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Once: Día de limpieza.


"Ven por mi", es lo que dice el mensaje que Lucas le envió a las 6 AM, después está adjunta una ubicación.

Se levanta porque no sabe si le paso algo, bien podría tratarse de algo sin importancia, pero ella nunca ha faltado a ningúna llamada de ayuda de su amigo.

Tratando de no despertar a su madre sale de su casa, encuentra rápidamente un taxi libre y le muestra la ubicación.

Hace tiempo que no se levantaba temprano un domingo.

<<¿Qué haces aquí Yukhei?>>, se pregunta cuando ve las calles. Solitarias y de mal aspecto, ve algunos letreros de clubes nocturnos y un poco de temor entra en ella.

En su cabeza crea diversos escenarios, en algunos ve Lucas en una fiesta y metiéndose en problemas con gente de ahí. Pide al conductor detenerse cuando ve el auto de su amigo.

Al asomarse en el interior lo encuentra dormido en el asiento del copiloto. Trata de abrir la puerta, pero tiene seguro. Rodea el vehículo para estar en el mismo lado. Saca su celular y lo llama, él despierta y se asusta al verla. Rápidamente quita el seguro y le hace señas para que suba.

Yuqi se acomoda detrás del volante, lo mira detenidamente. Se ve horrible.

—Creí que tenías indigestión, pero ¿viniste a una fiesta? ¿Por qué sigues aquí y no estás en casa? —Conforme las palabras salen de su boca, se va inclinando hacia él. —Bueno, puedo concluir que te excediste al beber. Hiciste bien al no conducir, pero ¿por qué sigues aquí y me despiertas a las seis?

No está enojada, lo regaña porque la hizo preocuparse, es un alivio que esté bien.

—Es que... Yo... Hmmm... Me duele la cabeza, y así no puedo conducir. Perdóname, por todo.

—Si, te perdono. Fue un pequeño susto, nada grave. Ahora ya cuéntame, ¿qué fue lo que pasó?

Lo piensa bien antes de decir algo, al final, se agacha para recoger algo junto a sus pies. Los ojos de Yuqi se abren más por el asombro, incluso su boca forma una "o", sube sus manos para cubrirla y para evitar soltar una carcajada.

Lucas sostiene una zapatilla con vergüenza. Es lo único que queda de Eunbin después de lo sucedido la noche anterior.

—¡No puede ser! ¿Te acostaste con alguien aquí en tu auto? No, no, no. Me voy, no volveré a subirme aquí. Adiós, suerte con tu dolor de cabeza. —Para hacer más realista su drama, abre la puerta. Ahora entiende porqué está despeinado y su ropa está arrugada.

—¡Para nada! —Lucas suelta el zapato y se estira para cerrar de nuevo la puerta. —No pasó nada de eso. Solo fueron besos, admito que si pudo haber ocurrido, pero me arrepentí. Y después la mandé en un taxi a su casa.

—¿Cómo pudiste dejarla ir así? Debe odiarte.

—No, no lo creo. Dijo que me llamaría.

—¿La conocías de antes?

—Si, es Eunbin. La chica de la entrevista.

—Me mentiste, dijiste que nada que ver con ella. —Golpea su cabeza, rápidamente se arrepiente, él dijo que le duele. —Hablaremos después sobre esto, te llevare a casa para que te des un baño porque apestas a alcohol y te conseguiré algo para el dolor de cabeza.

—Gracias Yu, sabía que me salvarías. —Intenta abrazarla, pero ella bromeando lo rechaza.

Pone en marcha el vehículo y mientras se dirigen a la casa de Lucas, le pide más detalles sobre su cita con Eunbin. Él finge quedarse dormido para evitar hablar.

Yuqi aprendió a conducir porque Lucas le enseño, cuando recibió su auto, ella fue la segunda persona en subirse (después de él). Bromeando mencionó que debería enseñarle a conducir por alguna emergencia, Lucas se lo tomó muy en serio y días después comenzaron con sus lecciones. Hasta este momento, no se había sentado detrás del volante.









Al llegar al departamento, Yuqi fue directo a la cocina mientras que él fue a ducharse. De camino pasaron a una farmacia por pastillas para el dolor.

Salió del baño con el cabello goteando y con su pijama puesta. Se sentó en un banco para esperar su desayuno preparado por Yuqi.

—No esperes una sopa para la resaca o algo, encontré comida en el refrigerador y la calenté. —Deja el plato frente a él y le quita la toalla que lleva en el cuello.

Mientras que Lucas come, ella se sube a otro banco para secarle el cabello. Tiene que incarse para estar más alta que él y hacer más sencilla la tarea. Un movimiento mal calculado hace que una de sus piernas resbale, alcanza a sujetarse, su mano izquierda agarra con fuerza el cabello de Lucas, mientras que la izquierda se apoya de la barra. Pero eso no es todo, él también evita que caiga rodeando su cintura con su brazo.

Por suerte no movió el banco de lugar como pensaba hacer, se habría caído.

—Yo puedo hacerlo después. —Dice Lucas.

No es la primera vez que la sostiene y evita que caiga. No es la primera vez que lo ve recién salido de ducharse. No es la primera vez que están tan cerca.

Sin embargo, no puede evitar quedar inmóvil. Ni siquiera parpadea, lo mira fijamente. Como si estuviese descubriendo algo nuevo.

—Duele, ¿sabes? —Sus palabras la sacan de su trance. Suelta por fin el cabello de Lucas.

—Perdón. —Responde mientras se sienta correctamente.

—¿Viaje astral? ¿A dónde?

—No lo sé. —Se limita a responder mientras lleva el plato sucio al fregadero.

—A veces me asustas. —Lucas la sigue, la detiene de agarrar la esponja. Sutilmente la aparta, él se encargará de los trastes sucios. —¿Qué me dijiste a mamá? Sobre salir tan temprano, ¿mencionaste mi nombre?

—Cierto, mi mamá. No le dije nada, salí a escondidas. La llamaré, no quiero que se asuste.

—Dile que amanecí enfermo, muy enfermo. No menciones que estaba fuera de un bar.

—De hecho, no estabas afuera de un bar, sino a muchos metros de uno.

Escribe rápidamente el mensaje y un par de minutos después recibe respuesta. Aparentemente su madre no está molesta, tendrá que averiguarlo cuando regrese.

—Por cierto, ¿hace cuánto limpiaste correctamente el refrigerador? Me encontré con muchas cosas raras.

—No lo sé, solo checo que nada este caducado. Pero para que estés tranquila, te prometo que lo limpiare. En este momento no porque tengo sueño, tal vez más tarde o mañana.

—Puedo echarte una mano, hoy estoy libre.

—¿No saldrás con Dong?

—No le he escrito aún, es algo temprano. —Dice mientras busca en los cajones un trapo.

—No Yu, no tienes que hacerlo me encargaré después. —Decidido le quita el trapo y se recarga del refrigerador.

—Está bien, está bien. Me voy, ve a acostarte. Pasaré al baño antes de irme. —Sale de la cocina para dirigirse al baño, no entra, espera a que él la alcance.

—Espero a que te vayas.

—Cerraré bien, anda, duerme. —Lo empuja hasta su habitación.

Entra al baño y espera unos segundos para bajar la palanca. Se lava las manos y sale. La puerta de la habitación sigue igual, cerrada. Grita un <<Ya me voy>> y camina hasta la puerta. La abre y vuelve a cerrarla.

No se irá sin limpiar ese refrigerador, sabe muy bien que Lucas no lo hará. Trata de no hacer ruido para que él no sepa que sigue ahí.









. . .









Despierta sediento, ya no le duele la cabeza. Revisa la hora y ve que ya es medio día. Se levanta con el objetivo de ir a buscar agua. Apenas abre la puerta de su habitación a su nariz llega el olor a jabón. Sigue su camino pensando que puede provocar tal olor.

Casi le da un infarto al ver a Yuqi en la cocina, lavando trastes frente al fregadero. Conforme se va acercando mira todo el lugar, las gavetas superiores están abiertas y vacías, puede concluir que todas estas horas las ha pasado limpiando.

Yuqi mueve su cabeza de un lado a otro, está escuchando música con audífonos. Por eso no se ha dado cuenta que Lucas esta cada vez más cerca de ella.

—¿Qué estás haciendo? —Dice a la vez que le quita los audífonos. Yuqi salta por el susto y suelta el plato.

—Lucas, despertaste. ¿Dormiste bien?

—¿Por qué sigues aquí? Te dije claramente que me ocuparía de esto.

—Solo iba a limpiar el refri, pero entonces me di cuenta que había mucho polvo y decidí hacer una limpieza profunda. Lo siento.

—Tu no tienes remedio. —Va por un banco de la barra para que se siente mientras sigue lavando trastes, mientras que él los seca y guarda.

—Se nota la falta de una presencia femenina aquí, recuerdo que cuando tu madre estaba aquí todo estaba reluciente.

—Entonces cambiemos de casa, tu te vienes a vivir aquí y no me voy con tu mamá. Al fin y al cabo, ya me trata como su hijo.

Toma un poco de espuma y se lo avienta a la cara. Esto desata una pelea de jabón (y un poco de agua), al final terminan mojados.

—Creo que aún hay ropa tuya aquí, ve a cambiarte, yo limpiare tu desastre y después terminamos con esto. —Propone Lucas. Yuqi asiente y se va de la cocina.

Cuando vuelve, el piso está seco. —No encontré nada mío, tomé esta playera.

Ahora es el turno de Lucas, en un abrir y cerrar de ojos ya está de nuevo con ella. Terminan de lavar y secar los trastes para proceder a guardarlos.

—Ahora si ya está limpio, ¿Debería continuar con el baño?

—No, suficiente. Gracias Yu, pero no permitiré que hagas algo más. —La atrae hacia él para abrazarla. —No se que haría sin tu Yu. Eres la mejor.

—Y yo sin ti estoy perdida, cómprame un helado para pagarme por la limpieza.

—Te compraría toda la heladería si tuviera ya un empleo. Deja que me cambie, sería extraño salir usando mi pijama.













—Y ahora vamos por ese helado.

Mientras se dirigían a la heladería Lucas recordó que ella no había desayunado. La llevó a comer algo delicioso, como postre tendrían helado.

—¿Cuándo recibirás los resultados de las entrevistas?

—Esta semana, ambas.

—Si quedas en ambas, ¿Cuál elegirás?

—Le segunda empresa a la que fui, ahí está el empleo de mis sueños. Fui a la primera más que nada para saber como funcionaba eso de las entrevistas y practicar para no arruinar la importante.

—Muy inteligente de tu parte Yuk.












—Voy a visitar a mi madre. Te llamo más tarde.

Están frente al edificio de Yuqi, después de comer el helado y caminar por ahí, decidieron que ya era hora de despedirse.

—Adiós Lucas. —Dice al bajar. Su vista se desvía un poco y ve a Doyoung a unos metros. —Dong está aquí, adiós.

Despide a su amigo y corre con su novio, ella lo abraza antes de que el pueda extender sus brazos.

—Te llame muchas veces, ¿dónde estabas?

—Lucas tuvo una emergencia, fui a verlo. Y perdón por no responder, tenía el celular en silencio, para no despertarlo.

—Entiendo. Venía para llevarte a comer, pero presiento que ya lo hiciste. —No puede evitar mirar por varios segundos la playera que usa, es demasiado obvio que no le pertenece.

—Si, pero podríamos hacer otra cosa, una película quizá. —Sugiere Yuqi con entusiasmo.

Doyoung la suelta diciendo que su celular está sonando, Yuqi no escucha nada, él interpreta el gesto en su rostro y le dice que tiene el teléfono en vibración.

Se aleja unos pasos para que pueda responder a gusto.

—Tengo que irme, asuntos en casa. Por lo menos ya te vi. —La atrae hacia él para besarla. —Ya no tengas el teléfono en silencio, me gusta oír tu voz. —Dice al separarse.

—No volverá a pasar, a menos que esté en el trabajo. —Lo abraza una vez más, cuando se separa le dice adiós. Camina hasta la puerta de su edificio y desde ahí lo ve subir a su auto.

Ahora debe apresurarse a entrar y enfrentar a su madre, mientras sube por las escaleras hasta su piso ensaya las palabras exactas que dirá para evitar ser castigada, ya es una mujer mayor, pero aún respeta las reglas de su madre y así será hasta que tenga un hogar propio.























Iba a esperar la noche para publicar esto, pero no pude resistir, quería que ya leyeran el  siguiente capítulo.

Dos mil palabras, me he superado
(en esta historia).
Presiento que los siguientes capítulos serán similares. Según mi lista de planificación, ya pasamos la mitad de esta historia.

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