15
Dallas, Texas
1960
Dallas solía ser un pueblo tranquilo en lo general, pero todo cambiaría cuando una niña de cabellos pelirrojos literalmente cayera desde el cielo dándose un fuerte golpe. Al notar la ausencia de su familia comenzó a gritar.
-¡Five! ¡Allison!-Dio vueltas como loca en su mismo lugar esperando que alguien más cayera.
Dos adultos que parecían pareja se acercaron con preocupación al verla intentar incorporarse, la menor se acercó a un periódico que estaba en el suelo, 1960 decía en el encabezado.
-¿Estás bien? ¿Que te pasó?-La mujer preguntó sosteniéndose del brazo de su pareja.
Aún desorientada los ignoró mientras una fuerte lluvia comenzaba hacerse presente;-No lo recuerdo.-Murmuró esperando que la pareja no notara su pequeña mentira.
-Ven, te llevaremos a un hospital.-El hombre le extendió su mano.-¿Como te llama?
-Etamin.-Aclaró su garganta mientras intentaba enderezarse.
Desde ese momento, consiguió una familia o algo así... por lo general se quedaba en casa ayudando a su "madre" en el aseo o iba junto a su "padre" a sus reuniones donde claro, la dejaban a fuera porque los temas a tratar eran confidenciales.
-¿De nuevo el paraguas?-La mujer se acercó a Etamin mirando el retrato.-¿Quien es el?
-Un viejo amigo...-Había también el perfil de un chico con las facciones que recordaba.-Tal vez de un sueño.-Mintió con una sonrisa ladeada.
-Ven, ayúdame en la cocina.-La guió hasta la misma y señaló unos frascos sobre la alacena.
-¿Padre no lo sabe?-Preguntó refiriéndose a sus poderes.
Hace poco tiempo le había contado algunas cosas de ella, entre ello sus poderes y claro su ahora "madre" era la más emocionada al respecto;-Claro que no, si los supiera probablemente te llevaría a algún loquero.
Sin decir nada más, hizo un movimiento con su mano bajando aquel frasco que contenía frutos secos o eso parecía.
-Te lo agradezco, ahora ve y sigue pintando al chico de tus sueños.-Pellizco la mejilla de la menor haciéndola reír.-Y no olvides que hoy iremos a comprar unos vestidos para la fiesta.
En pocos días la familia iría a una fiesta, en la que patriarca de la familia tendría una reunión, pero era lo de menos para las dos mujeres de la casa, en el tiempo en el que vivió con esa familia de millonarios Etamin se había hecho un poco más vanidosa pero sin llegar al punto de ser presumida y malcriada. De alguna manera estaba disfrutando la adolescencia que se le había negado cuando terminó en el Apocalipsis junto a Five.
-De acuerdo, espero que esta vez no hayan hecho esa falda tan corta.-Hizo una mueca.
-Como diga su majestad.-La mayor hizo una reverencia mientras comenzaban a reír.-Y deja de hacer muecas, se te harán arrugas más rápido.
-¡No de nuevo!-Tocó su rostro con ambas manos asegurándose de que lo que le había dicho no sea cierto.
Luego de probarse algunos vestidos, Etamin encontró el ideal pero había algo que la molestaba era como si la observaran desde lejos cosa que no le gustaba, adoraba tener la atención de todos pero cuando estaba considerablemente "presentable"
-Ya regreso, madre.-Murmuró dirigiéndose a la salida luego de ver como tres cabezas una más alta que la otras se intentaban esconder.
-De acuerdo, no tardes.
Al salir pudo ver a una mujer, cabello corto y piel morena quien parecía muy interesada en ella.
-¿Que quieres?
-¿Quien? ¿Yo?
-¿Te conozco?
-Hmm, no... ¡Quiero decir si!-La mayor balbuceó.
-¿Si o no?-Levantó un poco la ceja mientras cruzaba sus brazos.
-Oh, te confundí con alguien pero seguro me equivoqué.-La mujer sonrió.
-Etamin.-La madre de la pelirroja llamó su atención mientras le daba las comprar al chofer.
-Enseguida voy, madre.-Anunció antes de mirar por última vez a su contraria.
Estando ambas en el auto no se hizo ningún tipo de conversación más allá del evento al que se iban a presentar.
-Madre, ¿Podrías detenerte en este lugar?-Habló mirando una cafetería.
-Vaya que te gusta ese lugar.-Rió mirando el establecimiento.-Le diré al chofer que venga por ti en 1 hora ¿De acuerdo?
-Genial, te llevaré un poco de tarta.-Al estar frente a este el auto se detuvo.
-¡De durazno!-Chilló la mujer cuando el auto empezó andar nuevamente.
Pero Etamin había pasado esos 3 años bajándose en aquel lugar, cuando estaba lejos de la vista de la mayor se acercaba nuevamente al callejón esperando que en algún momento alguien de su familia llegase.
-¿Otra vez aquí Etamin?-Habló el dueño del lugar.
-Si, estoy esperando alguien.-Sonrió con inocencia.
-¿Ah si?-Rió dándome una taza de café.
-Si.-Aseguró hasta que notó la foto de una persona extrañamente conocida para ella.-¿Qué es eso?
-¿Hijos del destino? Un movimiento hippie.-Asomó la cabeza a la cocina.-¡Martha, ya te dije que no pongas estas cosas aquí!
Quitó el cartel a punto de arrojarlo pero la pelirroja se sobresaltó al notar la figura de alguien en este;-¡No, no, dámelo! Por favor.
Al tenerlo entre sus manos corrió fuera del lugar pasando por el callejón donde había llegado, su atención se dirigió al edificio donde alguien en una ventana había cerrado las cortinas, en la misma trayectoria en la parte del tejado habían varias antenas.
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