Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16 Necesito de tu amor (Capítulo final)

๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡๑♡

LAUREN

No sé por qué escucho a esta bruja de cabellos plateados, siempre molesta a Eider, seguramente ahora quiere molestarme a mí. Que va, seguro que sí.

En fin, he salido de la cafetería para no tener que soportarla, vuelvo la mirada al frente, observo el campus y a lo lejos visualizo a dos enamorados besándose bajo la lluvia, que idiotas, está lloviendo y ellos ahí mojándose, ausentes del mundo exterior.

Estoy a punto de dar la vuelta e irme cuando veo en el suelo el abrigo de Eider, ese que cuida más que a su propia vida. Me vuelvo hacia ellos y los miro con atención, reconozco el cabello platinado de Kian y el cabello castaño de ella y al momento siento que recibo una dolorosa puñalada en el estómago.

Eso me hace pensar que la idiota aquí soy yo y no ellos. Maldición, soy una estúpida, ahora me doy cuenta que a esto se refería la hueca de Miranda.

Kian me ha estado engañando desde hace tiempo con mi mejor amiga. Ambos me han visto la cara de estúpida durante meses, por eso Kian me cortó, por eso Eid evitaba estar conmigo cuando le hablaba de él, porque esto era lo que tenían, su estúpido secreto, están juntos. ¡Malditos traicioneros!

Con los puños cerrados a mis costados y la ira apoderándose de mí como nunca antes camino furiosa hacia ellos.

—¡Ambos son unos hipócritas! —suelto con rabia parándome delante de ellos, fulminándolos con la mirada—. ¿así que esto era lo que me ocultaban? Me vieron la cara de tonta durante meses. Joder, soy una estúpida.

Eider voltea y su expresión relajada cambia a una aterrada cuando me ve a menos de un metro de distancia.

—Lau, no sucedió así, escucha... —comienza a excusarse.

—No Eider, tú escucha, me pasé semanas llorando porque Kian me había dejado por otra, sin saber que esa otra eras tú, joder, me la pasaba maldiciendo a él y a la chica todos los días, dije que detestaba a la chica que me había arrebatado a mi novio y tú me seguías mintiendo, mirándome a la cara y burlándote de mí. ¡Te odio! —le grito histérica, fuera de control—. Los detesto, ¡Váyanse al carajo!

Eider se aclara la garganta y un par de lágrimas se deslizan bajo sus párpados cuando dice:

—Lau, temía que ocurriera esto, que te enojaras conmigo y con él. ¡Sabía que no lo aceptarías!

Suelto una risita sarcástica. —No, no lo acepto, porque yo lo conocí primero, yo lo quise desde siempre, y ahora tú la más inocentita vienes y me lo arrebatas de la nada solo porque se te dio la gana hacerlo. ¡Eres una zorra, Eider!

Kian el defensor se para delante de mí para defender a su amada.

—¡Basta, Lauren! No es su culpa, fui yo quien se acercó a ella, y no es culpa tuya ni de nadie que quien me guste sea ella y no tú.

Eso vaya que me dolió, me destrozó por completo. Tenía que hacerle frente a la realidad, Kian era un maldito egoísta y Eider una mentirosa doble cara.

Me limpio las lágrimas que escapan de mis ojos con el dorso de la mano y siento una fuerte punzada en el corazón.

—¿Quieres decir que nunca me quisiste? Eres un estúpido, Kian.

Él da un paso hacia mí y se justifica con esa expresión tranquila y reservada que me saca de quicio. —Lu, entre ella y yo hay algo más fuerte, algo real, sentimientos reales y profundos, pero contigo no...

Siento como bajan las lágrimas sobre mis mejillas y como se me rompe el corazón al escucharle decir que a ella si la quiere. Aprieto los labios y levanto la mano para que deje de hablar.

—No sientes lo mismo, vale Kian, ya me sé la típica frase de los chicos cuando te van a botar al olvido, así que perfecto, les deseo un noviazgo feliz y una vida de eterna felicidad, ¡Par de mentirosos hipócritas! Tú y ella pueden irse directo a la mierda —doy media vuelta y camino hacia algún sitio donde pueda gritar y liberar la rabia que se acumula dentro de mí a cada segundo que pasa. Me duele mucho su traición y su engaño, pero me duele aún más que mi mejor amiga no me haya dicho nada y que el chico de mis sueños se haya enamorado de otra.

«¿Por qué tenían que joderlo todo?».

Y no es que odie la idea de que estén juntos, lo que odio son las mentiras, odio que me oculten cosas, como mis padres, Diego, ahora Kian... y Eid, mi mejor amiga, a quien conozco desde la prepa, ella era en quien más confiaba y me traicionó, los dos me traicionaron del modo más cruel.

Esto duele, vaya que duele, pero no tanto como lo de Diego, pude superarle y esta vez superaré a Kian, olvidaré a Eider y a nuestra amistad. Esto pronto pasará de largo, ¿Verdad?

| | |

EIDER

Los dos vemos a Lauren alejándose de nosotros a la velocidad de un relámpago, más furiosa y enfadada de lo que jamás imaginé que estaría.

De un momento a otro escucho la voz de Kian susurrando mi nombre, al ver que no le respondo se acerca a mí y repite sus palabras.

—Eid —intenta tomar mi mano entre las suyas, pero me aparto.

—¡No! —doy algunos pasos en reversa, distanciándome de él para no caer y perderme de nuevo en el azul de su mirada.

Él se pasa la mano por el cabello y maldice entre dientes, se frota la nuca nervioso, y me mira de reojo antes de decir:

—No sé como se enteró, ¿Nos siguió?

—No sé si nos siguió, pero eso es lo que menos importa. Yo no quería que esto pasara, Lau no se lo merece, no merecía enterarse de este modo ¡Y yo me comporte como una traidora todo este tiempo! Le mentí, le hice daño y destruí nuestra amistad, lastime a Lau después de que ella me ayudó a salir del vacío de mierda en el que me encontraba —me culpo a mí misma tirando de mi cabello con fuerza, enredándolo entre mis dedos—. Soy una traidora.

—Eid, nada de esto es tu culpa —repite Kian en voz baja intentando sonar convincente.

—Sí que lo es, y hoy quien está sufriendo es ella, porque yo me equivoqué y no le dije la verdad.

Kian se muerde el labio y respira profundamente para calmarse. —Podemos arreglarlo.

—¿Podemos? No Kian, lo nuestro se termina aquí, no quiero lastimar a las personas que quiero por algo que seguramente borraré de mi vida tarde o temprano, por alguien que en poco tiempo estará fuera de mi vida.

—No Eid, estás diciendo esto porque piensas más en los demás que en ti misma, prefieres renunciar antes que perder a una amiga que no valora todo lo que has hecho para verla feliz, te has sacrificado durante meses, fingías que no te dolía verme con ella, te hacías la fuerte, ahora piensas ocultarte y apartarme de tu lado por ella, sinceramente no me parece justo porque no estás pensando en mí, en lo que siento por ti y en lo que sientes por mí. ¿Por qué no piensas una sola vez en nosotros?

—Porque no puedo, le haré daño a los demás si estoy contigo y eso es lo último que quiero, no puedes culpar a nadie, siempre fui y seré helada con todos a mi alrededor para mantenerlos lejos.

—¿Me estás diciendo que se acabó? ¿cuándo hace unos minutos decías que me querías, que lo intentarías?

—Y no mentía, pero fuimos demasiado lejos Kian, debimos pensar en ella, no en nosotros y... creo que aún puedo solucionar esto con Lau, y estoy casi segura que tú también puedes hacerlo.

Kian cruza los brazos al mismo tiempo que suelta una risita irónica, y con una expresión seria me dice en voz baja:

—¿A costa de separarnos? Te dejaré claro que yo no pienso arreglar nada con ella porque la única chica que me importa eres tú, yo no pongo la comodidad de los demás por encima de la mía.

—Ese es tu problema, yo no soy ni pienso como tú, seguro pensarás que estoy loca y no me importa en absoluto que lo hagas. Se acabó, lo mío contigo ya no existe más —murmuro lo último con lágrimas en las mejillas, sintiendo un nudo y un ardor en la garganta que me bloquea la respiración—. Arreglaré esto —al ver qué no dice ni añade nada más doy media vuelta con intensión de irme, pero al escuchar sus palabras me quedo helada, siendo incapaz de dar un paso y marcharme.

Su voz se escucha más ronca de lo habitual cuando me dice:

—¿Ahora solo te vas? Me dejas y te niegas a amar por una amiga que ni siquiera te valora.

—¡Es mejor así! —respondo al mismo tiempo que doy un paso y siento su mirada intensa y potente detrás de mí, rogándome que me quede.

—Eider, contigo tengo una conexión especial, estoy seguro que es así, hasta nuestros nombres son idénticos, por eso me sorprendí tanto cuando supe que... ambos nos llamábamos así.

—¿De qué hablas? —volteo en su dirección y lo miro con clara confusión.

—Eid, me llamo Eiden Kian Cromwell, nunca quise decírtelo, pero te juro que después de enterarme que tu nombre era casi idéntico al mío quise acercarme a ti porque hubo algo muy fuerte entre los dos desde que nos conocimos, algo me atraía a ti cada vez que intentaba alejarme.

—Da igual, ¡Ya no quiero hablar contigo! —me alejo de él y sigo caminando sintiendo el peso de la ropa mojada y el frío contacto de mi cabello húmedo en mi cuello. Inesperadamente él me sujeta de la muñeca y se para delante de mí para bloquearme el camino.

—Eid, estoy tratando de salvar nuestro amor, ¿No entiendes que antes no tenía nada por lo que luchar? Ahora te tengo a ti y te quieres marchar por miedo.

—¡No quiero discutirlo hoy! —dije finalmente, me solté de su agarre y salí huyendo antes de poder retractarme.

Él no fue corriendo detrás de mí, yo no di media vuelta y volví con él, ninguno hizo lo que debía hacer, lo que muy en el fondo hizo que mi alma se partiera en pedazos.

| | | |

Resulta que no quise verlo durante semanas, cuando nos encontrábamos en los pasillos cruzábamos miradas y nos ignorábamos como un par de desconocidos pasando el uno al lado del otro. Fueron las semanas más agotadoras de mi vida, solamente desayunaba, iba a clases, hacia las tareas, comía, hacia algún dibujo en mi cuaderno de diseños, cenaba y dormía, mi vida se había convertido en rutina, añadiéndole a eso que Lau siempre hallaba el modo de evitarme, salía temprano y regresaba tarde para no tener que verme la cara.

Fue hasta el día de la graduación que comprendí que si no lo volvía a ver mi corazón se iría con él, y a donde sea que fuese él estaría conmigo, las llamas de su amor siempre permanecerían en mí, por ello decidí hacer lo correcto esta vez.

Me aclaro la garganta cuando me detengo a su lado.

—Lau, tenemos que hablar —le hablo en tono serio, ella voltea, al verme rodea los ojos y se hace la desentendida siguiendo la charla con las chicas que tiene delante suyo—. Sé que me odias y no te culpo, solo quiero decirte que si hubieras sido verdaderamente mi amiga habrías aceptado que me enamoré del chico equivocado, y realmente lamento que ese chico haya sido Kian. Sé que me equivoqué al mentirte y también sé que te hice muchísimo daño, pero carajo Lau, nadie elije a quien amar, eso me dijiste tú cuando conociste a Diego.

—¿Y? —cuestiona cruzándose de brazos y mirándome con fastidio—. Eso no justifica que me hayas quitado a MI novio y te hayas enrollado con él a mis espaldas.

Pongo los ojos en blanco al escuchar la palabra enrollado salida de sus labios.

—Vamos Lau, no querías a Kian, no lo amabas, ambas lo sabemos, así que déjate de dramas y escúchame —doy un paso hacia ella para encararla directamente—. Lo apruebes o no lo apruebes me arriesgaré por lo que siento sin importarme tu opinión ni la de nadie más, estoy harta de hacer lo que esperan los demás de mí y no lo que dicta mi corazón, si tengo que perder tu amistad para encontrar la felicidad, lo lamento Lau, pero lo haré.

—En serio Kian te vuelve loca eh, lo prefieres a él antes que, a mí, que patética —suelta un largo suspiro y niega con la cabeza antes de volver a hablar—. Tranquila Eid, Kian no es el amor de mi vida, quizá es como tú dices, él nunca me importó y solamente me aferre a la idea de quererlo porque aún no había superado a mi ex novio. Ya lo superé, así que amigas de nuevo, sin rencores —admite y me sonríe por primera vez después de casi dos meses sin dirigirme la palabra.

Se acerca a mí y me abraza repentinamente, respondo a su abrazo con alivio, debo admitir que necesitaba su perdón para vivir en paz.

Se aparta un poco y me dirige una cálida sonrisa, después toma la mano de Jake y ambos se alejan juntos por el campus, al parecer ya encontró el remplazo perfecto para superar a Kian, confío en que Jake jamás le hará daño y cuidará de ella. Miro al otro lado del campus, veo a Mery a lo lejos, ella me sonríe guiñándome un ojo, yo igual le sonrío y le devuelvo el guiño.

Y allí entre todos los graduados lo veo a lo lejos sosteniendo un ramo de rosas en su mano, con la mirada perdida, deambulando en sus pensamientos.

—¿Se le perdió su princesa joven? —bromeo deteniéndome a su lado y apoyando la espalda en la barda.

Él voltea a verme y un destello de esperanza brilla en sus ojos cuando se da cuenta que no es una alucinación.

—Eid —pronuncia mi nombre en un susurro, sin aliento.

—¿Qué tal, Kian?

—¿Qué haces aquí? Pensé que no volverías a hablarme o a acercarte a mí —murmura en voz baja y fija su mirada en mí, esperando una respuesta.

—Si quieres me voy ahora, ¿esperabas a alguien más?

—No espero a nadie, de hecho, pensaba marcharme, ya sabes... la fiesta de despedida, abrazos y fotos de graduación, el baile y todo eso, no es lo mío —se explica moviendo las manos de un lado a otro, aparentemente nervioso. Yo asiento con la cabeza y me muerdo el labio inferior con nerviosismo, buscando las palabras adecuadas para decirle lo que me he planteado decirle.

Lo miro de reojo y me paso las manos por el cabello antes de decir:

—Me enteré que vendiste tu coche, no sé con exactitud las razones por las que lo hiciste, pero me preocupa seriamente el tema. Dime, ¿cómo piensas que iremos a París?

—¿Iremos? —se incorpora de su sitio y me mira con atención. Tiene su cabello divino (teñido de dos tonos) y más largo de lo habitual, sus tatuajes y piercing siguen intactos, y el traje negro no le queda mal en absoluto, al contrario, lo hace ver mucho más atractivo y guapo. Maldita sea, luce tan jodidamente perfecto.

—Sí, nos iremos, tú, yo, y nuestras maletas. Me aceptaron para trabajar allá como diseñadora de modas de una marca de ropa muy conocida, comenzaré como pasante, pero confío en que lo lograré —le guiño un ojo para hacerle saber mi entusiasmo—. Una personita que adoro de corazón me dijo que la única que debe decidir qué será de su vida siempre debo ser yo misma.

Kian frunce el ceño y no aparta su mirada de la mía, parece que está en shock, luce totalmente sorprendido.

—¿Quieres decir que tu madre permitirá que vayas a trabajar a París?

—Sí, le dije que estaba estudiando a escondidas diseño de modas, se enfadó al principio y no me dirigió la palabra durante dos días seguidos, pero después aceptó que esa era mi decisión y no dijo nada más, aunque, sé que seguirá reprochándome esta decisión cada que tenga oportunidad, pero realmente poco me importa su opinión.

Él me sonríe y su mirada azul se intensifica de asombro, se lame los labios y da un paso hacia mí. —Al fin te decidiste luchar por tus sueños, estoy orgulloso de ti.

—Tú me diste la fuerza y el coraje de hacerlo, gracias a ti cumpliré el sueño de mi vida, gracias por eso, y espero que tú te lo hayas pensado bien, tuviste casi dos meses para recapacitar o para haber huido.

Frunce el ceño y una sonrisita divertida aparece en las comisuras de sus labios. —¿Huir de qué exactamente?

—Ya sabes de qué, debiste marcharte al darte cuenta que soy fría, helada y quizá un poco indiferente cuando estoy contigo.

Una sonrisa disimulada, acompañada de una mirada juguetona aparecen ante mí.

—¡No creo que seas así conmigo ni con nadie!

—Mejor, porque ahora no tienes escapatoria, y como eres muy especial para mí te propongo que nos vayamos juntos, ¡Ya mismo!

Me mira confundido y se muerde el labio de manera adorable. —¿Irnos a dónde?

Le arrebato su ramo de rosas y se lo doy a una pareja de enamorados que están al lado de nosotros, luego me giro hacia él.

—¡A disfrutar de esta locura helada de amor! —grito en voz alta para que me escuche y no le queden dudas de que hablo muy en serio, después me dirijo hacia mi nueva motocicleta y él me sigue.

—¿Y tu auto? —me pregunta confuso.

—También lo he vendido para pagar el viaje —admito restándole importancia y le sonrío—. Entonces, ¿Vas conmigo a disfrutar esta aventura romántica o no? —me pongo el casco rosa sobre la cabeza y lo miro intrigada, esperando ansiosa su respuesta.

Un brillo infinito se refleja en sus ojos azules cuando me rodea entre sus magníficos brazos. —Eres una chica extraordinaria, bella por dentro y por fuera, tienes un estilo natural y espontáneo, eres un diamante, una piedra preciosa...de esas que solo se encuentran una vez en la vida, y claro que quiero descubrir hasta el último rincón de este amor prohibido, contigo a mi lado Eider —se inclina lentamente hacia mí, no tardamos ni dos segundos en besarnos con pasión y dulzura, yo enredo mis manos en su cabello y él presiona mi cuerpo contra el suyo al mismo tiempo que atrapa entre sus dientes mi labio inferior.

Nos apartamos para tomar aire y sonreímos sintiéndonos más felices que nunca.

—Oye Kian... no te entendí un carajo, pero te amo.

—Yo también te amo, Eid —admite sin pensarlo un solo segundo, vacila pensando en algo que dice seguidamente—. Esa noche en tu habitación, leí una frase en tu libro que nunca me pareció más real que ahora.

—¿Qué decía? —rodeo su nuca con ambas manos y lo miro con expresión confusa.

«No busques a la más hermosa del mundo, busca a quien haga más maravilloso tu mundo». Tú Eider, haces de mi mundo algo más allá de lo maravilloso.

Mis ojos brillan de emoción al escucharlo, lo abrazo con intensidad y afecto, él me rodea por completo para alargar este maravilloso momento.

Tras nuestro abrazo amoroso, Kian enciende el motor de la motocicleta y nos vamos juntos a comer helado y a platicar en el parque, finalmente terminamos en el baile de graduación, bailando juntos una canción romántica que dice mucho de lo que él causó en mí desde la primera mirada.

—Forbidden Love —me susurra al oído con su voz ronca y ardiente, esa voz que me vuelve loca y me tiene enganchada.

—Amor prohibido.

Unimos nuestras frentes, nos miramos fijamente mientras a nuestro alrededor ya nada es más o menos importante, ahora lo sé, si estamos juntos nada es malo o insignificante, todo es ideal, lo eterno se vuelve real, lo imperfecto se vuelve perfecto, nuestro amor permanece intacto.

Si alguien fría y helada como yo se enamoró de un chico con corazón ardiente y mirada estéticamente perfecta... bueno, eso podría ser un final, no diré que feliz, pero sí de un amor poderoso como los relámpagos de amores, como las estrellas que dibujan esperanzas de amor en el cielo, como las sombras que esconden los secretos de cada persona, como el fuego que arde en llamas por el amor eterno, como la lluvia que se siente fría, un frío que desaparece entre sus brazos, en un abrazo o en un beso cálido. Así que Kian, no pienses dejarme porque iré a donde estés tú, si vas a la luna, a Marte o al espacio, te encontraré. Tú encendiste en mí esa llama ardiente de amor que ahora está impregnada en mi piel, en mis latidos y en mi corazón.

En este planeta imperfecto siempre pueden existir dos almas compatibles que hacen de un pequeño espacio algo ideal, esos somos Kian y yo, dos jóvenes incompatibles que hicieron de lo imperfecto algo mejor y también algo peor, porque en esta vida no hay nada comparable al amor, tal como lo diría Kian.

Y si no mal me equivoco, esta historia fue una muy hermosa e inalcanzable locura helada de amor.... ¡De amor prohibido!

🌹FIN🌹

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro