Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Pequeña mariposa

Ha pasado una semana desde Tomioka recobro la compostura, a los pocos días se despidió una vez más de sus amigos ahora volvería al lugar donde entreno junto a su amigo de la infancia Sabito, después de todo también quería cuidar de la propiedad de su maestro, antes de irse el mayor de los Kamado le sugiero algunas palabras –Ve a donde se corta la roca. Fueron las últimas palabras de su amigo mientras se despedía con una sonrisa.

El viaje ha sido largo, Tomioka se asombró por los lugares que había olvidado que existían varios recuerdos llegaban a su cabeza con forme avanzaba y se adentraba por algunos pueblos, ríos, montañas y todo lo que estuviera a su frente, recuerdos que antes no tenían mucha importancia ahora se hacían presente con emoción de nostalgia, los más importantes para él, fue cuando atravesaba algunos de esos lugares en los que en algún momento estuvo acompañado por su compañera o por lo menos así es como se refería a ella sabiendo que en el fondo le hubiera gustado referirse a ella como algo más que solo una compañera que en su mayoría lo molestaba y le decía comentarios sarcásticos e hirientes, sabiendo que ella al igual que él, tenía su forma extraña y retorcida de demostrar su afecto, cualquiera que los viera supondría que tendrían una relación poco común, Tomioka sabía que seguramente entre su relación ella de algún modo sería quien tendría la última palabra, o al menos, en la mayoría de los casos.

Después de caminar por días y noches casi sin descanso pudo llegar a su viejo hogar que se notaba algo descuidado, nada que él no pudiera arreglar en un par de días, cosa que así fue después de darle un buen mantenimiento su hogar ahora se veía como en sus mejores tiempos, como si nunca se hubiera ido, aún quedaban algunos toques finales, pero a esos los dejaba al final porque quería hacer mejoras a la casa, era momento también de una renovación, como una nueva vida, le gustaba arreglar la casa, para Tomioka era su propia terapia, reconstruir el lugar también era como reconstruirse así mismo incluyendo los lugares más difíciles. Casi por terminar ahora si remodelación de la nueva casa recordó las palabras de amigo, ir al lugar donde se debía cortar la roca.

-¿Por qué me has pedido venir hasta acá?

El lugar a diferencia de la casa se veía mejor, la naturaleza del lugar le era relajante, podía sentir una calma como hace años no lograba tener y más aun sintiendo la brisa del hermoso día y el cálido calor que sentía en cada parte del cuerpo, mientas caminaba pudo ver una enorme roca tan grande o más que él, sabía lo que debía hacer con aquella roca en su camino, se sintió desanimado al notar que ya no tenía la misma condición de hace algunos años, incluso había dejado de usar la respiración de concentración desde que se alejó, no le molestaba tanto el tener que dejar de respirar de esa manera, de cierto modo se relajaba al no sentir la presión y el trabajo que costaba respirar de esa manera, podía respirar como alguien normal y vivir de una manera normal, no fue consiente del tiempo trascurrido y vio que el cielo azul brillante por el sol, ahora era remplazado por el azul de la noche e iluminado con ayuda de las estrellas, caminando más por el lugar fue sorprendido por algunas mariposas en su cabeza.

-¡¿No puede ser?! ¡no otra vez! ¿Por qué a mí? ¡¿Estoy empezando a perder la cordura otra vez?!

Desde que Tomioka se retiró llego a tener visones de mariposas, temiendo que se haya vuelto loco empezó a beber para no verlas, pero eso no era suficiente, en sus sueños también las veía y la veía a ella, beber ya no era suficiente y busco cualquier tipo de medicamento que le ayudara a estar más despierto a dormir más o lo que fuera para no tener que ver mariposas, especialmente las veces en las que en su poca cordura había tenido pensamientos y conductas suicidas en esos momentos era cunado más veía mariposa.

-¡No puedo con esto! ¡No otra vez! ¡Ya no! No puedo con esto, quiero que pare ya por favor.

Viendo que aquellas mariposas no desaparecían dedujo que tal vez estas no eran producto de sus delirios, intento ignorarlas tomando otro camino llegando a un claro que no recordaba que estuviera ahí antes por lo que exploro un poco más el lugar no era tan malo ni se veía aterrador el lugar, menos cuando este estaba iluminado por la luz de la luna, por lo que se solo se limitó a sentarse de pies cruzados contemplando el lugar.

-Tal vez, este hubiera sido un mejor lugar para venir y no haber tomado el camino lejos de casa.

-¡Vaya! Hasta que te dignas a venir Tomioka.

Solo un par de palabras, no necesitaba más para conocer la esa voz, la reconocería donde fuera.

-¿Paso? ¿al fin, me volví loco?

Abriendo los una más y arrendando fuerte mente el suelo se preguntaba si al fin después de tanto ya había perdido la poca cordura que había intentado conservar.

-¿Ninguna palabra Tomioka?

-¡Otra vez esa voz!

Con dudas y miedo de la voz que sonaba a su espalda, decido por fin ver, no tenía nada que perder y menos aún si creía que al fin se había vuelto loco.

Lento pero seguro de su decisión, pudo verla tan claro como en todas las ocasiones anteriores que la había visto, se veía igual o aún más hermosa de lo que recordaba, Tomioka no podía articular palabra alguna, quería hablar, pero no terminaba de poder creer que ella estuviera frente de él con una sonrisa genuina como las que pocas veces demostraba.

-Kochou...en.. ¿En verdad eres tú?

Ella se acercaba despacio, temía asustarlo por su presencia.

-Hola Tomioka ha pasado tanto tiempo he, pero volviste, me da gusto que ya estés mejor.

Tomioka alzaba su mano con la esperanza de realmente sentir, su corazón latiendo a la máxima capacidad y aumentando conforme se acercaba su rostro, lagrimas empezaron a salr y recorer sus mejillas cuando al fin logro acariciarla, empezó a llorar sin parar, cunado ella también tomaba con un mano y la ponía en el rostro del ex cazador.

-Estas aquí, ¿Qué haces aquí?

Con voz quebradiza y casi sin poder verla por las lágrimas que cubrían su visión, empezaba a soltar algunas palabras.

-Te estaba esperando Tomioka, por qué otra razón crees que estaría aquí.

Tomioka se abalanzaba sobre Shinobu cayendo en su regazo y sin poder parar de llorar, estuvo así por unos minutos, solo detuvo su llanto cundo sintió una mano cálida acariciar su cabeza, lentamente comenzaba a calmarse y llorar menos, ahora ella acomodaba la cabeza de aquel hombre que comenzaba a relajarse poco a poco hasta que ambos se pudieron ver a ojos.

-Tanto me extrañaste, siempre me pareció tierno de tu parte ver que conmigo eras más abierto, o al menos a tu propio modo.

-¿Cómo es que estas aquí? ¿Por qué estás aquí ahora? ¿porque? ¿porque me dejaste?

-Lo lamento mucho, sé que te herí con lo que hice, pero debes entender que lo hice fue por propia voluntad, no quería que fuera de esa manera, pero tampoco quería que alguien más muriera por causad del demonio, perdóname Tomioka.

Tan pronto termino de hablar fue sorprendida por un abrazo que no vio venir.

-No sabes por lo que he pasado desde que te fuiste.

-Sí, lo sé.

-¡Lo sabes!

-Claro que sí, estuve contigo en algunas ocasiones, me dolía ver la clase de vida que habías tomado, me sentí culpable por dejarte, tú no iberas estado así si yo no te hubiera dejado.

-¿Estuviste conmigo? ¿Cuando? ¿Dónde?

-Cálmate por favor, una pregunta a la vez Tomioka no es fácil para mí también, desde que me fui estuve en paz por un tiempo, pude ver a mí familia de nuevo incluso a mi hermana, estaban felices de verme y algo preocupados por el hecho que de que morí joven, ellos al igual que tú Tomioka esperaban que viviera más y pudiera ser feliz con alguien, pero la decisión ya la había tomado, después de estar con ellos no me sentía completamente feliz, y luego te recordé, fue difícil no sabía dónde estabas o si era posible enconarte, hasta que de pronto te vi.

-¿De verdad estuviste conmigo?

-Sí, no todo el tiempo como antes para molestarte, pero si estuve en algunos momentos difíciles de tu vida especialmente en los momentos que deseaste quitarte la vida no iba a permitir que hicieras algo así debes vivir por los demás que murieron por ti.

Tomioka solo alejaba la mirada, se sentía como un niño al que acaban de regañar, no podía decirle nada porque ella tenía razón.

-Tomioka, te mandan saludos.

Esas palabras sacaban de su trance a Tomioka, no entendía cómo es que debía responder.

-¿Saludos? ¿De quién?

-De quien más tonto, tu familia.

-Mi, familia, ¿tú los conoces?

-Ya tuve el placer de conocer a tu hermana y Sabito.

-¡¿Dónde estan ellos?! ¿estan bien?

-Cálmate, ellos estan bien.

-Deben estar decepcionados por cómo es que termine.

-No lo estan, estaban preocupados, después de que los conocí, me pidieron que te viera, yo no estaba segura, prefería que fueran ellos los primeros en verte, pero terminaron por pedirme a mí que te viera antes que ellos.

-Nunca me abandonaron, y lo único que hice fue tomar malas decisiones, pero si ellos estan bien eso es suficiente para mí, ¿Cómo está tu familia? ¿Cómo es volver a ver a quienes pierdes?

-Es más o menos como la reacción que tuviste, mi hermana también manda saludos, ella piensa que tú y yo pudimos ser felices.

-Ella es muy lista, sabe lo que dice.

Por unos minutos sin decir alguna palabra, contemplaban la noche que los cubría tomados de la mano, no querían arruinar ese momento que tenían una vez más, después de estar así por unos minutos al fin decido ser Tomioka quien hablara.

-¿No te vas a quedar? Verdad.

El silencio se hacía presente una vez más, como una respuesta que él ya sabía.

-Ya casi es hora de irme Tomioka.

-¡No te vayas! Por favor, no podría vivir más sin ti.

-No tienes por qué preocuparte, no lo veas como un adiós, si de verdad, me extrañaste tanto supongo que solo puedo esperar a que en algún momento estés listo para dejar el mundo de los vivos.

-Estoy listo.

-No digas cosas sin pensar, aun no estás listo tienes mucho por que vivir.

-No tengo razón para seguir aquí si no estás conmigo, ya pasé un infierno sin ti, estoy listo para dejar este mundo.

-Tomioka, lo que pides es imposible aun vives.

-¿Imposible?. Lo imposible será que tu estuvieras aquí habano conmigo, pero estas aquí, si algo que parece ser imposible es posible, entonces puede ser posible que yo pueda irme contigo.

-Tonto, ¡no puedes pensar ni por un momento lo que estas pidiendo! ¿dejar todo por mí?

-Ya te dejé ir una vez, la decisión más estúpida que puedo tomar ahora, es no ir contigo.

-¡Pero ni si quiera sabes si funcionara!

-No lo sé, pero tampoco quiero perder esta oportunidad.

-¡Por eso todos te odian Tomioka! Pero si eso es lo que quieres, podemos intentarlo.

-¿Qué hacemos?

-¡Ya te dije que no se idiota! Tú eres quien quiere venir conmigo piensa algo.

Casi arrepentido de la decisión que estaba tomando y sin saber qué hacer, solo pudo acercar a la joven chica frente a él y abrazarla, sin estar seguro de si eso funcionaria solo se aferro a ella y no soltarla, si él viera el rostro de ella podría notar una sonrisa un sonrojo que delataba que estaba feliz por lo que hacían.

-Tomioka, que bueno que regresaste te extrañe mucho.

-Estoy feliz de estar contigo pequeña mariposa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro