Capítulo 1
Tras haber sido presentado como el joven Maestro, el pequeño, de nombre Loki, no había sido más que consentido y mimado por su padre.
El Gran Maestro amaba a su hijo con locura, las noches en vela valían la pena cada vez que veía a ese pequeño gigante de hielo. Los días se volvieron semanas, y poco después meses. Al parecer, el crecimiento del niño era acelerado, pero no tenía una información realmente relevante que le informase sobre el desarrollo de los niños helados.
Pero él amaba a ese niño, con una locura desmedida. Lo único que le podía agradecer a Laufey, era la dicha de haberle dado a su hijo.
Tras un tiempo de convivencia, el joven Maestro ya era un niño, quién corría y se escondía entre los muros del gran recinto donde habitaba el gran maestro.
—¡Loki! —una de las sirvientas corría de manera desesperada por los pasillos, estaba asustada, solo había descuidado del niño un minuto para ordenar a otra joven en un trabajo— vamos, ¿Dónde estas?
Corrió un poco más, dándose cuenta que no había rastro alguno del pequeño.
—Oh por todos los dioses —freno en seco ante la incertidumbre—, solo piensa...
¿Dónde estará?
—Melissa —hablo el Gran Maestro tras ella—, ¿Buscas algo?
—Mi señor... —los nervios se hicieron presentes en el tono de su voz—, le juro por mi vida que solo fue un minuto lo que le perdí de vista, cuando me gire ya no se encontraba en su silla y he recorrido cada pasillo de su casa para localizarlo, pero me es imposible...
—Tienes suerte. Loki me ha ido a buscar argumentando que deseaba pasar un rato a mí lado.
Melissa se giro para mirar al niño, quién tenía una expresión traviesa en el rostro, como si le mirara con burla en todo momento.
—Eso es... Maravilloso... —le dedicó una sonrisa—, que bueno que está aquí, joven maestro.
—Estaba aburrido a tú lado —dijo sin mucho interés—, me aburre estar a tú lado.
—Ya me lo imagino —su mirada se dirigió al mayor—, ¿No ha pensado en meterlo a las clases de combate?, me parece que sería una actividad divertida para su hijo.
—¿Qué es una clase de combate?
—Es un lugar donde entrenan los peleadores de la contienda de campeones.
No es precisamente un lugar para niños, Loki.
—Quiero asistir, padre. Por favor, se que puedo hacerlo.
—Yo sé que puedes hacerlo.
De hecho pensaba meterte con un profesor particular, pero cuando tuvieras más edad.
—Por favor, por favor.
—¿No deberías estar mejorando tus habilidades mágicas?, me parece que aún no logras hacer demasiadas bromas a Melissa.
—¿Disculpe? —sonaba enojada y a Loki le divirtió.
—Lo sé... Pero, el mago de aquí ya me enseñó todo lo que pudo, y los libros son demasiado complejos.
—Vamos —se quejó la mujer—, es más que obvio que tú puedes con todo eso.
Te he visto memorizar cada hechizo escrito en los libros de la biblioteca. Mejor dile a tú padre que ya has aprendido todo lo que esté lugar pudo enseñarte.
—¿Es eso cierto, hijo?
—Lo es. Por eso quiero aprender a pelear.
¡Podría volverme el mejor peleador de toda tú contienda de campeones, padre!
El hombre le dedico una sonrisa llena de ternura.
—Ya lo eres para mí.
°°
En la arena de la contienda, se encontraba un hombre de edad media el, el color de su piel era de un verde musgo, con marcas rojas en los brazos y alrededor de los ojos.
Poseía unos dientes medianamente afilados y el cabello de color blanco, como la nieve de la que Melissa solía hablar.
—Krisel —habló el gran maestro con cierta felicidad—, el mejor de mis guerreros, mi campeón de campeones.
—Gran Maestro —hizo una leve reverencia—, ¿Por qué me ha citado en este lugar, he tenido algún problema que merezca un castigo?
—No, nada de eso —sonrió con cierto descontento—, te he citado aquí, para que enseñes a mi hijo a pelear.
—¿Yo?
—Es correcto. Tú enseñarás a Loki, para que se convierta en un gran contendiente.
—Con todo respeto, mi señor...
¿No cree que el Joven maestro debería quedarse en la parte alta de todo?, justo como usted.
Él será nuestro nuevo Gran Maestro, y en una contienda podría pasarle cualquier cosa.
—En eso tienes razón.. —sus dedos se colocaron por debajo de su rodilla—, sin embargo, mi hijo desea esto.
—¿Y cree que sea prudente?, a penas conoce un poco de la biología de su hijo.
No tengo idea de cómo entrenar a su hijo, no se si algo le sea complicado por biología o sea más propenso a romperse un hueso.
—No lo soy —Loki apareció con un escudo y una lanza—, he investigado un poco sobre mí biología en los libros de la biblioteca.
No soy débil, al contrario, soy más fuerte que tú, y pronto me saldrán cuernos.
—¿Cuernos? —el niño asintió—, creo que no te estoy entendiendo, hijo.
—Pues, encontré un libro que hablaba de las personas azules como yo.
Investigue bien, en los dibujos poseen los mismos tatuajes naturales por su cuerpo, así como yo.
Los apodan Jonthar. Criaturas de hielo provenientes de Jotunheim, la tierra de los gigantes de hielo —una gran sonrisa se formó en sus labios—, eso soy yo, padre. ¿Mi madre era de allá, ahí la conociste?
El Gran Maestro le acaricio la cabeza con cariño, no tenía corazón para admitir la verdad inminente.
—Algo así.. —menciono sin muchos ánimos—, cuéntame más.
—Pues, poseemos magia por naturaleza, por eso se me hizo sencillo comprender y aprender los hechizos que el mago y los libros proporcionaron.
Tenemos una excelente memoria, una resistencia similar a unas criaturas llamadas Æsir, que habitan en una supuesta tierra dorada.
—Eso suena a algo estúpido —comentó Kristel.
—Lo es.
Yo también lo pensé.
—El universo es muy grande Loki, posiblemente si exista ese tipo de reino o mundo.
—Supongo —no estaba muy convencido—. El punto es, que creo ser una especie de gigante enano, porque, según leí, debería ser mucho más alto para mi edad —se encogió de hombros sin mucha emoción—, pero puedo ser fuerte y convertirme en animales extraños.
En conclusión, puedo pelear sin romperme un hueso al primer golpe.
—No estoy tan seguro de eso, pero si usted lo dice —Kristel se encogió de hombros—, te veré mañana a primera hora justo aquí, te recomiendo traer ropa cómoda, será un largo entrenamiento.
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