♡ ꒱ lollipop 3.
"Papi," murmuró TaeHyung, moviendo sus piernas.
"Dime cariño," JungKook acariciaba los muslos desnudos del chico, masticando el pedazo de galleta que TaeHyung le había ofrecido como el cachorro compartido que es.
"Cosquillas, papi. Muchas," mordía su labio inferior, con sus ojos llorosos y la nariz fruncida como conejo.
JungKook ladeó su cabeza. Perfectamente recordaba la sensación comezón que sus encías sufría cuando él era un cachorro y sus colmillos de leche estaban a punto de caerse.
"¿Puedo ver, bebé?" preguntó asegurando su permiso. Aunque en el estado actual de su chico se encontrara mucho más indefenso y sumiso, JungKook nunca se habría aprovechado de eso. Siempre solía preguntarle todo el tiempo las cosas antes de hacerlas, lo que menos deseaba sería incomodar a TaeHyung de alguna manera en su situación tan frágil, es por eso que espero pacientemente a que TaeHyung asintiera con su cabeza, dando su consentimiento.
JungKook extendió su mano hacia el rostro de TaeHyung, llevándola hacia sus labios, con cuidado y sin lastimar, alzó del labio superior. Uno de sus colmillos blancos y filosos, expuesto totalmente, estirando sus encías. Es normal que cuando seas un cachorro tus colmillos de leche cosquillearan al ser mudados. La edad normal de ese proceso rondaba de los seis a siete años, es por eso que con el estado de TaeHyung solía experimentar la misma sensación con sus pequeños colmillos. El poder de la mente.
Al principio eso había sido una gran problema, TaeHyung mordía todo solo por detener la sensación cosquilluda y cuando esto no lograba detenerse, solía ponerse a llorar por la desesperación. JungKook uso de todo, desde mordederas de plástico o goma, de diversos colores o chupetes para que sus colmillos se sintieran más livianos, pero nada funcionaba, TaeHyung seguía mordiendo y babeando todo, hasta que un día encontraron una solución a el pequeño problema.
"De acuerdo, bebé. Espera un poco, ¿sí?," JungKook acarició su mejilla, donde el polvo de sol caía en diminutas pecas suaves.
TaeHyung asintió, con un adorable puchero en sus labios plumosos. Llevándose rápido a la boca lo que restaba de galleta para mordisquear como conejo, raspando sus encías en busca de liberación.
JungKook caminó hacia el armario donde guardaban todos los suministros de la cocina. Mirando sobre su hombro a su dulce omega sentado sobre la barra con sus pies envueltos en calcetas afelpadas blanca en un vaivén, mientras devoraba el resto de su golosina. JungKook descubrió que los chupetes de caramelo eran una práctica solución, TaeHyung podía chuparlos y rasgar sus colmillos en el caramelo, eso le generaba un alivio y parecía disfrutar tanto de ellos, el problema caía en que JungKook debía esconderlos bien o TaeHyung podría encontrarlos y devorarlos todos en una sola tarde, la experiencia le enseñó eso la primera vez que compró un jarrón lleno de ellos. TaeHyung había comido más de nueve chupetes de caramelo y no dejaba de llorar hundido en el sofá del salón con sus brazos sobre sobre su barriga, con un dolor espantoso que JungKook tuvo que consolar por horas y un par de pastillas que TaeHyung no quería tomar.
Tomó uno de los chupetes de caramelo de cereza con envoltura con franjas blancas y rojas. El favorito de su chico. Volvió a esconder el jarrón detrás del par de cereales de fibra que parecía que TaeHyung odiaba cada que caía en sus episodios, pero amaba cuando volvía a ser el omega saludable de veinticinco años.
Escondió la golosina detrás de él, con un caminar suave hacia el omega que mantenía su cabeza ladeada y sus ojitos brillantes en él. Expectante ante la situación.
"Tengo algo para ti, bebé," comentó risueño JungKook, haciéndose lugar entre las piernas de TaeHyung.
"¿Para mí, papi?"
"Por supuesto, bonito," TaeHyung pareció brillar como estrellas en noche de verano. Reluciente, con la emoción latente en su cuerpo y sus ojos como dos luceros alumbrando tal faro a un barco en la deriva.
"¿Puedo ver qué es?" comentó entre tiernas sonrisas que surcan sus mejillas.
"Con una condición."
JungKook vio como la sonrisa de estrellas se detuvo y como los ojos verdes se llenaron de confusión. TaeHyung era un cachorrito adorable y él sabía que detestaba las condiciones, pero aun así era obediente y cumplía cada una, aunque fuera a regañadientes.
"¿Condición?" repitió con su labio inferior expuesto, gordito y rojo. Un contraste celestial entre el berbellón y la crema piel de su rostro. "No condiciones, papi," gruñó, cruzando sus brazos frente a su pecho.
JungKook soltó una risa por la nariz, negando suave. "Te gustará, bebé. Sino no habrá regalo," sentenció lo más serio posible, mordiendo el interior de su mejilla.
TaeHyung era una cachorrito enojón. Negó con su cabeza, desviando su rostro y cerrando sus ojitos con un gruñido vibrar su pecho, indispuesto.
"Bien, bien, entonces yo me comeré este delicioso chupete de cereza," JungKook bromeó con aires propios, mostrando la golosina frente al rostro de TaeHyung. Eso fue suficiente para que los grandes ojos de Tae cayeran sobre el dulce, brillante con estrellas en sus ojos y chupó su labio inferior con el entrecejo fruncido. "Es tu favorita, ¿no bebé?"
TaeHyung asintió, perdido en el dulce. Bingo, esto había sido puntos para él.
"Podrá ser tuya, solo con una pequeñita condición," comentó como si nada, omitiendo que la boca de TaeHyung parecía salivar y sus encías cosquillear aún más. "Prepararé el desayuno y tienes que prometerme comer todo."
"Sí papi, sí" TaeHyung se apresuró a decir, asistiendo con sus rizos rebeldes y los grandes ojos en el dulce.
JungKook no pudo evitar musitar un par de risas, con un dulce y cálido calor hinchando su pecho. "Eso es, eres un obediente omega," acarició sus rizos, peinando de ellos hacia atrás. "Es tuya, amor, toma," la extendió, TaeHyung se apresuró a atraparla e intentar abrir la envoltura sin mucho cuidado u orden. "Bien, bien, déjame ayudarte, bonito," JungKook solo se sentía tan feliz, con risas divertidas por los adorable que solía ser su chico.
"Sí papi, por favor," El sonido de su voz era un timbre suave y amoroso, solo como terciopelo suave en sus oídos.
JungKook retiró la envoltura a prisas para complacer a su omega. "Aquí tienes, bebé."
"¡Gracias papi!" chilló emocionado TaeHyung, besando sonoramente el pómulo de JungKook, antes de meter el chupete en su boca y roer con sus dientes el caramelo, suspirando aliviado a la calma de sus encías molestas.
"Bonito omega," ronroneó JungKook, con sus manos sobre las caderas del omega. La sonrisa arrastra sus labios con las pequeñas arrugas bajo sus ojos, amoroso a los tarareos felices de TaeHyung.
♡ ggukcotton | 2O24 ♡
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