Parte cinco
— O-oh... Chan... N-no.
Bang puso la velocidad del juguete al máximo, y Felix ya no podía más. Se retorcía en la cama, intentando, sus dedos se contraían debido al placer y la desesperación que sentía. Chan enserio lo estaba jodiendo, necesitaba ya sentir la lengua del mayor dentro suyo, quería que lo follara con ese músculo, quería sentarse en su cara, tal vez probar el 69... Mierda, quería hacer de todo esa noche.
Felix fué tomando fuertemente de las caderas, seguido sintió como una mano aterrizaba en su trasero, dos, tres veces, siguiendo por sus muslos. Mierda, el menor no era masoquista, pero con Bang se dejaría hacer de todo. Y vaya que lo estaba disfrutando.
— ¿Tan desesperado estás por recibirme? — preguntó el mayor, masajeando los glúteos contrarios —. Dime qué es lo que quieres, Lee — tomó los cabellos del chico, para así levantarlo y pegar su espalda al pecho propio, el cuál aún estaba cubierto —. Habla — gruñó en el oído contrario.
— Q-quiero... — tomó una pequeña pausa, inseguro de lo que iba a decir. Pero ¿Qué más da? Estaban a punto de follar, nada le tendría que dar pena —. Quítate la ropa... — una sonrisa apareció en el rostro de Bang ante lo dicho, no imaginaba al menor diciendo eso, pero sin duda le había gustado.
Dejó caer nuevamente al chico sobre la cama, y así separarse de esta. Felix, lo más rápido que pudo se acomodó para ver la hermosa vista. Chan comenzaba a quitarse la camisa lentamente, con mucha calma, a propósito queriendo desesperar al más pequeño. Y este quedó boquiabierto al ver lo bien formando que estaba el cuerpo de Bang. Claro que ya lo había visto varias veces, pero de esa manera era aún mejor; y Chan sonrió con burla al ver la mirada hambrienta del chico en la cama, así que se dejó de juegos y quitó lo que le quedaba de ropa rápidamente, y oh Dios... Ya quería que le sacará ese maldito juguete que tenía en el culo, y montar esa gran polla. Pero claro, deseaba ser preparado con la larga lengua del mayor.
— Chan... Channie~ — comenzaba a desesperarse, y más cuando Bang pasó su lengua por sus propios labios para humedecerlos.
— ¿Qué pasa, Lee? — preguntó mientras se acercaba el —. ¿Qué es lo que quieres? — tomó el mentón del menor, quien se encontraba en una posición muy comprometedora. Sus piernas estaban abiertas, listo para recibirlo, sus brazos hacia atrás, sosteniendo su peso para quedar un poco levantado, todo su pecho y cuello a su disposición —. Dime, ¿Cuál es tu mayor fantasía? Quiero escucharlo salir de esa boquita...
— Channie... Por favor, usa tu... Tu lengua en mi, follame con ella — comenzaba a gemir como una puta, pero eso poco le importaba —, sácame esté maldito juguete... Y usa tu lengua.
Chan soltó una risa nasal, no pensaba que Felix fuera así de pervertido. Pero, ¿Quién era el para negarse?
— Con que es eso, eh... — bajó su mano por todo el cuerpo de Felix, peligrosamente de sus pezones, hasta llegar a su miembro, donde lo torturó por un rato subiendo y bajando su mano sobre él, para después ir directamente a su entrada, y meter un dedo, jugando con el vibrador que aún se encontraba dentro del menor, quien gemía aún más fuerte —. Estás lo suficientemente preparado... Pero, te cumpliré tu capricho — tomó el control del vibrador con su mano desocupada, y lo apagó para después sacar de golpe el juguete, ganándose un pequeño quejido por parte del menor, quien se sintió vacío —. Te cumpliré esto, pero después harás lo que yo diga. ¿Entendido?
Felix asintió ya muy desesperado, mientras Bang se inclinó lo suficiente para quedar a la altura de la entrada de Lee, subiendo las piernas de este a sus hombros. Un lenguetazo le hizo gemir fuerte y agudo, perdiendo la fuerza en sus brazos y cayendo acostado en la cama. Siguieron más, la lengua de Chan comenzaba a entrar en su interior, y mierda... Felix creyó ya haber tenido toda su lengua dentro, pero no, de repente la metió completamente toda en su interior; y sí que era grande.
Felix nunca pensó que llegaría tan profundo, pero por algo la quería dentro.
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