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четыре

¿Crees que debería cortarme el cabello?—preguntó, mientras que Yuuri lo ayudaba a desempacar las pocas cajas que tenía del Lamborghini Veneno de Viktor al apartamento que había comprado. El peliblanco seguía entretenido dentro del carro jugando con los tres gatos de Yuri, y por eso el japonés era quien lo estaba ayudando con las cosas.

  El pelinegro dejó con cuidado la caja sobre la barra de la cocina, llevándose un dedo a la barbilla antes de sonreír.

Depende, ¿quieres cortártelo?—rió un poco, agitando con una mano sus cortos mechones azabaches—. Personalmente me gusta cómo se ve ahora, aunque si quieres intentar deshacerte de él por la razón que sea, no me molestaría ayudarte a buscar un nuevo estilo. Podríamos encontrar un corte bonito que no te cayera en los ojos cada vez que olvidas tu liga en el entrenamiento.

  Acomodó unas cajas más en el suelo y les regaló una sonrisa satisfactoria antes de voltearse a Yuri y guiñar, sacudiéndose un poco de polvo de las palmas de las manos en el pantalón. Se echó el flequillo de lado soplando antes de acomodarse los lentes.

—Bueno, parece que eso es todo. ¿Quieres que vaya por Viktor y salgamos a comer?

  Yuri asintió, mordiéndose el interior de la mejilla.


  Elegir dónde iban a comer había resultado... desesperante, por falta de una mejor palabra.

  El problema era que Viktor quería comer en alguno de sus lugares finos — pero Yuuri tenía mucha hambre y no le quedaban ganas de ir a comprar un traje solo para comer con su familia, además que Yuri ya estaba hasta la madre de la gente prepotente que actuaba como si el mundo fuera su patio de juegos solo porque tenía dinero.

  Aunque ese no fue el verdadero problema, oh no. Convencer a Viktor de salir a comer como la gente común y corriente habría sido demasiado fácil, en especial porque Yuuri Katsuki podía convencerlo de absolutamente cualquier cosa. No, el problema era la comida.

  Porque las opciones podrían haberse abierto una vez que Viktor se bajó de esa nube hecha de billetes en la que tango le gustaba pasearse, pero ahora el problema era cuál de esas opciones iban a tomar.

—Yo quiero chingarme unos pinches tacos—dijo el japonés, que había pasado demasiado tiempo hablando con Leo para su propio bien.

—Pero a mí se me antoja un fondue—Viktor hizo un mohín, cruzándose de brazos.

—Yo quiero sushi, no mamen—Yuri se pasó una mano por el pelo, golpeando agresivamente la planta del pie contra el suelo.

  Gruñeron al unísono.


  Terminaron sentados en una pequeña pizzería cerca al apartamento, esperando a que el mesero les llevara la comida por la que ambos Yuris estaban muriendo.

  Viktor solo reía mientras se quitaba distraídamente los pelos de gatos del suéter, platicando animadamente acerca de qué tan divertidos eran los gatos y cómo quería adoptar uno.

—Scusami per averti fatto aspettare, Yuuri—dijo Sala, deslizándose en una silla al lado del japonés. Llevaba el cabello recogido en un elegante moño y un vestido celeste que parecía de princesa—. Mila me ha retenido más de lo que esperaba.

  La italiana rió contra su mano, sus orbes violetas brillando mientras empezaba a contar su loca aventura de día en San Petersburgo. Yuri se dedicó a escudriñarla con la mirada, ella iba a pasar un par de meses en Rusia con Yakov y los demás patinadores, principalmente para darse un respiro — si era de las competencias, su vida en Italia o de Michele, no estaba seguro. Pero Mila y Yuuri habían parecido explotar de emoción al escuchar las noticias, ambos impacientes a ofrecerle estadía y a enseñarle el lugar, así que no iba a reclamar mucho.

  Sala seguía hablando y hablando, solo cerrando la boca cuando la pizza les fue puesta enfrente.

—Oh, ¡ésta margherita está deliciosa!—exclamó, dándole una mordida, sus pupilas se expandieron—. ¡Sabe a casa! La has elegido tú, ¿Yuuri? Sei di buona forchetta, caro.

  Viktor le dedicó una mirada confundida a Yuri cuando su esposo comenzó a responder en un italiano fluido, sonrojado, orgulloso y preguntándose de dónde diablos habría aprendido el idioma. La conversación entre ellos seguía fluyendo y el rubio apretó los labios en una fina línea.

Sei rimasta qui con la tua amica? Ah, e dove sono stati vuoi?—respondió el japonés, sorbiendo un poco de la spremuta di arancia que había ordenado.

  Yuri se encogió de hombros, llevándose un pedazo de pizza a la boca.

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Nota: esta historia va siguiendo la idea de que para 2017 las edades de Yuuri, Viktor y Yuri son 24, 28 y 16, respectivamente. Eso significaría que para 2019 estas cifras cambiarían a 26, 30 y 18. Según mi investigación [*cof, cof* Wikipedia *cof, cof* :v] la mayoría de edad en Rusia (y en medio mundo wtf) se alcanza a los dieciocho años. Y como la gata dizque autosuficiente que Yuri finge ser, estoy segura intentaría salirse de casa de Yakov [vámonos a la verga we xdxdxdd] a vivir por su cuenta tan pronto fuera legal. :^)

Also, no sé si ya se dieron cuenta, pero las cosas italianas son mis bebés alv. :v Trajes de Giorgio Armani, Lamborghinis, pizza margherita. Per me l'Italia è amore, l'Italia è vita. <3

También, Viktor kga dinero o kcio, pero el peo' es que tiene bishete hasta pa' limpiarse el qlo. 'Ste men, haciéndome más fácil el meter mis caprichos a la historia. Lofiu beibi. <3333

Traducciones bc zoi un dioz bnvolnt xdxdxdddd:

  Scusami per averti fatto aspettare, Yuuri: Perdóname por haberte hecho esperar, Yuuri.

  Sei di buona forchetta, caro: "Buona forchetta" se traduce literalmente como "buen tenedor", y en Italia es una expresión utilizada para decir que la gente tiene buen gusto en la comida. "Foodies" pueh, para los nacos que se quieran creer gringos, ew. :v La traducción sería: tienes buen gusto en la comida, cariño.

  Sei rimasta qui con la tua amica? Ah, e dove sono stati vuoi?: ¿Estás aquí con una amiga? ¿Y dónde se están quedando ustedes? [9u6 Sala no está sola (spoiler: se llama Cocina xdxdxddd)]

  Spremuta di arancia: En Italia existe el "succo" y la "spremuta". La spremuta es, literalmente, exprimido. Todo lo que se pueda exprimir califica como spremuta: las naranjas, los limones, las toronjas. Por otro lado, todo eso que no se puede exprimir cuenta como succo o jugo: la piña, el tomate, la sandía. Spremuta di arancia es exprimido de naranja, aunque como en el español no existe esa clasificación, se traduce como "jugo de naranja".

  Lery la políglota ha hablado ;v 

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