[38] Es tu turno de aprender.
El albino por sí solo había visitado el departamento de su hermano menor, era el segundo mes desde que había empezado ir al psicólogo y estaba muy preocupado por su estado anímico. Tocó el timbre y al minuto el azabache le abrió, estaba consciente que lo iban a visitar.
— Permiso. —Habló el albino, acomodándose en el sofá; su vista examinó el salón, sin sorprenderse del estado impecable.
Estantes sin polvo, el suelo reluciente, cada adorno tenía un patrón reconocible, parecía que era la mejor forma para tranquilizarse y distraerse de todos sus pensamientos actuales. El menor le miró, sabiendo que vendría un sermón, pero en vez de quejarse y actuar a la defensiva; escucharía, lo necesitaba, más de Geno.
— ¿De qué han hablado en la terapia?
— Sobre que no existe la perfección, que tengo que aceptar que hay imperfecciones. —Habló, ahogándose— Pero entonces no entiendo por qué Ink no me aceptó y Rasp solo me ha jodido más.
— Espera, —Detuvo el mayor, hizo un gesto para que su familiar se sentara a su lado, allí prosiguió— Antes de que él te acepte, yo creo que deberías partir con aceptarte.
— ¿A qué te refieres?
— Tu psicólogo tiene razón, y tú lo has dicho, todos tenemos imperfecciones, ¿Pero te has detenido a pensar cuales son los tuyos?
Error no supo cómo contestar, bajó la cabeza.
— Es un paso importante reconocer lo que tienes, pero no solo eso, sobrellevarlo en tu vida, no ignorarlo.
— ...¿De verdad mi trastorno ha provocado todo esto?
Su voz se hizo débil, sin alzar la mirada, apretando sus puños con fuerza, el dolor psicológico era desesperante, quería que todo acabara. Geno acarició con afecto su cabellera, esperando que ese contacto le tranquilizara.
— No, tu trastorno no lo ha hecho, fue haber ignorado que lo tienes, si le hubieras contado a Ink aquello lo hubieran conversado y quizás cambiar el futuro actual.
— Pero seguiría molestándome por sus hábitos.
— Es normal eso, hermano, hay hábitos de Reaper que no soporto pero no me queda de otra, —Suspiró, recordando esas mañas— porque lo quiero, y tendremos comportamientos que no serán aceptados porque todo es subjetivo.
Eran palabras sabias, o al menos eso creía Error, su cabello ocultaba su angustia, ser escrupuloso con los detalles, tener esos infernales tocs habían hecho que Ink quisiera evitar esos malos ratos, haciéndole pensar que vivían en armonía. Ante esa conclusión, soltó un ruido sofocado, alzó la mirada hacia el mayor.
— Quiero cambiar. —Habló, titubeante— Quiero dejar de tener Tocs, quiero deshacerme de este maldito trastorno; ya no quiero que mis defectos provoquen mi infelicidad.
Geno estiró sus labios, formando una tierna sonrisa.
— Hermano, no es cambiar, es mejorar. Aprende a calmar tu ira al ver algo mal, tú mismo has podido hacerlo cuando Reaper dejaba migas en la mesa, no le diste importancia. Hazlo de a poco, verás resultados y sabrás que habrás mejorado como persona. Ink también deberá aceptar que tienes este trastorno y no se sentirá afectado si sucede algo, es parte de ti, pero tanto tú como él, harán lo mejor de sí para mejorar como personas y en su relación.
Error quedó pensando aquellas palabras por los siguientes días.
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