- Entonces, ¿completaste la tarea que la profesora McGonagall nos asignó anoche? - Lily preguntó con curiosidad.

Lily y Naomi estaban sentadas en el salón de Transformaciones. Los escritorios se exhibieron en pares de dos, y Lily y Naomi se sentaron juntas, con cinco minutos de sobra antes de que comenzara la clase. Mientras tanto, entablaron una conversación ligera y agradable.

- Sí, lo completé. ¡Aunque me tomó cuatro horas! - Naomi exclamó, y Lily asintió frenéticamente.

- ¡Lo mismo aquí! Alegrémonos de no ser los Merodeadores, con la excepción de Remus, por supuesto. Los escuché hablar de que eran demasiado flojos para hacerlo. ¿Puedes creerles? estar en el extremo receptor de la profesora McGonagall, por eso odiaría ser ellos en este momento.

Naomi asintió pensativa ante las palabras de Lily. Suspiró.

- Para ser honesta, la única razón por la que hice la tarea fue porque no quería ser el receptor de la profesora McGonagall.

Para sorpresa de Naomi, Lily se rió. Sin embargo, se rió junto con ella.

Sus risas cesaron cuando notaron que los estudiantes comenzaron a entrar lentamente en el salón de clases. Los Merodeadores y las chicas fueron de los últimos en llegar. Como de costumbre, cuando entraron al salón de clases, Sirius y James se sentaron juntos, Peter y Remus se sentaron juntos, y Dorcas y Alice se sentaron juntos. Sin embargo, esto dejó a Marlene más que enojada por encontrar a alguien más para sentarse al lado.

Al darse cuenta de que no tenía amigos con quienes sentarse, Marlene entrecerró los ojos y miró a su alrededor con los brazos cruzados, evaluando sus opciones para sentarse a su lado. Sin embargo, las opciones no eran muy agradables y Marlene no se lo tomó bien. Como resultado, se acercó a Lily.

- ¡Lily, siempre nos sentamos juntas! - Marlene siseó, ignorando descaradamente a Naomi mientras miraba a Lily a través de rendijas como ojos.

Lily gruñó a su amigo cercano.

- Marls, solo siéntate al lado de otra persona. No es gran cosa.

Marlene miró a su amiga pelirroja por un momento antes de alejarse de mala gana. Sin embargo, para gran desconcierto de Naomi, Marlene le lanzó a Naomi una mirada muy sutil, aunque todavía perceptible. Naomi miró con el ceño fruncido a la chica, que optó por sentarse directamente detrás de ella y de Lily.

Por fin, la profesora McGonagall siguió a los estudiantes, cerrando la puerta con un movimiento de su varita.

- Buenos días, clase - saludó bruscamente la profesora a sus alumnos, llegando al frente del salón de clases. - Sr. Arvin, por favor recoja la tarea que les asigné a todos ayer por la tarde.

Un estudiante del fondo del salón de clases se puso de pie y se abrió paso entre todos los escritorios, recogiendo los papeles. La mayoría de las veces, se quedó con las manos vacías. Cuando le devolvió la pila de tareas al profesor, estaba notablemente más liviana de lo que debería haber sido.

La profesora McGonagall miró a la clase a través de sus anteojos semicirculares. Sus labios estaban presionados en una línea blanca y delgada.

- Clase, la tarea incompleta es completamente inaceptable en Hogwarts, y pensé que ya lo sabrían. Todo esto es en preparación para sus EXTASIS...

Naomi, junto con el resto de la clase, suspiró ante la mención de sus pruebas. Siendo la estudiante que era, probablemente habría escuchado la conferencia, si no hubiera sido por la sensación de ardor en la parte posterior de su cabeza. Lentamente, se dio la vuelta y se quedó perpleja al encontrarse con una mirada penetrante de Marlene.

Marlene la miraba directamente. Cuando Naomi se dio la vuelta y sus ojos se encontraron, Marlene levantó una ceja perfectamente arqueada antes de volver a mirar al profesor de Transformaciones.

Naomi demoró su mirada en la chica rubia antes de volverse también hacia el profesor. Le gustaría decir que no le molestó la mirada que estaba recibiendo de Marlene, pero eso sería solo una mentira.

Mientras tanto, Naomi se agachó en su mochila escolar que estaba colgada en su silla para sacar una piruleta. Se sentía bastante mareada y sabía que su piruleta infestada de mordedura de Blighting la ayudaría.

Por supuesto, todos los de sexto año se habían acostumbrado hacía tiempo a que Naomi chupara piruletas en medio de la clase, por lo que nadie pensó en eso. Pero, de nuevo, Naomi sintió una quemadura en la nuca y se dio la vuelta. Como esperaba, fue recibida por la vista de Marlene mirándola.

Esta vez, Marlene entrecerró los ojos sin rodeos hacia Naomi, pareciendo como si estuviera tratando de calcular algo, averiguar algo. Cuando Marlene notó que Naomi atrapó su mirada, hizo un gesto con curiosidad hacia la piruleta en la mano de Naomi. Se preguntaba por qué Naomi tenía una piruleta con ella en primer lugar.

Naomi exhaló, fingiendo que no captó del todo la pregunta silenciosa de Marlene, aunque sí lo hizo. De todos modos, no era como si pudiera decírselo.

Sabía que algo le pasaba a Marlene, pero no sabía exactamente qué. Naomi se sintió desconcertada.

Sabiendo que no podía hacer mucho en este momento, Naomi sacudió levemente la cabeza para poner sus pensamientos en orden, antes de volver a sintonizar la lección. Sin embargo, la sensación de la mirada de Marlene en su cabeza permaneció con ella por el resto de la clase.

Cuando la lección finalmente terminó, Naomi salió del aula con gusto antes que nadie, ansiosa por alejarse de cualquier conmoción que se avecinaba. Lily vino con ella.

- Oye, ¿quieres estudiar en la biblioteca después de que terminen todas las clases? - Lily le preguntó a Naomi.

Naomi se dio la vuelta para mirar a la chica. Una ligera sonrisa cayó sobre su rostro.

- Sí está bien.

Lily asintió.

- ¿Que clase tienes después?

Naomi frunció el ceño pensativamente.

- Um, Pociones.

- Oh, cabrón, tengo Encantamientos. Eso me recuerda, necesito comparar mi ensayo de Pociones con Remus. ¡Hasta luego, Nomi!

- ¡Nunca me llames así de nuevo! - Naomi llamó a Lily, aunque una gran sonrisa estaba en su rostro.

- ¡Servirá! - Lily gritó de vuelta.

Naomi se rió en voz alta, antes de girar sobre sus talones y comenzar a caminar hacia el ala del hospital. Descubrió que necesitaba una reserva extra de Mordisco de Blighting.

Mientras caminaba por el corredor, escuchó un segundo par de pasos detrás de ella. Naomi se dio la vuelta, muy disgustada al encontrar a Marlene detrás de ella. Marlene corría para alcanzar a Naomi.

Naomi curiosamente dejó de caminar para dejar que Marlene la alcanzara. El primero asintió educadamente y en broma.

- ¿Adónde vas? - preguntó Marlene, con las cejas fruncidas.

Francamente, a Naomi le sorprendió que Marlene se saltara cualquier tipo de bromas y saludos, pero le respondió de todos modos.

- Me voy a la clase de Pociones - explicó Naomi, mintiéndole a su compañero de clase.

- Sin embargo, la clase de pociones es al revés - Marlene dijo. Una amplia y sucia sonrisa estaba en su rostro. Era como si estuviera contenta de haber atrapado a Naomi en el acto.

Naomi se congeló por una fracción de segundo. Se apresuró a encontrar una respuesta.

- Gracias por dirigirme - y encontrando su sentido del coraje, apretó los dientes y preguntó - Aunque, puedo preguntar, ¿por qué me estabas siguiendo en primer lugar?

La postura de Marlene no vaciló ni por una fracción de segundo. Una sonrisa arrogante y malvada bailaba en sus labios.

- No, no puede.

Con eso, Marlene se dio la vuelta y se alejó pavoneándose, con un movimiento atrevido en sus labios. Naomi estaba incrédula. Ella no era tonta; Claramente Marlene tenía un problema con ella. Pero, lo que ella quería saber era, ¿para qué? Marlene tenía algo de valor. Aunque Naomi era una persona relativamente tranquila, Marlene tenía algo para ella si asumía que podía pisotear a la niña. Algo enorme.