Nuevamente en el callejón, cada día perdía más la esperanza de volver a verlo;-Te extraño...-Murmuró tocando su anillo.

Y de nuevo ahí estaba la persona que la vigilaba cada vez que iba ahí, le resulto extraño que incluso de noche el estuviera pendiente de su presencia pero esta vez se cansó, apretó los puños dirigiéndose al hogar del misterioso hombre o mujer.

"ODONTOLOGO"

Fue lo único que leyó antes de tocar la puerta tomando una postura firme en caso de que la quisiera atacar, había sido suficiente con el disparo del idiota novio psicopata de Vanya.

-¿Caries?-Habló nervioso.

-Mucho mejor.-Sonrió con inocencia antes de soltarle una patada a la puerta obligándolo a retroceder.

Con su poder cerró la puerta asegurándola y atrajo a ella un objeto filoso para así obligarlo apoyarse a una pared suplicando que no lo lastime.

-Patético. ¡¿Por qué me espías?!-Acercó el objeto a su cuello.

-Y-Y-Yo... P-Podrías qui-quitar eso de m-mi cuello.-Tartamudeo mientras temblaba.

-Tienes 15 segundos para explicarte antes de que corte cuello de extremo a extremo.-Apartó el objeto.-Uno, dos, tres...

-¡El niño! ¡El niño!-Gritó asustado.

-¿Niño? ¡Five! ¿Dónde está?-Volvió acercar el objeto haciéndolo gritar.

-E-En el club nocturno de Jack Ruby.-Intentó hacer memoria.-Dijo que tenía que encontrar a sus hermanos y esposa...

-¿Club nocturno?-Frunció el ceño.-Oh claro que me va encontrar.

Soltó con fuerza el objeto contra el suelo antes de caminar de un lado al otro como loca para así decidirse a ir.

-Volveré y si no te encuentro aquí te juro que te voy a buscar hasta por debajo de la tierra y te despedazaré como lo voy a hacer con Five en este momento.-Gruñó saliendo del lugar echa una furia.

-Lo siento pero no la puedo dejar entrar sin su identificación.

-Mi puño va a ser la única identificación que va a tener si no me deja entrar ahora.-Lo miró de mala gana.-¿Si te doy 100 dólares te largas de aquí y me dejas entrar?

El hombre no se lo pensó dos veces antes de aceptar el trato dejando a una enojada Etamin satisfecha al entrar, el club estaba lleno de hombres gritando por las bailarinas, mujeres semidesnudas bailaban en un escenario.

Y ahí estaba el observando a una de las bailarinas con tanta serenidad que la ponía incluso más furiosa de lo que ya estaba, tomó asiento a su lado y cruzó sus piernas para así saludar;-¿Es divertido para ti dejar a tu esposa tres años en una época de mierda y venir a disfrutar de bailarinas?

Five al ver ese cabello de fuego y sus ojos azules como el cielo se mantuvo en silencio;-Etamin, ¡Ah!-Soltó con miedo cuando ella lo tomó de la corbata obligándolo a verla más de cerca.

-No te pregunté mi nombre.-Gruñó con los celos llegando hasta el cielo.-Responde ¿Qué haces aquí? Antes de que te saque de este lugar pero a patadas.

-Oh cariño, tal dulce como siempre.-Sonrió como si fuera un adolescente enamorado y de cierta forma lo era.-Creo que la explicación está justo aquí.

-Demasiado joven para ti, hermano.-Bromeó Luther mirando a la bailarina.-Etamin si quieres arrancarle la corbata a Five hay cuartos cerca de aquí.

-Lo que haga o no con mi esposo no te incumbe.-Etamin soltó la corbata de Five con su rostro sonrojado.

-Uh, Etamin hasta aquí puedo oler tus hormonas de adolescente.-Fingió una arcada.

-Al menos mi primera vez no fue a los 30 luego de que mi hermano me drogara.-Recordó aquel momento en los bolos cuando Klaus confesó en secreto de Luther.

-Tu ganas.-Habló levantando sus manos en son de inocencia.

-¿Cuanto tiempo llevas aquí?-Habló un sonrojado Five.

-Un año.-Habló tosco.

-Lo siento, a los dos, imagino que no fue fácil.-Tomó la mano de Etamin.-Pero tenemos que detener el Apocalipsis.

-Noticia, es 1963 y el Apocalipsis en 2019.-Intervino Etamin.

-No, nos siguió, tenemos once días antes de que suceda.

-Paso de esto.-Luther habló sin mucho interés.

-Luther no lo entiendes.

-Claro que si, no me pienso volver a meter al juego de los superhéroes. Haz lo que quieras yo tengo trabajo que hacer.-Luther amargado les dio la espalda marchándose a sacar a un hombre borracho del lugar.

Etamin sin ganas de ser ignorada se levantó privándolo de seguir caminando;-Escucha, se que tú eres un poco más consiente que Five así que váyanse antes de que los saque.

-Me pones un dedo encima y tendrás que rezar por que te consigan otro cuerpo de mono.-Gruñó.-Escúchame, se lo que es estar atrapado en el tiempo sin saber si volverás a ver a tu familia y estar en un lugar desconocido teniendo que crear una nueva vida solo, pero ya no lo estas. Tus hermanos están en cualquier lugar de Dallas, Diego, Klaus e incluso Allison...

Luther se lo pensó varios minutos pero esta vez no dio respuesta tan solo se limitó a marcharse en silencio dejándolos a solas, pero la pelirroja aún seguía de brazos cruzados por la situación que había pasado.

-¿Aún estás enojada?-Rió Five sosteniendo el rostro de Etamin entre sus manos.-Eres a la única mujer que amo y con quien quiero estar.

Etamin renegó en su interior por quererlo tanto, no tardó ni dos segundos en darle un beso, un beso que tanto había esperado durante esos tres años sin verle;-También te amo, Five.

-Lamento haberte dejado aquí 3 años, no tuve la suficiente energía para llevarnos a todos a la misma fecha.

-Lo importante es que ya estás aquí.-Peino su oscuro cabello.- ¿Tienes alguna idea donde están los demás?

-Diego está en un manicomio, y Luther bueno ya lo viste por ti misma.

-Mi reencuentro con Klaus fue un desastre. Robamos una camioneta y es un puto Mesías.

Five suspiró, cuánto la amaba, ni siquiera le importó lo que Luther le había dicho en ese momento tan solo quería ver a su esposa sonreír y escucharla hablar sin parar.