— ¿Enfermo? ¿En serio? — cuestionó la chica mientras analizaba cada movimiento que los chicos hacían.

Felix simplemente tenía la cabeza gacha, sin decir nada, pues enserio estaba avergonzado. Mientras Chan buscaba alguna excusa más.

— S-sí... Me sentí mal y... Le estaba pidiendo a Chan que me trajera algo de la farmacia — mintió, y al parecer, eso convenció un poco más a la fémina, pero no lo suficiente. Pues la erección de Chan era notable, mientras que Felix había puesto una almohada sobre su regazo para que no se notará nada.

Chan era estúpido por no haber hecho nada para tapar su erección, pero no lo culpen, no le dió tiempo de hacerlo.

— Bien... — dijo no muy convencida —. Chan, tengo que irme. Mi madre me llamó hacer un rato... Ella necesita que vaya a casa — mintió.

Y claro que Bang no sé tragó esa mentira, pero, ¿Qué más da? Necesitaba bajar la dolorosa erección que tenía. Y también necesitaba saciar las muchas ganas que le tenía a Felix.

— Está bien, ve con cuidado.

Ambos vieron como la chica salía al parecer a pizotones de la habitación, y escucharon como azotó la puerta de entrada. Ambos se miraron sin decir nada, pero seguido Felix bajó su mirada a la entrepierna de Bang, que aún estaba erecta y Bang notó eso, no pudo evitar que una sonrisa perversa se asomara en sus labios, labios los cuales a Felix se le antojó volver a besar. Chan, para cucar un poco más al menor, paso su lengua sobre sus propios labios para así dejarlos mojados y brillosos, con un exquisito brillo que solo hizo a Felix babear por volverlos a probar.

Bang estiró su mano hacía Felix, indicándole que la tomara, y el menor así lo hizo, la tomó con un poco de inseguridad, y Chan lo jaló para pararlo de la cama y rápidamente tomar su cintura de una manera casi posesiva. Se concentró en analizar todo el bonito rostro de Felix.

El menor por un segundo olvidó que tenía un vibrador metido en el culo, si no fuera por el movimiento que le provocó Chan hiciera que el juguete se moviera dentro de él. Gimió ante la sensación, despertando las alertas en Chan.

— Bebé, aún no me has dicho porque gimes como una puta — otro gemido por parte de Felix, y Chan ya se estaba volviendo loco —. Anda, habla.

— Y-yo... — tragó saliva, seguido de un gemido ahogado —. Primero... Bésame, después te lo diré.

Y así lo hizo, besó los labios de Felix con fervor y profundidad, tragándose los gemidos del menor. Bajó sus manos hasta el trasero de Felix, y lo apretó con fuerza, haciendo que el juguete dentro del menor se moviera nuevamente, y un gemido ahogado por ese perverso beso volvió loco a Bang. Este bajó sus besos al cuello del menor, mordiendo, chupando, lamiendo y succionando la zona. Seguramente dejaría marcas, cosa que tenía a Felix encantado.

— Ya te di lo que quieres, ahora tu dame lo que yo quiero — habló el mayor con voz ronca.

Felix se separó lentamente de Chan, jadeante. Seguido de eso fué quitando su ropa poco a poco; su camisa, sus pantalones y por último el bóxer, dejando su cuerpo desnudo a la vista de Chan, el cuál aún no entendía, pero sin duda la imagen lo excitaba aún más, su erección ya dolía.

El menor notó la confusión en el rostro de Bang, así que, sin esperar más, se arrodilló sobre la cama para ponerse en cuatro, y alzó su trasero en dirección al mayor, el cual se mordió el labio al ver de qué se trataba.

— Oh, cariño...

Miro el juguete metido en la pequeña entrada de Felix, quien movia su trasero de un lado a otro con tal de provocar al mayor.

— ¿Dónde está el control? — preguntó el mayor, por lo que el menor apuntó como pudo en donde estaba y lo tomó, viendo también la botellita de lubricante —. Eres toda una puta, ¿No? Estuviste jugando con tu pequeño coñito antes de que yo llegara, seguramente pensando en mí — le dió una nalgada, a lo cual Felix gimió —. Pero tú tranquilo, ya se cumplirá tu mayor deseo.

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