Veinte: No te vayas.
Fue hasta dos días después que continuaron con su conversación, ya que Yuqi siente muy precipitado el decir "Estamos en una relación", acordaron tomarse las cosas "con calma", ir cambiando poco a poco su trato y dejar de llamarse "mejores amigos". Una semana después ella misma se dio cuenta que no había tanta diferencia en la manera en como se tratan.
Ahora entiende por qué siempre creían que estaban saliendo.
El tiempo de Lucas en Corea se está acabando y como Yuqi no tiene que ir a trabajar pueden pasar juntos casi las 24 horas del día.
—Te dije que no. —Repite por quinta vez.
—Yu, por favor. —Vuelve a guardar en el armario su colchoneta.
Yuqi la saca y él la vuelve a guardar, no quiere dormir en el suelo, quiere dormir en la cama con ella. Insiste en que las cosas ahora son distintas y tienen un acuerdo.
La madre de Yuqi (quien finge no saber nada porque ninguno se ha sincerado con sus madres, ni con nadie) entra después de escuchar sus gritos, ya es tarde y ella muere de sueño, los regaña para mandarlos a dormir. Rendido, Lucas toma las cosas y arma su cama, manteniendo todo el tiempo una expresión triste, como de niño regañado.
—Que descanses. —Le dice ella a la vez que se agacha para darle un beso en la mejilla, pero él ni se inmuta, así que pellizca su brazo con el que obtiene un ligero quejido como respuesta.
Apaga la lámpara y se acomoda bajo las sabanas. Trata de no tomarle mucha importancia al asunto, en el fondo, también quería que durmiera con ella, pudo tomar "la ventaja" de que su madre aún no está al tanto de su intento de relación (supuestamente), pero prefirió tener su mente en paz a sentir culpa.
Después de rodar en su cama un rato, por fin logra quedarse dormida. Y en cuanto Lucas deja de escuchar ruidos, se levanta para colarse entre las sabanas. Comprueba que está completamente dormida antes de hacerlo.
Pero todo es una trampa de Yuqi, ella ya sabe lo que planea hacer, así que apenas siente al colchón hundirse, lo empuja con todas sus fuerzas ocasionando que esté a punto de caer al suelo, solo porque él logra agarrarla de un brazo se mantiene arriba, en el borde de la cama.
Una carcajada de Yuqi resuena por toda la habitación, luego un pequeño grito cuando Lucas la atrae hacia él y se deja caer al suelo sosteniendola fuertemente. Ella queda encima de él.
—¡Hagan lo que quieran, pero ya déjenme dormir! —El grito de su madre los hace callarse. —Hablare con ustedes mañana.
Asustados por la amenaza, Lucas suelta a Yuqi y ella regresa a la cama, esta vez, haciéndole un espacio a su lado.
Cuando amanece, no son sólo ellos dos durmiendo, Bella está en una esquina. La madre de Lucas sugiere tomar una foto antes de despertarlos. Una vez que lo hacen, ambas madres borran su expresión alegre, fruncen el ceño antes de jalar el pie de su respectivo hijo.
Lucas y Yuqi se sorprenden (asustan) al ver a las dos señoras molestas frente a ellos. Se sueltan y torpemente se levantan.
—¿Qué haces aquí? —Pregunta él a su madre.
—Les dije que hablaría con ustedes. —Responde la dueña de la casa. —Lavense la cara, los esperamos en la casa. —Cargando a Bella, sale de la habitación. Se levantó muy temprano para llamar a su consuegra, no iba a dejar que se perdiera de la gran conversación.
—¿No tienen algo que decirnos?
Los jóvenes están sentados en el suelo, frente a sus madres que están en el sofá más amplio.
—Si, pero ella no quiere que hable. —Dice Lucas antes de cubrir su cabeza con sus brazos, por si la chica a su lado quiere golpearlo.
—¡Yukhei! —Intenta pegarle, pero la mirada de las señoras la hacen detenerse. Suspira antes de decir lo que ansían escuchar. —Estamos intentando ser novios, nos dimos cuenta que no nos veíamos solo como amigos.
Tratan de no celebrar ante la revelación, simplemente intercambian miradas de complicidad.
—Tardaron un poco, ¿no lo creen?
—Si, fue mi culpa. —Continúa ella. Les explica el porqué ignoró por tanto tiempo sus sentimientos, por primera vez admite en voz alta lo mucho que le afecto el divorcio de sus padres y como eso también influyó en su manera de pensar sobre la duración de las relaciones amorosas.
Porque, aunque ha tenido novios antes, nunca llegó a pensar que estaría por el resto de su vida con alguno de ellos. Excepto con Lucas (aunque no ha sido su novio), él llegó a su vida en el momento adecuado, estuvo a su lado cuando más necesitaba la compañía y el apoyo de alguien. Llegó a alegrar sus días.
Y como ya se mencionado antes, para no perderlo, prefirió solo tener una amistad con él.
—Pero ahora confío en que todo estará bien, ya hemos estado lejos por mucho tiempo y nada cambió. —Finaliza su discurso, mira a su madre que está tratando de no llorar, ella no tenía idea de que su hija también sufrió las consecuencias de su divorcio.
Ahora que la verdad ha sido revelada, reciben felicitaciones por parte de sus madres, les desean una relación larga y que se sigan tratando tan bien como lo han hecho hasta este momento.
La madre de Yuqi finaliza con una advertencia para el chico <<Ahora estaré más al pendiente del tiempo que pasan solos en la habitación, siempre con la puerta abierta y con Bella acompañándolos>>
. . .
En su habitación predominaba el silencio hasta que su celular sonó, una llamada entrante que interrumpió su concentración y logró desviar la línea del delineado en sus ojos. La molestia la abandona en cuanto ve el nombre del causante.
—¿Ya estás lista? Estoy por llegar.
—¿A dónde iremos? —Busca algo para limpiar su arruinado maquillaje.
—A un lugar al que hace tiempo no vamos, al acuario.
—¿Seguro que vienes para acá y no al aeropuerto? La última vez me dejaste esperándote. —Bromea, pero en el fondo, muy en el fondo, le duele el recordar aquello.
—No, eso no volverá a pasar.
Intercambian un par de frases más y terminan la llamada, Yuqi se apresura a terminar con su maquillaje para irse a la sala a esperarlo. Prácticamente, ya viven la vida como novios, es oficial, la transición no fue para nada complicada y esta ida al acuario es su quinta cita de la semana.
Después de la charla con sus madres, Yuqi se sintió que se le fue un peso de encima.
<<Ya llegué>>
Ese mensaje es su señal para bajar, ya que su madre no está en casa no tiene caso que él suba.
En cuanto lo ve recargado del auto, con los lentes negros (a pesar de que el sol no brilla con tanta intensidad), corre para darle un fuerte y cálido abrazo. Posteriormente, busca darle un beso en la mejilla.
—Muy corto, quiero otro. —Dice Lucas señalando su boca. Ella niega con la cabeza. —Entonces es mi turno. —Colocando una mano en su espalda la pega a él para besarla.
Durante el camino hasta el acuario hablan sobre la no muy lejana despedida, ya son menos los días que faltan para que Lucas, Mia y Bella vuelvan a Estados Unidos. El no tan esperado día es el lunes de la segunda semana de enero. Les quedan aproximadamente quince días juntos.
—Joohyun y Seulgi me recordaron anoche que tenemos una cita triple pendiente.
—Solo porque no conocen a Jaemin y Mia, sino podría ser cuádruple. Ah, estos niños, se enamoraron demasiado rápido. —Aprovecha que la luz del semáforo está en rojo para sujetar su mano.
—Aún no lo admiten, pero ya hice una apuesta con tu padrastro de que sucederá antes de que se vayan.
Recordando su primera visita al acuario hace tantos años, deciden recrear todas las fotos que tomaron, comienzan con la fotografía de sus brazaletes de acceso. Al final del recorrido hacen una comparación de las fotos (que Yuqi aún conserva, a pesar de que ha cambiado demasiadas veces de celular).
—Que cosita tan adorable, te veías tan tierna. ¿Qué te ha pasado? —Dice al ver la última de las fotos viejas.
—He madurado. —Pellizca levemente su brazo. —Pero puedo ser adorable cuando quiera. —Coloca sus manos alrededor de sus mejillas y abulta los labios.
—Aegyo no, me matarás con tanta dulzura. —Besa su frente y después la punta de su nariz.
Y para finalizar su cita, van a la banca de los recuerdos. Yuqi menciona que es la tercera vez que está ahí, de manera breve le habla de su segunda ves ahí, cuando él se fue.
—Aquí estuvimos a punto de besarnos por primera vez. —Lo sorprende al decir eso. —¿Qué? ¿Creíste qué no me di cuenta?
—Me pregunto que sería de nosotros si no me hubiera detenido, ¿crees que ahora estaríamos aquí?
—No lo sé y te diré que no pensaré en eso. Me gusta como son las cosas en este momento, no cambiaría nada. —Busca darle un beso, después lo abraza con fuerza.
—Creo que yo tampoco.
Esa noche aprovechan que Mia esta de viaje con Jaemin para quedarse en el departamento de Lucas, Yuqi le avisa a su madre que no volverá esa noche y le pide que cuide bien de su nieta (aunque esta de mas decirle eso, últimamente se preocupa más por Bella que por la misma Yuqi).
Antes de irse a la cama, se sientan en los bancos de la barra para conversar mientras beben una taza de chocolate caliente que compraron de camino a ahí, de entre todo lo que hablan, salen a relucir los tatuajes de Mia y Lucas menciona que deberían hacerse otro, Yuqi se niega rotundamente, no combina con ella tener tinta negra en la piel, en cambio, lo anima a hacerse un segundo si es lo que tanto quiere.
—De hecho, sería el tercero.
—¿Cómo? ¿Te tatuaste? ¿Dónde? ¿Por qué no me lo habías dicho?
—Simplemente no hubo momento adecuado.
Cuando coloca sus manos en la cintura, Yuqi no entiende que le está mostrando la ubicación. Ella sigue insistiendo en que se lo muestre, hasta que milagrosamente entiende.
Lucas levanta un poco su playera, dejando ver en su costado izquierdo el tatuaje. Yuqi trata de tocarlo, pero él no la deja.
—¿Qué?
—No quiero que me toques. —Lo dice tan serio que por un momento Yuqi planea detenerse, pero sus ganas de molestarlo son más grandes que continúa intentando. —Detente o tendrás que afrontar las consecuencias.
—¡No! —Continúa tratando de hacerle cosquillas hasta que él se levanta y la carga, llevándola en su hombro como costal de papas la lleva a su habitación y la deja sobre la cama.
Mientras eso ocurre, los pensamientos de Yuqi viajan hasta quien sabe dónde, tratando de analizar su situación actual, solo están ellos dos en casa, él no quiere que lo toque, ahora son novios... Oh por Dios, hasta este momento, nunca había pensado en eso.
—¡Wong Yukhei! —Grita al caer en el colchón, oculta la cabeza con sus brazos y se hace bolita. Pero no ocurre nada, teme mirarlo, lentamente baja los brazos.
Lucas le está dando la espalda, está buscando algo en su armario, poco después se voltea, con ropa en las manos.
—Tengo sueño, me avisas cuando estés cambiada.
Uff, falsa alarma.
—¿Qué te pasa? —Ya están acostados, pero aún hay iluminación.
—Nada, ¿por?
—Estas roja, ¿acaso tienes fiebre?
—No, creo que el chocolate estaba demasiado tibio.
—Si te sientes mal dímelo, puedo ir a comprar medicamentos o preguntarle a mi mamá por algún remedio.
—Estoy bien, en serio.
—¿Segura?
—Totalmente, solo quiero que me abraces muy fuerte.
Pasa un rato y Lucas aun no logra conciliar el sueño, se entretiene acariciando el cabello de Yuqi, no puede creer que pronto se separaran de nuevo. Por lo menos esta vez será diferente y no perderán comunicación, pero, eso tal vez solo provoque que la extrañé aún más.
—Yuqi. —Dice casi en un susurro.
—¿Qué? —Tarda un poco, pero responde.
—Te he amado desde que teníamos dieciocho y planeo hacerlo hasta el día que muera. —Las palabras que ha querido decir desde hace tiempo por fin salen de su boca. No sabe si realmente fueron escuchadas, pero eso no es un problema, las repetirá cientos de veces después.
—Yo también. —Tarda un poco en llegar, pero obtiene una respuesta.
. . .
Esta tratando de ser fuerte y no llorar, pero Jaemin y Mia no ayudan mucho. Parece que están en una película, la escena es totalmente dramática.
—No soportare no llorar por mucho tiempo más. —Le dice Lucas.
—No hay que evitarlo más, leí por ahí que llorar hace que las pestañas crezcan, tiene algo que ver con el sodio que hay en las lágrimas.
—Eso explica porque las tuyas son tan largas. —Bromea, pero no sonríe como debería. —Ven. —Es el abrazo de despedida, ya no reprimen las lágrimas.
Los días se pasaron casi volando, apenas se terminaban de recuperar de su celebración de año nuevo cuando comenzaron con los preparativos del viaje.
La noche que Lucas empacaba, tardo horas haciéndolo porque Yuqi no quería salirse de la maleta. <<SiTu Mo, sal de ahí>> fue una de las tantas cosas que le dijo para tratar de sacarla de ahí, en esta trato de recrear una escena de un drama que vieron juntos cuando recién se estreno. Pero a pesar de todos los berrinches que ella le hizo, Yuqi nunca le dijo <<No te vayas>>
—Es hora de despedirnos. —La suelta. —Usa el auto las veces que quieras, consideralo tuyo, pero no se te ocurra subir a ningún hombre.
—Entonces Jaemin volverá caminando a casa.
—Bueno, hay excepciones, pero son muy pocas.
Se dirigen a la otra pareja, Yuqi se despide de Mia y le pide cuidar de su chico, lo mismo le pide ella, <<Avisame si alguien trata de robarmelo, vendré enseguida>> es lo que le dice. Mientras Lucas y Jaemin tienen una conversación similar.
—Entenderé que no siempre puedas responder mis mensajes y llamadas por la gran diferencia de horarios, pero prométeme que no desaparecerás.
—No lo haré, lo juro. Ahora por favor besame, no se cuando pueda volver a...
No espera a que termine la oración, se para de puntillas y lo agarra de las mejillas para unir sus labios, él sube sus manos a su cintura, el beso se siente eterno a pesar que dura solo unos cuantos segundos.
Una vez que desaparecen de su vista, esperan unos minutos más, después con la cabeza gacha se dirigen a la salida. Caminan hasta llegar al auto de Lucas, Yuqi sube como copiloto y Jaemin tras el volante. No lo pone en marcha al instante, todavía se quedan un rato mirando al vacío, pensando en lo mucho que extrañarán a esas personas (y animal) que acaba de subir al avión.
—¿Realmente los dejaremos ir así? —De repente pregunta él.
—¿Deberíamos tomar el siguiente vuelo? —Responde ella, se miran y asienten.
Se apresuran a salir del vehículo y corren de nuevo al interior del aeropuerto. Agotados llegan a los mostradores, bueno, en realidad a unos metros de ellos.
—Espera, no tengo mi pasaporte. —Dice Jaemin. Yuqi trata de recuperar el aire.
—Y yo no tengo suficiente dinero. —Responde ella.
—Deberíamos organizar esto mejor y ahorrar mucho, ¿te parece?
—Si. Es lo mejor.
—Entonces, ¿cenamos? Nosotros cuatro, es decir, tu y yo junto a nuestros corazones rotos.
—Vamos, no quiero seguir llorando aquí.
<<Llámame cuando aterricen, no importa que hora sea. Te quiero mucho y ya te extraño>>
Escribe Yuqi antes de abrir la puerta del carro, cuando levanta la vista hacia el cielo ve pasar un avión, no está segura si es ese el que abordaron, agita su mano de izquierda a derecha hacia el por si acaso.
Fin.
Si, es real, esto ha terminado. Lonely ha llegado a su fin. Mientras comienzo a escribir este mensaje aun es 19 de julio, pero cuando sea publicado este capítulo veinte ya será 20 de julio, lunes 20.
Omg! De nuevo estoy siendo dramática...
Con esta historia comprobé que me gusta mucho hacer spin-offs de mis historias, es decir, todo comenzó con VD, después siguió MN y cuando comencé Lonely, no tenía tanta fe, es decir, si sabía de qué iba a tratar y todo eso, pero tenía problemas con el desarrollo... Y ahora que he llegado al final me siento peor que cuando finalice MN. Extrañare tanto escribir aquí.
Me prometí terminar esta pequeña serie con el Luqi, me decía que ya era momento de continuar con una historia fuera de este mundo que me cree, pero hay una pequeña idea rondando en mi mente, que ya no se que hacer. Cualquier cosa, les avisaré.
En fin, terminaré mi discurso agradeciéndoles todo el apoyo a Lonely, aprecio cada voto y comentario, gracias por leerla, muchas gracias.
Sus comentarios alegraron mis días/tardes/noches, díganme exagerada, pero cuando tenga oportunidad (y comience un bullet journal) imprimire sus comentarios, realmente fueron mi motivación para esforzarme y traerles cada capítulo.
En serio, muchas gracias por todo.
Habrá epílogo, lo publicaré en estos días.
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