quiero que dejes de intentarlo con él—susurró negando—. Sé cuando rendirme, y también voy a saber cuando tendré que rendirme contigo. Eso no quiere decir que deje de hacer mi vida.
—O sea que—sonreí divertida—. Si veo alguno de tus affairs en las noticias...
—Es solo un affair.
Me reí y asentí. Y no pude evitar hacerlo. Lo abracé. Se sorprendió, y tardó en reaccionar pocos segundos. Me abrazó de vuelta y despegó mis pies del suelo unos pocos segundos antes de soltarme.
—Ahora, no quiero retenerte más. Es tu cumpleaños, tienes que estar con todos.
Asentí y caminamos juntos, a una distancia considerablemente lejos, hasta donde estaban todos juntos. Mire a George quién me sonrió y me alcanzó un vaso con gaseosa.
—Gracias amor.
—Entonces, ¿Tengo que preocuparme?
—Solo...charlabamos.
Se rió y asintió.
—Lo entiendo Lou. No tienes que darme explicaciones. No estaban haciendo nada malo.
—Por eso te quiero.
Besé su mejilla y me abrazó por la cintura mientras nos sumamos a la charla del grupo. Luego de casi toda la tarde hablando entre todos, Nath llamó la atención del grupo.
—Bien. Quiero que me presten atención por unos minutos.
—Oh vamos Nath. No otro de tus brindis.
—Cállate Michael y déjame hablar.
—Gruñón—protesté riendo.
—En serio—protestó Nath frustrado—. Tengo que darles un anuncio muy importante. Y Emily también pero ella prefirió que yo dijera todo.
—Está bien, habla—sonrió Anne.
—El 5 de Marzo de este mismo año, en la Galería Aqua da Vida, a las 19.25 horas se realizará una exposición de obras de arte realizadas por unos cuantos estudiantes con mejores promedios. Entre esos 10 estudiantes, estamos obviamente incluidos, Emily y yo. Nos gustaría y haría mucha ilusión que todos los que están aquí presentes, estén esa noche ahí.
—¿Me estás jodiendo?
—No.
—¿No me dijeron nada?
—¿Sorpresa?
—¿Regalo de cumpleaños?—susurró Emily avergonzada.
—¡Los odio! Pero, ¡Los amo! ¡Felicidades!—corrí a abrazarlos mientras reía.
Nath se rió tranquilo, y Emily me abrazó con fuerza.
—¿Vas a estar cierto?
—No pienso perdérmelo por nada en el mundo.
—Está bien pero...me van a tener que alojar en su departamento.
—Y a mí—se sumó Dylan riendo—. No me lo voy a perder.
—Gracias chicos—sonrió Nath.
Después de felicitarlos a ambos. El resto del día siguió su curso tranquilo.
Ya era de noche. Los chicos se habían ido, George y Emily tenían una cena con su familia, Nath salía con Trent y Dylan visitará algunos familiares. Mientras que yo me estaba preparando para la cena con mi madre. Iba a ser en un restaurant lujoso así que tenía que arreglarme. Un vestido azul francés, ceñido al cuerpo drapeado. Unos zapatos altos negros. Mi pelo ondulado, suelto cayendo por mi espalda y muy poco maquillaje.
—Cariño, ¿Estás lista?—preguntó mamá sin entrar al cuarto.
—Ya salgo.
—Te espero en la sala.
—Está bien.
Terminé de arreglar el pelo y salí del cuarto de huéspedes guardando mi teléfono en la cartera.
—Ya estoy.
—Estás hermosa cariño.
Sonreí y besé su mejilla.
—¿Vamos?
—Vamos, estoy empezando a tener hambre.
—Cuando no tu Louise.
Me reí dándole la razón.
—Y bien cariño, ¿Cómo les fue hoy?
—Gracias mamá por eso. Realmente fue un lindo detalle estar todos juntos de nuevo.
—Lo sé, lo venía hablando con los chicos hace tiempo. Yo no puedo llevarme todos los créditos. No fui la mente maestra de todo esto.
—¿Quién dio la idea entonces?
Sonrió y dio un sorbo de su vino mirándome expectante.
—¿Quién?
Sonrió divertida y me dijo. Sonreí pero no dije nada, seguimos comiendo siguiendo hablando sobre el gran almuerzo que tuve con mis amigos.
La cena había sido tranquila. Justo lo que necesitaba para terminar el día. Ya estando acostada en mi cama, suspiré tomando coraje y agarré mi teléfono tecleando las palabras rápidamente para no olvidarme nada.
Gracias. Gracias por la maravillosa idea que tuviste por mi cumpleaños. Mamá me lo dijo esta noche. No tuviste por qué, pero realmente te lo agradezco Ashton. Buenas noches. Te quiere, Louise.
A los pocos segundos la pantalla de mi teléfono se iluminó.
Te lo dije esta tarde. Te mereces esto Lou y mucho más. Voy a darte todo lo que pueda y tenga permitido. No quiero causar problemas en tu relación pero tampoco voy a quedarme de brazos cruzados en esta guerra. Espero que lo hayas pasado y terminado bien. Se sintió bien volver a verte y hablar de la manera en que lo hicimos. Te quiere mucho más, Ashton.
EDITADO
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro