17
-Luces hermosa.-La mayor miró a Etamin quien modelaba un vestido.
-Me encanta.-Dio unas vueltas.
-Esperemos que tu futuro amigo Ethan piense lo mismo.-El padre prendió un tabaco.
-¿Ethan?-Preguntó la pelirroja con curiosidad.
-Escucha cariño, en los últimos años que haz vivido con nosotros te hemos considerado nuestra hija... Y es por eso que nos lo debes.-La mujer indecisa de sus palabras.-Queremos que te cases con uno de los hijos de los socios de tu padre.
-No me puedo casar.-Se cruzó de brazos.
-Hmm, te ves como de 17 no habrá problema.-El hombre hablo sin pena alguna.
-Claro que lo hay...-Miró el anillo de su dedo anular.-No me voy a casar.
-No era una pregunta, era una orden.-El hombre la miró molesto.
-¡No me voy a casar!-Ahora era ella quien estaba enojada.
-¡Etamin no me levantes la voz!
Ella apretó sus puños con fuerza mirándolo con odio, y de repente las cosas comenzaron a temblar como si de un terremoto se tratase, las luces se prendían y apagaban mientras algunas de las sirvientas salían de la mansión con miedo.
-Etamin, cálmate.-La mujer de acercó a ella susurrándole al oído.
La pelirroja suspiró ante la petición de su madre postiza y todo terminó, las luces volvieron a prenderse mientras todo dejaba de temblar.
Etamin por su parte le dio la espalda a su padre y caminó hasta su cuarto, no podía casarse, no quería que alguien le diera órdenes;-Pura mierda.-Murmuró entre dientes pero se sobresaltó cuando alguien tocó su puerta.
-Adelante.-Levantó un poco la voz.
-Señorita Etamin, su padre dice que se arregle... vendrá una familia a visitarla.-La sirvienta habló con temor.
-Ya te he dicho que puedes tutearme.-Sonrió.-Gracias por avisarme.
-De acuerdo.-La mujer se marchó.
-Etamin.-Su madre tocaba la puerta con delicadeza.-Los invitados llegaron.
La menor abrió la puerta, usaba una ropa semi formal y el cabello recogido pero a pesar de que usaba una cantidad muy ligera de maquillaje se podía notar que había llorado.
-¿Estas bien, pequeña?-La mayor preguntó a lo que Etamin solo asintió.
Durante toda la cena, Ethan el hijo del socio de su padre no paraba de mirarla como si estuviera a la persona más hermosa de ese mundo.
-Entonces... ¿Etamin?-La madre de Ethan miró curiosa a la niña.-¿Que te gusta hacer?
-Me gusta pintar, quiero ir a una universidad donde se enseñe Arte como rama principal.-Fingió querer un futuro en esa época.
-Oh, pero cuando te cases con mi hijo no tendrás que preocuparte por tonterías como estudiar.-La mujer sonrió.-Las mujeres no deben estudiar, deben dedicarse al hogar y cuidar de los hijos.
-Ese es un pensamiento muy vacío y ambiguo.-La pelirroja habló levantando un poco las cejas.-Las mujeres son más que solo cambiar pañales y tener listo el almuerzo a las 12 en punto.
El padre de Etamin iba a protestar pero la mujer levantó la mano haciendo que se silenciara, con una sonrisa de oreja a oreja habló culminando aquella conversación.
-Pues es una pena que pienses así.-Bebió un poco de su copa.-Porque eso es lo que te espera durante el resto de tu vida.-Rió un poco.
Ante sus palabras Etamin le tiró una mirada de odio haciendo que la copa que estaba en su mano se reventara alarmando a todos.
-Etamin, lleva a Ethan a conocer un poco la casa por favor.-La madre de la pelirroja habló con calma.
Está sin más remedio se levantó haciendo un movimiento con la cabeza para que el chico la siguiera.
-Y-Yo lamentó lo que dijo mi madre.-El chico habló.
-No es tu culpa.-La niña habló sin ganas.-Apuesto que también te están obligando.
-Si no me caso no me van a heredar la compañía de mi padre...-Murmuró apenado.-¿Hay alguna persona por la que no quieras que este matrimonio suceda?
-Es complicado de explicar.-Hablo segura mirando su anillo.
-Yo conocí hace un año a un chico en un curso de Aleman, era el chico más guapo que pude conocer.-Trago en seco.-Sin ofender, he de admitir que eres hermosa.
-¿Entonces porque no están juntos?-La contraria preguntó.
-Porque para mi padre el "Es una persona enferma que necesita ayuda"-Hizo comillas.
-¿Y que más da lo que digan tus padres?-Hizo una mueca dejando al chico pensativo.-Si alguien te hace feliz da igual que sea hombre o mujer.
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